Todo gira a mi alrededor, intento levantar la cabeza pero esta me pesa demasiado. Mis manos y pies están sujetados a los lados de lo que creo es una camilla. Comienzo a forcejear para poder zafarme del agarre, pero mis músculos no me brindan la fuerza suficiente para liberarme.
Ya no tengo la fuerza necesaria.
Escucho voces y pies chocando contra las losetas.
Un clic retumba en cuanto la puerta se abre.
— Pero mira que tenemos aquí.
Tom Bosley se pone a los pies de la camilla acariciando el tubo inferior de esta. Dos hombres con bata, están situados detras de él.
¿Qué planeaban hacerme?
— Señor, la caja esta lista. ¿La desatamos?
— No, aún no — acaricia mi pierna —. Déjenme a solas con la chica.
— Pero señor, el general Carver ordeno que la lleváramos... — lo interrumpe.
— Quiero que me dejen un momento a solas,
Mis párpados pesan, no sé por cuánto tiempo llevo conduciendo, pero estoy segura que me encuentro cerca.Tengo que estarlo.La noche cayó y el amanecer ya está por llegar. La lluvia se detuvo y debo admitir que fue de gran ayuda que lo hiciera. Tengo menos de medio tanque, tengo darme prisa si quiero lograrlo. Jamás me había sentido tan cansada.¿Es así cuando es el final?No.Borro ese pensamiento,lo lograré estoy segura. ❃❁❃❁❃❁❃Veo las montañas que rodean el pueblo, el cielo comienza a iluminarse de un gris claro. Mi corazón se acelera por lo cerca que me encuentro.Por un momento pienso en ir a la cabaña, pero no puedo perder tiempo aunque una parte de mí ruegue ir.
Corro ayudarle a River para cerrar la puerta, pero es inútil. Es imposible vencer a seis militares. Dos de ellos someten a River y uno a mí, situándonos de rodillas sobre la madera. Están por hacer lo mismo a mi abuelo, pero el sede con una tranquilidad que siempre envidie.— No se atrevan a hacerle daño, no a él.— grito hacia los militares de a un lado de mi abuelo.Uno de ellos me mira fijamente, es corpulento pero no tan alto como los otros, su cabeza está afeitada pero el pelo comienza a crecerle.— ¿Entonces a él sí? — señala hacía River.El hombre hace un movimiento con la cabeza y el que sostiene a River lo jala por el cabello haciendo que su cabeza caiga hacia atrás.River no grita, ni hace la más mínima expresión.— Con qué te estás resistiendo, ¿te crees muy valiente? — el hombre se aferra de su cabello y suelta un puñetazo contra su cara.
Estoy parada en campo rodeada de espigas que se mueven de un lado a otro, casi como un baile, mientras el viento silba a través de ellas.Todo es tan sereno, y no hay nadie a excepción de mí.Estoy sola, completamente sola.— ¿Qué estás haciendo aquí Brenna? — me giro al escuchar su voz. — ¿Dónde estamos abuelo?— Un nuevo comienzo— ¿Para nosotros?— No hija, solo para mí.Mi abuelo sigue andando dejándome atrás.— ¿Y tú a dónde vas?— Yo me quedaré aquí.— ¿Y yo a dónde tengo que ir?— De regreso — me indica.— Pero... pero — dudo — ¿Por qué no puedo quedarme?— Este no es tu cielo, no todavía.— ¿Mi cielo?Levanto la cabeza y el cielo se encuentra de un color anaranjado en tonos difuminando. Es hermoso.
¡Hola!Antes de comenzar a leer, quiero agradecerte por estár aquí y por supuesto, darte la bienvenida. RAIN es una historia que ha estado escondida por unos cuantos años, pero ciertas personas me motivaron a compartirla y aquí esta. Independientemente de lo que ocurra después quiero agradecer tu tiempo y opiniones sinceras, eso me motiva a seguir escribiendo.En fin, disfruta tu lectura y si te gusta la historia, espero puedas apoyarme con mis futuras historias.Para cualquier duda o aclaración no dudes en preguntar, lxs estaré leyendo.Ahora si, llego la hora de ser valiente.¿Estás listx para saber si eres un rain?
Ella corría rápidamente.Sus pies crujían contra la tierra, el aire alborotaba su cabello y mientras más corría más sentía la sensación del agua chocar contra su rostro. Sus pulmones estaban a punto de explotar, como un millón de gotas a través de ella. Por un momento, pensó ceder; sin embargo, la imagen de las personas que más amaba golpearon su mente. Se detuvo un momento.Inhaló y exhaló.Al girarse vio que ya estaba tras de ella, intentó correr. Pero era inútil, ya no tenía las fuerzas necesarias para seguir.Sintió un tirón.La tomaron por el cabel
Corrían de un lado para otro, yo me encontraba sentada en la hierba de lo agotada que estaba.El viento hacia mover la copa de los árboles, y con ellos los pájaros volaban en el cielo gris.Sin embargo, mi hermanita Grisel, parecía no agotar su energía; corría tanto, que su gorro color rojo se le bajaba cubriéndole los ojos. Lea, era nuestra vecina y mejor amiga de Grisel, siempre traía un pasador de nube que hacia juego con sus ojos claros. Ambas parecían tener una energía impresionante y solo eran dos años más jóvenes.Sus respiraciones eran agitadas, podría jurar que sus corazones se escuchaban. Al poco rato, se tendieron en la hierba y comenzaron a jugar con tierra.Yo solo observe.Como un zorro.Mi abuelo me había contado que ellos tenían la habilidad de observar lo que otros pasaba por inadvertido. Si eso fuera un superpoder,
La tarde siguiente después de la escuela decidí salir a caminar al bosque, el aire era fresco y la lluvia no se veía cercana. No al menos por ahora. El andar sola me relajaba, aunque mi mamá y abuelo no estaban de acuerdo por los animales que habitaban en la zona. Algunas veces era peligroso, ya que los zorros o algunos otros rondaban cerca. Pero nunca me dio miedo encontrarme con alguno de ellos. Si estaba en lo correcto los zorros eran mi animal favorito; valientes, persistentes, pero, lo que más me gustaba era que se les consideraba como el proyector de la familia. Yo quería ser así en cualquiera de los dos momentos que la vida nos presenta, buenos y malos. Me detengo cuando
En Luviana la lluvia era de lo más normal, estábamos acostumbrados a los cielos grises; a gente fuera con sus sombrillas, niños jugando entre los charcos y el olor a tierra mojada.Pero simplemente una tarde todo cambio y el cielo gris se enfureció. ❃❁❃❁❃❁❃— ¡Brenna! — Grita mi madre desde la cocina —. Ve por Grisel ahora, comenzará a llover y no quiero que atrape un resfriado.— Ya casi termino, solo corto un par de flores e iré por ella — chil