~M E L I S A P A R K E R ~
🥀 Habían pasado dos semanas desde la vez que supuestamente hablaría con Dylan, pero aún no lo habíamos hecho. Alex había intentado comunicarse con él, pero tampoco le respondía mensajes ni llamadas. Por otro lado, mi relación con Kate y Alex había mejorado bastante. Kate y yo nos encontrábamos desayunando en el jardín. —Hola, pequeña saltamontes. ¿Cómo estás hoy? —me saludó Alex dejando un beso en mi cabeza antes de besar a su esposa—. Buenos días a los amores de mi vida —dijo, acariciando la pancita de embarazada de Kate. Kate tenía casi dos meses de embarazo. Siempre los acompañaba a sus citas para ver cómo iban mis sobrinas o sobrinos, porque, sí, habían descubierto que serían mellizos. —El día de hoy estamos bien los cuatro —contesté, devolviendo el saludo. —Meli, Andrew quiere que lo acompañes a una exposición de arte. Me pidió permiso, pero le dije que era tu decisión. En esas dos semanas había entablado una pequeña amistad con Andrew, el hermanastro de Kate. Al parecer, ambos querían recuperar el tiempo perdido y formar parte de la vida del otro y de sus futuros sobrinos. —Había quedado con Kate para hornear pasteles... ya sabes, un antojo —respondí con una sonrisa. —Por mí, no te detengas, Lissa. Puedes ir. Al parecer le agradas a Andrew, y eso es bueno. A él no le agrada nadie; es odioso e insoportable. No pude evitar soltar una carcajada. Andrew tenía un carácter muy particular: nada le gustaba y todo le molestaba, pero incluso molesto, siempre mantenía la compostura y pedía las cosas con amabilidad, incluso al regañar. —Eso sería abuso. ¡Podría ir a prisión! Tengo dieciséis y él veintiún años —bromeé. Ambos rieron. El tema quedó en el aire y nadie comentó más. Afortunadamente, era sábado, así que podía estar en casa sin que Alex me regañara por "no hacer nada". Me encontraba en la biblioteca leyendo un libro. Agradecí mucho cuando Alex decidió instalarla; era enorme, con un columpio colgante en medio, dos escritorios muy bien ubicados y un par de sofás para mayor comodidad. Sin embargo, me encantaba leer tirada en el suelo. La alfombra era relajante. Mi lectura se vio interrumpida cuando alguien entró y se dejó caer a mi lado. —Hola, Parker. Le pregunté a mi hermana por ti y me dijo que te encontraría aquí. Sin levantar la vista del libro, respondí: —¿Qué necesitas, Jones? ¿No sabes que se toca antes de entrar? —lo ataqué sin piedad. —Sí, pero decidí no hacerlo. Vamos, quiero que me acompañes a una exposición de arte. No quiero ir solo, y sé que te encanta el arte. Cerré el libro y lo miré. Lucía terriblemente guapo: sus rizos estaban alborotados y sus mejillas tenían un leve sonrojo, probablemente por haber bebido algo. —Andrew, realmente planeaba pasar todo el día tirada aquí. Sin previo aviso, se levantó y, como si no pesara nada, me cargó sobre su hombro y me llevó hasta mi habitación. Me dejó caer en la cama con un suave empujón. —Melissa Parker, tienes quince minutos para ponerte más guapa... si es que se puede. Te espero abajo con Alex. Si no bajas, subo por ti —dicho esto, salió y azotó la puerta. 🍂 Andrew y yo estábamos en la galería. Todo era realmente interesante; disfrutaba estar allí. Sin embargo, él no parecía estar disfrutando. —Así que... ¿el arte no es lo tuyo? —murmuré para que solo él me escuchara. —No, esto no es lo mío. Por eso necesitaba compañía de alguien que sí lo disfrute —respondió, observando un cuadro como si fuera lo más fascinante que había visto. —Entonces, ¿por qué estás aquí? —Caridad. Se alejó, dejándome confundida. Me apresuré a seguirlo hasta alcanzarlo. —Con "caridad", ¿te refieres a que ayudas a las personas... o a que sacarme de casa es tu acto de caridad? —pregunté divertida. Él soltó una carcajada. Se acercó, me pasó un brazo por los hombros y me guió hasta un jardín. —Parker, cuando digo "caridad" me refiero a ayudar a quienes realmente lo necesitan. Todo lo recaudado esta noche será para construir un albergue donde las personas sin hogar puedan refugiarse durante el invierno. Pasar frío en la calle es terrible. Por primera vez, lo vi hablar con pasión y amor por algo. Su sinceridad me conmovió y me hizo sonreír. —Yo puedo ayudarte... si me dejas trabajar contigo. Claro, si Alex me lo permite. Se quedó pensativo un momento. —Bien, me gusta la idea. Se lo propondré a Alexander mañana. Pero ahora, por favor, salgamos de aquí. Dicho esto, me jaló suavemente del brazo. Le hizo una seña al encargado del estacionamiento y en pocos minutos trajeron su auto. —Espera... ¿a dónde vamos? Y más despacio, que correr con tacones no es una habilidad que posea —me quejé. —A una fiesta. Será interesante y divertida. También es un evento de caridad, solo que para jóvenes. —No me gusta cómo suena... pero supongo que no tengo opción. —Buena chica. El encargado le entregó las llaves y Andrew me abrió la puerta del copiloto. Una vez que rodeó el auto y se subió, arrancamos. Llegamos a un club elegante. Me ayudó a bajar del auto. —Aquí no sirven alcohol a menores, así que solo podrás pedir agua o jugo —dijo con una sonrisa divertida. —Oh, descuida, me sé muy bien las reglas. Nada ilegal. 🍂 La fiesta de caridad se salió de control. Andrew, que al parecer era muy conocido, me dejó sola. Me dediqué a observar a las personas. Todos lucían elegantes y caros. Casi nunca salía de casa, así que todo aquello era nuevo para mí, aunque este fuera mi tipo de círculo social. Rara vez asistía a cenas de negocios con el abuelo y Alex. Desde que el abuelo enfermó, dejé de salir y me convertí en prisionera de mi rutina. —Por fin te encuentro, Parker. Por favor, dime que estás bien —mencionó Andrew al aparecer. Lucía preocupado. —Sí, estoy bien. De hecho, estaba admirando a todas estas personas. Me gusta cómo lucen —respondí con calma. Le sonreí para tranquilizarlo, y al parecer funcionó. Se acercó y se sentó junto a mí en la barra. —Dime que solo has bebido soda o agua —preguntó con evidente temor. —Mmm... tres whiskys dobles, un chupito de tequila y cuatro copas de vino —bromeé mientras soltaba una carcajada al ver su expresión de horror—. Tonto, solo he bebido soda. 🍂 No sé en qué momento empecé a tomar vino. Antes lo había hecho en cenas en casa, pero esta vez fue diferente. Había tomado fácilmente dos botellas. Era la primera vez que bebía tanto, y ya estaba mareada. Me puse de pie para buscar a Andrew, pero todo era borroso. De pronto, alguien me jaló del brazo. Decía algo, pero no lograba escucharlo. Me sacó de la fiesta, y cuando mis ojos lograron enfocar, vi que era Andrew. Su expresión de preocupación y miedo me hizo sentir culpable.~~A N D R E W J O N E S~~🥀La había perdido de vista y el nerviosismo me invadía. No podía perder a la mocosa. Alexander estallaría y me prohibiría acercarme a su familia... y realmente me gustaba pasar tiempo con mi hermana. Solté un suspiro de alivio cuando logré verla, cada vez más cerca de mí, pero entonces me di cuenta: se tambaleaba al caminar. Estaba borracha. La tomé del brazo con firmeza.—Melissa, ¿acaso estás loca? Alex va a matarnos. No debías tomar nada de alcohol —le dije, pero parecía tan desorientada que su mirada apenas me enfocaba.Tuve que sacarla de allí, y una vez afuera noté que apenas me reconocía.—¡Holaaa! Aquí estás... oye, qué divertida fiesta —balbuceó con dificultad, sus palabras arrastradas.Dios, ¿cuánto bebió esta mujer? Estoy muerto.—Meli, vamos a casa. Necesito que, por favor, no digas nada. ¿Entiendes lo que te digo? —hablé despacio para asegurarme de que me comprendiera.Se limitó a asentir. La sujeté de la cintura y la llevé hasta el auto. La a
~M E L I S A P A R K E R ~ 🥀 Dolor, dolor y más dolor. Eso era todo lo que sentía en ese momento. Me levanté con esfuerzo y fui al baño. Al mirarme en el espejo, me quedé helada: tenía el ojo hinchado y el labio partido. ¿Qué demonios me había pasado? Me quité el vestido negro que llevaba desde anoche y me di una ducha rápida. Ya lista, me puse ropa cómoda y bajé al salón. Al pasar, vi el reloj de pared: 11:10 a. m. Salí al jardín, donde estaban todos. —Buenos días, familia. Antes de que pregunten... creo que me caí —dije, señalando mi rostro con una sonrisa incómoda. —Buenos días —respondió Andrew con una media sonrisa. Se había quedado aquí. Se acercó y me dejó un beso en la cabeza—. Melissa, ¿cómo estás? Dios, pensé que te habías matado —dijo entre risas. —Melissa, deberías tener más cuidado. Andrew, te dije que debías cuidar de ella —intervino Alex, con ese tono despreocupado que tanto me exasperaba. —¡Melissa! ¡Tenemos una sorpresa! —exclamó Kate, rebosante de alegr
~ D Y L A N A D L E R ~ 🥀 Me desperté de golpe. Sentía el corazón acelerado, y un sudor frío cubría mi frente. Revisé la hora en mi teléfono: había dormido solo media hora. Era imposible conciliar el sueño. Mi mente seguía atrapada en los eventos de anoche, incapaz de soltar la sensación de que todo había sido planeado. La puerta de la habitación se abrió con un leve chirrido, y una enfermera entró en puntillas. —Buenos días. Solo vengo a cambiar la intravenosa —susurró, como si temiera perturbar el frágil silencio. Asentí sin decir nada. Cuando terminó, se acercó a mí con una expresión amable. —Aquí tiene —dijo, ofreciéndome un vaso con agua y un par de pastillas—. Es un analgésico para el dolor. —Gracias. Tragué las pastillas de un solo golpe, sin sentir realmente su efecto. La enfermera sonrió y salió de la habitación. —Alex sí que te dio fuerte —murmuró Andrew con voz somnolienta desde la otra cama, frotándose los ojos. —Y lo merecía. No la cuidé como de
~ M E L I S S A P A R K E R ~ 🍂Después de dos días en el hospital, por fin estaba en casa. Pero la sensación de encierro persistía. Pasaba las horas leyendo, intentando distraerme, cuando alguien llamó a la puerta.—Está abierto —dije, sin levantar la vista del libro.Dylan entró con pasos tranquilos y se tumbó en la cama junto a mí. Desde que salí del hospital, había estado extraño. Callado. Distante.—¿Estás bien? —pregunté mientras lo abrazaba—. Dylan, actúas raro. Sé que todo esto fue extraño, pero estamos bien.Él cerró los ojos y apoyó la frente contra la mía.—Melissa... pudimos perderte.No supe qué decir. Lo dejé descansar mientras yo seguía leyendo, escuchando su respiración acompasada mientras se quedaba dormido.Los días pasaban entre libros y salidas al hospital con Kate. Alex no me dejaba salir sola bajo ninguna circunstancia. Desconfiaba de todos, incluso de Andrew y Dylan.Una mañana, bajé al jardín donde la familia desayunaba en silencio. Tomé asiento y los observé
~M E L I S A P A R K E R ~🥀Los días pasaron rápido, y antes de que me diera cuenta, estaba en el aeropuerto despidiendo a Dylan. El momento había llegado: debía partir a Londres. Alex, por fin, me había dejado salir.La despedida fue breve, sin lágrimas ni dramatismos. Ambos prometimos que lo tomaríamos con calma y que haríamos que funcionara. Durante los primeros meses, todo marchó bien. Siempre encontrábamos una forma de coincidir, de robarnos minutos entre sus ocupaciones y mis estudios. Nos esforzábamos por mantenernos conectados a pesar de la distancia.Pero no todo siempre puede salir bien. A veces creemos que tenemos el control de nuestras vidas, que el amor es suficiente... hasta que nos damos cuenta de lo equivocados que estamos. A veces las cosas se desmoronan, y eso también está bien.—¿Entonces estás diciendo que esto es el fin? —La voz de Dylan tembló al otro lado de la pantalla.No pude evitar que las lágrimas brotaran. No pensé que este momento llegaría tan pronto
~M E L I S A P A R K E R ~🥀Creo que nunca estamos realmente preparados para volver a ver a esa persona que marcó un antes y un después en nuestra vida. Esa persona por la que sufriste tanto tiempo, incluso si ambos estuvieron de acuerdo en que terminar era lo mejor. El dolor persiste, aunque sea diferente, aunque tenga otra forma. Está ahí.Siempre me ha molestado esa tonta expresión de "todo pasa por algo". ¿Será cierto? ¿O es solo una frase vacía para consolar a quienes se sienten perdidos? En el fondo, creo que quienes la dicen tampoco saben de lo que hablan.—Melissa, ¿estás bien? —la voz de mi madre me devolvió de golpe a la realidad.La miré, parpadeando como si hubiera estado a años luz de distancia.—Sí, te estoy escuchando —respondí automáticamente, aunque sabía que no era cierto. Ni siquiera tenía idea de lo que me estaba diciendo.—Pero no he dicho nada, cariño. ¿Estás segura de que estás bien? —Su tono se suavizó, y vi cómo su expresión cambiaba a una mezcla de preoc
~~ M E L I S A P A R K E R ~~🥀Tarde. Otra vez tarde. Alex va a matarme. ¿Por qué me cuesta tanto llegar a tiempo? Me deslicé rápidamente entre las mesas del restaurante, los tacones resonando sobre el suelo de madera, y encontré a Kate sentada cómodamente. Su elegante melena castaña caía perfectamente sobre sus hombros, y su sonrisa al verme confirmó lo que temía: Alex ya había llegado.—Lo lamento, sé que está molesto y lo entiendo, pero te juro que tengo una buena excusa —dije apresurada mientras me dejaba caer en la silla frente a ella.Kate soltó una ligera risa, siempre tan serena. —Hola, Mel. Tranquila, Alex aún no ha llegado. Me pidió que lo esperara aquí, así que por mi parte no sabrá nada —respondió con un tono tranquilizador.Solté un suspiro de alivio y me relajé ligeramente en la silla. El mesero se acercó para ofrecernos algo, pero le explicamos que faltaba alguien más y se retiró con una leve inclinación.—¿Está muy molesto conmigo, cierto? —pregunté mientras jugaba
~~M E L I S A P A R K E R ~~🥀El sonido insistente del despertador me sacó del sueño profundo. Abrí los ojos de golpe, recordando que tenía un desayuno en casa de mis padres con Alex, Kate y las niñas. No podía llegar tarde esta vez. Me incorporé rápidamente y me aseguré de no hacer ruido. Dylan seguía dormido, su respiración tranquila llenando la habitación.Tomé unos jeans ajustados y una blusa roja del armario, junto con una de las sudaderas de Dylan que había dejado olvidadas en mi departamento. Me quedaba grande, pero me lucía genial. Después de ducharme, me puse los converse, dejé mi cabello rizado al natural y salí del baño lista para enfrentar el día.Me encontré con Dylan ya vestido, con su habitual look impecable.—Lo siento, me quedé dormido contigo. Sé que tengo una habitación aquí, pero llegué cansado y no quise moverme —dijo con una leve sonrisa de disculpa.Negué con la cabeza, sonriendo. —Sabes que no me molesta ni me incomoda. Me gusta que te sientas en casa aquí.