“—Realmente jamás pensé conocerlo, creo que fue una coincidencia y una que jamás olvidaré. Nunca pudo ser lo que pensé, el sin embargo existió entre nosotros y las consecuencias de esa noche.
—¿Entonces una coincidencia los unió?
—Yo creo que fue el destino. Uno que tal vez si supiera que pasaría hubiera evitado en cualquier medida.
—Eso suena algo muy duro—dijo su acompañante.
—Ambos fuimos y no existimos al mismo tiempo. Fabio Kahler fue el error fatídico en mi vida.
—¿Qué dirías sobre ella? —le preguntó el hombre frente a él.
—Ella, fue... algo hermoso como tormentoso. fue algo y a la ves nada, algo que nunca pudo ser—respondió de manera tangente para luego agregar—, aunque me doliera no me arrepiento de darle mi mano eso noche.
—¿Cual noche?
—La noche, esa, cuando la vi por primera vez.
—¿Fue amor?
—Fue compasión. Jamás pensé que se convertiría en algo más.
Aquellas palabras sorprendieron al hombre junto a él.—Eso fue todo, todo lo que sentimos el uno por el otro al punto de depender del otro ¿Amor? No lo creo. Tendrías que preguntarle.”
Capítulo 1 Eso solo lo suficiente para que se vieran sus rostros, aquello era lo más cercano que tendría a una venganza.—Leah... —pronunció el señor D saliendo de su despacho—¿Estas bien? Porque lo subiste, podíamos hacerlo de otra manera... No quiero a la gente hablando a tus espaldas.—Estoy bien, no se preocupe... Lo pensé mucho, y digamos que es una forma de darles un golpe duro— mencionó fríamente—, me aseguraré de que esto no nos afecte negativamente.— No me importa lo que pueda decir la prensa, no quiero que esto te afecte negativamente... Los chismes y los malos comentarios de otros, aunque lo neguemos nos afecta, ni tu ni yo somos una excepción— le aconsejo sentándose en el escritorio—, no quiero leer tus correos este fin de semana, mi nieto llega hoy de Inglaterra así que lo haré ponerse al día con los proyectos.Leah resoplo no le parecía aquello, quería mantener su mente ocupada.—Señor Dimitri, no puede...Empezó a quejarse mientras este volvía a su oficina y con mirad
Fabio le dedicó una sonrisa, y acarició suavemente su rostro para luego unir sus labios con los suyos, era un beso feroz de esos que te roban toda la fuerza, ella pasó los brazos alrededor de su cuello atrayendo lo más así ella, ambos rompieron el beso buscando aire sin separarse en lo más mínimo, estaba vez fue ella quien unió sus labios llevando el ritmo del beso. Fabio acarició la curva de su cuello y dirigió su boca así allí para luego esparcir pequeños besos hasta su oído.—Esta noche será única, una que jamás olvidaras—dijo prometiendo, los vellos de su cuello se erizaron ante tal promesa, y sin vergüenza alguna Leah respondió sintiéndose como una ninfa.—Eso espero, señor Fabio.— No se arrepentirá, Leah —musito su nombre como si fuera una caricia, ella lo observo con una gran sonrisa en el rostro.—Espero Fabio, pasar contigo una noche extraordinaria-—dijo dándole una mirada coqueta—. Una donde solamente olvidarás el hoy y disfrutarás hasta el mañana.Fabio se sorprendió al no
"Fabio" ese nombre de pronto apareció en su mente y todos los recuerdos de la noche pasada, sus manos, sus besos y sus caricias como recorrían su cuerpo. Se estremeció solo pensar de sentir aquello tan íntimo de nuevo; pero sin duda tal vez nunca lo volviera a ver, aquello tal vez sería lo mejor. Le evitaría la vergüenza de verlo a la cara, jamás había hecho algo como aquello, todos los hombres con los que se había acostado habían sido sus novios, durante la mayor parte de su adolescencia y años después Ricardo, sólo recordarlo provocaba que el malestar aumentara, enrolló la sábana en su cuerpo cubriendo su desnudez, buscó en la habitación su ropa hasta encontrarla, pero no había rastro de su ropa interior, con vergüenza se vistió con una camisa que halló al lado de la mesa de noche, sus mejillas se tiñeron de un fuerte rosa. Salió de la habitación en pequeños pasos, mirando así los lados, camino hasta llegar a lo que parecía una sala, tenía que marcharse antes que alguien la viera.
Leah se preparó para su último día de vacaciones, luego de preparar el desayuno y dejarlo listo; antes de salir le dio un beso a su pequeña en la frente y se despidió de la niñera.Al revisar su teléfono vio un mensaje de su jefe.Señor D: Disfruta tu último día de vacaciones, mañana al fin es el gran día.Te exprimiré el doble. Pásalo bonito.Leah no pudo evitar soltar una carcajada, sin duda siempre salió con unas locuras que solo el señor Damián podía decir, le respondió con un pulgar arriba. Detuvo el taxi y le dio la dirección del spa del nuevo hotel, sabía que se lo había dado para que disfrutara, pero sin duda quería que viera el control del nuevo lugar. Los últimos años habían sido un completo caos, pero algo siempre era seguro el cariño y la confianza de su jefe.Al llegar al lugar bajo y pago al taxista y al entrar se dirigió al lobby y pregunto por su cupón, la atendieron inmediatamente guiándola al nuevo sector del hotel sin duda al mirar se sintió orgullosa de ser parte d
—Buenos días, mami— dijo una voz cantaría por la mañana, Leah sonrió ampliamente antes de darle un beso en la mejilla, y ver esos hermosos ojos azules sin duda se parecían mucho, en la forma de sus ojos y nariz, hasta la forma como… negó fuertemente tenía que dejar de pensar en ese pervertido, deseaba no verlo más nunca. Había soñado muchas veces con volver a verlo, sin duda cualquier ilusión se había esfumado, como lo que fueron simples fantasias.—Buenos días, amor… recuerda portarte bien en el colegio— dijo al terminar de desayunar para irse a trabajar—. Ten un hermoso día, y nada de travesuras a Sandra.—Lo prometo, mami.—Te amo.—Yo te amo, mas.Ella negó y sonrió tomando su bolso, le lanzo un beso y salió para dirigirse al trabajo un poco ansiosa sabía que hoy llegaba el nieto del señor Damián quien se retiraba luego de muchos años manejando la empresa, sin duda él era el claro ejemplo de lo que era trabajar y sudárselo para tener lo que uno lograr lo que se propusiera. Hoy er
A la hora del almuerzo un mensaje llego al grupo principal de la empresa. Leah abrió sus ojos completamente al ver donde había escrito. Sabía que tal vez se había equivocado, pero sin embargo ella había sido extremadamente cuidadosa en explicárselo.Fabio: señorita Leah, muero de hambre........... Quiero ir a comer........ Terminé todo mi trabajo, abuelo...... Leah; Señor Fabio, está escribiendo en el grupo principal... Puede ir a comer si lo desea. Escribió rápidamente una respuesta y la envió, segundos después el mensaje de Fabio desapareció del chat, a lo que está río fuertemente. Y volvió a escribir otro mensaje.Leah: No se preocupe puede ir a comer... —Tomemos un descanso, iré por un café.Le aviso y se dispuso a marchar.—Por favor, podrías traerme uno—le pidió a lo que ella sonrió y respondió.—Me lo pensaré.Fue su única respuesta ante de marcharse. Bajo a la cafetería del décimo piso, obviamente mucha gente estaba en la cafetería y al verla ingresó susurrando cosas.—Mati
Tomó lo que necesitaba y camino hasta el pequeño cuarto de papelería que había en el piso, puso la hoja y pulso pero esta no parecía querer fotocopiar o hacer algo, apago y la volvió a encender, reviso si tenía papel, aquello la estresada de sobremanera, suspiro cuando empezó a fotocopiar al menos algo funcionaba hoy hasta que parecía que no lo haría más había intentado arreglar esa cosa cinco veces todavía no entendía porque se estancaba el papel, dio una patada a la cosa esa, ya había intentado de todo, saco el papel lo arreglo, verifico si no había una atorada, pero, nada. Sin duda el lunes la estaba maldiciendo.—Maldita máquina— grito, esta acalorada, era evidente en sus mejillas.Fabio se encontraba entreteniendo con la escena, parecía no muy entusiasmada con la pobre fotocopiadora, si supiera que si la dañaba le costaría tres veces su sueldo de cuatro meses, sería una pena. Se aclaró la garganta llamando la atención de la joven, se volvió y casi murió del susto, ahí estaba el q
Leah no podía creer que se atreviera a venir a la empresa y cada vez solo a provocar habladurías y malos comentarios, se suponía que toda conexión entre ellos se había acabado. Solo ver su cara le causaba molestar no quería imaginar que pasaría si el señor D regresaba y lo hallaba en la oficina.—¿Qué haces acá? El grupo Heims no tiene ningún tipo de relaciones con el grupo Kalher — mencionó sarcástica, aunque había algo que emanaba de él que no le agradaba y menos saber que estaba lejos del botón de emergencia.—Yo había pensado que ya lo habías superado, aunque vengo a ver a tu jefe… siempre creando problemas para nosotros, así que hoy vine a dar una advertencia empezando contigo—mencionó amenazante dando un paso así ella, Ricardo era unos siete centímetros más alto que ella por lo que tenía que alzar el rostro para verlo—. Espero que tu jefe pueda firmar esto, es una citación por artículos mal intencionados, últimamente he estado pensando en algo.Leah miro el sobre e hizo una muec