DAVID
Adam me habia dicho que Grace estaría conmigo, asi que estaba muy nervioso, seria la primera vez que estaríamos tan cerca desde el divorcio, me preparé mentalmente, sabia que resultaria incómodo, pero debia ser un profesional. * - Doctora Miller, ¿ya está lista?- pregunté con gesto serio cuando la vi llegar - yo llevaba una carpeta en la mano para poder evaluarla. - Por supuesto, doctor. - Bien, pues presénteme el caso. . . Habló y hablo, dijo datos inútiles, y solo algunos importantes. -¡Basta, es suficiente! disculpen- dije a mis demás residentes, la tomé del brazo y la aparté de ellos. - ¿Que te pasa? - susurré- crei que estabas lista, esto es mediocre, debes estudiar más los casos, ya estás en el ultimo año ¿y me sales con esto? - Lo siento, crei que estaba lista. . . - Pues más te vale que te prepares mejor,- dije molesto- soy tu jefe y voy a exigirte mucho más que a los demás, ¿entendido? Ella solo me miró, y asintió, yo solia ser implacable con mis especialistas, pero con ella no sabia si podria serlo. - David, lo siento, yo solo. . . - Doctor Miller, que no se te olvide.- me di la vuelta y regresé con los demás para continuar con las rondas. Que dificil habia sido, pero no podia permitirme ser condescendiente. Todos los dias le exigía algo, historias actualizadas, laboratorios actualizados, estudios adicionales. * -Doctora Miller . . . - Ya está doctor. * - Doctora Miller. . . - Ya llevo al paciente. * - Doctora Miller. . . - Ya están los estudios doctor. * - ¡Doctora Miller! ,¿en dónde estan mis estudios del paciente que va para cirugía?- exigí- sabe que tiene que hacer la valoración antes o se cancela. - Disculpe doctor, pero eso no me lo asignó a mi, tenia que hacerlo el doctor Santos- respondió molesta. - Claro que no, y necesito eso en este momento - dije molesto. - ¡Ya basta! ¡no soy la unica residente aqui!, ¡¿porqué todo me lo pide a mi?! ¿y ellos qué?, sabe que ¡váyase al diablo!.- dijo dándose la vuelta. - ¡Doctora Miller, a mi oficina, ahora!. Observé como todos los demás se quedaron paralizados, no podía permitir que ella me hablara de esa forma. - ¡Pónganse a trabajar, y necesito esos estudios para ya!- les dije casi gritando. Ella se encaminó a la oficina y yo iba detrás de ella. Se cruzó de brazos esperando a que llegara, abri la puerta y entró, la cerré detras de mi. - ¡¿Qué te pasa?! ¿estás frustrado o necesitado? ¿acaso tu esposa no te complace que tienes que desquitarte conmigo?- exclamó alzando la voz. - ¿Esposa?. . . - Si tu esposa, es evidente que traes un anillo en el dedo, aunque trates de ocultarlo. Sonreí ante su comentario. - No trato de ocultarlo,- me acerqué- y espero que sea la última vez que me hablas de esa manera delante de los demás, soy tu jefe, debes respetarme y tú debes hacer lo que yo te diga, y si los demás no lo hacen, tú debes hacerlo. - Eso no es justo, solo a mi me exiges. - Trato de hacerte un mejor profesional. - Pues gracias, pero no gracias, reparte el trabajo. -¡No me digas que es lo que debo hacer! y hoy te quedas de guardia en urgencias. - Pero, no puedes. . . - Ya lo hice, solo lo notifico a tu jefe de residentes. - Te odio - camino hecha una furia hacia la puerta. - Eso ya lo sabia, mi amor. Se dio la vuelta, me lanzó una mirada furiosa. - No soy tu amor. GRACE - Amiga ¿qué paso?- preguntó Amelia, mi compañera.- ¿estuvo feo verdad? - Si, me dejó de guardia, y me dio una advertencia, por gritarle 'al jefe', maldito insensible. - Pues dirás lo que quieras, - suspiró- pero esta buenísimo, y con esa cara de pocos amigos, me encanta. Me dijeron que estuvo casado, y que se divorció hace unos años y desde entonces no se le ha visto con ninguna mujer. - ¿Quién te dijo eso? - Pues las enfermeras, ay Grace, ya sabes que ellas saben todo, pero no saben porque aún usa el anillo en su dedo. - ¿Cómo? - estaba confundida. - Si, nunca se lo quita. - Quizás solo quiere ahuyentar a las mujeres. - O quizás es porque aún ama a su ex. - yo solo la miré, él no me dijo que me amaba y no hizo nada por arreglar lo nuestro. - Hey, ¿a donde te fuiste?- exclamó sonriendo. - Nada, solo pensaba, . . . tengo que alistarme, aún me faltan 12 horas. - Claro, suerte, adiós. * Me presenté en el área de urgencias, las enfermeras me veian sonrientes. - Hola, soy la doctora Grace, voy a estar de apoyo esta noche. - Ah, es la que castigó el doctor Miller, ¿verdad? pues la felicito, nadie en mucho tiempo, habia mandado al diablo al doctor. - ¿Gra. . .gracias?- la miré confundida. - Soy Eli, y ella es Mia, y aquella de allá- dijo señalando atrás- es Emma, la apoyaremos en lo que necesite. - Que amables, aún me falta este servicio, asi que en un mes nos veremos por aquí. - Por supuesto querida. La noche transcurrió algo intensa, me llamaban para algún paciente grave o descompensado, y los estabilizaba, como a las 3 de la mañana, todo se tranquilizó y yo solo queria dormir 10 minutos, asi que me acosté en una camilla y cerré los ojos lo que me pareció solo un momento. - ¡Doctora Miller! Me levanté tan rápido que me giré en la camilla y caí de ella, pero David me atrapó en sus brazos antes de tocar el piso. - ¿Estás bien?- dijo muy cerca de mi rostro, casi podia sentir su aliento y su aroma me inundó por completo, ya lo habia olvidado. - Uhmm, si gracias, estoy bien, ¿podrias dejar que me levante? Me ayudó y él hizo lo mismo. - ¿Sabes que no tienes permiso para dormir? es una guardia de castigo - me dijo. - ¿Y que haces aqui? . - Vine a ver si cumpliste - me entregó un vaso de café, estaba caliente, como me gustaba, asi que lo probé. - Con crema, lo recordaste, gracias. - Que no se te haga costumbre- me miró por un momento- quisiera preguntarte algo- dijo con seriedad recargándose en la pared- ¿porqué . . . porqué aún usas mi apellido?, crei que no querias saber nadamás de mí. - Si, ehhh, la verdad fue por un error, cuando me inscribí al examen, aún estabamos casados y después ya no pude cambiarlo, asi que, lo conservé, espero que no te moleste. - No me molesta, es que es extraño.- respondió. - ¿Y tú? ¿usas una argolla y no estás casado? o eso es lo que dicen. Me miró por un momento, sacó el anillo de su dedo y me lo enseñó, en él estaba grabado mi nombre. - ¿ Es. . . ? - Si, el anillo de nuestra boda- dijo- lo conservo para no olvidar, y para no volver a ser un imbécil. -¿No olvidar qué?.- se lo devolví y lo puso de nuevo en su dedo. - Eso no te lo diré . . . bien- dijo viendo su reloj, - aún te quedan dos horas y te sugiero que no te duermas, doctora Miller, no siempre voy a estar para atraparte. - Pues no hubiera sido necesario si no me hubieras asustado. Se rió, hacia mucho tiempo que no veia esa sonrisa que tanto me gustaba, bajé la cabeza, no queria que viera mi emoción. - ¿Doctor Miller?- era Mia- ¿está de guardia?. - Claro que no, solo vine a . . . supervisar. - dijo mirándome. - ¿A las 4 de la mañana?- nos vio a ambos de forma curiosa. - Doctora tiene un paciente. - Gracias Mia- terminé mi café y me fui a trabajar.MIA - Eli,¿te diste cuenta? ¿Cuándo habias visto al doctor Miller, venir a supervisar a esta hora? ¿Y no se supone que la doctora Grace estaba castigada? tardaron un buen rato conversando. - No empieces con tus teorías Mia, solo es. . . amable. - Ja, ¿cuando el doctor Miller es amable?. Y me parece que le mostró su anillo. - Que raro, él nunca se lo quita, ¿será que le gusta la doctora Grace? - Yo creo que si, lo vi sonreirle, y hace mucho que no lo veia sonreir. - ¿Quién le gusta a quién?- preguntó Emma, distraida. - Los doctores Miller, creo que se gustan entre ellos, Emma. - Pues si se casan, no va a haber problema, ya tienen el mismo apellido. Solo nos reimos, eso era algo gracioso. - Tienes razón. - ¿De que hablan?- dijo el doctor Miller, sorprendiéndonos. - De nada, doctor, es que me parece raro verlo a esta hora. El nos miró - no quiero rumores de esto, ¿entendido?- dijo señalándonos.- me voy, les encargo a Grace. . . a la doctora Miller. - Si docto
DAVID Ella acarició mi rostro y me besó, volvi a sentir el sabor de sus labios, recordando la dulzura de su boca, y me perdí en ella, solo existiamos ella y yo. ¡Cómo amaba a esta mujer!, la abracé, estrechándola contra mi cuerpo, y la sentí temblar. Un carraspeo me sacó del trance, separándome de ella - Amigo, busquen un hotel- dijo Adam. - Solo lo estoy ayudando, espero que la doctora Anya nos haya visto.- exclamó Grace sonriendo. - Pues claro que los vió, se fue hecha una furia- señalo él. - Bien, funcionó, me debes un favor Miller. - Grace. . . mi anillo, ahora. - dije serio. - Aún no me dices que es lo que no quieres olvidar. Suspiré- No voy a decirlo, por favor. - Lo siento, ya me voy. Se alejó casi corriendo. - ¿Qué pasó aqui? crei que te odiaba ¿y ahora te besa?- preguntó Adam. - Créeme que tampoco lo sé, pero eso no fue fingido,- suspiré- también me voy, necesito una ducha fria. * ¿Cómo decirle a la mujer que amas, que nunca dejaste de hacerlo?
GRACE Llegue a casa, no podia creer todo lo que me habia dicho, me senté junto a mi cama y lloré, sentí como regresaban todos esos sentimientos que crei que ya habia superado, me sentí. . . perdida.No entendía porqué nunca me dijo nada cuando estabamos juntos, todo hubiera sido tan diferente, pero, ahora, ya no podia dar marcha atrás, ya no podría estar con él. Respiré profundo, me limpié las lágrimas, y me metí a la ducha, traté de no pensar, después solo me acosté y me quedé dormida por el cansancio. ***Mi teléfono sonaba insistentemente, solo queria apagarlo y continuar durmiendo, contesté la llamada aún medio dormida.- ¿Se puede saber en dónde está, doctora Miller? - desperté por completo y vi la hora, pasaban de las 7, ¡estaba retrasada! - Lo siento, me quedé dormida, ahora voy para allá. . .- corrí por la habitación buscando mi ropa, me tropecé con la silla, busqué mis zapatos y mi bata, estaba arrugada -¡ que diablos!- tomé mi teléfono y me di cuenta que la llamada segu
GRACE¿Cuál era su problema? ¿Qué pensaba, que por haberme dicho que aún me ama, tiene derecho sobre mí? Eso era algo inaudito.- ¿Adrian, te gustaría tomar un café conmigo?- pregunté esperanzada, la verdad es que él me parecia muy interesante.- Claro, me gustaría.- En el café del centro. Me di la vuelta con una sonrisa, y me encontré de frente con David, que puso cara de pocos amigos. - Doctora Grace- dijo, pasó junto a mí y siguió su camino. Todo el dia lo pasó evitándome, creo que se había tomado muy en serio lo de dejar de molestarme. *** Me encontré con Adrian en el café, ya estaba esperándome, me saludó y pedí mi café. - No sabía que te gusta, asi que esperé. - No hay cuidado. - Y dime ¿Qué asunto tienes con el doctor Miller? ¿porqué me dijo que me alejara de tí?, sonó muy amenazante. Suspiré, no me quedaba de otra más que decirle la verdad.- El doctor Miller, . . . David, es mi ex esposo, y creo que no le gustó verme contigo, nadie lo sabe, por favor sé discreto.-
GRACE ¡Que hermosa mañana! me sentía algo cansada, pero estaba muy satisfecha, David era maravilloso haciendo el amor, no podia negarlo, aunque no habia tenido otras experiencias, lo sabía, siempre se preocupaba por que yo lo disfrutara al máximo y eso me encantaba, llegué a mi turno a tiempo, y no pude evitar sonreir cuando lo vi, con su gesto serio, de pocos amigos que me volvia loca. - Doctora Miller- me saludó- esta usted muy sonriente. - Jefe,- suspiré- es que la pase muy bien anoche. - Me da gusto saber eso, empecemos, hay mucho trabajo- dijo a todos. -Recuerden que hay revisión de un caso, a las 11, es importante que todos asistan. Pasamos las primeras horas de la mañana con los pacientes de urgencias, y a las 11 nos reunimos en la sala de juntas. - Muero por un café- le dije a Amelia- estoy muy cansada.- me levanté y fui hacia donde estaba la cafetera a servirme uno. - ¿Pues que hiciste anoche Grace?- dijo cuando se detuvo a mi lado- espero que hayas tenido much
GRACE Unos dias después, ya habia terminado la residencia, ahora solo me faltaba hacer trámites y otras cosas, evité por completo a David en esos dias, ni siquiera le contestaba las llamadas o los mensajes, pero como estaba ocupado, no habia podido verme o hablar conmigo. * - Grace, tenemos que hablar- tomó mi brazo y me metió en su oficina casi por la fuerza en cuanto me vio. - ¿Que quieres?- dije molesta - ¿ahora que vas a decirme?. - ¿Porque me evades? he tratado de hablar contigo, y no contestas mis llamadas. - No te preocupes, no hay necesidad, tú puedes seguir teniendo citas con Anya, deben entenderse muy bien. - ¿Que demonios dices? ¡no tengo nada que ver con ella! - ¡Me echaste de tu casa! - exclamé furiosa. - Lo siento, pero era necesario, esa mujer es una maniaca, está demente, solo entró a mi casa y se sentó, crei que era mejor que no te viera. - ¡Ya dejame ir! - ¡Grace, no comiences con esto! - ya se habia molestado.- te dije que no tenemos nada que
GRACE No lo creía, ya estaba en el avión esperando a que David se sentara, siempre viajaba en primera clase, podia hacerlo, estaba acostumbrado a eso desde que lo conocí. - ¿Y le dijiste a tu madre que nos volvimos a encontrar?- pregunté un poco angustiada, cuando llegó junto a mi. - Por favor, ya soy adulto, mi madre no tiene porqué opinar sobre mis decisiones. - Solo preguntaba, sé que nunca fui de su agrado, creo que pensaba que solo estaba contigo por tu dinero. - Y yo que crei que era por como te hacia el amor- murmuró a mi oido. - Basta- me hizo sonrojar - y deja de verme asi- su mirada de adoración y deseo habia aflorado, no podia resistirme. - Sabes que te amo, no puedo verte de otra forma. - Lo sé. *** Llegamos a nuestro destino, el sitio estaba genial, entramos al hotel y lo primero que hicimos al llegar a la habitación, fue probar la resistencia de la cama, porque estuvo provocándome durante todo el viaje, y ya no podía esperar, hicimos el amor de forma
DAVID Por la noche nos fuimos a cenar a un pequeño café, servian cosas que le gustarían a Grace, y el café era delicioso, lo sabía porqué ya habia estado ahi hace un tiempo. - ¡Que rico! supongo que ya habias venido antes. - Un par de veces, cuando di algunas conferencias, siempre tuve la ilusión de traerte aquí, para que probaras el café. - Pues gracias, has sido muy amable. - Amor, ¿que le vas a decir a tu madre?- di un sorbo a mi café, mientras esperaba su respuesta. De repente puso un gesto serio. - Aún no lo sé, la verdad es que no planeaba decirle nada. Entendí lo que habia dicho, ocultaria lo nuestro, en lo que decidía si seguia conmigo o no. - Por supuesto- dije negando- soy un completo estúpido, ¿Cómo pude pensar que me perdonarías y me aceptarias tan rápido?- pedí la cuenta al mesero. -soy un idiota- murmuré para mí. Pagué y me levanté de la mesa, la esperé de pie afuera en la calle, pensando. - David, por favor, aclara tus ideas, no es lo que piensas.- di