Henry Webber por fin siente que su vida está mejorando. Después de un tormentoso divorcio, se ha quedado en la ruina y con treinta y cinco años ha tenido que volver a casa de sus padres. La única motivación que tiene son sus hijas, más la manutención que debe pagarle a su ex que lo exprime a fin de mes. Pero tras casi un año de estar cesante y llegar a pensar de tirarse del Puente de Brooklyn, consigue empleo en una prestigiosa empresa de publicidad. Los primeros meses van de maravilla: tiene un salario más que decente, y con algo de suerte puede ver a sus hijas una noche por semana y recibirlas un fin de semana cada quince. Su confianza ha vuelto y está de regreso en el mercado femenino, convirtiéndose en el casanova del lugar.Su vida está a punto de cambiar, abrieron nuevas plazas de trabajo y hay oportunidades de ascender, esta vez en su área que es la publicidad. ¡Y lo consigue! Pero no es lo que en realidad esperaba.Su nueva jefa no solo es menor que él, sino que también debe ocupar el puesto de asistente personal y complacer los caprichos de esa chica que, aparte de su carácter, tiene pinta de estudiante universitaria y le cae mal. Sin embargo, a Gem Rivers no le puede importar menos lo que su nuevo asistente piense, y pasa de Hank de tal forma que le crispa los nervios al hombre, hasta una noche en la que él descubre su oscuro secreto.Solo entonces ella le demostrará por qué está sobre él, incluso… fuera de la oficina.
Leer másContemplaba el contrato del nuevo cliente una vez más, había quedado de encontrarse con ellos el cinco de enero para la firma; en secreto, esperaba con ansias el momento de trabajar codo a codo con Gem Rivers de nuevo.Su vida había cambiado notoriamente, cuatro meses atrás fue propuesto por su ex jefa para una promoción en el departamento de publicidad, lo que le ganó un increíble aumento y un mejor puesto de trabajo; ahora se equiparaba con su cuñado Pedro Cruz, con quien mantenía una saludable competencia al respecto de conseguir nuevas campañas.Esa noche se encontraba en Nok-Tok porque había quedado de asistir a la fiesta de Año Nuevo que iban a celebrar, todos estaban de acuerdo que había mucho que festejar: nuevos y mejores clientes, el galardón de Helen, la nominación de Gem para el año siguiente; pero en especial, todos en el departamento creativo es
La detención de Laura Watkins solo fue el detonante para lo siguiente. Durante la sesión de fotos de Martini Carvalho para la temporada de verano, la policía llegó a detener a Bettany Lane.Henry le había pedido a Helen que estuviera presente durante el proceso, en especial, porque ese miércoles en la mañana no había salido a la luz la detención de Loto, por ende, el escandalo no había explotado.Fue especialmente satisfactorio ver a los oficiales de policía colocarle las esposas a la rubia platinada, que entre quejas y chillidos pedía un abogado y alegaba brutalidad policiaca. Lo mejor de todo era que, la modelo no solo iba a ir detenida como cómplice de Adam Fox, sino también por lo sucedido con Eric Price, siendo acusada de extorsión y reproducción de pornografía; todo gracias a Leonid Serkin, que a petición de Gem Rivers y dado el rumbo espe
Leonid ingresó a su oficina hecho una furia, lanzó su bolso contra la silla de forma violenta, llamando la atención de todos sus compañeros de trabajo que se volvieron a mirarlo con curiosidad y mucha pena, pues algo sabían sobre que ‘su novia’ estaba desaparecida. Laura lo vio todo desde su escritorio, atenta a cada detalle y expresión de Su Señor, preguntándose qué habría pasado.Hacía días que no sabía nada de Adam Fox, y aunque podría parecerle un tanto sospechoso, era necesario mantener las distancias hasta que ya no se viesen más; el destino de La Ama Gemini le traía sin cuidado, sin embargo, la frustración iba ganándole la partida a Libra, que con cada día que pasaba se distanciaba más y más de ella.Incapaz de mantenerse en su puesto por más tiempo, se encaminó a la of
Lars perdió el temple por unos segundos, corrió hasta donde se encontraba el cuerpo inerte de Gemini y comenzó a desamarrar todas las cuerdas que lo sostenían. Primero se enfocó en quitarle ese horrendo collar del cuello, lo lanzó lejos de ella como si fuese una cosa inmunda; luego fue sacando poco a poco todo lo demás, procurando cubrir la magullada desnudez de Su Ama con su propio cuerpo.―Gem ―susurró procurando evitar que su voz se quebrara por el llanto―. Gem-Gem-Gem-Gem-Gem. ―Recibió el peso de su anatomía inconsciente y descendió hasta el suelo inmundo, donde pudo recostarla con delicadeza―. Ama ―musitó sintiendo el nudo de su garganta apretándose con fuerza. No podía ser que hubiesen llegado tarde, no se perdonaría jamás el perderla de ese modo.«Lo mataré» pensó de manera implacable. «Acabaré con &e
Desde que había tomado la determinación de acabar con su tormento, Gem pensó que lo mejor sería hacerlo a lo grande, y si podía llevarse a ese bastardo con ella, lo haría. De ese modo, sacaría un hijo de puta del mundo. La ola de violencia de Fox acabaría con su persona.Solo que, por cada día que pasaba, se sentía más débil. Adam le daba la dosis justa de alimento para que no se muriera de hambre, pero no la suficiente como para que ella recuperara fuerzas. También, cada centímetro de su piel era una sinfonía de dolor, su cuerpo había dejado de quejarse por ello, más no significaba que no la atenazara día y noche. En especial, porque tenía pocas opciones para estirarse y podía pasar hasta catorce horas en la misma posición, pues las cadenas no le daban casi nada de campo de acción.Sin embargo, no se doblegaba, sin i
El último día de abril se cernió sobre Nueva York, vibrante y despampanante. Henry a ratos sentía que no respiraba, agobiado por mantener todo al día, a pesar de la ayuda que otros creativos podían darle. Una rotunda negativa había salido de parte de todos ante la idea de que el puesto de Rivers fuese tomado por Helen o Harold, mucho menos que trajesen a un desconocido para que los dirigiese. Así que todos trabajaban de forma incansable, esperando la llegada de su jefa y se restableciera el orden normal del universo.Cuando no estaba agobiado por el trabajo ―que continuaba como siempre, lleno de sesiones fotográficas, futuros comerciales de televisión y todo lo demás― era la eterna pelea con Melinda.Ese otro frente era igual de absorbente que Nok-Tok, sin embargo, Sharon Payne había demostrado que era más que competente. Casi de forma despiadada orilló a la trabajadora so
Suaves toques cariñosos la despertaron. Gem se encontraba acurrucada en el suelo, muy cerca de la pared, para que la cadena atada al collar que portaba en el cuello no la estrangulara. Una de las veces que se quedó dormida, despertó con el nuevo implemento puesto, ahora no solo se encontraba encadenada por los pies y las muñecas, sino también por la nuca.De hecho no quiso abrir los ojos, nadie más que una persona se atrevería a tocarla con tanto cariño y le daba asco y pánico; por suerte hacía frío y ella estaba desnuda, podía atribuirle sus temblores a eso, esperando que su voz no delatara que estaba aterrada.No sabía cuánto tiempo llevaba cautiva; puesto que había sido drogada, sentía una severa distorsión del tiempo. A ratos la luz eléctrica le fastidiaba los ojos generándole jaquecas; más o menos podía deducir que era
Moría de sed.Lo primero que pensó fue que tenía arena seca en la boca, inundando su lengua y su paladar. Intentó escupir para liberarse de la desagradable sensación, sin embargo nada salió, casi no tenía saliva y los labios se sentían agrietados y resecos.No recordaba gran cosa, lo más reciente en su mente fue la gala de Nok-Tok, intentó hacer memoria para ver si había bebido demasiado, algo inusual en ella, porque una máxima de su vida era jamás perder el control ni quedar en vergüenza. Tenía demasiado arraigados los prejuicios de su gente, así que ella procuró ser todo lo contrario a lo que se esperaría de una chica gitana. Se removió para buscar agua en la cocina, también para tomarse una pastilla para mitigar el dolor de cabeza que le taladraba las sienes y hacía martillear su corazón de forma desesperada.
―¿Qué fue lo que le pasó a Gemini? ―demandó Leonid apenas vio a Lars.―Activó una alerta de seguridad de su móvil ―respondió con frialdad.―Eso lo sé, me llegó a mi teléfono ―replicó el otro elevando el tono de su voz―. Vine a su casa a ver si le había sucedido algo.―¿A qué hora fue eso? ―preguntó el detective.Estaban en la sala del departamento, todo se veía normal, sin ninguna variación, tal cual y como lo dejaron antes de que él mismo la llevara a la gala. Leonid estaba pálido y desesperado, se manoteaba el cabello continuamente.La policía estaba revisando, aunque se notaba que nada se encontraba fuera de lugar, era evidente que la desaparición de Gem no sucedió allí, ni tampoco habían ido a ese lugar después de la abducción.Lars comenzaba a impacientarse,