Tan hermosa como un ángel, tan peligrosa como una bestia X—Señor ¿que hará con ella? —preguntó preocupado al ver mi expresiónGuardé silencio, contemplándola. Su cuerpo sobre la cama, el cabello rubio esparcido por la almohada, su pecho sube y baja con ligereza mientras el aire sale de sus labios entreabiertos. Se le ve tranquila, relajada. Casi como un ángel. Así puede apreciarse mejor su belleza.Quién diría que la belle au bois dormant¹ es una asesina desalmada, sin corazón. Una bestia la cual hay que adorar o asesinar pero jamás subestimar.Reconozco que los años alejada de la locura familiar la hizo así, además del chip Vecchio impuesto por Aurelio y Marcos. Lamentable pérdida para el mundo, Lucrecia sería la mejor ficha del ejército si su lucha fuera en contra de quienes le han jurado esa falsa lealtad. Decidió vivir la venganza, dejarse corroer por las estupideces de esa familia tan tóxica. La maldad destella en su mirada azul, empañando la belleza de esos ojos cautivantes.S
Chica mala, chica adorada. Eres mi chica dorada...X—Lucrecia —la detengo—¿Qué? —indaga plantando besos húmedos por mi cuello—No podemos hacer esto —tomo sus muñecas, la obligo a verme Lo hace. Se detiene y me mira, el azul se ha oscurecido del deseo, reflejando la intensidad. Parece estar quemándose por dentro. Se suelta con cuidado del agarre y...—¿Estás seguro...—se arrastra hacia atrás, quitándose la ropa— que no quieres...—lanza la ropa interior a un lado— probar esto, otra vez? —separa sus piernas, abriendo los pliegues de intimidad con una manoSu pecho sube y baja con la respiración erratica. El empalme entre mis piernas se endurece de la nada observando esa vista. A esto me refiero cuando comparo el poder que tiene Lucrecia sobre mí y el de mi esposa. Éste demonio me prende de una manera intensa.«Si somos unos locos, la deseo y ella a mí. ¿Para qué me detengo a pensar?».Tomo uno de sus t
¡Lo mío es mío y nadie puede tocarlo!Al siguiente día del secuestro...Eros—¡Como pudieron dejar que esto pasara! —gruño, lanzando las cosas de la mesa hacia el suelo—Señor...—lo apunto con el arma y le disparo entre las cejasTodos me ven. Nerviosos y cagados. ¡Son unos malditos estúpidos! Descuidarse de esa manera sabiendo que nos respiran en la nuca Daniel, Giuseppe y un montón de petardos pendejos.«¡Señor dame paciencia!» digo para mis adentros mientras froto mis sienes. «Porque me das fuerza y los mato a todos. ¡A todos! Grandes hijos de putas».—Dejaron a ese animal llevarse a mi mujer —siseo— ¡Mi mujer! —golpeo con el puño la mesaAsrail eleva la mano pidiendo la palabra.—Disculpe señor pero no quitamos un ojo de encima al perímetro...—lo corto—Las excusas déjalas para tu esposa la preñada —digo tajante—, muevan el culo a buscar su paradero —ladro.Todos salen ca
Hice lo que debía para escapar de sus manos aunque quizá me gustó y quiero repetirLucreciaEl sol salió colándose como de costumbre por las ventanas de la habitación. Hacía un tiempo no estaba por aquí. Mi hermano se volvió ágil pero sigue siendo predecible y eso me aburre. Eso sucede cuando eres un militar y sabes cómo son sus tácticas.Lo divertido y diferente fue anoche, recordar las perversiones donde solo él y yo nos entendíamos hasta ser descubiertos follando como los maníacos que somos. Sigue siendo un delicioso bizcocho con esa verga tan complaciente y desgarradora de mi vagina. Nuestro sexo siempre será algo que no podré conseguir en alguien más, es salvaje y sin límites para experimentar en la cama. Pero es hora de salir de aquí, mi familia debe estar buscándome por debajo de los océanos y Eros quemando al mundo por rescatarme. Eros... Siento una ligera pesadez en el pecho al recordar sus ojos intensos esc
Toda acción tiene una reacciónLucreciaAterricé como puede en la pista privada de la mansión Vecchio y rápidamente la guardia de ambos bandos rodea el lugar apuntando las armas hacia el jet. Muy bien entrenados, saben que es un avión desconocido y tiene orden de atacar si o sí. Abro la compuerta y desciendo con lentitud observando a todos, recibiendo de vuelta miradas de especulación, asombro y algunas de preocupación por mi aspecto maltratado.Piso el último escalón y gritan:—¡Lucrecia! —de forma mecánica volteo en busca de la voz pero la luz se apaga y pierdo el conocimientoDe golpe abro los ojos, angustiada y con nerviosismo. Bruscamente me levanto de la cama pero una intravenosa casi al final del líquido y el dolor en todo el cuerpo me impide mayor movimiento. El pomo de la puerta gira, abriéndose y dejando ver a papá junto a una doctora y una enfermera. —¡Oh hija! —exclama, una nota de preocupación se cuela en sus palabr
Si las mejores familias tienen secretos, las malas tienen el premioEn algún café en BélgicaDomingo, 5:50pmAriana—[...] esa es toda la historia —finaliza, observando mi reacción. Escruta mi mirada, buscando algún signo de alarma, aborrecimiento o algo parecido pero no hay nada— ¿Y? —insiste.Me encojo de hombros dándole un sorbo al chocolate caliente. Sus ojos me siguen en todo momento, aún buscando alguna reacción pero ¿qué puedo decir? o ¿sentir? Fui criada bajo el mismo techo, soy tan fría como ellos. Nada me sorprende ni menos todo lo que acaba de contarme cosa que debió salir de boca de papá e incluso de mamá pero en esa mansión se guardan secretos y perversiones como si fuese el Vaticano.Aunque se que llegaría el día donde toda la se volviera en contra de los Vecchio y ahora, en este café, estoy asegurándome de ello. Viene por nosotros. No, va por Lucrecia. La odia de una forma en la que no se podría explicar, aunque parte de ello es a causa de su madre. Por lo menos yo no,
A la fuerza, todo siempre tiene que ser a la fuerza...FiorellaTermino de peinarme el cabello marrón largo frente al espejo de la cómoda. Un cepillado hermético, al compás de mis pensamientos. Mis ojos están fijos hacia el espejo pero no me veo a mí sino a todo lo que llevo dentro, recordándome quien soy y todo lo que he hecho. Luchando por mantener la cordura.No soy yo cuando comienzo a pensar. No soy la misma cuando vago por la mente analizando situaciones, incluyendo la mía. Estoy en buena posición pero el presentimiento de que todo acabará mal no se apaga en el pecho. Mis hijas no están bien, eso es seguro. Heredaron un gen diferente porque yo lo decidí así, sólo necesité una ficha principal para mantenerme en este círculo, bajo la protección de Marcos. Lucrecia tiene que posicionarse como la Princesa Amarilla para por fin desplazar a su padre y así sentirme segura otra vez. Porque...Ella no se atrevería a matarme cuando
Fiestas, tragos y tentaciones ...LucreciaPor más que perseguí a Eros todos estos días, él se rehúsa a verme la cara. Me planté delante de él, asesiné a la mitad de su guardia para hacerme notar pero fue estúpido de mi parte, se enfureció a un nivel superior y Aristóteles fue quien me dió la cara para decir:—Déjalo en paz un tiempo Ahora...¿Quién me comprenderá? Desde mi regreso a Italia él ha estado plantado a mi lado, trabajando juntos, poniendo en cintura a los clanes rebeldes, luchando contra los mínimos ataques de la CCFE y cobrando la vida de cualquiera que nos quiera truncar los negocios. Ha sido paciente, no me toca si no se lo permito. Hemos tenido un roce diferente planeando días normales, citas ocasionales, comidas en su casa o la mí, yendo a la playa o un bar por la noche, cosas poco creíbles en la que se puedan hacer dentro de la mafia en tiempos de guerra. Soy participe de su buena compañía y la lealtad que me ha jurado