Lo único divertido fue hacerle la vida imposible al inepto de Manuel, pues tenía que ser mi guardaespaldas por la semana completa, y pues, no se la puse nada fácil. No sé porque no se quedó a donde había ido, pero ni modos, se había ido a estudiar, no a quedarse.
Salgo del baño secando mi cabeza, estoy muy emocionada ya que pronto volveré a casa, a quien engaño, estoy emocionada por volver a ver a Hugo.
—¿Qué carajos estás haciendo en mi habitación? —pregunto, mirando desconcertada al hombre que está frente a mí mesa.
Voltea con mi celular en su mano, mi corazón se encoge de sólo pensar que pudo adivinar la clave.
—Mmm, ¿Qué ocultas pequeña? Un noviecito, mejor dicho, un morenazo —dice, jugueteando con mi celular.
No tengo un lugar un favorito con exactitud, pero me encanta todo que tenga que ver con la naturaleza, bosques, ríos, playas, zoológicos, pero sobre todo el mar. —Hay algo que aún no me has dicho, es sobre la llamada que tuvimos —comenta, caminando junto a mí. De sólo recordar aquello me molesto, pero no lo hago notar. —Cuando llamaste le había terminado de decir sus verdades a mi madre, estaba algo molesta —explico sin detalles.Estamos caminando tomados de la mano cerca de unos arboles, vivir en la ciudad es hermoso, pero no es tan hermoso como vivir en el campo, u en lugares no tan desarrollados, donde hayan arboles,contrario a la ciudad, la cual está llena de edificios y construcciones. —¿Por qué estabas molesta? —pregunta, y no me sorprende, lo quiero saber todo. —Literalmente sólo están para darme órdenes, las cosas estaban muy bien entre nosotras, con mi padre nunca tuve tanto apego, pero desde que se volvieron multimillonarios, menos amor quedó, le dije a mi madre que mie
¿De que estará hablando? Luchando en contra de mi orgullo logro bajar, la tomo de la mano para llevarla a su habitación. —Necesitas descansar, a pesar del ogro que es tu marido, no creo que te sea infiel —le digo, ayudándola a subir las escaleras. Luego de dejarla en su habitación entro a la mía, confundida y llena de dudas. “Se te cumplió el deseo” esa frase resuena en mi cabeza. Me meto a darme una ducha para luego empezar a hacer mis tareas. Unas horas más tardes, intento concentrarme pero no lo logro, unos gritos desde la recamara de mis padres no me dejan, no entiendo que rayos les pasa, no suelen discutir así, ya el dinero se les subió a la cabeza. Para mí siempre fue suficiente lo que teníamos antes, pero ni modos, mi padre es ambicioso en cuanto a sus sueños y en el fondo estoy orgullosa de lo mucho que ha logrado, y limpiamente. Me levanto para ir a ver que sucede ya que no soporto sus gritos. —¡Estamos en un gran lío y tu me vienes con tus estúpidos celos!—grita mi p
El viento sopla fuertemente contra mi rostro desordenando mi cabello, estoy sentada sobre el baúl de su auto, y él está parado entre mis piernas, con los brazos apoyados a mis costados. —Me enteré de lo que pasó —comenta, lo supuse. —No me han querido decir nada, sólo sé lo que dicen las redes —digo molesta. —Hacen bien, necesitas concentrarte en tus estudios —dice con tanta seriedad que no me lo creo. —¿Es en serio? ¿Acaso tienes hijos? Tengo derecho —reclamo. —No he dicho lo contrario, ellos no quieren que lidies con eso, yo en su lugar haría lo mismo, te mantendría lejos de aquello, imagina él que es tu padre. Poso mis manos sobre sus hombres. —¿Sabes? A pesar de todo ellos siempre fueron felices, y no quiero que eso cambie, no se que motivos tendrá mi madre pero ella cree que mi papá le es infiel, y los instintos de mujer no fallan —ríe por lo último. —Mira pequeña, eres su hija, sí, pero quiero que sepas que en los problemas de pareja nadie se mete, sobre todo si están ca
Por más que quisiera pensar lo mejor de mi padre, no puedo, simplemente no puedo, siento que por algún motivo está así, algo quiere de mí, no me culpo porque perdí la confianza en ambos, y no es que hicieran gran cosa para recuperarla. Sólo espero que resuelvan pronto el lío que hay con la empresa, prefiero que estén metidos en la empresa a que estén tristes en casa, por aquello que han logrado con mucho esfuerzo. Debo admitir que fue un gesto muy bonito de su parte tomarse el tiempo de ir a verme dando la clase, dijo que lo hice bien, espero ver ese bien en mis calificaciones y que no lo haya dicho por ser mi padre. Siento a alguien posarse detrás de mí y darme un beso en el cuello, giro sobre mi asiento confundida, si es Manuel, lo saco a patadas.—¡Hugo! Por Dios, ¿Cómo entraste? ¿Qué haces aquí? Mis padres no pueden verte —farfullo asustada, me paro para asechar por la ventana pero el me toma de la muñeca y me pega a su cuerpo. —No me aguante las ganas de verte —me besa, litera
Me volteo para verlo, aunque me siento como una niña haciendo berrinche, no me guardo nada y le grito todo el coraje que siento.—¿¡Era eso tu imprevisto!? ¡Una mujer! ¿Soy la segunda? —Grito, sintiendo mis ojos picar. Ambos, tanto él como ella me miran estupefactos, como si fuera una extraterrestre. —¿¡QUÉ!? ¿Es eso lo muy importante para dejarme de lado? —pregunto con más furia que el principio. —. ¿Es ella tu ex? —pregunto acercándome a él, quiero pegarle, pero prefiero quedarme con sólo haberle roto el vidrio a su auto. —Soy su hermana —la voz de la mujer es suave, y gentil. “Soy su hermana”Eso resuena en mi cabeza y una vergüenza inmensa me invade, miro a Hugo apenada, deseando que la tierra me trague por unas horas ahora mismo. Chillo de la vergüenza y dejo caer mi cabeza sobre el pecho de Hugo, muy atrevida de mi parte después de lo que hice. —Lo siento —murmuro. —. Que no me vea. Dios, ¿Así debía conocer a mi cuñada?—Lo estoy haciendo —aclara, su voz es tan suave y fir
—Pequeña, aunque no te hagas ver, por tus padres eres una figura pública, y no quiero que salgan rumores, no antes de que hable con tus —pasa su brazo por mi espalda y empezamos a avanzar hacia su departamento. —. Y creo que solos nos divertiremos más que metidos en medio de gente sudada y eso.—Mira nada más, si eres serio, pues yo voy a ser la salta montes de la relación —me aferro a su brazo.—No te preocupes por eso, cuando se quiere como te quiero todo se puede, de hecho hasta hay un versículo en la biblia que lo dice: el amor todo lo puedo, todo lo espera y todo lo soporta.—Ay. Hasta creyente me saliste —me le cruzo en frente para mirarlo.—¿Qué te traes bombón? —pregunto mirándolo sospechosa.—No, pero sí sé que Dios es la fuente del amor, y del hecho de que tú y yo estemos aquí —sostiene mi rostro entre sus manos y me besa.Llevo mis manos a su su cuello, y le correspondo el beso con la misma intensidad, a pasos lentos mi espalda termina contra una pared, sus dedos se aprietan
Regreso del baño con mis manos entrelazadas con fuerza, unos nervios se apoderan de mí al verlo ahí en el sofá. Sin duda alguna esta tensión crecería, pero supongo que en algún momento tendremos una conversación seria sobre eso. —¿Estás bien? —pregunta mirándome confundido. —Sí, sólo necesitaba ir al baño —respondo avanzando hacia el sofá para sentarme a su lado. —Relájate, el fuego no te consumirá si no lo provocas —dice entregándome mi mochila. —A veces ni siquiera es estúpido lo que dices, pero me río, por la manera en la que lo dices —le digo mirándolo a los ojos con una sonrisa. Estira su mano y lo coloca sobre el borde del sofá detrás de mi cabeza, acercándose más. —Eso es novedad —río. —. Voy a observarte hacer tarea, ¿tienes muchas? —pregunta curioso. —Muchas, muchísimas. —Exagerada —echa unos mechones a un lado de mi cabello y con el dorso de su mano acaricia mi mejilla. [...]Por un lado estoy emocionada de que Hugo quiera hablar con mis padres pero por otro, el mie
No cabe duda de que me gané la lotería con este hombre, y por nada quiero perderlo. —Por algo me preguntaste eso, y tal vez es por el mismo motivo que estabas tan nerviosa —me mira esperando mi respuesta. Esa es la parte más difícil, pero tomaré esto como una señal para soltarlo ya. —Recuerdas lo del mensaje, el chico que te lo envió no nos llevamos bien, de hecho no lo soporto, no sé que le pasa conmigo, primero se apareció el día de la presentación de mi proyecto, y sé que fueron mis padres los que lo enviaron, luego en Australia piropeándome —Hugo arruga su frente confundido, y si no fuese serio esto, ya me estuviera riendo de su gesto. —. Hoy me lo encontré y me mostró una foto, parece que me ha estado siguiendo o mando a hacerlo, no sé —alzo las manos consternada. —¿Tenías una relación con él? Actúa como un ex que quiere volver —dice con duda. —Eramos amigos, pero se tiró a una amiga como sabe hacerlo y le dejé de hablar, se fue del país, y hace como dos meses que volvió