─Señorita Hudson, la espero en mi despacho ya mismo ─había un complemento extraño en el tono de su voz, olía a soberbia y solo pensarlo me ponía de nervios.Terminé de entregar los ensayos calificados, mi nota era una de las más altas.Fui a su despacho tiritando en preocupación. «¿Qué coño me pasa? El cuernudo es él no yo.»─Siéntate ─no sonreía, tenía ojeras y la mandíbula la mantuvo apretada.─ ¿Pasa algo?─Eso te pregunto, ¿qué diablos pasa? ─me tensé ─, anoche te fuiste a casa en un taxi en vez de aceptar mi cola. No contestas mis llamadas y evitas a toda costa mi presencia. ¿Qué hice mal?Nos miramos fijamente.Inspiré hondo y me removí en el asiento.─De acuerdo, te diré qué ocurre. Resulta que hay rumores en toda la escuela de que tú y la profesora Keire tienen un romance, y la verdad no me extraña, ella es guapa e inteligente. Mientras que yo...─Tu, Emmy ─me interrumpió alzando la voz ─, tu eres la única que me interesa, lo que hayas escuchado sobre mí y la profesora Keire e
A la mañana siguiente recordé todo cuanto pasó en mi habitación, los besos de John, las risitas bajitas, las caricias. Me sentí mejor que nunca, su promesa de no irse hasta que me durmiera también la cumplió.─Emmy ─desperté de mi ensimismamiento, aún estaba en el teatro escolar con el equipo de apoyo terminando los preparativos para la feria del libro ─. Te estoy hablando y no me oyes.─Lo siento, Laura ─continúe pintando el bienvenido.─Te contaba que Noah anda saliendo con nuestra querida capitana.─Ah, vaya.─Pensé que tu y él terminarían teniendo algo.─No, definitivamente no. Noah es lindo, comprensivo a veces, detallista y divertido...─ ¿Pero?─Pero no me da la seguridad que necesito. Laura, no puedo salir con alguien de quien desconfío, Noah es el chico más codiciado de la escuela y sabes perfectamente que su reputación de mujeriego lo precede.─Eso puede mejorar.La miré incrédula. Virgen, cómo puede defenderlo.─Que mejore o no ya no es mi problema. Me alegro por Dash.De v
El tiempo cada vez más se reducía, quedaban menos espacios para completar los preparativos para la feria del libro; entre las tareas, las practicas de animadora, Raquel y John, solo me quedaba un corto receso para respirar.Jhon también se veía angustiado y tenso, tanto así que los ultimos días de la Sexta semana de clases no hubo contacto entre nosotros, ni físico ni de cualquier otra forma hasta ese día.«Emmy» fue un llamado relativamente sutil que me sobresaltó, miré a mi alrededor y la clase seguía sumida en sus libretas. Miré a John y no tardó en sugerirme que mirase mi celular.Ve a los lavados, necesito besarteTuyo, John.La propuesta resultaba tentadora. Decir que no deseaba besarlo era una falacia, pero acceder a sus necesidades suponía conflicto de mis emociones, mi cabeza no estaba para jueguitos así que le escribí...John, no iré. Por favor, compórtate, la clase aún no termina y tú y yo tenemos una tarde agitada con los preparativos finales.Te necesito concentrado. Lúci
El tiempo cada vez más se reducía, quedaban menos espacios para completar los preparativos para la feria del libro; entre las tareas, las practicas de animadora, Raquel y John, solo me quedaba un corto receso para respirar.Jhon también se veía angustiado y tenso, tanto así que los ultimos días de la Sexta semana de clases no hubo contacto entre nosotros, ni físico ni de cualquier otra forma hasta ese día.«Emmy» fue un llamado relativamente sutil que me sobresaltó, miré a mi alrededor y la clase seguía sumida en sus libretas. Miré a John y no tardó en sugerirme que mirase mi celular.Ve a los lavados, necesito besarteTuyo, John.La propuesta resultaba tentadora. Decir que no deseaba besarlo era una falacia, pero acceder a sus necesidades suponía conflicto de mis emociones, mi cabeza no estaba para jueguitos así que le escribí...John, no iré. Por favor, compórtate, la clase aún no termina y tú y yo tenemos una tarde agitada con los preparativos finales.Te necesito concentrado. Lúci
«Oh, virgen de las estudiantes enamoradas de su profesor, ayuda, no soy buena fingiendo.»─John Hunter Fitzpatrick, un honor ─apareció un hombre igual de joven que él, ataviado con un esmoquin sin corbata. Mi profesor lo hizo pasar con amabilidad sin mostrar atisbo de nervios ─. ¿Acabo de interrumpir algo?─Richard, ella es Emmy Hudson, la chica que te mencioné. Cariño, él es Richard, uno de los tantos catedráticos de la universidad de ColumbiaAbrí exageradamente los ojos y ambos rieron al unísono.─Vamos, tranquila, Richard es de mi entera confianza.─Perdón ─me puse de pié y le extendí mi mano ─, un placer, señor Richard.─Tienes la mano muy fría y suave, ¿es natural? ─chistó el catedrático, no supe qué contestar por lo que rió ─. Venga, llámame Richard. El placer es mío.─Emmy, Richard está dispuesto a ayudarte con tu admisión en Columbia, ¿qué te parece?Inspiré hondo antes de mostrar mi verdadera reacción, una de total incomodidad puesto que John había concertado hablar de mi fu
─Harás que me venga mentalmente ─escupí entre risitas, tan pronto descubrí el verdadero significado de mis palabras abrí los ojos espantada.─ ¿Ah, sí? ─alejó la bandeja de comida y acortó distancia entre nosotros. Mi pequeño corazoncito subió a mi garganta.─Fue un comentario irracional ─repuse muy alterada por los nervios, tanto que bebí el descremado como si fuera agua y luego mastiqué la tostada muy rápido. Pero nunca lo miré a la cara.─Eh, Emmy, con calma cielo que te puedes ahogar ─se rió ─. Ya pasó.─Soy muy torpe ─abandoné la cama, recogí los restos y bajé a la cocina, John estuvo siguiéndome en silencio hasta que sorpresivamente me alzó en peso y me sentó en la encimera de marmol, tiró el frutero y cuanto adorno se interpuso en su camino.─Me gustas demasiado, Emmy ─fue un beso impetuoso que me costó interpretar ─. ¿No te gusta? ─inquirió al darse cuenta de mi parálisis.─No, no, sí me gusta, me gusta mucho ─tragué saliva ─, me tomaste fuera de base.─A ver ─me bajó de la en
─Toma asiento ─me ordenó Raquel, junto a ella estaba Bruno visiblemente preocupado ─. Emmy, estoy tan decepcionada de ti...─Déjala hablar, Raquel, quizá fue a dar un paseo por la redonda ─intercedió mi padrastro.─Bruno, no interfieras.─Lo hago, mujer ─se defendió ─, lo hago porque me parece injusto. ¿Olvidas que tengo una hija casi de la edad de Emmy?, por favor Raquel, son chicas y quieren espacios.─Tú preocúpate por tu hija que yo lo haré por la mía ─rebatió mi madre ─, la educación de Emmy la pago yo. Tú no eres más que mi prometido.─No peleen ─grité y estampé las palmas de mi mano en el comedor.─Emmy, linda, te quiero ─Bruno me besó la coronilla y finalmente se fue molesto.Esperé a que mi madre estuviera el doble de molesta, sin embargo no fue así, se mantuvo callada un par de segundos hasta que habló.─Ve a tu cuarto, mañana hablaremos.La mañana del domingo tuvimos un desayuno silencioso, cada una cavilando en sus propios asuntos.─Le he dicho a Bruno que suspendamos los
La mirada de nuestra vecina no era la que me esperaba, una de total indignación o reproche, estaba sonriéndole a John y él a ella.─Emmy, el profesor me ha dicho que gusta de ti ─confesó ─, es un buen partido, hija, no te preocupes por mí. Soy una tumba.─No me fío mucho de usted, le dijo a mi madre que me vio bajar del coche de mi profesor ─recordé.─No, hija, yo sería incapaz ─aclaró ─, no después de todo lo que el joven ha hecho por mí durante la ultimas noches.Fruncí el ceño y me volví rígida hacia mi profesor.─Bueno, cielo, no te dije nada porque no es de caballeros alardear sobre sus hazañas con el prójimo. Resulta que le tomo la presión a la señora Theresa todas las noches, y también cenamos juntos cuando tú no puedes acompañarme.Hundí los hombros y resoplé, enjugué mi cara entre mis manos y por último miré al par de cómplices frente a mí.─He creído que las cosas se me salían de las manos. Perdóneme señora Theresa, no sabía que usted y John era buenos amigos.─Ya lo sabes, h