El viento frío golpeó mi rostro, cubrí a Mariam y Andrew cargaba a Nicolás que dormía profundamente. Una vez que nos hospedamos en el hotel nos fuimos a la casa donde tenía destinado llegar, me quedé con el alma partida al ver lo demacrada que mi mamá se encontraba, ella parecía sobrevivir e incluso juraba que esperaba la muerte con unas enormes ansias.

_ Mamá _ le hablé y ella me miró _ hola mamá, mira, te quiero presentar a tu nieta. Ella es Mariam y tiene un año.

Las lágrimas de mi mamá se deslizaron por su rostro, ella salió a mi encuentro con tantas ansias que se tropezó varias veces y si no hubiera sido por la ayuda de Andrew probablemente se hubiese caído, me abrazó con tantas fuerzas que lloré junto con su persona, demoré en curar pero finalmente el perdón que tanto necesitaba darle había llegado.

_ Vamos adentro _ ella se apresuró _ no estén aquí afuera que se van a congelar, en New York es demasiado frío para diciembre.

Mi mamá nos hizo pasar a la casa, al entrar miré sobre