¡Hola! ¿Cómo están? Gracias por seguir leyendo mi historia, hubo algunos cambios con respecto al desenlace... Sé que no todos están contentos con ello, pero, como lo había comentado, aún necesito que algunas cosas sucedan para el correcto desarrollo y desenlace de la historia... Además, enero está siendo un mes difícil para mí... les ruego que me comprendan y tenga un poco más de paciencia sobre los errores gramaticales y de ortografía que pueda haber... primero la cirugía, luego covid, perdí la voz por completo y mi hija tiene paperas... mi cabeza va a estallar... ¿Solo a mí se me hace eterno enero? jeje En fin, ¡Muchas gracias por dedicarme su tiempo y palabras! Cada comentario me llena el alma y me da el aliento que necesito, puede que me cueste un poco responder estos días, pero los leo todos Gracias
- Todo eso de tu relación con Salvador... es demasiado complicado - suspiró Dante, reclinado contra el respaldar del sillón de madera, en la terrazaPara disfrutar del respiro del calor que les estaba brindando la lluvia, se habían acomodado en la terraza… pero la mezcla del aire fresco con el alcohol de su bebida, no resultó muy buena combinación para Nina, que terminó contándole a Dante de todo lo que había ocurrido con Salvador años atrás- Es agotador – Nina se estiró en el suelo- No entiendo mucho sobre relaciones – repitió Dante, mirando la acción de Nina con una sensación extraña… ya nada le sorprendía de ella – pero estoy seguro de que no debería ser asíNina se cruzó de piernas como un niño, sentada en el piso - ¿Cómo debería ser el amor para Dante Hatclifft?Las primeras luces del amanecer ya marcaban una línea ligeramente anaranjada en el horizonte y algunos empleados de la estancia se asomaban a ver sorprendidos a su jefe y esa joven, bebiendo como si nada… un miércoles a
Julieta entró corriendo al estudio de Greco Domoniccie -¡Las encontré! Hubo un destello en los ojos de Greco, tan fugaz como un rayo - Están en la residencia Hatclifft- ¿En la residencia?- Sí – Julieta respiraba de manera sonora, agitada - ¿Dante Hatclifft las llevó a su casa?- También me sorprendió… pero sí, están en su casa- Eso… complica un poco nuestro asunto – se rascó la frente con un dedo- No tanto… - Podemos movilizar un par de hombres… pero… ¿Cómo te enteraste de que están allí?- Los investigadores de Salvador son de otro nivel… - resumió ella - No hagas nada aún…- Tengo un equipo yendo hacia allá…- No seas estúpida – la reprendió Greco – Hay mejores maneras de lidiar con esto y Salvador al mismo tiempo…------------------------------------------ --------------------------------------------------------------En medio del playón de entrenamiento del campamento militar en la capital, Salvador se detuvoSobre sus anchas botas negras, miró a todos los hombres unifor
- Buscaré a Eva – le dijo Salvador a Mauricio mientras entraban en las duchas del campamento militarMauricio no se parecía en nada a lo que alguna vez fueCon la barba incipiente y el cabello despeinado, las oscuras ojeras por no dormir más de un par de horas cada noche y el rostro pálido por tanto tiempo encerrado, parecía una persona enferma, cerca de las últimas etapas de una enfermedad terminalSería mentir decir que a Salvador no le afectaba verlo asíAunque no lo quisiera… lo registraba como parte de su familia y le guardaba cierto afectoSi hacía memoria, tuvieron alguno que otro momento bueno como primos cuando él volvió del campo, tras la muerte de sus padres, y Mauricio apenas era un niño que pasaba del metro de altura- ¿A dónde está Nina? – susurró Mauricio, que se estremeció cuando sintió el agua contra su piel desnuda- ¿Por qué no comías lo que te enviaba?- ¿Quién comería mientras está encerrado?- Cualquiera… Luego de un par de días, yo comería - Quería aprovechar p
A unos metros por encima de los hombres, Nina, que dormía como si la noche fuera suya, aunque ya fuera un nuevo día, arrugó la frente cuando el doctor presionó su abdomenPero nada másNo se movió, no se quejó dormida ni mucho menos se despertó sin importar cuánto la revisaran Pasó una hora… dos…Y ella dormía… Y Dante y Salvador se miraban en silencio, enfrentándose con las miradas- ¿Puedo ver a mi esposa?- Duerme- ¿A qué hora despierta?- Es difícil saberlo… anoche… fue una larga noche, estará cansada- ¿Qué pasó anoche?- Bebimos un poco - ¿Por qué?- ¿Desde cuándo hay un porqué para disfrutar de una copa de vino? O dos… Mauricio, que no tenía ni fuerzas ni ganas para sumarse a ese conflicto, revoleaba la vista y miraba para otro ladoCarlos, que había aprendido a mantener una expresión neutral siempre que estaba al lado de Dante Hatclifft, miraba a Mauricio con envidiaSi pudiera, él también haría exactamente la misma expresión- ¿Sucede algo, Doctor Domoniccie? – le pregunt
Los gritos alcanzaron cada rincón de la casa, sacudiendo a todosSara fue la primera en llegar a Nina, seguida de Magnolia, que fue empujada fuera del cuarto por Felipe, que llegó un poco tarde pero justo a tiempo para evitar que la niña viera a su madre en ese estadoDante seguía parado en medio de la habitación, intentando adivinar qué había sido eso tan malo que había dicho para ponerla de esa maneraY, por supuesto, el padre de Dante, su secretario y sus invitados también se sobresaltaronQuién más se estremeció fue Mauricio, que conocía a la perfección ese grito, que estaba tan grabado en él como en NinaQuizás fue en aquel momento, años atrás, cuando se dio cuenta de que, en realidad, no quería provocarle más dolor a esa joven, que se desgarraba en cuerpo y alma para dar paso a una nueva vida- ¿Qué sucede? – preguntó Salvador, tomando del brazo a Carlos, que quería salir corriendo escaleras arriba- Nn… no lo sé – miró de reojo hacia la dirección del cuarto de Nina sin darse cu
Nina había tocado fondo… al menos, el fondo de lo que podía soportarNo tenía más fuerzas ni más excusasNegarse a ese hombre solo había servido para terminar rendida a sus pies¿Y qué se hace con lo que uno siente?Cuando lo que se siente es tan fuerte que puede desgarrar y doblegar incluso la propia voluntadLa decisión correcta... era dejar de resistirse Mientras lo negó a él, su existencia y sus propios sentimientos, solo sufrióY eso no terminaba bien, de nuevo, al menos tendría el consuelo de haberlo intentado... otra vez... ¿No?Lo olvidó y volvió a élLo odió y volvió a élLo resintió y volvió a élComo si Salvador fuera la única constante en su vida, entre tanto caos y olvidoComo si él fuera el único camino hacia ella misma y solo pudiera dejar de pensar cada vez que él la hacía sentirYa lo había notado antes de que la casa en el campo estallara en una lluvia de balasYa había tomado esa decisión aquella noche... la de dejarse convencerEs solo que el dolor tiene la capaci
Salvador reconoció el límite que Dante acababa de marcarEra su territorioPor Magnolia y por Nina, no podía permitirse levantar sospechas Aunque contaba con que su abuelo y aquella rubia que siempre le revoloteaba como las moscas a la leche supieran que él estaba allí, no podía darles el mínimo margen de acercarse a ellos y si la residencia Hatclifft se veía envuelta en un escándalo con la familia Domoniccie, esa estancia tendría la misma suerte que la casa en el campoPlanto un beso en la frente de Nina y con Magnolia en sus brazos, salióSe hizo un silencio en el cuarto que inquietaba a Nina, quien creía que para entonces, sus emociones ya estaban algo entumecidas después de tanto despertar y dormir, llorar y discutir¿Era por el embarazo?Todo eso de sentir una cosa y luego otra con tanta intensidad que su estómago pasaba de tener un hormigueo a ponerse tenso, la desconcertaba - ¿De verdad vas a volver con él? – le preguntó Dante, atravesándola con la miradaNina no sabía cómo r
Parado en la galería, Mauricio miraba como Nina se unía a Magnolia y Salvador en el areneroLos hombres uniformados del General Domoniccie que se corrieron de sus posiciones para que ella se acercara, volvieron a cerrarse en forma de círculo, formando una barrera entre la familia de tres dentro, y el resto - Relájate – palmeó el hombro de Dante – no eres el único que quedó fueraDante miró con desagrado la mano de Mauricio - ¿Siempre es así de engreído? – preguntó, señalando con el mentón hacia donde estaba Salvador- ¿Por qué lo dices?- Traer tantos soldados a mi casa… ¿Quiere presumir de su poder o qué?- ¿Puede presumir delante de Dante Hatclifft? – Mauricio levantó una ceja- ¿Tú qué crees?- Que tú no tienes nada que envidiarle – se oyó una risita de Nina a la distancia - ¿No?- Por supuesto que no… - apretaba los puños a sus costados con fuerza- Solo es algo… posesivo con sus cosas – Mauricio hablaba despacio, sin apartar los ojos de cada expresión de Dante- ¿A qué te refier