Las cosas siempre las encuentra uno mismo, pero las personas van y vuelven por sí solas. Sin embargo, nunca creí eso último.
Me quedo quieta en lugar que estoy, como si hubieran apretado un botón que provocara que mi cuerpo dejara de funcionar. Mi mente sigue asimilando este momento.
No puede ser real. Lo estás imaginando.
La persona que tengo justo enfrente se acerca lentamente como si no quisiera asustarme, pero lo que no sabe es que en este momento mi cuerpo dejo de procesar el miedo.
— Brenna, mi pequeña Brenna. — sujeta mi cara por ambas mejillas.
Sin darme cuenta ya me encuentro abrazándola con lágrimas en los ojos, de estos caen muchas lágrimas.
— ¿Dónde? ¿Cómo es que estás... viva? — titubeo.
No le digo que una parte de mí ya había aceptado que no volvería.
Y lo hizo.
¿Pero por qué a hora?
— T
La persona que tengo en frente de mí, la desconozco completamente.Ya no es la persona de la que tengo recuerdos.Ya no es la persona que guardo en mi corazón. Se la llevaron aunque la tenga aquí delante mío.— ¿Sabes de ellos? — pregunto.— ¿De los rain?— Lo supe cuando me llevaron, supe que yo era una de ellos.Aprieto los ojos deseando salir de aquí. Deseando poder estar en la cabaña.— Todo este tiempo rogaba al cielo que volvieras. Hablaba como si en verdad me escucharas o me estuvieras viendo. Quería que te sintieras orgullosa de mí.¿Sabes lo estúpida que me siento ahora? ¡Lo sabes! — chillo — ¡Por supuesto que no, todo este tiempo solo pensaste en ti!Ella me mira con cierta sorpresa, lastima. Pero no hay rastro de dolor. No lo hay.Solo veo unos ojos vacíos repletos de indiferencia
Todo gira a mi alrededor, intento levantar la cabeza pero esta me pesa demasiado.Mis manos y pies están sujetados a los lados de lo que creo es una camilla. Comienzo a forcejear para poder zafarme del agarre, pero mis músculos no me brindan la fuerza suficiente para liberarme.Ya no tengo la fuerza necesaria.Escucho voces y pies chocando contra las losetas.Unclicretumba en cuanto la puerta se abre.— Pero mira que tenemos aquí.Tom Bosley se pone a los pies de la camilla acariciando el tubo inferior de esta. Dos hombres con bata, están situados detras de él.¿Qué planeaban hacerme?— Señor, la caja esta lista. ¿La desatamos?— No, aún no — acaricia mi pierna —. Déjenme a solas con la chica.— Pero señor, el general Carver ordeno que la lleváramos... — lo interrumpe.— Quiero que me dejen un momento a solas,
Mis párpados pesan, no sé por cuánto tiempo llevo conduciendo, pero estoy segura que me encuentro cerca.Tengo que estarlo.La noche cayó y el amanecer ya está por llegar. La lluvia se detuvo y debo admitir que fue de gran ayuda que lo hiciera. Tengo menos de medio tanque, tengo darme prisa si quiero lograrlo. Jamás me había sentido tan cansada.¿Es así cuando es el final?No.Borro ese pensamiento,lo lograré estoy segura. ❃❁❃❁❃❁❃Veo las montañas que rodean el pueblo, el cielo comienza a iluminarse de un gris claro. Mi corazón se acelera por lo cerca que me encuentro.Por un momento pienso en ir a la cabaña, pero no puedo perder tiempo aunque una parte de mí ruegue ir.
Corro ayudarle a River para cerrar la puerta, pero es inútil. Es imposible vencer a seis militares. Dos de ellos someten a River y uno a mí, situándonos de rodillas sobre la madera. Están por hacer lo mismo a mi abuelo, pero el sede con una tranquilidad que siempre envidie.— No se atrevan a hacerle daño, no a él.— grito hacia los militares de a un lado de mi abuelo.Uno de ellos me mira fijamente, es corpulento pero no tan alto como los otros, su cabeza está afeitada pero el pelo comienza a crecerle.— ¿Entonces a él sí? — señala hacía River.El hombre hace un movimiento con la cabeza y el que sostiene a River lo jala por el cabello haciendo que su cabeza caiga hacia atrás.River no grita, ni hace la más mínima expresión.— Con qué te estás resistiendo, ¿te crees muy valiente? — el hombre se aferra de su cabello y suelta un puñetazo contra su cara.
Estoy parada en campo rodeada de espigas que se mueven de un lado a otro, casi como un baile, mientras el viento silba a través de ellas.Todo es tan sereno, y no hay nadie a excepción de mí.Estoy sola, completamente sola.— ¿Qué estás haciendo aquí Brenna? — me giro al escuchar su voz. — ¿Dónde estamos abuelo?— Un nuevo comienzo— ¿Para nosotros?— No hija, solo para mí.Mi abuelo sigue andando dejándome atrás.— ¿Y tú a dónde vas?— Yo me quedaré aquí.— ¿Y yo a dónde tengo que ir?— De regreso — me indica.— Pero... pero — dudo — ¿Por qué no puedo quedarme?— Este no es tu cielo, no todavía.— ¿Mi cielo?Levanto la cabeza y el cielo se encuentra de un color anaranjado en tonos difuminando. Es hermoso.
¡Hola!Antes de comenzar a leer, quiero agradecerte por estár aquí y por supuesto, darte la bienvenida. RAIN es una historia que ha estado escondida por unos cuantos años, pero ciertas personas me motivaron a compartirla y aquí esta. Independientemente de lo que ocurra después quiero agradecer tu tiempo y opiniones sinceras, eso me motiva a seguir escribiendo.En fin, disfruta tu lectura y si te gusta la historia, espero puedas apoyarme con mis futuras historias.Para cualquier duda o aclaración no dudes en preguntar, lxs estaré leyendo.Ahora si, llego la hora de ser valiente.¿Estás listx para saber si eres un rain?
Ella corría rápidamente.Sus pies crujían contra la tierra, el aire alborotaba su cabello y mientras más corría más sentía la sensación del agua chocar contra su rostro. Sus pulmones estaban a punto de explotar, como un millón de gotas a través de ella. Por un momento, pensó ceder; sin embargo, la imagen de las personas que más amaba golpearon su mente. Se detuvo un momento.Inhaló y exhaló.Al girarse vio que ya estaba tras de ella, intentó correr. Pero era inútil, ya no tenía las fuerzas necesarias para seguir.Sintió un tirón.La tomaron por el cabel
Corrían de un lado para otro, yo me encontraba sentada en la hierba de lo agotada que estaba.El viento hacia mover la copa de los árboles, y con ellos los pájaros volaban en el cielo gris.Sin embargo, mi hermanita Grisel, parecía no agotar su energía; corría tanto, que su gorro color rojo se le bajaba cubriéndole los ojos. Lea, era nuestra vecina y mejor amiga de Grisel, siempre traía un pasador de nube que hacia juego con sus ojos claros. Ambas parecían tener una energía impresionante y solo eran dos años más jóvenes.Sus respiraciones eran agitadas, podría jurar que sus corazones se escuchaban. Al poco rato, se tendieron en la hierba y comenzaron a jugar con tierra.Yo solo observe.Como un zorro.Mi abuelo me había contado que ellos tenían la habilidad de observar lo que otros pasaba por inadvertido. Si eso fuera un superpoder,