Capítulo 15.

Sábado.

Dormí plácidamente, no quería levantarme, pero ese deseo Verónica no lo iba a permitir.

—¡Vamos, dormilona, a vestirse para desayunar rápido! Tu abuelo nos espera… Y ya sabes cómo es don Armando.

Abrí los ojos y detallé a Verónica. Se notaba que se había levantado antes que yo para arreglarse, se veía muy guapa. Se colocó un vestido negro con flores diminutas en rojo, el largo no llegaba a las rodillas sino hasta la mitad de los muslos, encima de esta una chaqueta de jeans y botas de cuero de combate. Lo más espectacular era su cabello rojo natural, lo llevaba suelto, le daba hasta la mitad de su espalda.

—Si Javier no se siente atraído por ti, es porque realmente está ciego. Te ves preciosa, aunque ese vestido es un pecado andante.

—Debo mostrar un poco la mercancía. Lucía me asesinó en el gimnasio cada vez que puedo, por lo tanto, debo mostrar lo que poseo.

—En fin, no vamos a discutir, por eso, me cambio y voy a desayunar.

—Tienes cinco minutos, dormilona —me aclaró ella.

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo