Hay un sofá descuidado pegado a una pared, el hombre que no ha perdido oportunidad alguna para hacerme sentir como una idiota, me guía suavemente hacia allá. Gentilmente, me ayuda a recostarme, me aferro lo más posible a él, posiblemente le estoy haciendo daño en el brazo, pero no se queja ni se aparta.―Necesitas agua, espera.―No, no me dejes ―mi lengua se siente pastosa―. No te vayas.Me lanza una mirada que no sé interpretar, pero hace caso omiso a mi súplica y afablemente se deshace de mi agarre.―No me tardo.Lo veo alejarse hasta perderse en la oscuridad, maldito sea este foco, hace que todo esté en penumbras, se ve tétrico. Voy a cerrar los ojos un segundo, solo para humedecerlos y que se me quite el ardor, solo un segundo...un segundo.Me despierto sobresaltada, abro los ojos y me hallo rodeada por la oscuridad. Estoy tapada con una colcha que tiene un aroma agradable, tenue, apenas perceptible. Parpadeo varias veces para que mis ojos se acostumbren a las sombras. Ya no estoy
Un tatuaje en forma de p.Eso me lleva a una única persona, esta vez no hay duda de que Juan Pablo tiene algo que ver. Un fuerte dolor mi pecho aparece: Mi ex novio es un jodido asesino. Si mató al hacker, bien pudo matar a todos los de la casa de Silvio. Por el santo infierno, necesito ir a la policía, tienen que saberlo.Sebastián dijo que el video estaba en mi correo, efectivamente, tengo un correo de él en el que está el video. Antes de verlo tengo que llegar a la avenida, debo buscar un taxi que me lleva a la comisaría. Vuelvo a llamar a los chicos, pero ninguno responde, maldita sea, esto es una emergencia. Lo último que escuché de Sebastián fue que el video estaba en mi correo...luego dijo el nombre de Pavel...luego un golpe y la llamada se cortó.La luz se pudo haber ido y con ello la señal, tal vez por eso me manda a buzón. Intento de nuevo con Dalia, pero ahora manda directamente a buzón. Lo primordial es conservar la calma, una vez que esté con la policía todo se resolverá,
Alguien grita, los aullidos son de furia, dolor, sufrimiento, ira. Una mezcla de aflicción que clama por ser externada, es un monstruo atrapado que ruega por ser liberado porque fue tanto su tormento, que no aguanta más. Y sus lamentos desgarran mi ser, me dan ganas de llorar, siento su martirio como el mío y me uno, en una muestra de empatía intento comprender su tortura y ayudarlo a sanar, a que tanto daño sea aliviado."Ven" quisiera decirle, "quédate conmigo, puedo ayudarte a detener tanto dolor". Excepto que no soy nadie para hacer desaparecer el sufrimiento. Soy una persona común y corriente que tiene problemas, que apenas puede encarrilar el rumbo de su vida y que atraviesa mal de amores. Tal vez la que sufre soy yo, quien quiere gritar y sacar todo lo que tiene dentro para deshacerse de la opresión en el pecho. Algo me impide respirar, presiona con fuerza y no me suelta.Estoy atada, me doy cuenta, es imposible moverme. Me remuevo y lo único que logro es que un dolor punzante
No, no es cierto ¿Esto debe significar algo? Sebastián también se nota receloso, alterna su mirada interrogante entre la casa y yo. Como si una señal divina cayera del cielo, recuerda que tiene un teléfono móvil y lo revisa.―No podemos pedir ayuda en esa casa ―digo tajante―. Te vinieron a botar acá cuando te secuestraron.―Vaya, al menos me dejaron en una casa elegante ―dice y me suelta bruscamente―. Acá ya hay señal, podemos asomarnos y ver quién está.El novio de Dalia, debo decirle, es una situación desesperada. Si yo tuviera un secreto y alguien se enterara de él, no me gustaría que lo contaran. Le daré un ultimátum a Dalia.―No lo conocemos, lo vimos la vez que vinimos por ti ―explico entrecortadamente―. Solo vámonos.Sebastián me mira con pena y un brillo de comprensión, entonces asiente y me ayuda para llegar a la avenida.En el camino hacia la civilización relata lo ocurrido desde que encontraron el video. Les entregaron el disco duro o algo así para que vieran los archivos,
¿Qué pude haber hecho? No soy ni la mitad de fuerte que ellos, seguro habría sido la primera en ser sometida. Además, lo hice porque necesitaba robar lo que malditamente...joder. El sobre. Anteriormente lo tenía debajo de mi sostén, lo saqué para revisar la dirección, pero lo escondí de nuevo. Soy consciente de que debajo de mi ropa no hay nada, el acosador debió quitármelo, debió meter su mano bajo mi blusa para poder tomarlo. Me lo imagino descubriendo mi piel, levantando el sostén para jalar el sobre...Oh, por el infierno, me siento mutilada.―¿Rechazaste todas mis llamadas porque estabas follando? ―Sebastián sisea―. No es ningún secreto que Ventura se ha interesado en ti, pero no quería creer que lo prefirieras antes que a nosotros ―su mirada es una daga que me apuñala el estómago―. Fui por ti porque pensé que nos teníamos el uno al otro, de haber sabido iba primero a la policía.Abro los ojos en sorpresa y suelto un jadeo ofendido.―Pude haber ido a la policía y mostrar el video,
No tenía sentido que un extraño supiera cada paso que dábamos, tal vez todo ha sido un maldito montaje para extorsionarme y evitar que vaya a la policía porque ellos son los responsables. Tal vez a quien olvidaron matar fue a mí y ahora no es tan fácil llevar a cabo un asesinato sin que sospechen y por eso me han buscado cuando estoy más vulnerable. Quisieron ganarse mi confianza lo suficiente como para que llegara el punto en que no pudiera acudir a la policía. En la madrugada no tenían con qué extorsionarme, así que necesitaban asegurarse de que no hacía una tontería, entonces podían investigar y encontrar algo con lo que controlarme, como mi pasado. Casualmente, los tres culparon a los Diener inmediatamente, seguramente creyeron que lo aceptaría por los rumores sobre ellos, pero no contaban con que yo era nueva y de los Diener apenas sabía el nombre.Hijos de puta, caí derechita en la trampa.Casualmente, Sebastián mencionó que durante su secuestro salió el nombre de mi ex, segura
Ventura me lleva en brazos hasta el segundo piso, reconozco la puerta de la habitación en la que desperté después de que me drogara accidentalmente...mierda, el café. Debe existir una razón en específico por la cual me drogaron; ahora que todo indica que los malditos tres bastardos que jugaron conmigo son los que están detrás del acoso y el asesinato, rememoro los eventos de la tarde, pero fuera de la vez que me separé para seguir a Juan Pablo, no hay otro lapso en el cual, cualquiera de los tres, pudiera entrar al local para manipular nuestras bebidas.Claro, como ni Giuli ni yo estábamos presentes, decidieron drogarnos a las dos y así no fallar. Lo único que no me explico es el objetivo que tenían con todo lo ocurrido. Si yo armara todo ese plan solo tendría el objetivo de hacer sentir culpable a quien más resultó afectado, o sea yo. Porque me quedé dormida fue que no escuché el mensaje de voz, por eso no me dio tiempo de ir a la policía, obviamente preferí salvar a los chicos antes
―¡Qué rayos te pasó!La voz armónica y a la vez altanera de Marlene me sobresalta. Me separo del librero de un salto aun cuando sé que no estoy haciendo nada malo y me sonrojo. Desde el primer día que vi a Marlene me percaté de su belleza, tengo que reconocerlo, pero ahora que la veo ceñida en su vestido de satén color rojo carmín y su melena perfectamente peinada y adornada con un broche color rojo, entiendo qué quiso decir Giuli acerca de los pensamientos lésbicos. Los ojos de la chica brillan bajo la luz de la habitación, la expresión en su rostro es entre confusa y asqueada.―Alguien me atacó.Inmediatamente, sus facciones se suavizan y su expresión se torna preocupada.―¿Estás bien? ―se lleva una mano al pecho mientras se acerca a mí―. Ventura dijo que necesitabas ayuda, pero no creí que fuera algo como...mira, podemos denunciar, si algún imbécil se quiso pasar de listo...―No fue ataque sexual ―me apresuro a explicar cuando me doy cuenta de lo que pasa―. Me asaltaron en la calle