Isabella
Solo veo su espalda alejarse, las piernas me fallan y caigo de rodillas aún dentro de la caja metálica. Ese hombre tiene razón, soy tan ridícula y patética. Me levanto aun con el ardor del golpe, abrazo la poca dignidad que me queda y salgo del hotel cubriendo mi rostro. Escucho la voz de Frank, a mi espalda y apresuró el paso, no quiero oírlo, no quiero tenerlo cerca. Paro el primer taxi que pasa y me alejo viendo como sigue gritando mi nombre. —¿A donde la llevo señorita? —me pregunta el taxista. —Solo avance por favor. Me giro sobre el respaldo y veo a Frank, que trata de alcanzar el auto, le pido al chófer que no pare. Mi vista sigue fija atrás, no puedo volver a confiar en él. Por un minuto pienso en ir a casa y recoger mis cosas; ya es de noche y no creo poder entrar y menos si ellos están ahí. Mi móvil suena distrayendo mis pensamientos, por un momento creí que era Frank, más al ver la pantalla, es el abuelo quien llama. —Hola abuelo —trato de sonar normal. —Mi querida nieta, estoy solo en casa, ven y acompañame a cenar, hace mucho que no vienes a verme. Su alegría es palpable, me quedo callada unos segundos y acepto su invitación, además podría quedarme en la casa grande. —Claro, ya voy en camino, no tardo mucho en llegar abuelo. —Perfecto, le pedí a Loli, que prepara tu platillo favorito —se escucha su risa. —Y ¿como sabias que iba a aceptar? —me sale una carcajada involuntaria —Espera. A la zona este por favor, casa treinta y uno. Listo. —Por que soy tu abuelo favorito y por que si, ja, ja, hay hija necesito hablar contigo, el tiempo de este viejo se acaba y hay cosas que resolver. —Con respecto a eso... —Cuando llegues hija, te estaré esperando. Corta la llamada y me deja con el estómago revuelto, pobre abuelo, no tiene ni idea que su nieto y la hijastra de mi suegra se revuelcan. Llegó a casa del abuelo, la enorme mansión vacía me saluda, Loli, me recibe con una enorme sonrisa, la abrazo y camino con ella hasta el comedor. —Señora, que gusto tenerla en casa. El señor Silver ya la espera. —Gracias Loli. Trato de sonreír, más solo alcanzo a dibujar una mueca. Me cuelgo a su brazo, me acaricia la mano y me ve con tristeza. Ella sabe perfectamente que las cosas con Frank, no van para nada. —Hija, ven toma asiento, que bueno que has llegado. Pensé que tardarías más en llegar —se aleja con su silla de ruedas de la mesa y poder abrazarme. —Iba de salida, así que solo desvíe la ruta —le miento —¿Cómo estás abuelo? —Ahora que estás aquí, más que perfecto, vamos a cenar, hay temas importantes que tratar —su sonrisa se esfuma y cambia su semblante a uno muy serio. —No me espantes, mejor comamos y ya después vemos eso tan importante; si quieres me puede quedar esta noche —voy tomando mi puesto en la mesa. —Estas tratando de desviar la conversación —me ve por encima de sus gafas. —Ja, ja, ja, ja, ja, algo así. Pero ya me conoces, dejame disfrutar un ratito de tu compañía, sin problemas ¿Sí? —le hago ojitos tratando de convencerlo. Se me queda viendo sonriente, asiente a mis palabras y Loli, solo se va negando a la cocina. —Y ¿como van las cosas en casa? Ya hay bisnieto, supongo —suspiro, sabía que no me dejaría tranquila. —Abuelo —digo con advertencia en mi voz. —Está bien, está bien —levanta las manos rendido. Empezamos a comer y a hablar de como han bajado los activos de la empresa, era de esperar después de mi salida. —Se supone que esa niña ayudaría, pero solo sabe gastar y gastar a lo tonto, no tiene ninguna idea innovadora, de menos alguna idea, todo el tiempo se le va en banalidades, le dije a Stella, que no confiaba en ella; pero ya ves, mi hija solo quiere que su matrimonio esté bien. Mientras mi empresa, la que con tanto esfuerzo levantaron mis padres, se está yendo por el caño. Se que fue un error pedirte que renunciaras, pero necesito un... —Abuelo, creo que... —Buenas noches familia, amor —la voz de Frank, nos interrumpe. Siento sus manos en mis hombros y como baja sus labios depositando un beso en mis labios, el estómago se me contrae, siento náuseas y me disculpo para ir al baño. Hecho por el escusado lo poco que había comido, en verdad que es el vivo retrato del descaro. Hace una hora estaba con ella y ahora llega como si nada y me besa. Jamás entres años se había atrevido a besar, ni siquiera en la presencia del abuelo. A que carajos está jugando, lo que sea, no pienso ser parte de su estúpido ajedrez. Me levanto como puedo del frio piso de mármol, tiro de la palanca y me acerco a enjuagar mi boca en el lava manos. Estoy sosteniendo mi cabello de lado para no mojarlo, cuando alguien me abraza desde la espalda. —¿Porqué no estabas en casa? —su voz en mi oido me paraliza —te espere, Loli, me avisó que estabas cenando con el abuelo y corrí para acá. Su voz es ronca y baja, su nariz urga en mi cuello y sus manos de a poco van subiendo la falda de mi vestido. Por un momento me pierdo cuando siento su hombría endurecida entre mis glúteos. Logra subir el vestido a mi cintura y con una mano baja mis bragas y hunde sus dedos en mi centro. Una fuerte corriente me atraviesa y dejó caer mi cabeza en su hombro. Sus dedos juegan entre mis pliegues y mis jugos empiezan a brotar cual manantial. Mis piernas tiemblan y el me sostiene con más fuerza de la cintura. Estoy a punto de correrme, pero su imagen con Nattasha, invade mi mente y me revuelvo hasta que logró zafarme de su agarre. Como puedo arreglo mi ropa y me coloco agua fría en mi rostro y cuello, ahora tengo más asco de mi, por ser tan tonta y dejarme llevar. —No huyas de lo que sientes Isa, ambos lo deseamos... Me alejo de él, sus ojos me barren de arriba a abajo, desnudandome con la mirada, frunzo el ceño, pues no entiendo su cambio de actitud; menos después de encontrarlo con su hermanastra. —No se a que carajos estas jugando Franklin, pero no mas, lárgate con la gata esa, y dejame en paz, mañana voy a solicitar el divorcio y espero que lo firmes por las buenas. —Tú no te vas a divorciar de mi, sobre mi cadáver ¿entiendes?..IsabellaMe toma de la barbilla con demasiada fuerza, el dolor hace que una lagrima salga y solo entonces es que deja de ejercer presión, más no me suelta. Me jala abrazándome y por más que quiera luchar contra él, tiene mis brazos aprisionados entre los suyos. Tengo miedo de él, jamás me había gritado siquiera y ahora no solo me... Eres tonta Isabella.—Frank, por favor suéltame, no tiene caso está escena, mira si lo que quieres es que tu familia no sepa de su relación; no hay problema, solo dejame regresar a mi antigua casa, te juro que no los voy a molestar pero no me hagas esto por favor —digo al borde del dolor, con cada palabra su agarre se hace más fuerte.—No, es que no lo entiendes, vamos a casa mi amor, por favor vamos a hablarlo. Hay cosas que no sabes y tengo que decirte —dice mientras toma mi rostro entre sus manos.Su mirada suplicante me pide que en silencio una oportunidad, más mi corazón me grita que ya nos lastimó y mi cerebro me hace poner las manos sobre su pecho
Narrador omniscienteEl hombre sintió la necesidad de abrazarla, había escuchado y visto todo pues la puerta estaba abierta. Desde que la vio al salir del ascensor cuando llegó, algo se removió en su pecho.Parecía un acosador esperando a la frágil chica; y claro que lo era ¿quien en su sano juicio espía a una desconocida?Dentro del elevador esperó hasta que la chica entró y pidió la planta baja, se aguanto las ganas de acercarse y poder abrazarla, su frío corazón la añoraba, sin embargo, se abrazó a si mismo y solo la veía.Cuando al fin llegaron a su destino, le tendió el pañuelo qué su madre le dio cuando era pequeño, era un recuerdo invaluable qué regresaría a él de una u otra forma.Salió fingiendo que no le afectaba, pero con la idea firme, de volver a verla y más pronto de lo que se esperaba.Al llegar a su oficina, le pidió a su asistente que retirara todos los beneficios de la antigua socia, ya no necesitaría de sus incompetentes servicios; era hora de hacer liquidaciones.—
NattashaEstoy en casa de Franky, lo estoy esperando hace bastante rato pero no llega, creo que se le olvido que estaba aquí.La estúpida sirvienta pretende sacarme, no se da cuenta que pronto yo seré la dueña y señora de esta casa, y entonces veremos quien corre a quien. Aprovecho el tiempo para revisar detalles que no me gustan y ver que voy a cambiar, que será prácticamente todo; esa mojigata carece de buen gusto. Subo a las habitaciones y entro a la mayoría, casi todas están vacías, y dos sirven para huéspedes. Pero hay un par que está bajo llave, lo que me parece perfecto, pues quiere decir que cada uno tiene su recamara y ni siquiera se ven por error. Solo espero que mi plan haya funcionado y esa tarada al fin entienda que este, no es su lugar. Muy pronto al fin tendré la vida que realmente merezco, al lado del hombre que amo. Tanto esfuerzo no se puede ir por la borda, hasta convencí a papá de casarse con la desabrida de Clarise, solo para conseguir mi gran gran sueño, ser
Augusto Hace un par de horas mi querida Isabella se fue de casa, no estoy para nada contento con mi decisión; sin embargo, no era justo para ella estar atada a un matrimonio falso. Se perfectamente que ella ama a mi nieto, más no se que pensar de Franklin. Cuando le propuse el compromiso con Isabella, parecía tan feliz, como si le hubieran dicho que se sacó la lotería. Es más, durante esas semanas sin que nadie supiera había planeado la luna de miel él mismo, pero el día e la boda algo cambió y aún no logró descifrar que es. Muchas veces he intentado que me diga el porqué de ese cambia tan abrupto, siempre encuentra un pretexto para cambiar la conversación. El sabia perfectamente que el contrato de matrimonio solo era por tres años y que al finalizar, si no había un heredero, ambos firmarían el divorcio sin pretextos. Por primera vez en años, puede ver en el rostro de Isabella, un atisbo de alegría y alivio, que no había tenido desde que la casé con mi nieto. Estoy más qu
IsabellaHace un par de días llegó la confirmación de la reserva en el hotel más lujoso de todo el estado, es para le fecha de nuestro aniversario.Últimamente Frank, mi esposo, ha estado un poco cariñoso conmigo, y eso es como un sueño hecho realidad. Por primera vez en tres años de matrimonio, puedo ver una pizca de afecto hacia mi de su parte.Estoy terminando de aplicar el labial sobre mis labios, me compré un conjunto de lencería en encaje, espero que el negr* sea de su agrado. Salgo de casa con toda la felicidad del mundo, al fin nuestro matrimonio empieza a sentirse real. Hace cuatro años que salí de la universidad, entre a trabajar en Silver Corporation; me volví la mano de derecha de don Augusto Silver, patriarca de la familia Silver.Él me propuso un acuerdo matrimonial con su nieto Franklin, pues decía que juntos lograríamos llevar a la empresa a niveles jamás vistos.Yo acepte con todo el gusto del mundo, pues desde la universidad, yo estaba enamorada de Frank; fue un sue