Sin fuerzas y aturdida por sus palabras caí al suelo de golpe. Grité, lo más fuerte que pude, lo necesitaba, era lo único que podría hacer entonces, gritar con fuerza. Continúe llorando, clamando por piedad al Dios en el que alguna vez confié, pero sólo encontré silencio… Un mortal y macabro silencio… Quería desaparecer ¿Era imposible?... Ella recogió mi cuerpo del piso y lo cubrió con un abrazo…
Cuando reaccioné contemplé un hermoso paisaje tras la ventana, podía divisar flores entre la oscura cortina, era tan extraño, ni un mísero rayo de luz entraba. Intenté correrla, pero al tocarla comencé a sentir como mi mano lentamente se calcinaba, me alejé espantada, no dolía, pero sangraba lentamente. Entonces comprendí que aquello no era un sueño. De mis ojos no salieron más lágrimas. Intenté calmarme aunque era difícil… Mis sueños, mi vida, todo se había ido.
-Tranquila, todo estará bien- Cuando pronunció aquello mis ojos se abrieron con asombro.
-¿Por qué no lo salvaste?- Mi voz era severa.
-Ahora no es momento cariño, tienes que alimentarte antes de que sea tarde- Dijo sin perder la calma y con finos movimientos sirvió una copa de la botella que había visto. La miré con horror y di un paso hacia atrás.
-Sólo un trago, te gustará, de verdad necesitas alimentarte ahora- Dijo acorralándome con la copa.
-¡No voy a chuparle la sangre a nadie!- Tan solo mencionarlo se me hacía repulsivo.
-Antes comias carne ¿cuál es la diferencia?- Refutó ella con las cejas arqueadas en una mueca sarcástica.
-No puedes comprar las dos cosas- Bajé la voz considerando sus palabras, jamás lo habría pensado de esa manera, pero no estaba dispuesta a ceder.
-No seas especista, si prefieres te traigo un becerro ¿Es más humano para ti?- Puso los ojos en blanco mientras agitaba su mano insatisfecha, parecía asqueada de esa discusión. La forma burlesca en que resaltaba la palabra "humano" me dió escalofríos, ella ya se había habituado a esto, no se trataba de una apreciación de moralidad sino de supervivencia. -Puedes sobrevivir estrujando ratas si te parece adecuado para alimentar tu ego, solo estoy tratando de hacer las cosas más fáciles para ti- Se pasó una mano nerviosa.
Cerré los ojos y tomé la copa con indecisión. Mojé mis labios con el suave líquido y entonces no pareció suficiente, inconscientemente comencé a beber de aquella copa. Era realmente delicioso, el aroma, el sabor, era único; el poder que ejerce el alcohol sobre los dependientes no es comparable con la necesidad que se siente al probar aquello, la garganta arde como si fuego tragases, pero calma el dolor del alma y es como el sexo, entras en éxtasis y no logras actuar sino como bestia. Bajé la copa extasiada y miré a Saya con asombro.
-Tranquila, es normal, tienes mucha hambre ahora ¿Verdad?- Sonrió.
No era capaz de emitir ninguna palabra, la sensación de frenesí inundaba mi cuerpo y el ardor en la garganta solo le daba la razon. Asentí con vergüenza limpiando la comisura de mis labios.
-Tranquila, habrá tiempo para modales. Ahora te tengo un regalo...- Mencionó ella con una sonrisa impecable.
Me guió hasta un cuarto apartado, al abrir la puerta una escena macabra se presentaba ante nosotras, pero en aquel momento no era la racionalidad la que reinaba. Me lancé sobre el cuerpo con vida de un hombre de facciones hermosas, pero no buscaba su belleza… Era su aroma… Lamí con delicadeza su cuello buscando, aquel aroma provenía de su interior, entonces sentí que debía ser para mí; Mordí con fuerza su cuello, lo penetré con mis colmillos que parecían desarrollarse con mis fuerzas. Su sangre comenzó a resbalar cual manantial por su cuerpo mientras este gritaba en agonía, lo que me provocaba un inmenso placer. Comencé a saborear cada gota y gocé como nunca antes.
-Bien, lo estás haciendo bien- Repetía ella de pie en la puerta.
Poco después recobré el sentido, pero ya no quería darle importancia. Entonces con la boca y el pecho empapado de sangre me acerque hasta el cuello de Saya, ella poseía un aroma aún más encantador.
-Ni se te ocurra…- Musitó ella mirándome a los ojos con recelo.
Me alejé y miré con melancolía el cuerpo sin vida del joven, luego mis manos y nuevamente el rostro sonriente de Saya.
-No…- Musité arrepentida.
-Sí, tú has hecho eso… Eres fuerte, más de lo que creí.- Aplaudió con orgullo.
Estaba completamente aturdida, aquello me gustaba, pero no era lo correcto, me estaba condenando… Pensé varias veces lo mismo. “Es un error”, aquella frase daba vueltas y vueltas en mi cabeza.
Una bofetada me despertó de la tormenta de pensamientos, Saya me miraba expectante, como si esperara alguna clase de reacción diferente de mi parte. En el momento en que centré mis pensamientos comencé a sentir el efecto de la alimentación, los sonidos, olores y sensaciones se hacían más fuertes, podía oir el sonido del viento y oler la tierra mojada de algún lugar lejano. La calidez del sol era una vibración peligrosa en mi radar y las voces ruidosas me aturdían un poco.
-Te acostumbrarás a eso, después solo escucharás lo que quieras escuchar- Sonrió con la misma calma que mantuvo durante todo el proceso. -Ahora ve a limpiarte, hay ropa nueva en tu armario, ponte algo cómodo porque saldremos esta noche, te enseñaré cómo vivimos aquí.-
Aunque todo parecía un sueño de lo más fantasioso el aroma óxido de la sangre seca en mi ropa me recordaba la realidad.
¿Cómo pasó esto? ¿Cómo viven aquí? ¿Hay más de nosotros allá afuera? Los misterios de lo que hasta ese momento era un mito para mi parecían estarse esclareciendo ante mis ojos. Obedecí las instrucciones y me preparé para conocer mi nueva vida, ya había llorando lo suficiente.
Se acercaba la noche y necesitaba aire. Llevaba horas esperando, horas en aquel cuarto, me estaba volviendo loca… Estaba confundida, aquel sabor era realmente maravilloso y en ese momento solo deseaba volver a probarlo. Era amargo, con un leve toque a metal, tibio y suave, realmente un sabor excitante. Mil pensamientos rondaban mi cabeza, mientras la tenue luz de una vela iluminaba mi indefinido reflejo en el espejo. Creía muchas cosas respecto a los 'chupa sangre', como el que no poseían reflejo, o su debilidad al ajo ya las cruces de plata, o en realidad, a cualquier símbolo religioso. También espero en qué sucedería con mi nuevo gusto a la sangre humana ¿cómo se alimentaba Saya? Después de horas largas de charla conmigo mismo el silencio se apoderó del lugar… Y en la penumbra llegó ella. Me destruí con ternura, como una leona a sus cachorros. -Saldremos a abastecernos- Musitó rompiendo aquel crudo silencio. –Aún tienes mucho que aprender…- Concluyó abriendo las cortinas. -No quie
Un sentimiento espantoso invadió mi cuerpo, estaba desesperada, angustiada, apenada, avergonzada… Todo y más que eso en cantidades exorbitantes. Entonces lo decidí y entré en silencio, sin cometer movimiento en falso. Sin que se escucharan mis pisadas ni en lo más mínimo. Entré a la que era mi habitación y lo vi… Tan puro, tan tierno como lo recordaba sus perfectos razgos y su tersa piel parecía brillar en la oscuridad de la noche. Parecía ya haber caído en sueño profundo, mientras abrazaba la almohada impregnada en mi perfume. Sólo hacía falta un toque para entrar en conflicto con mi nuevo instinto, lo sabía, pero la angustia era más fuerte. Me acerqué con cuidado y lo observé. Al cabo de un momento me senté a su lado.-¿Aún abrazas mi almohada?- Musité con melancolía.Se estremeció, entre abrió los ojos y sonrió. –Todo está bien ¿Ok?- Un dolor seco se produjo en mi garganta, angustia, mucho dolor… y sed.-Hachi…- Susurró aún adormecido-Tranquilo, solo duerme…- Sonreí e intente dis
Los siguientes meses fueron intensos, había mucho que no conocía y que forzadamente necesitaba aprender, jamás habría creído que existía un mundo así justo frente a nuestros ojos. Los primeros que hicieron Saya fue contextualizar nuestra realidad actual, no somos las únicas, existe una sociedad completa de seres de las sombras, los vampiros son a penas una minoría. Existen diferentes tipos de vampiros de acuerdo a su legado, incluso respecto a quién los inicia y su propio potencial, son muy quisquillosos a la hora de admitir nuevos iniciados en la comunidad, nadie puede decidir libremente a quién convierte. A Saya la convertida en amante sin previo consentimiento, como ella a mi, con la diferencia en que su vida no estaba en riesgo, pero por sus antecedentes sanguíneos había sido escogida por "el consejo" y sus órdenes son ley. "El consejo" se trata de un grupo de vampiros mayores junto a especialistas en diferentes áreas que ayudan a mantener la sociedad en orden ya salvo, un áre
Una noche noté como se deslizaba un sobre debajo de la puerta. Llevaba demasiado tiempo sin hablar con Saya y me esperaba este tipo de interacción, ella no dejaría que siguiera ignorandola.Tome el sobre y me acomodé para leer su contenido con paciencia, tenía claro que necesitaría digerir sus palabras con cuidado, todo lo que provenía de ella era siempre intenso."Te vi. Yo te vi. Envuelta en aquellas cautivadoras llamas, consumiéndote en tu propio infierno artificial, queriendo dejar de respirar de una vez.Sola, perdida, vagando en las profundidades de una eterna noche. La gente habla sin saber, piden sin conocer en profundidad sus deseos, la codicia les impide ver y desean con avaricia la 'vida eterna'; Sin saber que existen almas con este don, almas sin lugar en este mundo, perdidas, sin vida, sin muerte, tan solo observando como todo se destruye... Lo cual nos causa el placer que perdimos al convertirnos en lo que somos.Pero aún sin sentir dolor, ver a la persona amada envuelta
Había pasado un año desde la última vez que vi a Xavier, recordar todo lo vivido a su lado era una constante tortura. En aquel tiempo creíamos, ciegos a lo perverso, que íbamos a estar por siempre unidos, todo eran recuerdos que de apoco carcomían mi interior. Sin saberlo ni pensarlo planeamos de a poco nuestra destrucción mientras somos mortales y en la inmortalidad sufriremos una eternidad.Somos culpables de todo y aun así disfrutamos inconscientemente culpando a alguien más. Perdemos, ganamos, caímos, nos levantamos... Y algunos, vivimos por siempre, culpándonos una y otra vez de los errores cometidos y de los besos no entregados, de las caricias que se quedaron guardadas y de los versos sin redactar. Deseamos volver a plantear aquellas conversaciones que nunca terminamos, pero aquella persona ya no existe, no está a tu alcance y no puedes volver atrás por muy grande que sea el dolor. Porque el reloj corre y no se detiene, no se devuelve.Jamás podrás entregar el beso que no di
Estábamos en los niveles más bajos de la mansión, cerca de las habitaciones del personal y los esclavos.Ella se mantuvo seria y cautelosa hasta llegar a una puerta con una gran tranca de madera. La movió y entré, la puerta se cerró fuertemente tras de mi.Él estaba esperando, sonreía hermoso, pasivo, como siempre. A torso desnudo se acercó a mí, me sentí envuelta en una hipnosis que ahora es solo una excusa. Dejé resbalar mi vestido quedando completamente desnuda ante él, me imitó, desnudos, solos, tan solo escuchando la melódica música de su palpitar... Se acercó aún más, hasta lograr besar con fuerza mis pálidos labios. Nuestros cuerpos se juntaron. Pero aquel olor me tentó, sentí la tensión de mis músculos y con una mirada pregunté mil cosas. Ingenioso, tan solo moviendo la cabeza, sin decir palabra alguna me invitó a probar de su ser. Entonces me acerque a su cuello, inhale, propague aquel dulce aroma en todo mi ser, lamí con delicadeza y aquellos cuchillos volvieron a florece
No sé si me dormí o simplemente permanecí inmersa en la miseria de mi realidad demasiado tiempo. Reaccioné al frío tacto de una mano en mi cabeza, di un salto retrocediendo en el suelo.-¿Elizabeth? No tengas miedo, soy yo- aunque seguía siendo su voz algo había cambiado y podía notarlo. -Xavier...- tiré lentamente de la tela que cubría mi cabeza y se reveló ante mi como una brillante visión su bello rostro. -Oh, mi amor, qué hicimos- me temblaba la voz, las manos y el alma.-Tranquila, tranquila mi niña- Se abalanzó a abrazarme con fuerza, acurrucando mi cabeza en su pecho. -Ahora estamos juntos y todo es perfecto, jamás moriré- había una alegría en su voz que me producía escalofríos.Permanecimos abrazados en un rincón de una habitación oscura, fría y húmeda. Las paredes de piedra raspaban la espalda de Xavier mientras a él parecía no perturbarle el hecho de estar ahí abajo.Podía ver la sombra de pisadas por una rendija sobre nuestras cabezas, muy arriba en el techo, por lo que sa
Cuando una persona desaparece se organizan búsquedas, se cubre el territorio y se difunde su rostro, la sociedad cumple con tareas de apoyo pero lo que finalmente mueve todo es el dinero. Cuando no hay recursos las búsquedas son más cortas, los rostros se olvidan y la sociedad pasa al siguiente desgraciado.No podía dejar que eso sucediera cuando Saya desapareció, ya pesar del apoyo de amigos y familiares, no utilizó los recursos reales para extender las búsquedas e investigaciones.Así recurrí a infinitas maneras de recolectar recursos de forma rápida y efectiva. Por esos años la moda de las clínicas invitro de la mano con la alta taza de infertilidad brindaron dividendos sustanciosos a quien estaba dispuesto a ser estudiado y conservado en frascos de cristal. No dudé un instante y le pedí a Xavier que lo hiciera conmigo. Así nuestros genes, junto con los de miles de personas, estarían para siempre resguardados en pro de la humanidad y yo podría seguir buscando a Saya.No pasó mucho