Anastasia se puso en pie temprano, ya se sentía reincida; el cansancio ya no estaba presente. Lo primero que hizo al levantarse fue darle una vuelta a su madre; se alegró de confirmar que dormía tranquilamente. Al abandonar la habitación de su madre, observó a su hija. Lucia ya estaba arreglada para irse a la universidad, Anastasia le dio la bendición y le ofreció una taza de café el cual tomaron juntas en silencio, el tema de Noah Duarte de León no se mencionó aquella mañana.Eran las 7:00 am cuando Anastasia se presentó en la compañía de los Duarte de León, caminaba hacia la entrada principal cuando el sonido de un vehículo último modelo llamó su atención. La déspota Hilda Duarte de León bajó de su coche, un modelo lujoso que acababa de adquirir. El presidente ejecutivo la saludó con una atención especial que no formaba parte de sus habituales interacciones.El coche costoso había sido aparcado junto al puesto del presidente ejecutivo, que aunque tenía un coche también caro, no era
Yo estaba nerviosa. No sabía qué hacer ni cómo sentirme al respecto. Mientras estaba sentada en el asiento del copiloto del coche de Noah, mirándole fijamente con una sonrisa tonta en la cara, podía percibir que los nervios me retumbaban por todos los poros de mi cuerpo. Él se percató de que le observaba fijamente y me devolvió la sonrisa, una sonrisa que parecía indicar que le estaba gustando cada instante de este viaje conmigo.No hablamos mucho durante el trayecto, pero me di cuenta de que él también lo estaba disfrutando. Me vino a la mente la reflexión de Matilde: “Al parecer, si existía un sentimiento mutuo entre ambos… Mis afectos eran correspondidos.”Mi emoción fue recíproca. Podría perder mi corazón esta noche irremediablemente. Me sonrojé, pero no pude evitarlo. Noah tenía una forma de hacerme sentir la mujer más hermosa del mundo.Me miraba con una tierna sonrisa mientras conducía por la calle. No podía dejar de creer que había algo entre nosotros, algo que no podía explic
—“Qué no se acabe la noche, por favor” —rogaba a los cielos, desde mi puesto de copiloto.—¿Estás segura de que deseas que te deje en casa de tu amiga? Puedo llevarte a tu casa, aún es temprano. No sé por qué siento que inventaste esa excusa para no tener problemas con tu familia —. “Excelente”, reflexioné mientras leía mi mente. Nuevamente él tenía razón.—¿Por qué llegas a esa deducción?—Noah ignoró mi pregunta y con la vista fija en la carretera siguió.—Odiaría pensar que por mi culpa tuviste que mentir, y por ese motivo tengas que quedarte en una casa ajena, incómoda, cuando visiblemente te ves agotada, sin mencionar la situación reciente de tu abuela. Es muy probable que no lleves una muda de ropa y tu cepillo de dientes, tu morral no es tan grande —. ¡Perfecto! Este hombre me había escaneado con sus ojos de los pies a la cabeza sin darme cuenta. Llegué a la conclusión de que tenía que hablarle con la verdad. Noah era parte de mi nuevo amanecer; a pesar de ser un empresario jove
Sumergida en una pesadilla interminable, vi a los lobos que pretendían atacar al extraño que pedía mi ayuda. El que más resaltaba era el del pelaje negro. Sus ojos grises, de forma almendrada, tendían a estar más pegados a la cara e inclinados. Estos dos destellos intermitentes me analizaban sin parpadear. Aquella expresión amenazante y fija, formaba un ángulo de 45 grados que se extendía desde los ojos hasta las orejas. El ágil animal percibió que yo estaba en modo protector de mi acompañante desconocido, ese sentimiento desató su ira, causando que aquellos ojos grises se volvieran rojos brillantes… mi voz interior me anunciaba que yo estaba en presencia de un lobo alfa, los otros lobos que lo acompañaban tenían sus iris de color dorado, más común en los betas.Seguí ahogándome en la mirada amenazante de aquel lobo alfa, pero también podía ver la sensación de que el animal está herido por el látigo del desamor. No podía entender ese matiz del sueño. En el momento más crucial, volví
Ansias, magia y sentimientos en colisión mezclada, era un poco de lo que padecía cuando mi celular sonó, mostrándome en todo su esplendor un mensaje de Noah.—“Buenas noches, señorita Ruiz, deseo que haya tenido un buen día, sobre todo, resultados favorables en su examen de estructuras algebraicas”. Mis labios dibujaron una sonrisa amplia y llena de tanta luz que podía iluminar la sala. Llegué a creer que aquel día no sabría nada de él. Noah se había acordado de la materia que me estaban evaluando, amé ese detalle de su parte, sin perder tiempo le respondí.—“Buenas noches para usted también, señor presidente ejecutivo, le informo que afortunadamente sí salí bien parada en este examen”. Noah colocó un emoticono feliz, luego volvió a enviar otro mensaje.— “Reflexioné que lo de *señor* ya era etapa superada”—“Solo respondo con la misma formalidad que usted usa para abordarme, señor Duarte de León.”—“Siendo así, aguardo a que este viernes podamos darle punto final a esa formalidad… ¿P
A medida que el aroma de su perfume flotaba a mi alrededor, sentí que el poder de las feromonas aumentaba. El corazón me latía con intensidad, percibí que el sudor se acumulaba entre las yemas de las palmas de las manos, lo que me obligó a romper el caparazón de mi timidez, y me armé de valor.—¿A dónde vamos esta noche? —Noah sonrió sin quitar la mirada de la carretera.—Es una sorpresa —. La voz de Verónica, exclamando “odio las sorpresas”, llegó hasta mis recuerdos y me dio una sonrisa. Noah percibió que su respuesta me había dejado en silencio.—Sé de antemano que te va a gustar mucho lo que preparé esta noche —me aseguró. Decidí confiar absoluta y plenamente en él.No pasó mucho tiempo en llegar al destino que eligió Noah. Habíamos salido a las afuera de los suburbios, para adentrarnos en un complejo de residencias. Noah estacionó en el interior de una hermosa propiedad. La ubicación en donde estaba construida era solo para personas privilegiadas; eso se notaba por encima.—¿Vivi
El beso se prolongó durante un rato, me permití soñar. Noah y yo nos dejábamos llevar por el momento. Había llegado el momento de la verdad. “Entonces, ¿quieres ser mía?”. La cuestión se planteó en forma de pregunta. ¿A dónde va a llegar? No estaba segura de querer averiguar a dónde iba su mente con esto, pero sí quería que me besara de nuevo. Cuando bajó sus labios para encontrarse con los míos, nuestras respiraciones se intensificaron mientras nos besábamos de nuevo.—Estuve vagando durante mucho tiempo, buscando algo… No sabía qué. Mi vida era cómoda y tranquila, pero faltaba algo —murmuró contra mi boca. Yo continuaba con los ojos cerrados, inmortalizando el momento. El tiempo se me escapaba y no quería que lo hiciera. En el instante en que abrí los ojos, él me observaba fijamente con una ternura que me dejó sin aliento. Me rozó el labio inferior con el pulgar y después se pasó el pulgar por el labio inferior, un gesto de su parte que ya me estaba fascinando.—Es distinto cuando t
Sábado.Dormí plácidamente, no quería levantarme, pero ese deseo Verónica no lo iba a permitir.—¡Vamos, dormilona, a vestirse para desayunar rápido! Tu abuelo nos espera… Y ya sabes cómo es don Armando.Abrí los ojos y detallé a Verónica. Se notaba que se había levantado antes que yo para arreglarse, se veía muy guapa. Se colocó un vestido negro con flores diminutas en rojo, el largo no llegaba a las rodillas sino hasta la mitad de los muslos, encima de esta una chaqueta de jeans y botas de cuero de combate. Lo más espectacular era su cabello rojo natural, lo llevaba suelto, le daba hasta la mitad de su espalda.—Si Javier no se siente atraído por ti, es porque realmente está ciego. Te ves preciosa, aunque ese vestido es un pecado andante.—Debo mostrar un poco la mercancía. Lucía me asesinó en el gimnasio cada vez que puedo, por lo tanto, debo mostrar lo que poseo.—En fin, no vamos a discutir, por eso, me cambio y voy a desayunar.—Tienes cinco minutos, dormilona —me aclaró ella.—