Mientras observaba sus calculados movimientos me fijé en lo sencillo de su atuendo, iba de pantalón negro, zapatillas deportivas y un suéter de algodón gris.
Durante la velada no hubo mucho dialogo, solo miradas furtivas y alguna que otra sonrisa confidencial, al terminar me vi obligada a sacar un tema puesto que no quería que la magia acabara rápido.
─ ¿Conociste a los Roger?
─La verdad no, una inmobiliaria intermedió en la venta.
─Eran buenas personas, no entiendo porqué se fueron sin despedirse.
─Quizá fue una urgencia ─terminó lo último de su copa.
─Claro.
─ ¿Te gusta el postre de arándanos?
─Oh, no ─mi estómago iba a estallar ─, quedé satisfecha.
─ ¿Segura? ─sus hermosos ojos valoraron mi silencio. Añadió ─, Emmy, ¿qué has pensando de lo que te confesé?
Estaba igual de nervioso que yo, había visto bajar su nuez varias veces en cuestión de minutos.
─Jhon, venir hasta aquí ya supone un gran esfuerzo...
─Uno que aprecio mucho ─tomó mi mano con delicadeza por sobre la mesa.
─No comprendo porqué alguien como tú me tiene interés.
─Emmy, ¿por quién me tomas? ─estaba herido y quería arreglar el malentendido ─, soy un hombre como cualquier otro. Mayor, sí, bastante, pero con buenas intenciones.
─John, la edad es lo de menos. También me gustas desde que te vi pero no estoy segura de que lo nuestro tenga futuro.
─Eso creí ─alejó su mano de la mía lo que causó un dolor en mi pecho como de vacío.
Sin más lo ayudé a recoger la mesa, le agradecí por la cena y luego me senté en un alargado sofá de la sala.
─Emmy ─venía con una cajita pequeña de regalo ─, es para ti.
─ ¿Para mí?
Amaba las sorpresas pero no podía recibir nada suyo, mucho menos algo que aparentaba ser de gran valor como el collar en oro que sostenía.
─Vamos, úsalo.
─John, no puedo ─le devolví el detalle ─, no me nace recibirlo.
─Te lo compré con mucho cariño.
─John... ─quice oponerme pero al final terminó poniéndome el bello collar ─. Gracias.
Pude sentir su respiración en mi cuello, fogosa, intermitente.
─Quiero intentarlo ─confesé acalorada.
─ ¿Segura? ─me volví para verlo sonreír, entonces asentí y recibí a cambio un fuerte abrazo de su parte ─. No te voy a defraudar, haré lo que sea para esto funcione.
Lo que mi profesor no sabía era que ya funcionaba, había química, respeto y cariño de por medio, ¿cómo no iba a funcionar?
─Nadie puede darse cuenta, ¿comprendes? ─le pedí y no tuvo problema alguno.
─Me gustas mucho ─sujetó mi cara entre sus manos, me sentí tranquila, el nervio seguía pero ya lo tenía bajo control.
Supe cuánto anhelaba besarme al sus ojos examinar con deseo mis labios. Se volvía una tortura no poder llegar al roce añorado, hasta que decidí impulsarlo...
─Bésame..
La comesura de sus labios se curvó, acto seguido pasó lo que tenía que pasar. Fue un beso diferente, lleno de chispa y ternura, tenía la habilidad de jugar con nuestras lenguas; sólo tardé un par de segundos en recuperar la respiración, mientras intentaba disimuladamente controlar el estremecimiento de mi cuerpo.
─Te voy a extrañar apenas pongas un pie afuera ─frotó sus duros nudillos en mi mejilla, detalló los confines de mi rostro y se plació dibujando líneas en mi boca y nariz con el índice.
─Te veré mañana, o pasado ─sonreí contenta como una niña en noche buena ─, reza para que la noche no se haga eterna.
─Con suerte nuestras habitaciones tienen un panorama en común, así me haré la idea de que sigues conmigo ─me plantó un beso en la mejilla.
Bruno aún estaba en casa para mi llegada, conté con la distracción del televisor así no di explicaciones sino que fui directo a mi habitación, cerré la puerta y corrí a la ventana.
Ahí estaba, sentado en su cama esperándo a que apareciera; al verme dejó ver su hermosa sonrisa torcida, por cierto, contagiosa.
Señorita Hudson, mañana la espero diez minutos antes que el resto de sus compañeros.
Att: Su vecino, el profesor.Tenía varias hojas y un marcador. Aparte de tierno y hermoso era muy creativo.
Busqué en mi mesa de noche varias láminas y un labial vencido, y escribí...
Ahí estaré puntual, ¡¿A quién le gusta que lo vean como un mediocre?!
Att: La impintual, su alumna.Era divertido, ingenioso, motivador y muy romántico.
Se hizo jueves y Hunter estaba como de costumbre dando su respectiva clase.
─La señorita Emmy recogerá los ensayos. El martes les tendré noticias. Tengan un feliz fin de semana ─guardó sus lentes y algunos de sus libros en el maletín con una lentitud sospechosamente divertida.
Había una fila frente a mí entregándome los ensayos pero mis ojos se iban solos en su dirección.
Emmy, disimula. Virgen. -me regañé.
─Emmy, ¿te veo en la cafetería? ─me preguntó Noah dejando su trabajo sobre el resto.
─Eh, bueno ─con todas mis fuerzas luché por no desviar la mirada hacia mi profesor, aunque el peso de su atención lo podía percibir a mis espaldas.
─Emmy, quiero esos trabajos en mi despacho, ahora ─no tardó en intervenir, cuando cruzamos miradas se percató del tono que había empleado y añadió ─, por favor.
─Voy enseguida, profesor.
─Ah, casi lo olvido. Harry antes de irse me comentó que usted lo ayudaba todos los años con los preparativos para la feria del libro, ¿le parece si discutimos eso en mi oficina?
Tragué y bajé la mirada para no tener que mirar a ninguno. -Qué incómodo - pensé.
Me gustaba verlo celoso, era encantador, pero me ponía tan nerviosa e insegura por no saber manejar la situación.
─ ¿Emmy? ─esperaba que le respondiera.
─Claro, no tardaré en reunirme con usted.
─Prefecto.
Me invadió una sensación de pena después de ver a Noah plantado frente a mí esperando que hablase.
─Como has visto, tengo que ir con Hunter ─me mordí el carrillo.
─Sí, y es molesto verlo hablarte así, se cree tu jefe.
─Es agradable no es para tanto ─sonreí ─. Noah, te veo luego.
─Pasaré por ti a las siete.
─ ¿A las siete? ─Oh, Dios ¿qué excusa le daría ahora? ─, Noah, no sé si esté disponible.
─Emmy, sal conmigo una sola vez, por favor.
─De acuerdo. A las siete. Chao.
Empecé a caminar hacia la puerta. Traía en mis brazos una pila de trabajos que hizo dificil que yo tocara.
De repente Hunter abrió y con un delicado jalón me adentro y pegó a la madera, las hojas cayeron desperdigadas por la oficina entera pero él no tuvo interés en ello sino en su acelerado deseo por besarme
─Estuve tentado a besarte durante la clase. Te extrañé ─ronroneó cuando nos faltó el aire.─Yo también te extrañé ─toqué nuevamente el piso con la punta de mis zapatos, siempre que me besaba debía subirme a sus zapatos o sino jamas lo alcanzaría.─ ¿Qué quería Noah? ─tomó distancia, se frotó la barbilla dejando una leve arruga en su entrecejo ─, ¿te sigue molestando?Sentí la necesidad de mentirle pero fue lo más difícil y doloroso.─Eh, nah ─sonreí nerviosa ─, quería hablar conmigo sobre su ensayo.─Emmy, no me mientas.Lo ayudé a recoger el reguero.─Esta bien, eso no es verdad pero tampoco hay una.─Nena, me molesta que esté encima tuyo ─se escuchó frustrado.─John, oh John ─negué entre risas tomando asiento ─, Noah no es competencia para ti, tú eres quien me gusta.─Emmy, no dudaría de ti jamás ─se sentó frente a mí ─, eres honesta y leal, eres tan pura como Beatriz. Al cambio Noah ─tensó su mandíbula ─, Noah es un niño que no sabe lo que quiere, no conoce lo que vales y quiere us
─Señorita Hudson, la espero en mi despacho ya mismo ─había un complemento extraño en el tono de su voz, olía a soberbia y solo pensarlo me ponía de nervios.Terminé de entregar los ensayos calificados, mi nota era una de las más altas.Fui a su despacho tiritando en preocupación. «¿Qué coño me pasa? El cuernudo es él no yo.»─Siéntate ─no sonreía, tenía ojeras y la mandíbula la mantuvo apretada.─ ¿Pasa algo?─Eso te pregunto, ¿qué diablos pasa? ─me tensé ─, anoche te fuiste a casa en un taxi en vez de aceptar mi cola. No contestas mis llamadas y evitas a toda costa mi presencia. ¿Qué hice mal?Nos miramos fijamente.Inspiré hondo y me removí en el asiento.─De acuerdo, te diré qué ocurre. Resulta que hay rumores en toda la escuela de que tú y la profesora Keire tienen un romance, y la verdad no me extraña, ella es guapa e inteligente. Mientras que yo...─Tu, Emmy ─me interrumpió alzando la voz ─, tu eres la única que me interesa, lo que hayas escuchado sobre mí y la profesora Keire e
A la mañana siguiente recordé todo cuanto pasó en mi habitación, los besos de John, las risitas bajitas, las caricias. Me sentí mejor que nunca, su promesa de no irse hasta que me durmiera también la cumplió.─Emmy ─desperté de mi ensimismamiento, aún estaba en el teatro escolar con el equipo de apoyo terminando los preparativos para la feria del libro ─. Te estoy hablando y no me oyes.─Lo siento, Laura ─continúe pintando el bienvenido.─Te contaba que Noah anda saliendo con nuestra querida capitana.─Ah, vaya.─Pensé que tu y él terminarían teniendo algo.─No, definitivamente no. Noah es lindo, comprensivo a veces, detallista y divertido...─ ¿Pero?─Pero no me da la seguridad que necesito. Laura, no puedo salir con alguien de quien desconfío, Noah es el chico más codiciado de la escuela y sabes perfectamente que su reputación de mujeriego lo precede.─Eso puede mejorar.La miré incrédula. Virgen, cómo puede defenderlo.─Que mejore o no ya no es mi problema. Me alegro por Dash.De v
El tiempo cada vez más se reducía, quedaban menos espacios para completar los preparativos para la feria del libro; entre las tareas, las practicas de animadora, Raquel y John, solo me quedaba un corto receso para respirar.Jhon también se veía angustiado y tenso, tanto así que los ultimos días de la Sexta semana de clases no hubo contacto entre nosotros, ni físico ni de cualquier otra forma hasta ese día.«Emmy» fue un llamado relativamente sutil que me sobresaltó, miré a mi alrededor y la clase seguía sumida en sus libretas. Miré a John y no tardó en sugerirme que mirase mi celular.Ve a los lavados, necesito besarteTuyo, John.La propuesta resultaba tentadora. Decir que no deseaba besarlo era una falacia, pero acceder a sus necesidades suponía conflicto de mis emociones, mi cabeza no estaba para jueguitos así que le escribí...John, no iré. Por favor, compórtate, la clase aún no termina y tú y yo tenemos una tarde agitada con los preparativos finales.Te necesito concentrado. Lúci
El tiempo cada vez más se reducía, quedaban menos espacios para completar los preparativos para la feria del libro; entre las tareas, las practicas de animadora, Raquel y John, solo me quedaba un corto receso para respirar.Jhon también se veía angustiado y tenso, tanto así que los ultimos días de la Sexta semana de clases no hubo contacto entre nosotros, ni físico ni de cualquier otra forma hasta ese día.«Emmy» fue un llamado relativamente sutil que me sobresaltó, miré a mi alrededor y la clase seguía sumida en sus libretas. Miré a John y no tardó en sugerirme que mirase mi celular.Ve a los lavados, necesito besarteTuyo, John.La propuesta resultaba tentadora. Decir que no deseaba besarlo era una falacia, pero acceder a sus necesidades suponía conflicto de mis emociones, mi cabeza no estaba para jueguitos así que le escribí...John, no iré. Por favor, compórtate, la clase aún no termina y tú y yo tenemos una tarde agitada con los preparativos finales.Te necesito concentrado. Lúci
«Oh, virgen de las estudiantes enamoradas de su profesor, ayuda, no soy buena fingiendo.»─John Hunter Fitzpatrick, un honor ─apareció un hombre igual de joven que él, ataviado con un esmoquin sin corbata. Mi profesor lo hizo pasar con amabilidad sin mostrar atisbo de nervios ─. ¿Acabo de interrumpir algo?─Richard, ella es Emmy Hudson, la chica que te mencioné. Cariño, él es Richard, uno de los tantos catedráticos de la universidad de ColumbiaAbrí exageradamente los ojos y ambos rieron al unísono.─Vamos, tranquila, Richard es de mi entera confianza.─Perdón ─me puse de pié y le extendí mi mano ─, un placer, señor Richard.─Tienes la mano muy fría y suave, ¿es natural? ─chistó el catedrático, no supe qué contestar por lo que rió ─. Venga, llámame Richard. El placer es mío.─Emmy, Richard está dispuesto a ayudarte con tu admisión en Columbia, ¿qué te parece?Inspiré hondo antes de mostrar mi verdadera reacción, una de total incomodidad puesto que John había concertado hablar de mi fu
─Harás que me venga mentalmente ─escupí entre risitas, tan pronto descubrí el verdadero significado de mis palabras abrí los ojos espantada.─ ¿Ah, sí? ─alejó la bandeja de comida y acortó distancia entre nosotros. Mi pequeño corazoncito subió a mi garganta.─Fue un comentario irracional ─repuse muy alterada por los nervios, tanto que bebí el descremado como si fuera agua y luego mastiqué la tostada muy rápido. Pero nunca lo miré a la cara.─Eh, Emmy, con calma cielo que te puedes ahogar ─se rió ─. Ya pasó.─Soy muy torpe ─abandoné la cama, recogí los restos y bajé a la cocina, John estuvo siguiéndome en silencio hasta que sorpresivamente me alzó en peso y me sentó en la encimera de marmol, tiró el frutero y cuanto adorno se interpuso en su camino.─Me gustas demasiado, Emmy ─fue un beso impetuoso que me costó interpretar ─. ¿No te gusta? ─inquirió al darse cuenta de mi parálisis.─No, no, sí me gusta, me gusta mucho ─tragué saliva ─, me tomaste fuera de base.─A ver ─me bajó de la en
─Toma asiento ─me ordenó Raquel, junto a ella estaba Bruno visiblemente preocupado ─. Emmy, estoy tan decepcionada de ti...─Déjala hablar, Raquel, quizá fue a dar un paseo por la redonda ─intercedió mi padrastro.─Bruno, no interfieras.─Lo hago, mujer ─se defendió ─, lo hago porque me parece injusto. ¿Olvidas que tengo una hija casi de la edad de Emmy?, por favor Raquel, son chicas y quieren espacios.─Tú preocúpate por tu hija que yo lo haré por la mía ─rebatió mi madre ─, la educación de Emmy la pago yo. Tú no eres más que mi prometido.─No peleen ─grité y estampé las palmas de mi mano en el comedor.─Emmy, linda, te quiero ─Bruno me besó la coronilla y finalmente se fue molesto.Esperé a que mi madre estuviera el doble de molesta, sin embargo no fue así, se mantuvo callada un par de segundos hasta que habló.─Ve a tu cuarto, mañana hablaremos.La mañana del domingo tuvimos un desayuno silencioso, cada una cavilando en sus propios asuntos.─Le he dicho a Bruno que suspendamos los