Me giro como puedo entre sus brazos e ignoro el tirón que dan mis lobos a las correas para que siga avanzando.
—Hola. —Muerdo mi labio para reprimir una sonrisa. Fracaso. —Te extrañé —dice él apretándome contra su cuerpo. Me encanta sentir su calor contra el mío, es reconfortante.
—Yo también. Siento mucho lo tonta e infantil que fui. —Apoyo mi frente en su pecho. Estoy muy avergonzada de mi actitud. —Soy yo quien debe pedir disculpas por no saber expresarme. —Sus manos viajan a mi cara y me hace alzar la vista para que lo mire—. Estar contigo jamás será una estupidez, ¿queda claro?
Asiento y enseguida sus labios se conectan con los
Luego de nuestro momento de intimidad en medio del bosque y de devolverle el favor a Aleksei, retornamos a la casona. Allí el movimiento está incluso aún más intenso que cuando nos perdimos por unos minutos. Me despido de mi chico con una gran sonrisa a los pies de las escaleras y con una mirada cómplice, sintiendo todavía la sensación de su boca en mí.Le solicito a Mijaíl que me busque un obrero para hacer una especie de hábitat para mis lobos, donde ellos se sientan con libertad en el bosque, pero sin peligro de escapar. Mientras tanto, se quedarán en las jaulas de los perros de seguridad, obviamente separados de estos, ya que son máquinas de matar y podrían hacerles daño. Justo ahora miro por la ventana de mi habitación;
Mi madre se marchó luego de entregarme lo que quería, dado que debía estar al lado de padre para recibir a los invitados. A los pocos segundos, volvió mi tía Sher para acompañarme a la fiesta, misión que falló, y ahora ambas aguardamos a la señal de Alisa. Sí, ella es una perfeccionista y un tanto desesperante; ha gritado de horror cuando he bajado a la planta baja para dirigirme al patio.—Aún no es el momento, debes esperar que lleguen todos para hacer tu gran entrada.Es obvio que la miré como si estuviera loca y luego di media vuelta, no sin antes escuchar un halago de ella hacia mi vestido. —Tu padre ha triplicado la seguridad —comenta mi tía y levanto la mirada de mi te
Konstantin me conduce al centro del lugar. La voz de antes, que supongo es el animador de la fiesta, llama para el primer baile de la noche y mis piernas tiemblan de miedo, no me gusta hacer el ridículo en público. El hijo del segundo hombre más importante de la Bratva toma mi mano y la alza a la altura correspondiente. Mi cuerpo reacciona por instinto y coloco mi mano libre en su hombro.Siento sus dedos quemar la parte baja de mi espalda desnuda cuando toca allí. De una forma sutil me pega más a su pecho, de modo que en medio de nuestros cuerpos solo queda una franja de un centímetro de ancho. Suspiro.—Te estás aprovechando de la situación
Estoy sentada en el mismo lugar desde hace una hora con mi barbilla apoyada en mi puño y con el aburrimiento recorriendo todo mi ser. Desde mi “trono” puedo ver las parejas que beben en grupos; se ríen, otros bailan. Mis padres hablan con los Kórsacov y los Dobrovolski. Mis tíos se han desaparecido hace un buen rato y Konstantin revolotea a una distancia prudente, deseoso de acercarse.En este punto hay muchas personas alcoholizadas. Hijos de socios de mi padre se aproximan a mí para molestar y las chicas para tratar de tener alguna oportunidad conmigo. Los alejo a todos con una mirada, dado que no me interesa ninguna relación o amistad falsa.Me la he pasado los últimos minutos mirando a mi alrededor, buscando una señal de mi guardaespaldas, pero ellos están colocados discretamente para no molestar en la fiesta, por lo que se me hace difícil encontrarlos. Siento el pe
Tras recomponernos rápidamente, ambos salimos del baño. Lanzo otra mirada a la cámara de seguridad y hago una nota mental de ir a hacerle una visita al pervertido de Gólubev. Caminamos hacia la salida y a unos metros de esta, nos topamos con Konstantin. Al vernos, el castaño frunce el ceño.—¿Dónde estabas?—Eso no es de tu incumbencia. ¿Qué quieres? —digo con hostilidad y sus ojos oscuros se desvían a Aleksei. Hace una mueca.—Tu padre me ha enviado a buscarte.—Gracias, pero para eso está mi guardaespaldas.Paso por su lado y golpeo su brazo con mi hombro. Sigo mi camino hasta el exterior donde la fiesta se mantiene en pleno apogeo. Bajo las escaleras con los dos hombres detrás de mí. Ubico a mi padre con rapidez, está en medio del salón con un micrófono en manos. Habla con la gente y n
Antes de que Aleksei me arrastrara hacia la casa, lo último que vi fue escoltas resguardando a las familias más importantes y demás personas metiéndose debajo de las mesas para cuidarse de los disparos que cesaron luego de largos segundos.Justo ahora estoy siendo curada por mi guardaespaldas y juro que estoy a punto de golpearlo.—¡Joder, que me arde y no pongas más esa mierda! —chillo cuando pone más alcohol con el algodón.—Ya, no hagas un drama. —Saca unas gasas y tapa la herida con ellas.Mi tía Sher se muerde las uñas mientras nos observa, su cuerpo tiembla y es abrazada por Vladik.—Tranquila, Sherlyn. Solo fue un rasguño —le digo con una sonrisa conciliadora.Y no miento. La bala solo rozó mi brazo, claro está que me ha dolido como ninguna otra cosa. Sentí el calor como si el disparo hubie
El amanecer es negro. Tanto en el clima como en la casa. Los hombres de mi padre están merodeando en cada esquina y él le grita a todo el mundo. Ha discutido con Vladislav incluso, y Sher ha despertado con dolores en el vientre bajo, lo que nos tiene a algunos tensos.Hace un rato he visto a Gil y Angelique en sus labores como si nada hubiera pasado y eso me alegra. Al menos algunos están bien.Justo ahora estamos mi madre y yo desayunando a solas, en silencio. Slava está en una reunión con la Organización para tratar el asunto del ataque.—¿Cómo te sientes hoy? —pregunta mi madre para romper el silencio. Sus ojos escudriñan la venda que cubre mi herida. Ha vuelto a ser la misma pulcra y distinguida señora Záitseva.—Igual que ayer. —Meto un pedazo de fruta en mi boca—. ¿Tú?—Los resultados no arrojaron nada.
Me paso el resto del día con Sherlyn, por suerte su malestar ha pasado y uno de los doctores de la clínica que ha venido a verla, ha dicho que estará fuera de peligro si se mantiene en absoluto reposo y sin emociones fuertes. ¿El problema? Ella tiene que viajar cuanto antes a Estados Unidos, ya que mi tío no puede distanciarse por mucho tiempo de la sede de la Organización allá.—Puedes quedarte aquí —propongo y ella niega con expresión de horror.—De ninguna manera. No soportaría a Slava por más de una semana. Además, estaré sola aquí.—Ya he salido del colegio, puedo quedarme contigo cuantas veces quieras. —Me encojo de hombros. Es la verdad, para mí sería un placer.—No, bonita. Tengo muchas cosas que hacer en Nueva York como para instalarme en este país.—No puedes hacer e