Daniela y yo cumplíamos exactamente dos años de novios esa tarde de primavera. Para ser sincero, creí que nuestro amor perduraría por siempre, que me casaría con ella al llegar a ser adulto y tendríamos muchos hijos; tan hermoso como ella, con esos ojos almendrados color marrón que tanto amaba. Recuerdo que reía cuando le contaba mis planes futuros, creo que la parte que más le causaba risa, era el saber las locuras que harían nuestros hijos, porque en ese entonces éramos un par de locos.
Aquella tarde nos hicimos una promesa de amor mientras colocábamos nuestros nombres en el árbol de sauce junto al río. —Algunas parejas prometen amarse toda la vida, en cambio, yo quiero hacerte una promesa muy especial que solamente tenga significado para nosotros. Porque sabemos que nuestro amor es verdadero y porque creo que existe la vida más allá de la muerte, quiero prometerte que te amaré en esta vida y por toda la eternidad. Daniela se carcajea ¡Ay! Como me gustaba verla sonreír, dejaba ver esos hoyitos en sus mejillas que la hacían ver tan tierna, aún más cuando empezaba a sonrojándose hasta las orejas, creo que eso era lo que más me gustaba de ella. —No te rías, es en serio. —Sonrío tomando sus manos con firmeza y delicadeza. — ¡Vamos! ¡Prométeme que nos amaremos hasta en la otra vida! —Pido con dulzura hipnotizándola con el resplandor de mis ojos verdes que tanto amaba. Pero las cosas no siempre salen de acuerdo a lo planeado. Al día siguiente tuve que dejarla ir; para ser exacto, la abandoné. Tenía dieciséis años, una vida con gran futuro según mi padre y era momento de volar alto. Sin voz ni voto, obedecí y ni siquiera me dejó despedirme. Aunque siendo sincero, no tuve el valor de desobedecer y correr hasta su casa para volver a mirarla de frente. Tenía miedo de verla llorar mientras se hacia pedazos su corazónpor mi culpa o quizás fue el temor de imaginar su rechazo, sin importar las bofetadas que posiblemente me daría, no quiera morir escuchando un “Solo vete y olvídate de mí” Desde entonces la culpa me ha consumido, me he preguntado miles de veces, si mi vida hubiese cambiado si decidía ir por ella. Nunca supe lo que tuvo que decirme, solo seguí mi camino de éxito con el dolor más grande en el corazón y poco apoco con el engaño de la vida perfecta, olvidé mi promesa. Quizás el no volver a saber de ella ayudó ¡Sí! Fue como si Daniela hubiese decidido no dejarse encontrar, como si nunca hubiese existido. Pero, dicen que una promesa de amor verdadero es imborrable ¿Será tarde para recuperar el tiempo perdido ahora que ha vuelto a mi vida?Después de una larga noche de copas en el club de su amigo Richard, Leonardo se despierta con un terrible dolor de cabeza. No tenía idea de la hora que era, apenas pudo mover la mano para tomar con dificultad el teléfono de su velador.—¡Carajo! —Gruño con malestar al ver las llamadas perdidas de mi novia.Se da la media vuelta y siente que la cabeza le explota, lleva sus manos a la cara y maldice al recordar queAmberllegará al medio día.—¡Ay! Espero que no empiece con su histeria porque en estos momentos juro que no tengo ganas de soportarla.El reloj marcaba las once, piensa en quedarme en cama unas horas más, hasta que recuerda que tiene una reunión con el ingeniero Ramírez a las dos de la tarde. “¡Maldición!” Respira profundo y se pone de pie con toda la pereza del mundo.—¡Maldito seas Richard! —Se queja con las manos en la cabeza caminando con dificultad. Todo le sigue dando vuelvas—Si no tuvieses las mejores mujer
En definitiva, Leonardoteníaun gran problema, sus sentimientos estaban revueltos, hace tres años estaba seguro de lo que quería, ahora noentendíalo quesucedíacon su corazón,Amberhabíasalido del departamento, muy molestay él seguía pensando en lo quedebíahacer. Se suponía que era la mujer que amaba.“¡Maldición!” se dice colocándose la chaqueta y tomando las llaves del auto y va tras ella antes de que llegue al ascensor, mientras Dani lo observa sorprendida, cruzada de brazos,causándoleun dolor en su pecho.—¡Amber! ¡Porfavor, detente! —Grita, haciendo que se detenga justo en la puerta del ascensor.Lo mira un poco molesta, pero con esa media sonrisa
Cuando regresaron a casa ya eran más de las seis de la tarde. Leonardo quiso pedir una pizza, peroAmberinsistió en cocinar algo y la culpa por haber cortado su tarde de descanso lo consumió. También me colocó un delantal y le ayudo con la preparación, aunque no estaba cien por ciento concentrado, Hablan y sonríen, como si todo estuviese normal.—Me encanta compartir contigo estos momentos. Te amo. —Dice ellaacercándosepara besarlo.Élcorresponde el gesto, pero sintiéndosevacío, algo pasaba en su interior que lo dejaba muy insatisfecho, sus besos no sabían a nada y hasta esta sonrisa que brota de sus labios se sentía falsa.Una hora después estaban mirándose frente a frente a punto de empezar la cena, felices, olvidando aparentemente el incidente de la mañana, Leonardo seguía temeroso, callado y fue ella la que terminara rompiendo el hielo preguntándole por su contrato de ayer, aunque el recordarlo, la llenara de coraje.
Amberse puso como loca, empezó a gritarle y lanzarle todo lo quepodíacoger ensus manosen su recorrido a la sala.—¡Detente, maldito idiota!—¡Por favor, déjame solo!—¿Estásechándome?—No dije eso, solo quiero aclarar mi mente. Estedíaha sido muy extraño.—Esa palabra se queda corta —se cruza de brazos.Ella habla y habla y Leonardo solo la ve mover la boca, en esos momentos solo trataba de entender el porqué había visto esa caramonstruosa, que al recordarla le causabaescalofríos.“La demente es ella” La voz de Daniela a sus espaldas lo hizo girar.—¡Deja de hacer eso! —gritaAmberlanzándole uncojínen la cara. —¡Estoy aquí y sigues ignorándome! ¿Has escuchado algo de lo que te dije? ¡Claro que no!—Lo siento yo…—Omite esas malditas palabras, quiero que me expliques que pasó contigo en la habitación.La dulce mujer que conq
En definitiva ese sin duda había sido el día más extraño de toda su vida. Encerrado en su habitación mira el desorden que sudiscusiónsin sentido había causado y termina lanzándose a la cama para mirar el techo, quiere creer que todo es parte de una pesadilla.Quiere creer que sigue dormido y al despertar, todo será como antes, cuando no había ningún espíritu acechándolo, ni novias fugitivas a mitad de la noche. Cierra los ojos intentando dormir, pero no fue fácil lograrlo, no era posible dejar de pensar en Daniela y en la reacción tan inesperada deAmber. Cómo pudo irse con una simple excusa, yaúnmás, decir que es su exnovia y va a cancelar la boda, cuando ella era la quetantoinsistíaen ese evento. Por varias horas se pierde enhipótesisymáspreguntas, vepelículas,noticierosaburridos, revisasus trabajospendientes ydespuésde mucho casi a las cinco de la mañana se queda do
—¿Crees que nunca sentí amor real por ella?—Todas las respuestas están en tu corazón, solo debes escucharlo. ¡Vamos! Eldesayuno ya está en la mesa.Después de desayunar con su padre y hablar de algunos temas que no tuvieron nada que ver con lo ocurrido, le ayudaron a relajarse y a aclarar un poco sus ideas. Lo que le pareció un poco extraño, fue que su padre antes de irse al fin le hablara de su madre, nunca la conoció y él nunca habló de ella, más que lo necesario para saber que su progenitora lo amaba mucho y murió cuando él naciera. Ese era un tema pospuesto del que no podía ni mencionarse. Y aunque no le contó toda su historia de amor con detalles, el que la mencionara era más que suficiente.— Natalia sigue estando en mi corazón, fue el amor de mi vida y siempre estaré muy agradecido con el
Sube al ascensor pensando en lo idiota que me vio hablándole a un espíritu sobre su privacidad. Si desde que Dani apreció, ya no la tenía. Minutos después esta ya frente a su auto, para ir con Richard, si existe alguien con quien hablar de su tormento, ese era él. Se pone en marcha recordando lo que dijera su padre y Dani sobreAmber¿Será posible que no la amara? Intenta aclarar ese punto, cuando una llamada lo aparta de sus pensamientos, era ella.—Hola. Creí que seguías molesta.—No te estoy llamando para disculparme por mi decisión, es para recordarte que empaques el resto de mis pertenecías. Paola ira por ellas en la tarde.— ¿Te estás quedando con Paola?—Es mi mejor amiga y te recuerdo que antes de mudarme conmigo, compartíamos departamento. Cuando termine su turno en el hospital, pasará a recogerlas.
Al volver al departamento recorre con tranquilidad el lugar en busca de Dani, camina hasta su habitación y se deja caer sobre la cama mirando el techo por unos minutos, con las manos bajo su cabeza cierra los ojos y piensa en la manera de empezar esa necesaria conversación con el fantasma de su ex. Respira hondo para tomar valor y no sobresaltarse consu presencia.—¡Dani! Dime qué está pasando. Ahora soy yo el que necesita tu ayuda, mi vida es un caos y no sé qué hacer. ¿Dónde estás?“Estoy aquí” se escucha su dulce voz, por más concentrado que estaba, no puede evitar sobresaltarse un poco, su corazón se acelera y abre los ojos, girando la cabeza hacia su lado. Puede verla tendida sobre la cama con los ojos cerrados y sus manos bajo la cabeza, sonriendo, como si estuviese en medio del paraíso. Al sentir que la observa lo mira, hipnot