"Fabio" ese nombre de pronto apareció en su mente y todos los recuerdos de la noche pasada, sus manos, sus besos y sus caricias como recorrían su cuerpo. Se estremeció solo pensar de sentir aquello tan íntimo de nuevo; pero sin duda tal vez nunca lo volviera a ver, aquello tal vez sería lo mejor. Le evitaría la vergüenza de verlo a la cara, jamás había hecho algo como aquello, todos los hombres con los que se había acostado habían sido sus novios, durante la mayor parte de su adolescencia y años después Ricardo, sólo recordarlo provocaba que el malestar aumentara, enrolló la sábana en su cuerpo cubriendo su desnudez, buscó en la habitación su ropa hasta encontrarla, pero no había rastro de su ropa interior, con vergüenza se vistió con una camisa que halló al lado de la mesa de noche, sus mejillas se tiñeron de un fuerte rosa.
Salió de la habitación en pequeños pasos, mirando así los lados, camino hasta llegar a lo que parecía una sala, tenía que marcharse antes que alguien la viera. Y probablemente no quería encontrase con Fabio.
—¡Buenos días, señorita! — pegó un grito asustada, por un momento pensó que no había nadie en el apartamento—¿Buscaba esto? — preguntó la señora mayor, sosteniendo en el aire lo que parecía su ropa interior y su vestido—. No suelo recoger muchas de estas por las mañanas, pero sin duda tiene buen gusto, por cierto, ya están limpias y secas puede cambiarse si gusta—alabó la anciana.
—¿Esos son mis?— titubeó avergonzado ante el tono juguetón de la señora, era una situación que jamás pensó que viviría.
—Sus bragas y sostén, señorita— digo con tono burlón, ante la cara sonrojada de la señorita.
—Creo que mejor yo... me iré— dijo mientras buscaba con la mirada desesperada la puerta—. Nos vemos...
—No piensa llevarse su ropa, al menos que quiera volver para regresar la camisa— preguntó, aunque Cecilia se sintió mal por burlarse de aquella mujer, pero jamás imagino que en el primer día de vuelta a Alemania empezará a ser todo un playboy.
Leah caminó rápidamente hasta donde se encontraba Cecilia, tomó sus cosas, retrocedió tropezando con la pequeña gaveta haciendo que cayera de culo, quería que la tierra se la tragara y apareciera en su casa. Cecilia intentó ayudarla, pero avergonzada con su cabeza, se negó fuertemente a que la ayudara y retrocedió rápidamente sobre el piso, se levantó tropezando con sus pies.
—¡Gracias! Adiós, yo lo siento por... este desastre — fue lo último que dijo antes de correr buscando una habitación para ponerse rápidamente el vestido y sus bragas, gracias a Dios la camisa era lo suficientemente oscura para que no viera nada. Se despido una vez más y tomo su cartera para marcharse.
Cecilia se encogió de hombros, y con una sonrisa graciosa dijo en voz alta:
—Y yo pensaba brindarle el desayuno.
Al llegar al lobby pidió un taxi lo más rápido posible esperaba no encontrarse con él; subió al taxi y se marchó esperándolo no volverlo a ver. Mientras encendía su teléfono tenía varios mensajes de su jefe.
Chat
Señor D: Espero que te diviertas, te mando esta cita en un exclusivo spa. Ya he pagado, no te atrevas a no ir, es una orden. Espero que hayas disfrutado tu noche, te veré luego y nada de correos, por cierto, iré a despedir a mi nieto al aeropuerto… será la próxima que te lo presente.
Leah sonrió leyendo el mensaje de su jefe sin duda el señor Damián era una gran persona y estaba totalmente agradecida con él, envió una carita sonriente para luego guardar su teléfono, abrió la ventanilla del auto sintiendo la brisa fría de la mañana en su rostro una felicidad grandiosa, hacía mucho tiempo que no se emocionaba de esa manera o esa complicidad y descubrir aquello le hizo carcajearse.—Gracias Fabio por la mejor noche de mi vida.
Fabio observó como la chica se marchaba pensó que luego de despertarse y ver tanto lujo esperaría por él, de todas maneras, esperaba no volverla a ver. Su teléfono sonó mostrando un mensaje de su abuelo. Había tenido que escribirle que tenía que devolverse a Inglaterra de emergencia por unos problemas relacionados con algunos proyectos.
Abuelo: Nos vemos en media hora, no te vayas sin despedirte… si no te dejare sin herencia.
Fabio: Abuelo, más bien no llegues tarde no perderé el vuelo por tu culpa.
Abuelo: Tu, pequeño mocoso, cuida tu lenguaje con tu abuelo.
Se reunieron en el aeropuerto esperando que saliera el vuelo, Damián estaba un poco triste que su nieto no pudiera conocer a Leah, era una gran pena sabía que ambos se llevarían muy bien.
—Es una pena, me hubiera gustado que la conocieras— dijo con pesar al momento que se estaban despidiendo.
—La conoceré luego, solo me iré seis meses y luego volveré… seguro que nos conoceremos en algún punto.
Así el tiempo fue pasando y los seis meses se convirtieron en seis largos años, pero fruto de aquella noche, había recibido un motivo de alegrías, una hermoso niño quien se convirtio en su luz en aquellos momentos dificiles, aunque al principio se había deprimido por todos los problemas sin duda saber que tendría a alguien a quien proteger y amar incondicionalmente; y fue bendecida con el nombre de Fabiano. Ese día que luego de varias horas pujando y dando todo de si, sintiendo un dolor intenso que luego desaparicio al tenerlo entre sus brazos, nació su estrella para alumbrar su vida entera.
—Bienvenido pequeño.
En ese momento Leah no pudo evitar pensar en aquel hombre, Fabio, ¿Dónde estaría? ¿Qué habrá sucedido con él? Esperaba algún día volver a verlo. Al menos para despedirse. Sonrio pensando que solo habia deseado una noche para olvidar y ahora tendria a alguien con quien estuviera conectado por toda la vida, los cambios drastricos que habia tenido ese dia.
Un llanto sono en la habitacion y el pequeño se movia desesperado buscando alimento.
—¿Tienes hambre?
Sonrió y con ayuda de la enfermera lo coloco contra su pecho, para que amantara, al principio se sintió un poco doloroso pero aquello la lleno de un inmenso amor incondicional.—Mami, promete que siempre te protegere.
Leah se preparó para su último día de vacaciones, luego de preparar el desayuno y dejarlo listo; antes de salir le dio un beso a su pequeña en la frente y se despidió de la niñera.Al revisar su teléfono vio un mensaje de su jefe.Señor D: Disfruta tu último día de vacaciones, mañana al fin es el gran día.Te exprimiré el doble. Pásalo bonito.Leah no pudo evitar soltar una carcajada, sin duda siempre salió con unas locuras que solo el señor Damián podía decir, le respondió con un pulgar arriba. Detuvo el taxi y le dio la dirección del spa del nuevo hotel, sabía que se lo había dado para que disfrutara, pero sin duda quería que viera el control del nuevo lugar. Los últimos años habían sido un completo caos, pero algo siempre era seguro el cariño y la confianza de su jefe.Al llegar al lugar bajo y pago al taxista y al entrar se dirigió al lobby y pregunto por su cupón, la atendieron inmediatamente guiándola al nuevo sector del hotel sin duda al mirar se sintió orgullosa de ser parte d
—Buenos días, mami— dijo una voz cantaría por la mañana, Leah sonrió ampliamente antes de darle un beso en la mejilla, y ver esos hermosos ojos azules sin duda se parecían mucho, en la forma de sus ojos y nariz, hasta la forma como… negó fuertemente tenía que dejar de pensar en ese pervertido, deseaba no verlo más nunca. Había soñado muchas veces con volver a verlo, sin duda cualquier ilusión se había esfumado, como lo que fueron simples fantasias.—Buenos días, amor… recuerda portarte bien en el colegio— dijo al terminar de desayunar para irse a trabajar—. Ten un hermoso día, y nada de travesuras a Sandra.—Lo prometo, mami.—Te amo.—Yo te amo, mas.Ella negó y sonrió tomando su bolso, le lanzo un beso y salió para dirigirse al trabajo un poco ansiosa sabía que hoy llegaba el nieto del señor Damián quien se retiraba luego de muchos años manejando la empresa, sin duda él era el claro ejemplo de lo que era trabajar y sudárselo para tener lo que uno lograr lo que se propusiera. Hoy er
A la hora del almuerzo un mensaje llego al grupo principal de la empresa. Leah abrió sus ojos completamente al ver donde había escrito. Sabía que tal vez se había equivocado, pero sin embargo ella había sido extremadamente cuidadosa en explicárselo.Fabio: señorita Leah, muero de hambre........... Quiero ir a comer........ Terminé todo mi trabajo, abuelo...... Leah; Señor Fabio, está escribiendo en el grupo principal... Puede ir a comer si lo desea. Escribió rápidamente una respuesta y la envió, segundos después el mensaje de Fabio desapareció del chat, a lo que está río fuertemente. Y volvió a escribir otro mensaje.Leah: No se preocupe puede ir a comer... —Tomemos un descanso, iré por un café.Le aviso y se dispuso a marchar.—Por favor, podrías traerme uno—le pidió a lo que ella sonrió y respondió.—Me lo pensaré.Fue su única respuesta ante de marcharse. Bajo a la cafetería del décimo piso, obviamente mucha gente estaba en la cafetería y al verla ingresó susurrando cosas.—Mati
Tomó lo que necesitaba y camino hasta el pequeño cuarto de papelería que había en el piso, puso la hoja y pulso pero esta no parecía querer fotocopiar o hacer algo, apago y la volvió a encender, reviso si tenía papel, aquello la estresada de sobremanera, suspiro cuando empezó a fotocopiar al menos algo funcionaba hoy hasta que parecía que no lo haría más había intentado arreglar esa cosa cinco veces todavía no entendía porque se estancaba el papel, dio una patada a la cosa esa, ya había intentado de todo, saco el papel lo arreglo, verifico si no había una atorada, pero, nada. Sin duda el lunes la estaba maldiciendo.—Maldita máquina— grito, esta acalorada, era evidente en sus mejillas.Fabio se encontraba entreteniendo con la escena, parecía no muy entusiasmada con la pobre fotocopiadora, si supiera que si la dañaba le costaría tres veces su sueldo de cuatro meses, sería una pena. Se aclaró la garganta llamando la atención de la joven, se volvió y casi murió del susto, ahí estaba el q
Leah no podía creer que se atreviera a venir a la empresa y cada vez solo a provocar habladurías y malos comentarios, se suponía que toda conexión entre ellos se había acabado. Solo ver su cara le causaba molestar no quería imaginar que pasaría si el señor D regresaba y lo hallaba en la oficina.—¿Qué haces acá? El grupo Heims no tiene ningún tipo de relaciones con el grupo Kalher — mencionó sarcástica, aunque había algo que emanaba de él que no le agradaba y menos saber que estaba lejos del botón de emergencia.—Yo había pensado que ya lo habías superado, aunque vengo a ver a tu jefe… siempre creando problemas para nosotros, así que hoy vine a dar una advertencia empezando contigo—mencionó amenazante dando un paso así ella, Ricardo era unos siete centímetros más alto que ella por lo que tenía que alzar el rostro para verlo—. Espero que tu jefe pueda firmar esto, es una citación por artículos mal intencionados, últimamente he estado pensando en algo.Leah miro el sobre e hizo una muec
Ricardo, sin duda jamás lo conoció sólo la parte amable de él conocía quien pensaría que detrás de cada sonría se escondía una persona calculadora, se sentía asqueada al pensar cada pequeña cosa que compartió con él, la forma en que lo amo y a pesar de todo siempre lo apoyo... Era increíble cómo podía usar aquella baraja para presionarla, usar la confianza que había compartido entre ellos ni siquiera quería pensar en cuántas copias tenía o si había más de esas. ¿Tenía miedo de arruinar el apellido de su familia o el poco descaro que le quedaba? Río sin poder que aquello le estuviera sucediendo. Todo el mundo conocía a la familia Heims, eran también grandes empresarios, accionistas, pero uno de los más reconocidos era su bufete. Aunque su principal fuente de ingresos era su empresa de arquitectura, con quien eran competidores laborales y en los cuales en los últimos años había quedado debajo de la empresa del señor Damián quien sin duda era un buen hombre de negocios, y sin pequeños e
Al siguiente día los chismes por la empresa no se hacían esperar de la presencia del heredero lo del Heims en la empresa y que hubiera llegado acompañado de Rosa, entonces llegaron a la conclusión de lo que se decía últimamente por ahí era cierto, aunque habían salido algunos artículos sobre ella habían sido rápidamente borrados de las misma aunque como decían, lo que una vez está en Internet llega a todo el mundo y eso no se puede borrar, ahora muchos entendían porque su actitud si no era otra más chica rica que se dedicaba hablar mal de otros para quedar bien; ahora había una opinión divida sobre el porqué de la actitud de Rosa cuando se trataba del heredero de los Heims sin duda era una chica caprichosa por robar el novio de su amiga. O tal vez había algo más debajo de aquella fachada.Muchos comentaron sobre lo atrevida que había sido el otro día y también sobre los comentarios que había soltado sobre su bebé estadía en la empresa. Fabio molesto por el susurrar y los locos que se
Ella le dio una última mirada antes de concentrarse en su trabajo.Al escuchar el sonido del móvil, lo saco rápidamente de su maletín; dudo un momento en responder, pero al final tomo la llamada con una mueca.—Hola, mamá — la castaña se preocupó al escucharla llorar del otro lado de la línea—¿Qué pasa?Se escuchó un fuerte sollozo, y un murmullo de disculpas.—Lo siento Leah, enserio —suplicó su madre, eso hizo aumentar la tensión en su cuerpo, ella solo pedía disculpas cuando estaba metida hasta el oyó—. Es del banco dicen que tenemos un plazo de una semana para terminar de pagar la casa.¿El banco? No sabía que problemas podría tener su madre, durante los últimos años se habían distanciados pensado que sin duda sería una mala imagen para Fabiano, recordando los malos comentarios de su madre sobre su nacimiento.—Mamá eso es imposible, es completamente absurdo llama al banco primero y llamarme más tarde ¿Vale? —dijo —, al menos que... Lo siento, te llamo más tarde, ahora mismo llamo