Normalmente, habría creído que todo esto era un sueño, pero podía sentir como mi piel se erizaba con cada sorbo, como quemaba la luz y mis sentidos agudizar. André tenía una gran vocación de instructor, al ser doctor se había encargado de esto muchas veces con los nuevos vampiros, aunque aquellos era planeados, finamente seleccionados y aprobados por aquel consejo de ancianos que controlaba la ciudad.Se componía de diversos jefes de familias o clanes que se reunían a tomar las decisiones que serían mejores para la convivencia dentro del sigilo, nuestro territorio era solo un pequeño espacio dentro de este escondido espacio del planeta en donde convivimos con diferentes especies mágicas, hombres lobo, hadas, brujas y una inimaginable fauna de criaturas jamás pensadas, por lo que estipular normas de convivencia era primordial. Aunque la mayoría de los vampiros eran nómadas, la ciudad era un gran punto de encuentro, intercambio y abastecimiento.Pero como en toda sociedad no estamos ex
Crujía el cristal de copas y ventanas, todo se tenía de un rojo profundo y el aroma metálico comenzó a inundar el ambiente. Los gruñidos ensordecedores llamaron la atención de todos, el caos infernal en la mansión sería el escándalo popular del momento.Xavier con un aspecto lamentable era sujetado por el cuello por Saya y André mientras, Anastasia y Felisa parecían intentar apaciguar mi furia con caricias suaves mientras Marcial apretaba de mis hombros para obligarme a permanecer sentada, rodeada de vidrios y sangre por todas partes, despeinada y confundida. Todos los recuerdos parecían venir a mí en una avalancha destructora. Mantenía la mirada en un pequeño anillo en la alfombra, parecía ser un salvavidas para no caer nuevamente en el frenesí violento que ocasionó todo este desastre.Saya repetía amenazas fatales mientras André las confirmaba con monosílabos tajantes. Las chicas seguían acariciando mi cabello y espalda repitiendo consuelo y promesas de venganza. Pero aquel que ha
Todo comenzó como una estrategia de comercio bajo la premisa de la reproducción y conservación de la especie. Los vampiros por sí mismos no son capaces de reproducirse, la maldición que cae sobre nuestra especie solo contempla la creación de nuevos vampiros mediante el contagio del virus: la mordida.Maximus, un miembro del consejo, convocó a un grupo selecto de científicos y médicos especialistas en la reproducción de especies mágicas, la meta era lograr un método lucrativo para asegurar la dinastía de los clanes de la alta sociedad vampírica. Pero incluso con los esfuerzos de los mejores en el área el plan no rindió frutos, todo eran teorías y supuestos que debido al riesgo no podían ponerse a prueba. Algunas ideas incluso eran inmorales y atrocidades en contra de cualquier acuerdo de paz entre especies.La experimentación con seres vivos nunca se había materializado más allá de la teoría de algunas mentes sociópatas, que veían en ello la posibilidad de avance en la medicina. Todo
Pasaron lustros, mareas y noches, pasó también la tormenta que bauticé con su nombre, el abandono eterno y el frío hecho eco que calaba los huesos.Pasó el viento sobre una espalda y acalló el grito ahogado de mi carne. Pasó la vida hecha brisa y, salobre, carcomió el recuerdo de este cuerpo hecho agua por las lágrimas, por el peso de la verdad zumbando en mis oídos; Que él era un monstruo y yo siempre lo supe.La eternidad puede ser un suspiro ante los ojos de quien atesora el tiempo, pero mientras lo buscaba, mientras seguía el putrefacto aroma de su carne, la eternidad se imponía como un estancado reloj de arena, y cada paso parecía una vida, cada camino que recorría parecía una y otra vez repetir el eco de un pequeño grano de arena cayendo lentamente.Pero cada cosa tiene su inicio, cada cosa tiene su final, y nuestro final llegó una noche de neblina cuando por fin encontré su escondite.En medio de la gente, camuflado cuál camaleón, viviendo la vida nocturna de una ciudad alborot
Dulces campanadas me despertaron de una horrible pesadilla... Mareada y desorientada fui despertando poco a poco, pude escuchar una dulce melodía en violín, el olor a rosas ya marchitas invadía mi nariz y las suaves sábanas de seda que rozaban mi piel parecían hundirme más y más. Nunca me había costado tanto despertar, al abrir los ojos un dolor punzante subió a mi cabeza, podía escuchar miles de sonidos, palabras, gritos y sensaciones que apretaban mi pecho. Todo era demasiado brillante y solo pude llevarme las manos a la cabeza y respirar pausadamente. No tardó mucho en cesar el malestar, podría compararlo a cuando te levantas muy rápido y te ganas un mareo, pero cien veces más intenso y ruidoso. Estaba recostada en una gran cama de sábanas rojas, era una habitación muy amplia, las cortinas oscuras casi no permitían que entrara la luz del exterior, todo parecía bañarse de un tinte rojo muy agradable. La decoración era llamativa, habían pequeñas esculturas de animales, encajes, per
[3 días antes]El tintineo constante de la alarma me despertó de una pesadilla recurrente, habían pasado semanas sin poder deshacerme de ella. Por las cortinas se filtraban los rayos de sol que prometían un lindo día. Me incorporé perezosa, jamás me han gustado las mañanas, podía oír el mundo despertar al rededor, mis hermanos peleando, mi madre gritando por el desayuno, los gatos pidiendo alimento, la ducha, silencio... Me tapé los oídos con desespero bajo el agua, no puedo recordar hace cuánto tiempo empezó, pero no podía soportar el ruido, sentía que me ahogaba, me desesperaba, me sentía perdida y desorientada. Mi madre decía que era demasiado sensible, pero mi madrina insistía en que pudiéramos orientación a un terapeuta, después de todo había pasado poco tiempo desde aquel trágico suceso.Se abrió la puerta del baño y antes de que pudiera reaccionar Xavier me tenía envuelta en una suave toalla y besaba mi frente. -Mi niña, estás toda fría...- Dijo mientras frotaba la toalla en m
Vay tomó asiento en un sofá muy cómodo y me indicó otro justo frente a ella, había té servido y algunos pastelillos, también velas con aromas agradables y en las paredes lindos colgantes de espejo. Era un lugar muy acogedor. -Hachi ¿Ese es tu nombre?- Preguntó mientras anotaba en un cuaderno -no te preocupes si me ves escribir aquí, tengo que registrar algunos datos importantes de lo que me cuestes para trabajarlos luego, no creas que te estoy juzgando- rió suavemente, la verdad era muy dulce y me generaba mucha confianza. -Me dicen Hachi, como el perro de la leyenda japonesa. Es porque soy campo... Creo- Bajé la mirada. -Mi nombre es Elizabeth, en realidad nadie me dice así, en casa usan otros apodos, jamás nadie me llama por mi nombre, hay amigos que ni siquiera lo saben. No me gusta mucho, suena demasiado pretencioso.- Me reí un poco. -Entiendo, la verdad es un nombre muy hermoso, tal vez no todos merecen escucharlo- Hizo una mueca graciosa y de repente la vi en sus ojos... -Say
Nuevamente desperté en aquella habitación, esta vez el silencio inundaba el ambiente como una espesa bruma. De inmediato recordé el rostro de la mujer que me había recostado... Prefería creer que era un delirio, sentía el cuerpo hirviendo así que excusé mi visión con la fiebre que suponía tener. El tiempo avanzaba y a pesar de que no tenía conciencia de cuánto llevaba ahí parecía que las horas transcurrían lentamente mientras yo no tenía el coraje suficiente para levantarme y salir a descubrir que sucedía. Pero no todo es para siempre, eso creía, me armé de valor y me puse de pie. Podía percibir algo en el lugar, una sensación familiar, un aroma, supe en un escalofrío que venía del lado contrario al que me dirigía, como un reflejo natural me volteé rápidamente. Ella estaba de espaldas junto a un gran ventanal, la noche era oscura y sin luna, pero ella parecía estar observando el más magnífico horizonte con esos ojos cristalinos. La cabeza me daba vueltas, habían mil pensamientos ata