Una vez que entra, le extiendo el libro para que lo hojeé en lo que termino de alistarme. De paso también le cuento la forma en que llegó a mis manos.―¿El encapuchado atacó al quinto sobreviviente? ―Dalia pasa páginas sin leerlas―. Entonces es mujer ―hace un sonido extraño―. Kendra, tal vez los dos fueron a buscarte para fines distintos y se encontraron entre ellos.Solo recordar los sollozos me da escalofríos.―¿Por qué no solo me buscó?Cierra el libro de golpe y me mira profundamente.―No sé ―aprieta los labios―. Sebastián sabrá ―suspira―. ¿Por qué no te llevaste la mochila entera?No tengo respuesta, desde que encontramos los cadáveres en la casa he tomado acciones que después de meditarlas me parecen tontas, pero que en el momento fue lo único que se me ocurrió. Una persona normal, sin un pasado raro, habría hablado con la policía en primer lugar. Pensé en hacer eso al principio, hasta que medité las consecuencias. Pero nunca imaginé que todo se iría tan a la mierda.―No pensé ―
―Su puta madre ―la exclamación de Pavel me hace girar la cabeza―. "Con el fin de que el paciente pueda superar el suceso; una vez que esté en trance, el suceso traumático debe reproducirse con la mayor fidelidad. Eso incluye aromas, objetos, palabras y sonidos. El propósito es que el paciente ejerza ahora el papel del atacante, de forma que, si antes no pudieron hacer frente, ahora lo hagan. Sin embargo, el otro sujeto que fungiría como su atacante original, debe ser alguien que cumpla las características del atacante original, si no, no servirá de nada, pues el paciente no podrá sentir la culpa en el atacante y no podrá desahogarse. Además, no estaría deshaciéndose de lo que le aterra, de lo que le hizo daño, de lo que le impide dormir a diario.La palabra desahogarse no me gustó. Pavel espera una respuesta de nuestra parte, algún tipo de reacción, pero no entiendo, se supone que eso ya lo sabíamos sin tantos detalles.―¿No lo ven? ―Pavel se muerde el labio―. ¿Cómo sabría que si el a
No entiendo la razón por la que mis compañeros parecen tan tranquilos con respecto al hecho de que una chica se quiso matar frente a nosotros. Discuten sobre las posibles cosas terribles que Tristán pudo haberle hecho. Desde haberla violado hasta someterla a tanta presión como para volverla "loca".Debería traerme sin cuidado que hablen tan mal de Tristán, pero la realidad es que en parte me duele. Es una sensación tan rara e incomprensible que provoca irritación dirigida hacia mis compañeros. Una cosa es pensar que tal vez Tristán la abandonó cuando se dio cuenta de que la chica era depresiva y otra muy diferente es...―Seguro se enteró de que Tristán mató al que le hizo la novatada y la torturó para que no dijera nada.Llegaron a mi límite.―Arrestaron a alguien por ese crimen ―espeto hacia Sebastián― ¿Cuál es tu afán de mierda de culpar a esa familia?Su risa burlona y su bufido irritado están por sacarme de quicio.―Antes desconfiaba de ti cada que los defendías ―replica apretando
―Bien.Me mira como si esperara algo más, pero la verdad no tengo más que decir.―No te pongas en esa actitud.―De acuerdo, Sebastián, te perdono ―suspiro irritada―. Agradezco profundamente tus disculpas.―Vale, entonces ven con nosotros ―echa un vistazo hacia atrás―. Te ahorro el tener que convivir con la niña obsesiva.―Es mi compañera de habitación ―replico, ofendida―. Y me cae bien, es mi amiga.Me mira como si estuviera bromeando. Genial, acaba de pedir disculpas y la acaba de cagar otra vez.―Debe ser una broma ―dice al comprender que hablo en serio―. A todos en Economía nos desespera, habla más que Dalia. Además...cae mal, solo mírala.Giuli se esmera en acomodar su comida en el plato, no es nuevo para mí, ya que la he visto comer en la cocineta, es parte de su TOC. Ni siquiera es tan grave, he visto personas que necesitan contar sus pasos y si pierden la cuenta, volver a donde empezaron o mirar hacia atrás constantemente porque si no algo malo podría pasar (según ellos). O cos
Llego al estudio de Tristán y lo veo encaramado sobre el modelo, parece estar arreglando algún minúsculo imperfecto. Al escuchar mis pasos alza la cabeza y me hace una seña para que me acerque.―Intenté este tono de azul ―no estaba arreglando, estaba probando―. Parece incluso morado, pero creo que va bien, ¿te gusta?Aunque no me gustara, tendríamos que usarlo porque ya pintó un grueso trazo que pertenece a la yugular interna...o eso creo.―Contrasta con el verde, queda bien.Asiente en acuerdo con mi argumento y prepara más pintura. Me extiende un pincel y nos dividimos a la mitad.Mientras pintamos no puedo dejar de pensar en lo que dijo Andrea, vi su mirada esperanzada cuando le dijimos que veníamos para hablar de Tristán, ella sí lo quería. Dijo que era buena persona, que Marlene fue agradable y que Rolán Diener la elogió...si su padre la aprobaba, ¿por qué Tristán la dejó?Le echo un rápido vistazo, veo una fina arruga formarse en su frente mientras se esfuerza por dibujar a la p
El viernes durante Anatomía tenemos el tradicional examen semanal y la clase de núcleos del hipotálamo es relativamente larga, así que es fácil evitar a Tristán.Más tarde Dalia escribe en el grupo de los chicos si alguno de nosotros tiene algo que hacer terminando las clases. El martes, durante mi tutoría tuve que pintar algún cuadro de un fauvista, me quedó horrible, pero no tanto como la primera vez que pinté uno. Andrés me dejó de tarea intentar hacer un dibujo original estilo fauvista, pensaba hacerlo el fin de semana, pero el sábado veremos al acosador, así que dudo poder hacer algo de tarea. Pero hoy tampoco tengo muchas ganas de hacerlo.Pavel: Entrenamiento, el próximo viernes hay partido.Sebastián: Si es alcohol, me apunto. Y si no también.Comentarios como esos reafirman mi teoría de que se ha quedado sin amigos.Kendra: Con tal de no hacer mi tarea, voy.En punto de las dos de la tarde nos encontramos con Dalia en su habitación. El reglamento estipula que se prohíbe el al
Tal vez el único monstruo aquí soy yo.Una mujer (o lo que parece ser una), está tirada en un suelo rojo, lo primero que pienso es que se trata de sangre, pero no puede serlo porque sobre el suelo hay una especie de río color negro que sale de su boca y de las cuencas vacías de los ojos. Hay dos cucharas amarillas cruzadas sobre su pecho anaranjado. Además, se ve el rostro deformado de alguien que parece lamentarse. Todo en el dibujo es colorido exceptuando por el río lo que le da un aspecto más tétrico de lo que debería. El fondo es verde con tintes coral, eso fue lo que estaba pintando cuando recobre la conciencia.La única vez que tuve lagunas mentales debido al alcohol fue cuando me embriagué con mi mejor amiga después de que Juan Pablo rompiera conmigo. Pero fueron tipo que estaba en la sala y de repente ya estaba llorando en el baño, después aparecía riendo mientras bailaba, intentaba hablarle a Juan Pablo y de repente ya estaba llorando otra vez.Jamás llegué al nivel de dibuja
En su mente, el atacante volvería en cualquier momento, repetiría su acción y ella jamás encontraría paz. Intentándose todo tipo de terapia, de medicamentos, después de gritos de desesperación, ruegos por ayudar a quitar tanto terror, súplicas para lograr que se adapte de nuevo a la vida, si no se logra un avance significativo, ¿qué seguiría?".―Matar a un violador al azar y convertirse en asesino ―masculla Sebastián desde adelante.No quiero imaginar el terror que sintió la chica cuando fue atacada por el repartidor...―¿Cómo supo que era un repartidor? ―me enderezo y saco mi teléfono―. Se supone que es un caso hipotético, pero no avientas palabras al azar.Doy con la noticia en un blog viejo. La víctima se llamaba Lizbeth Roque Rodríguez, tenía doce años cuando fue atacada en su casa por un repartidor de pizza que había hecho una entrega a dos calles de distancia. Estuvo en el hospital psiquiátrico de Velaria por tres años sin mostrar mejoría, sin embargo, tres meses antes del incen