Cap. 2

GRACE

Sabía que la diferencia de edad, aunque no era mucha, nos afectaría en algún momento y ya había comenzado, él me consideraba inmadura, porque ya que me lo habia dicho en más de una ocasión, siempre que había alguna discusión.

*

Llegó la hora de la cena, y él no habia aparecido , eso ya se habia hecho costumbre y siempre cenaba sola.

- ¿David? - lo llamé cuando paso cerca de mí.

- ¿Qué quieres? voy tarde a una reunión.- estaba vestido con traje y corbata, se veia muy atractivo.

Me levanté de la mesa y lo miré fijamente, esa idea habia dado muchas vueltas en mi cabeza y ya era tiempo de dejarla salir, asi que me armé de valor y hablé.

- Quiero el divorcio.

- ¿Qué?- dijo casi en un susurro, por un segundo se quitó su máscara de indiferencia.

- Lo escuchaste bien.

- No.- dijo recuperando la seriedad, aunque veia como apretaba su mandíbula.

- Pues no me importa, voy a solicitarlo, ya no soporto esta situación, esto ya no funciona.

Cerró los ojos, y masajeó su frente.

- ¡Esto. . . no ha sido solo por mi, tú me alejaste! yo solo te di tu espacio - exclamó tratando de contener su enojo.

- Si claro, yo, siempre soy yo, el intachable doctor Miller, no tiene culpa de nada, pero no estuviste cuando perdí a mi bebé y ¡lo peor de todo es que ni siquiera te importa!- grité.

- ¡Mejor me voy!- dijo levantando las manos - ¡no puedo volver a esto Grace, cuando te calmes hablaremos!

Salió dando un portazo, que me hizo saltar.

Estaba tan arrepentida, mi madre me lo habia advertido, nos casamos casi sin conocernos, pero él me habia deslumbrado con su carisma, y con su inteligencia y por eso lo habia aceptado de inmediato.

***

ANTES

- ¡No me mires así , me pones nerviosa!

Su azulada mirada siempre me derretía, era tan intenso y tan tierno a la vez.

- ¿Asi cómo, pequeña? - decia con voz sexy- yo no estoy haciendo nada en particular, solo . . . te veo, y eres lo más hermoso que existe en mi vida.

- Si claro, solo yo, veo cómo se derriten por ti las demás mujeres, y a mi me ven con odio.

- Ja, eso es solo por que te tienen envidia- respondió, y me miró fijamente, con una mezcla de deseo y adoración que no podía disimular- tú eres la única mujer que yo quiero, la única a la que amo con locura y nada va a cambiar eso, nunca. . .

AHORA

DAVID

Habia llegado a la reunión con cara de pocos amigos, tenía que calmarme, además de que era el único sin pareja, como ya se habia hecho costumbre, entonces mi amigo Adam se acercó a mi.

- ¿Qué pasa amigo, estás bien?, crei que esta vez si vendrias con Grace.

- Honestamente, ni siquiera se lo dije, me habria dicho que no- suspiré- me pidió el divorcio.

- ¿Cómo?.

- No acepté, a pesar de todo yo. . . es que aún la amo, y mi peor castigo es no poder decírselo, porque sé que no me creería- bajé la mirada hacia el vaso que sostenía, bebí el contenido y lo deje sobre la mesa.- no me perdona por lo del bebé.

- Pero, eso no fue culpa tuya, y no podías hacer nada.

- Lo sé, pero recuerda que no estuve cuando todo pasó, por eso esta tan enojada conmigo, y además cree que no me importa . . . yo. . . ya me estaba haciendo a la idea de que iba a ser padre y paso eso. . . solo trato de que no me afecte.

- Tal vez ella queria verte . . . vulnerable, que demostrarás tu dolor.

- Eso ya no es posible, ya es demasiado tarde.

- Vamos, la reunión está por empezar, y después tendrás tiempo para pensar.

- Si claro, gracias por escuchar.

- Por eso somos amigos.

La reunión transcurrió sin incidentes, y me resultó sumamente aburrida, porque mi mente estaba todo el tiempo con Grace y en mi cabeza esas palabras se repetían una y otra vez " quiero el divorcio ". Me di cuenta que nos habiamos hecho mucho daño y ya no habia vuelta atrás y entendi que si la amaba tendria que hacer lo mejor para ella, asi que despues de pensarlo bien, decidí que le daria el divorcio.

Me quedé un poco más en el lugar de la reunión, bebí un par de copas, y me levanté para irme, pero la nueva cardióloga pediatra se interpuso en mi camino.

- Doctor Miller, ¿ya se retira? tenia la esperanza de poder tomar algo con usted.

- Ya tengo que irme doctora - era mucho más bajita que yo, con ojos chispeantes y un largo cabello oscuro.- disculpe, pero mi esposa me espera.

La evadí como pude, y me fui de ahí.

- ¡Que mujer tan insistente!

*

Ya era algo tarde cuando volvi a casa, solo habia encendida una tenue luz en el pasillo, entré a la recámara y no la vi, mi corazón de aceleró solo de pensar que se habría marchado, pero después la encontré en la otra habitación, acurrucada en una pequeña cama.

Me acerqué sin hacer ruido, me agaché a su lado y acaricié suavemente su cabello.

- Perdóname mi amor- susurré- perdóname por no entenderte, perdóname por no haber estado contigo . . . no puedes imaginarte lo mucho que me dolió el perder a nuestro hijo, y lo que me duele no poder decirte cuanto te amo.

La besé suavemente en los labios, porque tal vez no tendria otra oportunidad de hacerlo, ella solo se movió levemente, la cubrí con una manta y la dejé descansar.

Esa noche no puede dormir, pensaba en lo que iba a decirle o si dejaria que ella volviera a confrontarme, solo sabia que estaba en lo correcto, y dejarla ir seria lo mejor para ella.

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