Alejandra Marie Costa de Bonnet
—Raquel, puedes ayudarme con los invitados, debo hablar con mis suegros sobre Jonathan —Digo con un nudo formándose en mi garganta.
—Señora Bonnet, no quiero ser entrometido, pero debería sincerarse con sus suegros, no puede cargar con eso sola, los señores Bonnet son comprensivos.
Mis suegros compresivos algún día quisiera ver eso… pero, ellos solo comprendían a una sola persona su hijo mayor y nadie más fuera de su núcleo familiar.
—Lo sé, Raquel, gracias porque siempre estás de mi lado –Veo, pena en su ojos eso me pone aún más triste.
—Siempre señora, voy apoyarla, aunque parezca entrometido de mi parte quiero expresar mis pensamientos, señora debe ponerle un paro al señor Bonnet, por su propio bien. Son muchas las ocasiones que hace esto no es justo para usted.
Estoy de acuerdo con ella, sin embargo que puedo hacer divorciarme, se formula la palabra en mi mente.
—Gracias, Raquel. Iré en buscar de mis suegros —Me despido de ella con mis ojos picantes por la necesidad de llorar.
Inicio mi camino de la vergüenza preguntándome ¿Por qué debo continuar soportando más indiferencia de mi esposo, estoy llegando a mi límite? Un año de matrimonio más dos de noviazgo totalmente perdidos.
Detengo mis pasos para retomar fuerzas respiro profundo para controlar mis nervios ¿Por qué me lastima de esta forma? ¿Por qué no me pide el divorcio de una buena vez por todas? ¿Por qué dejarme en esta incertidumbre?
Estoy por reiniciar mis pasos cuando al elevar mi rostro choco con alguien frente a mí, estoy por caer hacia atrás por la fuerza del golpe, pero mi caída al suelo nunca llega, unas fuertes manos me sostienen de mi inminente golpe en el suelo. Para luego envolverme entre sus brazos.
Conmocionada me pregunto de quien se trata pero al reconocer su voz se exactamente de quien se trata mi salvador.
—Estás bien, Alejandra. No te hiciste daños —Esa voz electriza mis sentidos pertenece a ese hombre.
—Yo, estoy bien… solo, me distraje por favor, disculpe señor Müller —Me siento tan a penada que no puedo ver directamente su rostro.
—Segura que te encuentras bien Alejandra —Asiento aún entre sus brazos.
Su mirada se concentra en mi rostro, por un momento he olvidado que debo hacer mi cerebro está en blanco, que me está pasando por qué actuó así con este hombre.
De repente su mirada se concentra en mi rostro como si estuviera contemplando lo siguiente a decir es correcto.
—Alejandra, eres muy hermosa. La mujer más hermosa que he visto en mi vida. Es una pena que estés casada con Jonathan…
¿Qué cosa dijo este hombre?
Richard Müller
Estuve vigilando sus pasos desde que se alejó, dejándome solo con sus suegros ¡Ella me ha cautivado! Parece una dulce chica perdida en una ola de gente con la que no se siente cómoda. A mi mente acude un solo pensamiento ¿Por qué no la conocí antes que Bonnet? Que suerte tuvo al conocer ese bello ángel.
Entre la conglomeración de personas que asisten a su aniversario la veo esquivar con una sonrisa cortes a los invitados que la abordan para saber sobre Bonnet. Lo que me hace preguntarme ¿Dónde está mi amigo?
¿Por qué su mujer está sola en su propio aniversario de bodas?
Estudio su silueta como se desplaza como si se tratara de una elegante bailarina entre las personas. Ella es hermosa incluso al caminar. Se detiene junto con su asistente una chica de edad similar a ella. ¿Cuántos años debe tener? A pesar del maquillaje, Alejandra no logra ocultar que solo es una niña, quizás debe tener a lo mucho unos veintidós años.
¿Cómo terminó Bonnet casándose con una chica tan joven? Hasta donde tengo entendido mi amigo tiene mi edad.
Continuó siguiendo con mi mirada a la preciosa señora Bonnet, noto que su rostro pierde el color de repente por algo que su asistente dice ¿Qué puede estar ocurriendo?
Eso me lleva a prestarle más atencion.
Ella, se despide de su asistente, sus pasos ahora son distraídos, eso me confirma que algo malo debe estar pasando.
Mi instinto me lleva a seguirla entre la multitud de invitados, cuando me encuentro a unos pocos metros de ella, busco hacer contacto visual con ella, pero en su distracción Alejandra avanza chocando su suave cuerpo contra el mío.
Su dulce aroma golpea mis sentimientos por un momento me siento perdido, pero al notar que ella pierde el equilibrio la sostengo de sus brazos con mis manos.
Luego la envuelvo entre mis brazos cuya respuesta de mis emociones alteradas por esta chica siento desplazarse una corriente eléctrica expandiéndose en mis terminaciones nerviosas. Activando una sensación que creí jamás volver a experimentar después de ella. La mujer que rompió mis ilusiones hace unos años.
Alejandra me despierta de mi interminable sueño al sentirla tan cerca.
—Estás bien, Alejandra. No te hiciste daños —Pregunto preocupado por saber si se hizo daño.
Ella niega con su pequeña cabecita
—Yo, estoy bien… solo, me distraje por favor, disculpe señor Müller —dice, negando.
Su voz se escucha nerviosa, no soy el único afectado, aquí eso me da ideas, pero luego me regaño, por mis pensamientos que en este momento no son nada apropiados con una mujer casada.
—Segura que te encuentras bien Alejandra —Asiente nuevamente como un dulce cervatillo.
Sin poderlo evitar exteriorizo mis pensamientos ¡Si, me iré al infierno, será por ella!
—Alejandra, eres muy hermosa. La mujer más hermosa que he visto en mi vida, es una verdadera pena que estés casada con Jonathan…
Sus ojos se dilatan con sorpresa, ahí está esa mirada de cervatillo que me está enloqueciendo.
Sin detenerme en pensarlo lo suficiente, lo decido esta mujer será mía, aunque eso significa arrebatarla de las manos de Jonathan Bonnet.
Alejandra Marie Costa de Bonnet Me mantiene entre sus brazos de manera posesiva, comienzo a sentirme nerviosa por los rumores que su cercanía pueden desatar en los presentes, por lo que miro en diferentes direcciones notando que nadie está exactamente interesado en nosotros. Eso alivia un poco mis preocupaciones que se malinterprete esta cercanía entre nosotros. —Señor Müller, estoy bien puede soltarme por favor, así evitamos murmuraciones por parte de los invitados de mi marido. Pero el hombre que me sostiene entre sus brazos se niega hacerlo actuando contrario a mi solicitud, deja de envolverme con su calor para tomar mi mano y llevarme con él a un lugar apartado. No sé, ¿Cómo estoy permitiendo que este extraño decida por mí en este momento?, pero acepto que me invade una emoción extraña de anticipación. Llegamos al final del pasillo en ese lugar está el invernadero nadie se acerca por aquí a estas alturas de la noche es una ventaja para que nadie me mire con el invitado de J
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Alejandra, ¿Cómo es que te vas de tú propia fiesta de aniversario, estás loca? Quieres que todos comiencen con murmuraciones —Se alarma mi suegra tomando mi antebrazo con fuerza —Ni se te ocurra salir de aquí criatura del demonio, bastante tengo que soportar tus impertinencias muchachita, ingrata. Ven conmigo ahora. Si nos disculpa señor Müller necesito hablar con mi nuera un par de minutos. Me lleva por la fuerza con ella, dejando a tras al señor Müller que nos observa muy sorprendido. En su mirada veo su intención de seguir mis pasos. Pero niego con un movimiento de mi cabeza. Debía tener esta conversación con mi suegra sin audiencia. Pasamos entre muchas personas que ni se enteran que realmente está pasando, como siempre mi suegra es muy buena para guardar las apariencias, nadie se imaginaria que me está obligando ir con ella. En todo nuestro camino donde sea que me lleve, ella sonríe y saluda, a quien se nos cruza por enfrente como si nada. El
Jonathan Bonnet“Posiblemente mis palabras plasmadas en esta página, no sea de tú interés. Sin embargo aun así decidí dejarlas para ti Jonathan, soy consciente que cuanto acepte casarme contigo me equivoque, pero, quise creer que algún día llegarías a enamorarte de mí… ignore todas las señales y fui egoísta al tratar de ocupar un lugar en tú corazón que ya pertenecía a otra mujer. Lo lamento. Solo que no entiendo ¿Por qué decidiste continuar con la farsa?, ¿Por qué un noviazgo de dos años, sumado a un año de matrimonio junto a una mujer que no amas y que jamás llegaras a desarrollar sentimientos?”Detengo mi lectura sosteniendo con fuerza la maldita hoja de papel que ella me dejó mientras algo en mi pecho se oprime, continuo trazando con mi mirada cada una de sus palabras.“Sé que nunca en estos tres años toque una sola fibra en ti. Finalmente lo comprendo. Y por lo mismo decido dejarte en libertad, para que acudas al lado de la mujer en tu corazón. En cuanto al divorcio todo se resol
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Gracias, señor Müller — ¿Por qué continuas llamándome de esa manera Alejandra?, pensé que después de un par de besos, al menos tendrías la confianza de llamarme por mi nombre de pila. Además de mi ayuda en tu escape me puedes tutear. Me gustaría mucho escuchar de tus labios mi nombre Richard. Esboza una sonrisa que estoy segura derrite el corazón de muchas chicas. Mientras que yo me sonrojo por sus palabras. Con un ligero carraspeo de mi parte agrego. —Estoy agradecida con su ayuda señor Müller… Es decir Richard —Digo, tratando de mantener el control de los latidos de mi corazón. ¿Por qué este hombre me pone tan nerviosa? —Aunque me gustaría ofrecer mi casa para que te quedes. Supongo que declinaras mi oferta —Dice acercando su cuerpo a pocos centímetros a mi prácticamente tocando mi mejilla con sus labios. —No es buena idea Richard –Niego con mi voz que apenas es un murmullo. —Lo sé, Alejandra sería una tentación muy agradable tenerte en mi c
Alejandra Marie Costa de Bonnet ¡Genial lo que me faltaba! Richard Müller ¿Por qué tenía que aparecer en este preciso momento? Bonita, mi suerte. Un escalofrío agradable recorre mi piel, al sentir su aliento a pocos centímetros de mi oreja. Luego calidez cuando el hombre coloca su saco sobre mis hombros ocultando mi cuerpo con poca ropa de la mirada de extraños. —No, quiero que otros te vean Alejandra. Seguro tienes una buena justificación para salir de tú casa de esa manera. Luego me hablas sobre eso. Ahora iremos a conseguirte ropa. Toma mi mano llevándome con él unos cortos pasos hasta llegar a su automóvil. Sin darme ninguna oportunidad para resistirme. Una vez dentro las preguntas se presentan, mientras mi mirada se concentra en su perfil ¿Cuándo llegó? ¿Cuánto tiempo ha estado aquí? Y la más importante ¿Cómo sabe dónde vive mi familia? Y supo dónde encontrarme. ¿Me está vigilando es la pregunta más obvia en mi mente? Pero si apenas me conoce ¡Qué miedo!, pero luego estudio
Alejandra Marie Costa de Bonnet Un subido en mi oído izquierdo me distrajo por unos breves segundos, según las creencias de mi abuela, cuando todavía vivía, eso significa que alguien está hablando sobre ti. Lo único que espero es que no sea de mala manera. Mis labios se estiran con una sonrisa boba, en especial cuando contempló el perfil del hombre que no me dejó ir desnuda por ahí, después de salir de la casa de mis padres. Aún ni me creo que mis idiotas hermanos me dejarán sola. Tontos gemelos, esperen ya me las pagarán por dejarme a mi suerte. Mis pasos se vuelven vacilantes camino hasta los dormitorios de mi facultad en la universidad en compañía de Richard que insistió, en llevarme personalmente hasta mi nueva residencia. Si, volvía para el nuevo inicio de semestre en circunstancias para nada gratas. Por suerte aquí nadie sabía nada sobre mi vida. Debía sobrevivir mis últimos semestres, luego espero poder establecerme profesionalmente, De esa, manera no necesitar de Mari
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Niñas ella es Alejandra, mi nueva compañera de dormitorio —Murmura Lina a nuestra llegada a una mesa donde se encuentran tres chicas. Todas se concentran en mi rostro, haciendo que me sienta incomoda rápidamente. En especial por la forma que una de los presentes me mira. Como si se tratara de un bicho raro al cual debía aplastar. —Vamos niñas no sean pesadas. Pueden saludar, Bien, te las presento ellas son Raquel, Taira y Melanie. Y esta última mencionada es quien pone una sonrisa burlona, mientras me dirige una mirada de desprecio ¿Cuál es su problema? Me recuerda tanto a las brujas amigas de mi suegra. —Un gusto conocerte Alejandra, iras esta noche con nosotras al club —Una de las chicas, me pregunta con una sonrisa amable. —No, creo que ella, se sienta cómoda Raquel —Dice Lina un tanto seria. —Mmm ¿Por qué se sentiría incomoda solo es un club de baile?, acaso, ella no baila. Dirijo mi mirada hacia Lina interrogante, pero ella solo niega, sin
Richard Müller Mal momento para hacer su aparición de Bonnet. Dejar en pausa mi velada con Alejandra fue lo más difícil de hacer, pero soy un hombre que enfrenta las dificultades de la vida sin ocultarse. Le daría la cara a Jonathan, porque estoy seguro que está enterado de mi acercamiento a ella. Aunque desconoce mis intenciones con Alejandra, no necesita ser muy inteligente para suponerlo. Su perdida mi ganancia. Si, nunca en el tiempo que estuvo en su vida la respeto y la valoro, ahora que no pretenda venir a reclamar derechos que no tiene. Solo era su esposo de nombre mientras se la pasaba con su amante ¡Idiota! No, pienso buscar conflictos con Bonnet, pero tan poco estoy dispuesto a retroceder con mi intención de cortejar a su ex esposa. ¡Pronto eso será!, Porque de ninguna manera voy a permitir que Bonnet, logré retenerla a su lado, condenándola a una vida de soledad por un acuerdo absurdo con su padre. Cosa que pienso también remediar Mario Costa es realmente sorprenden