Julieta entró corriendo al estudio de Greco Domoniccie -¡Las encontré! Hubo un destello en los ojos de Greco, tan fugaz como un rayo - Están en la residencia Hatclifft- ¿En la residencia?- Sí – Julieta respiraba de manera sonora, agitada - ¿Dante Hatclifft las llevó a su casa?- También me sorprendió… pero sí, están en su casa- Eso… complica un poco nuestro asunto – se rascó la frente con un dedo- No tanto… - Podemos movilizar un par de hombres… pero… ¿Cómo te enteraste de que están allí?- Los investigadores de Salvador son de otro nivel… - resumió ella - No hagas nada aún…- Tengo un equipo yendo hacia allá…- No seas estúpida – la reprendió Greco – Hay mejores maneras de lidiar con esto y Salvador al mismo tiempo…------------------------------------------ --------------------------------------------------------------En medio del playón de entrenamiento del campamento militar en la capital, Salvador se detuvoSobre sus anchas botas negras, miró a todos los hombres unifor
- Buscaré a Eva – le dijo Salvador a Mauricio mientras entraban en las duchas del campamento militarMauricio no se parecía en nada a lo que alguna vez fueCon la barba incipiente y el cabello despeinado, las oscuras ojeras por no dormir más de un par de horas cada noche y el rostro pálido por tanto tiempo encerrado, parecía una persona enferma, cerca de las últimas etapas de una enfermedad terminalSería mentir decir que a Salvador no le afectaba verlo asíAunque no lo quisiera… lo registraba como parte de su familia y le guardaba cierto afectoSi hacía memoria, tuvieron alguno que otro momento bueno como primos cuando él volvió del campo, tras la muerte de sus padres, y Mauricio apenas era un niño que pasaba del metro de altura- ¿A dónde está Nina? – susurró Mauricio, que se estremeció cuando sintió el agua contra su piel desnuda- ¿Por qué no comías lo que te enviaba?- ¿Quién comería mientras está encerrado?- Cualquiera… Luego de un par de días, yo comería - Quería aprovechar p
A unos metros por encima de los hombres, Nina, que dormía como si la noche fuera suya, aunque ya fuera un nuevo día, arrugó la frente cuando el doctor presionó su abdomenPero nada másNo se movió, no se quejó dormida ni mucho menos se despertó sin importar cuánto la revisaran Pasó una hora… dos…Y ella dormía… Y Dante y Salvador se miraban en silencio, enfrentándose con las miradas- ¿Puedo ver a mi esposa?- Duerme- ¿A qué hora despierta?- Es difícil saberlo… anoche… fue una larga noche, estará cansada- ¿Qué pasó anoche?- Bebimos un poco - ¿Por qué?- ¿Desde cuándo hay un porqué para disfrutar de una copa de vino? O dos… Mauricio, que no tenía ni fuerzas ni ganas para sumarse a ese conflicto, revoleaba la vista y miraba para otro ladoCarlos, que había aprendido a mantener una expresión neutral siempre que estaba al lado de Dante Hatclifft, miraba a Mauricio con envidiaSi pudiera, él también haría exactamente la misma expresión- ¿Sucede algo, Doctor Domoniccie? – le pregunt
Los gritos alcanzaron cada rincón de la casa, sacudiendo a todosSara fue la primera en llegar a Nina, seguida de Magnolia, que fue empujada fuera del cuarto por Felipe, que llegó un poco tarde pero justo a tiempo para evitar que la niña viera a su madre en ese estadoDante seguía parado en medio de la habitación, intentando adivinar qué había sido eso tan malo que había dicho para ponerla de esa maneraY, por supuesto, el padre de Dante, su secretario y sus invitados también se sobresaltaronQuién más se estremeció fue Mauricio, que conocía a la perfección ese grito, que estaba tan grabado en él como en NinaQuizás fue en aquel momento, años atrás, cuando se dio cuenta de que, en realidad, no quería provocarle más dolor a esa joven, que se desgarraba en cuerpo y alma para dar paso a una nueva vida- ¿Qué sucede? – preguntó Salvador, tomando del brazo a Carlos, que quería salir corriendo escaleras arriba- Nn… no lo sé – miró de reojo hacia la dirección del cuarto de Nina sin darse cu
Nina había tocado fondo… al menos, el fondo de lo que podía soportarNo tenía más fuerzas ni más excusasNegarse a ese hombre solo había servido para terminar rendida a sus pies¿Y qué se hace con lo que uno siente?Cuando lo que se siente es tan fuerte que puede desgarrar y doblegar incluso la propia voluntadLa decisión correcta... era dejar de resistirse Mientras lo negó a él, su existencia y sus propios sentimientos, solo sufrióY eso no terminaba bien, de nuevo, al menos tendría el consuelo de haberlo intentado... otra vez... ¿No?Lo olvidó y volvió a élLo odió y volvió a élLo resintió y volvió a élComo si Salvador fuera la única constante en su vida, entre tanto caos y olvidoComo si él fuera el único camino hacia ella misma y solo pudiera dejar de pensar cada vez que él la hacía sentirYa lo había notado antes de que la casa en el campo estallara en una lluvia de balasYa había tomado esa decisión aquella noche... la de dejarse convencerEs solo que el dolor tiene la capaci
Salvador reconoció el límite que Dante acababa de marcarEra su territorioPor Magnolia y por Nina, no podía permitirse levantar sospechas Aunque contaba con que su abuelo y aquella rubia que siempre le revoloteaba como las moscas a la leche supieran que él estaba allí, no podía darles el mínimo margen de acercarse a ellos y si la residencia Hatclifft se veía envuelta en un escándalo con la familia Domoniccie, esa estancia tendría la misma suerte que la casa en el campoPlanto un beso en la frente de Nina y con Magnolia en sus brazos, salióSe hizo un silencio en el cuarto que inquietaba a Nina, quien creía que para entonces, sus emociones ya estaban algo entumecidas después de tanto despertar y dormir, llorar y discutir¿Era por el embarazo?Todo eso de sentir una cosa y luego otra con tanta intensidad que su estómago pasaba de tener un hormigueo a ponerse tenso, la desconcertaba - ¿De verdad vas a volver con él? – le preguntó Dante, atravesándola con la miradaNina no sabía cómo r
Parado en la galería, Mauricio miraba como Nina se unía a Magnolia y Salvador en el areneroLos hombres uniformados del General Domoniccie que se corrieron de sus posiciones para que ella se acercara, volvieron a cerrarse en forma de círculo, formando una barrera entre la familia de tres dentro, y el resto - Relájate – palmeó el hombro de Dante – no eres el único que quedó fueraDante miró con desagrado la mano de Mauricio - ¿Siempre es así de engreído? – preguntó, señalando con el mentón hacia donde estaba Salvador- ¿Por qué lo dices?- Traer tantos soldados a mi casa… ¿Quiere presumir de su poder o qué?- ¿Puede presumir delante de Dante Hatclifft? – Mauricio levantó una ceja- ¿Tú qué crees?- Que tú no tienes nada que envidiarle – se oyó una risita de Nina a la distancia - ¿No?- Por supuesto que no… - apretaba los puños a sus costados con fuerza- Solo es algo… posesivo con sus cosas – Mauricio hablaba despacio, sin apartar los ojos de cada expresión de Dante- ¿A qué te refier
Cuando el avión descendió, Greco Domoniccie se levantó de su asiento con un hormigueo en el estómagoUna sensación que no embargaba desde hacía décadas, se dispersaba en su interior: ansiedad La comisa de sus labios se curvó hacia arribaEl gran día había llegadoLa tensión en el aire le resultaba incluso curiosa- Durante décadas hiciste lo que quisiste, Greco – Alfredo Mansilla lo recibió al bajar del avión – No puedo creer que a esta altura de la vida se te dé por pelear- Es todo o nada – se enderezó apoyando ambas manos en su bastón- Déjate de tanto teatro – le dijo, mirando el bastón – que estás mejor que todos nosotros juntos Greco hizo girar su bastón y lo acomodó debajo de su brazo, mientras lo seguía hasta el auto negro a un costado- Es por seguridad – dijo, refiriéndose al bastón- Si tú no tienes problemas de equilibrioGreco sonreía de oreja a oreja, como si todo aquello fuera divertido- ¿Cómo procedemos? – preguntó el anciano- Tenemos quince hombres para abordar el