Bajé del auto de Bruno e inspiré hondo cuando vislumbré la fachada del instituto, lo que menos quería era estar allí.─Emmy ─me incliné frente a la ventanilla para mirar a mi padrastro ─, si llegas a sentirte mal no dudes en llamarme, ¿de acuerdo?─Claro, gracias por traerme Bruno.Crucé la entrada y posteriormente el pasillo, hasta dar con mi casillero, al abrirlo un sobre resbaló entre los libros y cayó a mis pies. Sorprendida me mantuve estática mirándolo sin intención de recogerlo, me hice varias preguntas, entre ellas quién pudo haber dejado aquel papel en mi bloque, cómo y con qué propósito...Lo recogí, lo miré de ambos lados y luego lo abrí, dentro había una carta y una segunda pieza de un rompecabezas ─«esto es obra de John» ─, fue lo primero que deduje.─He, amiga ─sentí un brazo rodear mis hombros, al girarme encontré el rostro de Laura ─, ¿qué tal?─Hola Lau ─guardé el sobre en mi mochila e intenté sonreír.─Ayer te extrañé, ¿por qué faltaste?─Estaba mal del estómago.─An
─ ¿Estás segura de querer ir a esa excursión? ─me preguntó Raquel antes de aparcar la patrulla media cuadra antes del instituto.─Sé que te dije que no quería ir pero hoy me siento mejor ─bajé del auto con mi pequeño equipaje y me asomé por la ventanilla ─. Te llamaré apenas pueda, chao.─Emmy, ¿estará él, cierto?─ ¿Quién él?─El profesor ese, el tal John.Ahí vamos.─Sí, pero no te preocupes por lo que pueda pasar entre nosotros, recuerda lo que te prometí.─Estoy empezando a creer en ti, no me defraudes ─me sonrió.─No lo haré.No me quedan razones para seguir haciéndolo.Lo primero que hice al llegar al estacionamiento donde nos esperaban los buses escolares, fue cerciorarme de que Laura estuviera cerca, la necesitaba para charlar durante el viaje, de al menos, hora y media, así evitaría sufrir depresiones repentinas.─Ni de coña vine a hacer excursión de laboratorio ─comentó Laura al tiempo que dejamos nuestras maletas sobre una pila de las mismas e hicimos formación para subir a
─ ¿Estás segura de querer ir a esa excursión? ─me preguntó Raquel antes de aparcar la patrulla media cuadra antes del instituto.─Sé que te dije que no quería ir pero hoy me siento mejor ─bajé del auto con mi pequeño equipaje y me asomé por la ventanilla ─. Te llamaré apenas pueda, chao.─Emmy, ¿estará él, cierto?─ ¿Quién él?─El profesor ese, el tal John.Ahí vamos.─Sí, pero no te preocupes por lo que pueda pasar entre nosotros, recuerda lo que te prometí.─Estoy empezando a creer en ti, no me defraudes ─me sonrió.─No lo haré.No me quedan razones para seguir haciéndolo.Lo primero que hice al llegar al estacionamiento donde nos esperaban los buses escolares, fue cerciorarme de que Laura estuviera cerca, la necesitaba para charlar durante el viaje, de al menos, hora y media, así evitaría sufrir depresiones repentinas.─Ni de coña vine a hacer excursión de laboratorio ─comentó Laura al tiempo que dejamos nuestras maletas sobre una pila de las mismas e hicimos formación para subir a
Oscureció, y para mi desgracia no logré armar mi tienda a tiempo; seguía con la misma ropa mojada, hambrienta y con el dolor profundo de haber quedado sin celular.Resignada lancé las varas de soporte de la tienda y me senté sobre un tronco viejo.─ ¿Te ayudo? ─se ofreció Laura.─Gracias Lau, pero no, quiero hacerlo sola.─Llevas una hora intentando armar eso y haz podido.─Ya podré ─froté mis manos para pescar algo de calor.─Eres terca y obstinada ─dijo ella y me lanzó una toalla ─. Vamos, sécate, con esa ropa empapada te puedes resfriar.─Gracias.─ ¿Quieres chocolate caliente?─No te tomes demasiadas molestias Lau, estoy bien.No, la verdad es que estoy muerta de frío, hambre y cansancio.─De acuerdo, estaré en mi tienda por si me necesitas.Una vez acabé de secarme busqué el saco inflable donde pensaba dormir.─ ¿A la intemperie? ─lo oí.Al girarme encontré a John cruzado de brazos reparando el reguero que yo había armado.─ ¿Disculpa?─Que si piensas dormir a la intemperie.─Sí
Ahogué un grito cuando Hunter cogió por las solapas de la camisa a David, uno de mis compañeros, y lo estampó contra un árbol.─Si le vuelves a hacer una broma de ese tipo a Emmy, o a cualquier otra chica, no respondo, ¿entendiste?Oh, oh... ¿en serio?Todos me quedaron viendo y en ese preciso instante me entró complejo de avestruz, quería meter la cabeza en un hueco y no sacarla los siguientes días.─L-lo lamento, profesor.─Bien ─dijo mi profesor soltando a David ─. Espero que a todos les haya quedado claro que las bromitas de mal gusto tienen sanciones; vuestro compañero David tiene un punto menos para mi examen final.─Pero profesor...─Ahora tienes dos, y si sigues alegando te irá peor.Envuelta en la corta toalla que Laura me logró pasar caminé hacia mi tienda, donde poco después fui alcanzada por Noah.─Emmy.─ ¿Sí?─Oye, siento lo que te hizo mi amigo, creo que esta vez se pasó.─ ¿Tú sabías que me harían esa broma?─Por supuesto que no, yo... yo te juro que estuve al margen.
Corrí tras Noah durante varios segundos, pude sentir mi sangre palpitar en la cara, y mi corazón acelerarse horriblemente. Cuando logré alcanzar su mano y volverlo a mí, sacudió mi agarre y retrocedió varios pasos con una expresión de asco. Era doloroso mirarlo directamente a los ojos.─Escúchame, por favor ─le pedí con los ojos cuajados.─ ¿Escuchar qué?, sé lo que vi, y es decepcionante. Lo esperaba de todas menos de ti, Emmy, ¿cómo pudiste?─Estás sacando conclusiones apresuradas, te juro que todo tiene una explicación ─intenté acercarme a él pero retrocedió otro paso.─No las quiero oír, por lo menos no ahora.─Noah ─era Hunter, venía hacia nosotros a paso presto, se le veía en los ojos la rabia y la culpa ─, ¿podemos hablar?─Usted me da asco ─aseveró mi amigo, me quitó del camino y fue directo por las solapas de la camisa de nuestro profesor ─, es un bastardo de m****a. ¿Cree que puede jugar con Emmy a su antojo?─Oyeme bien muchacho ─John también lo agarró bruscamente por la tel
Esa tarde corrí por los pasillos del Instituto como si no hubiera un mañana, era comienzo de trimestre y no quería empezar mal, mucho menos ahora que habían rumores de cambios en el comité de profesores.─Señorita Hudson, llegando tarde como siempre ─fue lo primero que comentó el profesor Harry cuando abrí la puerta del aula, sin embargo por ser la mejor de su clase me dedicó un sonrisa y prosiguió.Los primeros minutos me concentré en estabilizar mi respiración, posteriormente miré a mi profesor que se despedía de nosotros.─Muchachos, sé que tengo mas para darles pero me jubilarán, aparte el Instituto requiere de un docente en óptimas condiciones, sin achaques ni enredos. Estoy viejo y mi alzheimer lo dice. Me voy feliz sabiendo que les enseñé lo mejor de la materia.Algunas chicas no aguantaron y fueron por un abrazo, otros comentaron por lo bajo su descontento con el reemplazo, y el resto aplaudió con animosidad para despedir al mejor profesor del plantel.Cuando hubo terminado aq
─No tuvo el valor de admitir que fue él quien le dió la nota ridícula ─giró sobre sus talones y me miró desde arriba con una sonrisa torcida ─. ¿Lo ha leído alguna vez?Se refería al libro de literatura clásica que sostenía a la altura de mis pechos, desde luego lo había hecho, mis tiempos libres los dedicaba a la lectura.─Es bueno.─Es para principiantes ─se rió y devolvió el libro a su lugar, ese gesto me hizo sentir mona, como si no tuviera idea de lo que era leer literatura de verdad. Una novata en el arte ─, como le decía, no me gusta Noah, de hecho usted tampoco...Mi corazón se arrugó. Jamás un profesor me había dedicado un comentario así, todo lo contrario, me querían por ser atenta y muy participativa.─Señorita impuntual...─Emmy Hudson ─lo corregí de mal gusto.─Señorita Hudson, tengo veintinueve años y supongo que usted quince.─Diecisiete.─Mucho mejor ─enarqué una ceja contrariada ─, veo talento en usted pero así como actúa deja mucho qué criticar, es inmadura.─Soy tan