Alejandra Marie Costa de Bonnet
—Alejandra, ¿Cómo es que te vas de tú propia fiesta de aniversario, estás loca? Quieres que todos comiencen con murmuraciones —Se alarma mi suegra tomando mi antebrazo con fuerza —Ni se te ocurra salir de aquí criatura del demonio, bastante tengo que soportar tus impertinencias muchachita, ingrata. Ven conmigo ahora. Si nos disculpa señor Müller necesito hablar con mi nuera un par de minutos.
Me lleva por la fuerza con ella, dejando a tras al señor Müller que nos observa muy sorprendido. En su mirada veo su intención de seguir mis pasos. Pero niego con un movimiento de mi cabeza. Debía tener esta conversación con mi suegra sin audiencia.
Pasamos entre muchas personas que ni se enteran que realmente está pasando, como siempre mi suegra es muy buena para guardar las apariencias, nadie se imaginaria que me está obligando ir con ella. En todo nuestro camino donde sea que me lleve, ella sonríe y saluda, a quien se nos cruza por enfrente como si nada.
Ella, es genial para fingir ante los demás que todo está bien.
¡Odio a esta mujer jamás me agrado! Desde que inicie mi noviazgo con su hijo siempre ha sido una arpilla malvada. Que permanecía oculta bajo una máscara de amabilidad.
—Me disgusta tú actitud últimamente ¿Por qué decides hoy actuar de esa manera? Mi hijo cometió una estupidez al casarte contigo. Pudo elegir entre tantas mujeres más apropias para él pero termino contigo —Escupe con veneno la bruja.
De un empujo me entra en la biblioteca cerrando la puerta de inmediato. Y en los breves segundos que transcurren entre una acción con la otra. Siento un escozor en mi rostro como resultado de la bofetada que me propina mi amable suegra.
— ¿Cómo se atreve a golpearme? —La miro con odio sosteniendo mi mejilla.
—Me preguntas ¿Cómo me atrevo recordarte tú lugar en esta casa? Desde ¿Cuándo tienes voz en esta casa? No, te confundas muchachita, tus padres te vendieron a mi hijo, porque necesitaban desacerté de ti. Por lo que mi hijo fue muy generoso con ellos. Ahora que te recuerdo tú sitio me pregunto si piensas seguir actuando tan rebelde.
Mis ojos pican luchando por contener mis lágrimas de frustración.
Sosteniendo mi mejilla veo con furia a la horrible mujer frente a mí que se burla recordándome porque realmente me convertí en la esposa de su hijo. Al inicio debo aceptar que como cualquier chica enamorada pensé que había tenido una gran suerte de que Jonathan correspondiera mi sentir por él. Pensé que era la chica más afortunada del mundo.
Que no tendría que casarme por el bien de mi familia como muchas mujeres en mi familia, pero me equivoque tenía el mismo destino de las mujeres Costa. Me convertí en una esposa de adorno a merced de un marido que apenas me mira. Y se dedica a desfilar con su amante ante todos.
—Escuchaste bien Alejandra es mejor que te olvides de tonterías sobre mi hijo. Solo eres una mujer que fue conveniente para esta familia solo acepta tú lugar.
¡Aceptar mi lugar! Permanecer en un matrimonio donde tú marido no te ama.
—Mi hijo ha cumplido con todos tus caprichos. Tienes una vida que cualquier mujer envidiaría ¡No entiendo! Porque tantas quejas de tú parte y ahora te atreves actuar de esta forma frente al socio de mi hijo. Esa actitud se termina ahora.
—Y si me niego a seguir en este matrimonio señora ¿Qué sucederá? —Digo retando a la mujer mayor que me mira con desprecio.
—No, me provoques Alejandra no dejaras en ridículo a mi hijo. Ahora saldrás pondrás tú mejor cara ante los invitados ¡Entiendes bien! De lo contrario hablare con tus padres quienes al igual que Yo te pondrán en tú lugar muchachita.
Mis padres claro que se pondrán de su lado eso no lo dudaba ¡Eso me recordó lo sola que estaba en esta vida! Solo mis hermanos eran un apoyo para mi sin embargo ni ellos podían llevarle la contraria a mi padre con sus tradiciones retrogradas.
Sin más remedio solo me quedaba ir fuera con los demás y poner mi mejor cara solo por unas horas en lo que organizo en mi cabeza que haré a partir de hoy. Porque de algo estaba segura esta situación debía terminar por mi propio bien.
Richard Müller
Seguí sus pasos sin pensarlo mucho quería saber si Alejandra estaría bien con la madre de Jonathan. Mi suposición fue acertada. Esa mujer es una víbora, escucharla burlarse de su nuera tan descaradamente hizo que mi sangre hirviera ¿Cómo se atrevía decirle que solo era conveniente para la familia?, compararla con una adquisición.
¡Infeliz! ¿Dónde estaba Bonnet en este momento? ¿Cómo podía actuar tan indiferente a su mujer? Si, entendí bien de toda esta conversación él imbécil tenía una amante.
Mientras su mujer espera en casa.
Permanezco entre las sombras esperando verla salir de la biblioteca su rostro refleja tristeza pero en su mirada existe un brillo de determinación que me dice que esta chica trama algo. Es fuerte a pesar de las circunstancias eso me hace admirarla.
Observo como acomoda su cabello luego se dirige a enfrentar el mundo ¡Esa es mi chica! Es mi primer pensamiento mientras sigo sus pasos a una distancia prudente mejor no llamar la atencion de la víbora. Que la observa con cuidado desde un punto distante.
Al detenerse entre la multitud estudio su rostro que es un libro abierto para quien se detenga a contemplarlo esta chica me ha cautivado. Estoy completamente concentrado en ella, cuando un carraspeo atrae mi atencion.
—Señor Müller está listo para retirarse —Marian, se hace escuchar a mi espalda.
—Marian, todavía tengo algo que hacer antes de irnos. Encárgate que mi automóvil esté listo para salir por favor —Ella, asiente retirándose de inmediato a cumplir mi solicitud sin preguntas.
Alejandra Bonnet… Ese nombre se repite una y otra vez en mi mente.
Alejandra Marie Costa de Bonnet
Quienes me rodean son conocidos de mi marido y su familia, nadie de ellos me presta la suficiente atencion ni se interesa en la chica elegante que es ignorada. Sonrió con amargura con el deseo creciendo en mi interior de acabar con todo a mi paso.
Por un momento me siento perdida y mi alma grita que salga a toda prisa de este lugar que me asfixia lentamente.
Retomo mi camino hacia mi habitación con una sola cosa en mi mente volver a ser dueña de mi vida.
Tomo una hoja de papel y una pluma decidiendo escribir mi adiós para quien se suponía seria el amor de mi vida. Luego de plasmar unas breves palabras dejo el escrito sobre la mesa retiro mi anillo con un suspiro de mi dedo, mientras las lágrimas se deslizan sobre mis mejillas. Lo coloco sobre el papel despidiéndome de esa manera de Jonathan Bonnet de una buena vez.
Busco con la mirada mi teléfono solo una cosa más debía hacer para salir de este lugar para siempre. Coloco el aparato en mi oído.
—Señor Morrison, necesito que inicie con mi demanda de divorcio de inmediato…
Jonathan Bonnet
—Realmente debes asistir a tú aniversario, me dejaras sola porque ella te espera. No, te cansas de esta situación ¿Por qué no utilizar esta oportunidad para finalmente terminar con tú matrimonio Jonathan?
—Sabes que eso no es posible en este momento Melissa. Mi matrimonio con Alejandra es necesario…
—Si, necesario de lo contrario perderás el apoyo de tus suegros. Sabes que mi familia también puede serte de utilidad ¿Por qué te empeñas en mantenerla en tú vida a ella?
—Melissa, para con eso, conoces mi situación actual. Ahora es mejor que me vaya debo presentarme a mi fiesta de aniversario —Melissa hace un puchero con sus hermosos labios rojos.
—De acuerdo, mi amor nos veremos pronto —Luego, salgo de la habitación en busca de otra mujer que a estas horas debe estar de muy mal humor por mi ausencia.
Una hora después mansión Bonnet
—Finalmente llegas a casa Jonathan —Son las primeras palabras que me reciben por mi madre.
—Mamá, lamento la demora tuve un día ocupado —Murmuro besando su mejilla.
—Ocupado con Melissa el día de tú aniversario. Tienes una idea de lo histérica que se puso tú mujer por que su marido no llego jamás a su fiesta. Jonathan, ella no es tonta sabe que estabas con tú amante.
— ¿Qué estás hablando mamá? —Digo, molesto por los reclamos.
—Jonathan, un día de estos tú mujer se va a cansar. Entonces perderás mucho más de lo que supones hijo. Aunque ella nunca me ha agradado sabes que de tus suegros no obtendrás nada si deja de ser tú esposa. Y mucho menos si no tienen hijos ¿Quieres perderlo todo?
Perderlo todo…
—Hablare con ella mamá tranquila sé cómo manejarla tú solo confía en mi —Luego, retomo mi camino a nuestra habitación, seguro estará molesta porque no llegue a la fiesta de nuestro aniversario.
Pero sé que al final simplemente se tragara su enojo con un par de palabras bonitas de mi parte.
Cuando llego a nuestra habitación la luz está apagada ya me lo esperaba. Esa era una de sus maneras para demostrar su enojo. Pero en esta ocasión la oscuridad en el dormitorio no era completa sobre una pequeña mesa de noche estaba encendida una lámpara, sobre algo que atrajo mi atencion.
Dirijo mis pasos hacia la mesa sobre la cual hay una hoja de papel con letra de ella que se acompaña además de su anillo de bodas. No le doy importancia a ese hecho puede que se olvidara del anillo antes de dormir. Tomo su nota entre mis dedos enfocando mis ojos en ella.
Cuando inicio con las primeras líneas que escribió un escalofrió recorre cada célula de mi cuerpo. Cada una de sus palabras se repetían en mi mente… llevándome a una sola conclusión ¡Ella me dejo!
Jonathan Bonnet“Posiblemente mis palabras plasmadas en esta página, no sea de tú interés. Sin embargo aun así decidí dejarlas para ti Jonathan, soy consciente que cuanto acepte casarme contigo me equivoque, pero, quise creer que algún día llegarías a enamorarte de mí… ignore todas las señales y fui egoísta al tratar de ocupar un lugar en tú corazón que ya pertenecía a otra mujer. Lo lamento. Solo que no entiendo ¿Por qué decidiste continuar con la farsa?, ¿Por qué un noviazgo de dos años, sumado a un año de matrimonio junto a una mujer que no amas y que jamás llegaras a desarrollar sentimientos?”Detengo mi lectura sosteniendo con fuerza la maldita hoja de papel que ella me dejó mientras algo en mi pecho se oprime, continuo trazando con mi mirada cada una de sus palabras.“Sé que nunca en estos tres años toque una sola fibra en ti. Finalmente lo comprendo. Y por lo mismo decido dejarte en libertad, para que acudas al lado de la mujer en tu corazón. En cuanto al divorcio todo se resol
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Gracias, señor Müller — ¿Por qué continuas llamándome de esa manera Alejandra?, pensé que después de un par de besos, al menos tendrías la confianza de llamarme por mi nombre de pila. Además de mi ayuda en tu escape me puedes tutear. Me gustaría mucho escuchar de tus labios mi nombre Richard. Esboza una sonrisa que estoy segura derrite el corazón de muchas chicas. Mientras que yo me sonrojo por sus palabras. Con un ligero carraspeo de mi parte agrego. —Estoy agradecida con su ayuda señor Müller… Es decir Richard —Digo, tratando de mantener el control de los latidos de mi corazón. ¿Por qué este hombre me pone tan nerviosa? —Aunque me gustaría ofrecer mi casa para que te quedes. Supongo que declinaras mi oferta —Dice acercando su cuerpo a pocos centímetros a mi prácticamente tocando mi mejilla con sus labios. —No es buena idea Richard –Niego con mi voz que apenas es un murmullo. —Lo sé, Alejandra sería una tentación muy agradable tenerte en mi c
Alejandra Marie Costa de Bonnet ¡Genial lo que me faltaba! Richard Müller ¿Por qué tenía que aparecer en este preciso momento? Bonita, mi suerte. Un escalofrío agradable recorre mi piel, al sentir su aliento a pocos centímetros de mi oreja. Luego calidez cuando el hombre coloca su saco sobre mis hombros ocultando mi cuerpo con poca ropa de la mirada de extraños. —No, quiero que otros te vean Alejandra. Seguro tienes una buena justificación para salir de tú casa de esa manera. Luego me hablas sobre eso. Ahora iremos a conseguirte ropa. Toma mi mano llevándome con él unos cortos pasos hasta llegar a su automóvil. Sin darme ninguna oportunidad para resistirme. Una vez dentro las preguntas se presentan, mientras mi mirada se concentra en su perfil ¿Cuándo llegó? ¿Cuánto tiempo ha estado aquí? Y la más importante ¿Cómo sabe dónde vive mi familia? Y supo dónde encontrarme. ¿Me está vigilando es la pregunta más obvia en mi mente? Pero si apenas me conoce ¡Qué miedo!, pero luego estudio
Alejandra Marie Costa de Bonnet Un subido en mi oído izquierdo me distrajo por unos breves segundos, según las creencias de mi abuela, cuando todavía vivía, eso significa que alguien está hablando sobre ti. Lo único que espero es que no sea de mala manera. Mis labios se estiran con una sonrisa boba, en especial cuando contempló el perfil del hombre que no me dejó ir desnuda por ahí, después de salir de la casa de mis padres. Aún ni me creo que mis idiotas hermanos me dejarán sola. Tontos gemelos, esperen ya me las pagarán por dejarme a mi suerte. Mis pasos se vuelven vacilantes camino hasta los dormitorios de mi facultad en la universidad en compañía de Richard que insistió, en llevarme personalmente hasta mi nueva residencia. Si, volvía para el nuevo inicio de semestre en circunstancias para nada gratas. Por suerte aquí nadie sabía nada sobre mi vida. Debía sobrevivir mis últimos semestres, luego espero poder establecerme profesionalmente, De esa, manera no necesitar de Mari
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Niñas ella es Alejandra, mi nueva compañera de dormitorio —Murmura Lina a nuestra llegada a una mesa donde se encuentran tres chicas. Todas se concentran en mi rostro, haciendo que me sienta incomoda rápidamente. En especial por la forma que una de los presentes me mira. Como si se tratara de un bicho raro al cual debía aplastar. —Vamos niñas no sean pesadas. Pueden saludar, Bien, te las presento ellas son Raquel, Taira y Melanie. Y esta última mencionada es quien pone una sonrisa burlona, mientras me dirige una mirada de desprecio ¿Cuál es su problema? Me recuerda tanto a las brujas amigas de mi suegra. —Un gusto conocerte Alejandra, iras esta noche con nosotras al club —Una de las chicas, me pregunta con una sonrisa amable. —No, creo que ella, se sienta cómoda Raquel —Dice Lina un tanto seria. —Mmm ¿Por qué se sentiría incomoda solo es un club de baile?, acaso, ella no baila. Dirijo mi mirada hacia Lina interrogante, pero ella solo niega, sin
Richard Müller Mal momento para hacer su aparición de Bonnet. Dejar en pausa mi velada con Alejandra fue lo más difícil de hacer, pero soy un hombre que enfrenta las dificultades de la vida sin ocultarse. Le daría la cara a Jonathan, porque estoy seguro que está enterado de mi acercamiento a ella. Aunque desconoce mis intenciones con Alejandra, no necesita ser muy inteligente para suponerlo. Su perdida mi ganancia. Si, nunca en el tiempo que estuvo en su vida la respeto y la valoro, ahora que no pretenda venir a reclamar derechos que no tiene. Solo era su esposo de nombre mientras se la pasaba con su amante ¡Idiota! No, pienso buscar conflictos con Bonnet, pero tan poco estoy dispuesto a retroceder con mi intención de cortejar a su ex esposa. ¡Pronto eso será!, Porque de ninguna manera voy a permitir que Bonnet, logré retenerla a su lado, condenándola a una vida de soledad por un acuerdo absurdo con su padre. Cosa que pienso también remediar Mario Costa es realmente sorprenden
Alejandra Marie Costa Calma Alejandra, solo respira no pasa nada, si ella, informa a Jonathan sobre mi trabajo. Además Melissa, no es tonta, ella es la menos interesada en que se entere de mi situación actual. Oh, eso quiero pensar Además dudo que le importe al final de cuentas solo soy la mujer con quien se vi obligado a casarse, porque estoy segura que ese debe ser el motivo para casarse conmigo desde el principio. Por eso siempre me rechazo incluso en la cama. Solo recordar nuestra noche de bodas, oprime mi corazón, su rechazo a la intimidad fue aún más marcado, llore toda la noche sobre la cama, con un marido ausente. Que me abandono en nuestra primera noche como esposos. —Todo bien, sucede algo que te moleste —Pregunta Mayra con preocupación. —Así, solo… Necesito un minuto —Pido, tratando de ocultar mis lágrimas. -Sí, claro, estás segura ¿Quién es esa mujer que te ha puesto tan mal? -Asiento controlando mi respiración. Pero por la forma que me mira sé que no me cree nada.
Alejandra Marie Costa Incomodo, si esa es la palabra, perfecta para describir este momento. Inicialmente estaba feliz de verlo, esperando por mí, pero ahora ya no estoy muy segura, por la intensidad de Melanie, que insiste en perseguir con su mirada a Richard, dónde se encuentra. No, respeta la muy atrevida. No, es mi imaginación, conozco perfectamente cuando una mujer está interesada en el hombre de tú interés, me sonrojo con el pensamiento ¿Desde cuándo Richard es de esa forma para mí? —Sucede algo Alex —Pregunta Richard, clavando su mirada en mi rostro. —No, ¿Por qué lo preguntas? —Digo, negando moviendo mi cabeza de un lado para otro. —Por qué, te pregunté, si prefieres que compartamos las palomitas y no respondiste. Eso me dice que estas distraída niña —Sonríe mostrándome unos lindos hoyuelos en sus mejillas que hasta ahora noto. ¡Que pasa conmigo! Resulta que ahora, pasó más pendiente de su rostro y lenguaje corporal. —Entonces quieres compartir las palomitas conmi