Alejandra Marie CostaMantengo mis ojos cerrados concentrada en relajar cada centímetro de mi cuerpo bajo el roció de la ducha busco bloquear cualquier pensamiento que me causé estrés.Luego que mi pequeña se quedó completamente dormida decidí aprovechar para tomar una ducha con agua caliente de esa forma relajar mi cuerpo de la tensión que me embarga desde que Marian me hablo sobre Jonathan y su petición a Richard.Reclino mi frente contra los azulejos perdiéndome en la sensación agradable que despierta el agua deslizándose por mi piel arrastrando lentamente la tensión de mis músculos.Dejo que mi mente se pierda por un momento hasta que mi tranquilidad se interrumpe por la presencia de unas fuertes manos recorren mi abdomen hasta colocarlas sobre mis pechos apretando con delicadeza luego sus labios buscan el lóbulo de mi oreja murmurando.—Puedo acompañarte mi amor será mucho mas agradable conmigo para relajarte —Dice con una sonrisa traviesa que vibra contra mi piel Richard.—Mi am
Jonathan Bonnet—Jonathan dime que sucede a donde nos llevas por favor dame una respuesta —Pregunta nuevamente Melissa mientras conduzco sin un rumbo definido al no obtener una respuesta de mi parte murmura voz quebrada tratando de contener las lágrimas —¿Por qué no podemos continuar a tú lado?—Melissa —Replico sin ánimo de dar explicaciones.Al notar mi negativa de darle una respuesta por más que insista ella vuelve su rostro hacia la ventana ocultando sus ojos a punto de derramas las lágrimas que está conteniendo, mordiendo su labio inferior. Mientras mi mirada se pierde por un breve momento en el rostro de mi hijo que duerme tranquilamente en su silla de bebé para coches ajeno a los problemas de los adultos.A penas es un bebé de pocos meses solo un poco más joven que la hija de Alejandra sin embargo su vida corrió riesgo desde el primer segundo de su nacimiento por el simple hecho de ser mi hijo solo pensar en eso que debo protegerlo de un enemigo que se oculta entre las sombras
Richard Müller—¿Cómo? Esto no es posible… Richard tú estás detrás de nuestro secuestro ¿Cómo te atreviste a lastimarlo? Y poner en peligro la vida de mi hijo —Dice acusándome Melissa de algo que desconozco mientras sus puños conectan con más fuerza contra mi pecho —¿Cómo pudiste Richard? Pudiste matarlo… —Sus palabras se interrumpen por sus sollozos.Elevo mi mirada de su rostro buscando a Tristán confundido por su acusación no entiendo que está hablando, quiero una explicación a sus palabras. Sin embargo, no lo veo por ninguna parte por lo que dirijo mi atención hacia Tessa.—Tristán se quedó atrás con Topo auxiliando a Jonathan —Entrecierro mis ojos sobre la menuda chica punk que se apresura a dar una explicación —Cuando llegamos no estaban solos un equipo de hombres los abordo primero antes de nuestra llegada, fueron pocos minutos, pero los suficientes para lastimar a Jonathan en su intento de protegerlos. Tristán logro capturar a uno supongo que cuando ponga a salvo a Bonnet lo t
New York Día del aniversario. —Señora Alejandra, todos los preparativos en el jardín sur están listos, pronto los invitados llegarán para la fiesta —Murmura en el umbral de la puerta, mi asistente Raquel. Asiento agradecida por qué, sin ella y con la ayuda de los demás que trabajan en el servicio de esta casa, sería imposible lograr organizar la celebración del aniversario de nuestro matrimonio. Hoy se cumplía un año de matrimonio, quería que fuera un evento especial para celebrarlo, había invitado a su familia, mi familia, amigos y socios de mi marido, para qué compartieran con nosotros este día. Todo estaba en marcha para que fuera registrado el gran evento social del año, por las revistas de sociedades tanto nacionales como internacionales, una petición que no compartía, pero considerando la identidad de mi marido no podía negarme a la solicitud de mis suegros. —Gracias, Raquel, por toda la ayuda, trasmite mi agradecimiento a todos los demás integrantes del servicio – Comento
Alejandra Marie Costa de Bonnet Todo en la mansión estaba dispuesto para celebrar nuestro primer aniversario, los invitados personas cercanas a la familia como socios de negocios de mi marido, pululaban de un lado para otro en conversaciones que para mí no tenían ningún sentido. Entre todas esas personas pretenciosas se encontraban mis suegros, que no paraban de elogiar todos los logros de Jonathan con sus amigos y socios de negocios. Me encontraba impaciente porque se presentará mi familia, solo con mis hermanos Enzo y Fabio aquí me sentiría más tranquila, pero ellos llamaron temprano expresando su tardanza a la fiesta, por qué debían hacerse cargo de un imprevisto primero. Yo era la menor de una familia enorme de ascendencia Italiana perteneciente de Brescia, en la región de Lombardía. Nuestra vida era tranquila en ese entonces y continuo de esa manera, incluso después que mi familia se mudó a los Estados Unidos por negocios cuando yo tenía la edad de seis años. Pero las c
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Raquel, puedes ayudarme con los invitados, debo hablar con mis suegros sobre Jonathan —Digo con un nudo formándose en mi garganta. —Señora Bonnet, no quiero ser entrometido, pero debería sincerarse con sus suegros, no puede cargar con eso sola, los señores Bonnet son comprensivos. Mis suegros compresivos algún día quisiera ver eso… pero, ellos solo comprendían a una sola persona su hijo mayor y nadie más fuera de su núcleo familiar. —Lo sé, Raquel, gracias porque siempre estás de mi lado –Veo, pena en su ojos eso me pone aún más triste. —Siempre señora, voy apoyarla, aunque parezca entrometido de mi parte quiero expresar mis pensamientos, señora debe ponerle un paro al señor Bonnet, por su propio bien. Son muchas las ocasiones que hace esto no es justo para usted. Estoy de acuerdo con ella, sin embargo que puedo hacer divorciarme, se formula la palabra en mi mente. —Gracias, Raquel. Iré en buscar de mis suegros —Me despido de ella con mis ojos
Alejandra Marie Costa de Bonnet Me mantiene entre sus brazos de manera posesiva, comienzo a sentirme nerviosa por los rumores que su cercanía pueden desatar en los presentes, por lo que miro en diferentes direcciones notando que nadie está exactamente interesado en nosotros. Eso alivia un poco mis preocupaciones que se malinterprete esta cercanía entre nosotros. —Señor Müller, estoy bien puede soltarme por favor, así evitamos murmuraciones por parte de los invitados de mi marido. Pero el hombre que me sostiene entre sus brazos se niega hacerlo actuando contrario a mi solicitud, deja de envolverme con su calor para tomar mi mano y llevarme con él a un lugar apartado. No sé, ¿Cómo estoy permitiendo que este extraño decida por mí en este momento?, pero acepto que me invade una emoción extraña de anticipación. Llegamos al final del pasillo en ese lugar está el invernadero nadie se acerca por aquí a estas alturas de la noche es una ventaja para que nadie me mire con el invitado de J
Alejandra Marie Costa de Bonnet —Alejandra, ¿Cómo es que te vas de tú propia fiesta de aniversario, estás loca? Quieres que todos comiencen con murmuraciones —Se alarma mi suegra tomando mi antebrazo con fuerza —Ni se te ocurra salir de aquí criatura del demonio, bastante tengo que soportar tus impertinencias muchachita, ingrata. Ven conmigo ahora. Si nos disculpa señor Müller necesito hablar con mi nuera un par de minutos. Me lleva por la fuerza con ella, dejando a tras al señor Müller que nos observa muy sorprendido. En su mirada veo su intención de seguir mis pasos. Pero niego con un movimiento de mi cabeza. Debía tener esta conversación con mi suegra sin audiencia. Pasamos entre muchas personas que ni se enteran que realmente está pasando, como siempre mi suegra es muy buena para guardar las apariencias, nadie se imaginaria que me está obligando ir con ella. En todo nuestro camino donde sea que me lleve, ella sonríe y saluda, a quien se nos cruza por enfrente como si nada. El