Las lágrimas surgieron rápidamente de mis ojos cuando vi a mi abuela de nuevo con nosotros. Se encontraba cómodamente tumbada en su cama, se había acomodado semi-sentada sobre unos cojines para disfrutar de la televisión, tenía los ojos cerrados, los abrió al percibir mi presencia. Me hizo un gesto para aproximarme y, sin dudarlo, lo hice.—No puedes imaginar el miedo que sentí al verte desvanecida en el suelo —mi voz ya eran sollozos. Ella extendió la mano sobre mis cabellos.—Nos encontramos bien —sus palabras eran pausadas y suaves—. En un rincón de mi cerebro aún me queda cordura para darte todo el amor que necesites… Aun cuando sienta que estoy parada al borde de un abismo.Agarré su mano con la fuerza de mil rayos.—Puedo hacerlo mi niña, aún puedo valerme por mí misma y no convertirte en mi muleta —bromeo para bajar mi ansiedad.Me despegué de ella y la tomé de la mano.—¿Estás bien? ¿No te duele nada?—Más de lo que puedo pedir, hija mía… No experimento dolor, verte a ti y a m
Anastasia se puso en pie temprano, ya se sentía reincida; el cansancio ya no estaba presente. Lo primero que hizo al levantarse fue darle una vuelta a su madre; se alegró de confirmar que dormía tranquilamente. Al abandonar la habitación de su madre, observó a su hija. Lucia ya estaba arreglada para irse a la universidad, Anastasia le dio la bendición y le ofreció una taza de café el cual tomaron juntas en silencio, el tema de Noah Duarte de León no se mencionó aquella mañana.Eran las 7:00 am cuando Anastasia se presentó en la compañía de los Duarte de León, caminaba hacia la entrada principal cuando el sonido de un vehículo último modelo llamó su atención. La déspota Hilda Duarte de León bajó de su coche, un modelo lujoso que acababa de adquirir. El presidente ejecutivo la saludó con una atención especial que no formaba parte de sus habituales interacciones.El coche costoso había sido aparcado junto al puesto del presidente ejecutivo, que aunque tenía un coche también caro, no era
Yo estaba nerviosa. No sabía qué hacer ni cómo sentirme al respecto. Mientras estaba sentada en el asiento del copiloto del coche de Noah, mirándole fijamente con una sonrisa tonta en la cara, podía percibir que los nervios me retumbaban por todos los poros de mi cuerpo. Él se percató de que le observaba fijamente y me devolvió la sonrisa, una sonrisa que parecía indicar que le estaba gustando cada instante de este viaje conmigo.No hablamos mucho durante el trayecto, pero me di cuenta de que él también lo estaba disfrutando. Me vino a la mente la reflexión de Matilde: “Al parecer, si existía un sentimiento mutuo entre ambos… Mis afectos eran correspondidos.”Mi emoción fue recíproca. Podría perder mi corazón esta noche irremediablemente. Me sonrojé, pero no pude evitarlo. Noah tenía una forma de hacerme sentir la mujer más hermosa del mundo.Me miraba con una tierna sonrisa mientras conducía por la calle. No podía dejar de creer que había algo entre nosotros, algo que no podía explic
¿Creen en las premoniciones? ¿Les ha sucedido que sueñan y ese sueño de cierta manera se vuelve realidad?, aunque no de forma "literal". Lo que trato de afirmar es que nuestro subconsciente nos proporciona señales que a veces no sabemos identificar. Por ende, para evitar que la historia sea tan compleja, con mis explicaciones (que en vez de aclarar oscurecen), aquí les relato mi sueño y saquen ustedes mismos sus propias conclusiones.Desde pequeña siempre he tenido una utopía repetitiva donde la escena se centra en una mansión. En esa residencia se encuentra un balcón; oigo que de ese lugar provienen gritos desesperados de un hombre, quien me llama por mi nombre.Ese extraño que me llama, me pide ayuda, puedo ver su figura en cuclillas dándome la espalda. A continuación, aparece una escalera en forma de caracol. ¡No comprendo cómo puedo contemplar todo lo que está ocurriendo arriba cuando estoy en la planta baja!, supongo que es el poder de los sueños que hacen de lo imposible lo posi
Hoy es un día cualquiera, o mejor dicho un día más donde me las ingenio para lograr que me alcance los ingresos. Me levanto muy temprano junto a mi mamá, lo primero que hago es darme una ducha fría, luego prepararme un café cargado para terminar de espantar el sueño. Me observo al espejo y me detallo. Mis ojeras parecen estar en una revolución conmigo, por lo que procuro mi corrector de ojera. Me evaluó y me detalló nuevamente; para ser sincera, soy el ejemplo perfecto del famoso dicho que cita lo siguiente: "No soy hermosa, pero tampoco fea que asusta", a mi favor podía señalar que soy llamativa y aceptable a mi juicio, y no lo digo solo yo, tengo fuentes que lo confirman. No puedo evitar reírme mientras lo pienso. Me dicen que soy «llamativa», pero creo que esto se debe a mi forma de ser. Me considero sumamente polifacética y adoro diversas técnicas musicales, y señalan que mi voz es excepcional. También puedo añadir a mi lista de dones, que soy muy brillante, con las matemáticas y
Mi madre y mi abuelo habían pasado la noche junto a la abuela, mi tío Gilberto, el único hermano de mi mamá, ya estaba en camino al hospital; él vivía en otra ciudad y no le era fácil llegar con la prontitud requerida, así que tardaría un poco. En consecuencia, no pude asistir a la universidad, debía hacer la suplencia a mi madre; a mi favor, tenía el privilegio de contar con mi mejor amiga Verónica, ella me proporcionaría los apuntes y grabaría la clase para que pudiera observarla, una preocupación menos.El insomnio había sido intenso, y durante toda la noche no tuve la oportunidad de ponerme en pie, reflexionando acerca de mi abuela y suplicando a Dios y a los santos que se tratara de un simple desmayo debido a la carencia de vitaminas o el exceso de cansancio asociado a su edad. Hace dos meses había cumplido 73 años de edad, sin embargo, a pesar de su prolongada edad, mi abuela se veía rozagante, una mujer fuerte que desbordaba energía, pero ayer al verla tan pálida y arrastrada e
¿Cómo se puede reaccionar ante un diagnóstico tan perjudicial? ¿Qué palabras o acciones tomar cuando tu alma parece que te abandona? En aquel instante, todos los recuerdos de los momentos felices llegaron a mí como una revisión de todo lo vivido junto a mi abuela. Mi admirada y amada dama, Amelia, siempre ha sido mi refugio. Durante todo este tiempo, su entereza y su amor me han brindado un soporte invaluable. Mi corazón se había desvanecido al oír la noticia.—¿Estás bien? —me preguntó Matilde. Al momento no pude articular palabras, mi mente se había sumido en una oscuridad flotante. Sentí la mano de Matilde tomar la mía, una lágrima se había desbordado sin percatarme.—No importa el diagnóstico, todo estará bien, muchacha. Debes tener fe en Dios, él no abandonará tu camino.—Tiene Parkinson —al decirlo, el llanto empezó a brotar y Matilde me abrazó.Lloré en su hombro hasta que las lágrimas se secaron, me había hecho bien. Matilde me condujo de la mano hasta el cubículo del personal
Tiempo… Esa palabra y lo que significa ha estado en guerra conmigo. Tenía muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas."Necesitó un clon", exclamé mientras me abalanzó a la cama, exhausta de la ansiedad. Después de un momento, ya más tranquila, me dedico a mi abuelo. Él estaba muy triste y preocupado como los demás miembros de la familia.—Amelia la han dejado en el hospital con el fin de ser examinada durante tres días más —me explicó.—¿Cenaste?—No tengo hambre, hija mía.—No voy a permitir que te enfermes también. Acompáñame y cenemos juntos. Voy a preparar algo para ambos. Mi mamá está con la abuela, y mañana iré yo, así que animo porque de esto salimos —mis palabras firmes lograron que mi abuelo se sintiera mejor, y le apeteciera probar bocados.Minutos más tardes.Recogimos la mesa y dejamos todo limpio y ordenado, ya eran las 8:00 de la noche, me aseguré de que mi abuelo descansara, después fui a mi habitación y encendí la computadora. Sentí una preocupación menos cuand