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La mujer se sorprendió pero entendió que dadas las últimas circunstancias esto era algo que podía pasar, una vez que tomaron mi declaración nos fuimos de este sitio que ya estaba rodeado de muchas personas. Al llegar a la mansión fui recibida por mis suegros y mi mamá, por suerte los niños se encontraban ya dormidos.

— No me pregunten nada — la primera lágrima se deslizó por mi mejilla — solo quiero ir a ducharme, no se preocupen demasiado que voy a estar bien.

Entré al baño y comencé a llorar, sentía aún su aliento en mi cuello mientras las náuseas se apoderaban por completo de mi cuerpo; que asco sentir a ese tipo tocando mi piel. Puse el agua caliente y gradualmente la fui aumentando la temperatura hasta que en cierto punto llegó Andrew y me sacó de ahí.

— Ouch, por un demonio — su mano estaba toda roja — cariño, ¿Estás bien? Esa agua se encuentra hirviendo, ven que te necesito poner un ungüento.

Andrew me llevó a la cama y ahí se hizo cargo de mis quemaduras, no sabía que había si
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