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Capítulo 1. Podemos tutearnos

POV: CARMEN.

Era un poco extraño, gracias al nuevo integrante en mi vida, no podía dejar de ver mi celular, de hecho pasaba mucho tiempo en ese aparato después de realizar mis deberes de la universidad. Sumándole que no podía sacar de mi cabeza, sus hipnotizadores ojos y la manera en la que disimuladamente me miraba, al principio podía jurar que no le quitaba los ojos de encima a mi amiga, pero una vez que te concentras bien, descubres su verdadero punto de vista.

“Yo”

¿Quién lo diría? La chica que se la pasa todo el tiempo estudiando, u haciendo alguna otra cosa, menos estar atenta a un celular, o estar esperando la respuesta de alguien, ahora hasta hacía las tareas con un ojo sobre el celular, a veces el miedo me invade y me aterro de mis propios sentimientos, de la manera en que él estaba adentrándose no sólo a  mi vida, también se colocaba en mis pensamientos, y mi pequeño corazón sabía que pronto le tocaría lo suyo, además de que ya se calentaba con sólo ver un mensaje de él.

Con fuerza aferro mi agarre a la tira de mi mochila y salgo de la universidad rumbo al auto del chófer que me lleva a casa, no puedo quejarme de él, me ayuda con mis escapadas cuando hace falta, mis padres me tienen hasta la madre, siempre con su preocupación, a mí no me engañan, simplemente les gusta tener el control, y saben cuánto detesto eso, por Dios, son veinte años que tengo.

—Hola —saludo, bufando del aburrimiento, deseo y amo la carrera de doctorada, pero eso no quita que no sé lo difícil que es, pero no soy de rendirme, no me gusta la idea de si quiera pensar que no lo lograré, esa meta está encima de muchas cosas, las promesas que me hago a mí misma valen mucho, sino soy capaz de cumplirme algo, dudo que a alguien más, se supone que debo amarme primero.

Desvío la mirada de la ventanilla, y me encuentro con la mirada de mi chófer, mirándome desde el retrovisor, frunzo el ceño, pero al ver que estamos en casa bufo queriendo golpear mi frente por estar perdida en mis pensamientos.

“Todo por culpa del moreno de ojos hipnotizadores”

Bajo del auto avergonzada, pero sonriendo, el chófer me hace un gesto de ¨a la orden¨ y entro a casa.

No me sorprende no ver a nadie, el zumbido de mi celular me saca de mis pensamientos, lo saco del bolsillo pequeño de mi mochila y miro la pantalla viendo un ¨Hola¨ de él, del morenazo.

Subo corriendo las escaleras y me encierro en mi habitación con seguro.

Lanzo mi mochila a un lado, y me tiro a la cama con el celular en manos, con una sonrisa de boba abro mi chat para contestarle.

¨Hola¨

No pasa ni un minuto y ya me responde.

: ¿Qué tal?

Muerdo mi labio inferior, mientras tecleo.

¨Bien, ¿Y usted?¨

Él: Podemos tutearnos.

Yo:Ajá, ¿Y estaría bien tutear con un hombre de veinticinco?

Él; Mientras nos de igual, está todo bien. ¿Te puedo llamar?

Yo: ¿En serio?

ÉL: Lo siento, pero no me conformo, sólo leerte se siente como si hablara con una desconocida. También admito que quiero escuchar tu voz.

Yo: Supuse que dirías eso, pero me temo que te quedarás con las ganas.

ÉL: ¿Sigues haciéndolo difícil?

Yo: Ideas tuyas. 

ÉL: Bueno, en ese caso nos vemos mañana, escucharé tu voz, fuerte y claro.

Yo: ¿Qué piensas hacer?

ÉL: Si no quieres venir a mí, yo voy a ti, pequeña;)

YO: Eres insistente.

Se desconecta justo cuando le doy a enviar, extrañamente eso me entristece un poco, pero eso no quita que seguiré siendo como soy con él, aunque por alguna razón desconocida siento que no se rendirá, y no quiero que lo haga.

Me pongo a hacer mis deberes sin interrupciones ya que apagué los datos de mi celular, lo malo de mi carrera es que si uno del grupo falla, pierden todos, razón por la cual todos debemos estar atentos y estudiar mucho.

Ceno en mi habitación enredada entre libros y libretas, él no me ha vuelto a escribir,tal vez esté ocupado en su trabajo, con eso de que los González están teniendo muchos problemas, me imagino al pobre haciéndose cargo de todo.

Como si lo hubiera invocado con la mente, me escribe un sí a mi último mensaje.

ÉL: ¿Me extrañaste?

Yo: Nop.

ÉL: Yo sí, ni con tanto trabajo dejo de pensar en ti.

Yo: No te creo, debes estar cansado.

ÉL: Sí, no tienes que creerme, sólo debes sentirlo, al menos me piensas ¿no?

Yo: Duerme, estás cansado ¿no?

ÉL: Sí, pero no de escribirte, ¿Estás estudiando?

YO: Sí :(.

ÉL: Así sí te dejo, pequeña. Sueña conmigo, que yo sueño contigo.

Meneo la cabeza sonriendo, se toma muy en serio su rol de conquistador.

¨Buenas noches¨

—Carme —llaman a mi puerta.

Dejo el celular a un lado y tomo mi libreta rápidamente.

—Sí —contesto, agachando un poco la cabeza para escribir.

La siento entrar y me hago la concentrada esperando que se acerque.

—¿Cenaste? —pregunta, apoyando una mano al respaldo de mi asiento.

—Sí —le contesto sin voltear a verla.

—Descansa —besa mi cabeza y se aleja.

—Buenas noches —murmuro.

Me disgusta mucho la manera en la que se manejan las cosas en mi casa, para obtener lo que quieres, tienes que ganártelo, y no es que sea un problema, si no que esas cosas que uno desea, son decisiones que uno desea ejercer sobre su vida, SU VIDA, no debería de estar dando una garantía a ellos por algo que ejerceré sobre mi vida, pero ni modos, tal vez termine haciendo lo mismo que mi hermano, marcharme.

Ni que fuera gran cosas lo que nos ofrecen como padres, la triste realidad de muchas familias adineradas, es que en cuanto más dinero haya, menos amor queda.

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