Desperté en una hermosa habitación rodeada por Saya y otras personas. Lo de despertar así podría hacerse una costumbre. Aún estaba molesta por su actitud y el no dejarme visitar la tumba de Xavier, ni tener ese último momento para despedirme. Tenía ganas de gritar, pero las personas a mi alrededor no me quitaban los ojos de encima, parecían esperar algo de mí. Me sentí como una mascota nueva que ella luciría a su antojo. -No me siento cómoda en esta situación Saya, será posible algo de intimidad- Dije entre dientes lo más despacio que pude. -¡Ay Beth, cariño! Estábamos muy preocupadas por ti, jamás habíamos visto a alguien en tu estado...- Soltó una chica alta y rubia agitando las manos con histeria.-¿Quién carajos es Beth?- Dije sorprendida y nerviosa. Los últimos días han sido tan raros. -Saya, de verdad, no tengo fuerzas para tus exposiciones frívolas sobre mi existencia.- Me puse una mano sobre los ojos y recliné la cabeza hacia atrás. -Señorita Elizabeth ¿Recuerda usted qué
Me acerqué con cautela y respondí a su saludo con una sonrisa nerviosa. Sobre la mesa alcancé a ver varias copas, sobres y frascos. El olor metálico de la sangre invadía el ambiente y sentía la garganta ardiendo. Pasé la lengua por mis labios instintivamente, aún parecía tan repugnante para mí ser consciente, pero la oscuridad dentro de mí parecía dominarlo todo lentamente.-Bueno, creí correcto comenzar tu inducción con la alimentación, supongo que esa cabecita está llena de mitos de la televisión ja ja- Reía él con tanta naturalidad acomodando sus lentes en un gesto ingenioso y demasiado cercano. La familiaridad que sentía con él cada vez era más latente.-¿Por qué hay tantos frascos? ¿A cuántos han matado para traer todo este... Banquete?- Pregunté aún en un tono sarcástico y duro -Exactamente a eso me refería- Se acercó a la mesa con elegancia. -Te he traído desde lo más fino y codiciado, auspiciado por un amigo- Guiñó un ojo a Saya. -Hasta lo más común de nuestra dieta- Empezó
Normalmente, habría creído que todo esto era un sueño, pero podía sentir como mi piel se erizaba con cada sorbo, como quemaba la luz y mis sentidos agudizar. André tenía una gran vocación de instructor, al ser doctor se había encargado de esto muchas veces con los nuevos vampiros, aunque aquellos era planeados, finamente seleccionados y aprobados por aquel consejo de ancianos que controlaba la ciudad.Se componía de diversos jefes de familias o clanes que se reunían a tomar las decisiones que serían mejores para la convivencia dentro del sigilo, nuestro territorio era solo un pequeño espacio dentro de este escondido espacio del planeta en donde convivimos con diferentes especies mágicas, hombres lobo, hadas, brujas y una inimaginable fauna de criaturas jamás pensadas, por lo que estipular normas de convivencia era primordial. Aunque la mayoría de los vampiros eran nómadas, la ciudad era un gran punto de encuentro, intercambio y abastecimiento.Pero como en toda sociedad no estamos ex
Crujía el cristal de copas y ventanas, todo se tenía de un rojo profundo y el aroma metálico comenzó a inundar el ambiente. Los gruñidos ensordecedores llamaron la atención de todos, el caos infernal en la mansión sería el escándalo popular del momento.Xavier con un aspecto lamentable era sujetado por el cuello por Saya y André mientras, Anastasia y Felisa parecían intentar apaciguar mi furia con caricias suaves mientras Marcial apretaba de mis hombros para obligarme a permanecer sentada, rodeada de vidrios y sangre por todas partes, despeinada y confundida. Todos los recuerdos parecían venir a mí en una avalancha destructora. Mantenía la mirada en un pequeño anillo en la alfombra, parecía ser un salvavidas para no caer nuevamente en el frenesí violento que ocasionó todo este desastre.Saya repetía amenazas fatales mientras André las confirmaba con monosílabos tajantes. Las chicas seguían acariciando mi cabello y espalda repitiendo consuelo y promesas de venganza. Pero aquel que ha
Todo comenzó como una estrategia de comercio bajo la premisa de la reproducción y conservación de la especie. Los vampiros por sí mismos no son capaces de reproducirse, la maldición que cae sobre nuestra especie solo contempla la creación de nuevos vampiros mediante el contagio del virus: la mordida.Maximus, un miembro del consejo, convocó a un grupo selecto de científicos y médicos especialistas en la reproducción de especies mágicas, la meta era lograr un método lucrativo para asegurar la dinastía de los clanes de la alta sociedad vampírica. Pero incluso con los esfuerzos de los mejores en el área el plan no rindió frutos, todo eran teorías y supuestos que debido al riesgo no podían ponerse a prueba. Algunas ideas incluso eran inmorales y atrocidades en contra de cualquier acuerdo de paz entre especies.La experimentación con seres vivos nunca se había materializado más allá de la teoría de algunas mentes sociópatas, que veían en ello la posibilidad de avance en la medicina. Todo
Pasaron lustros, mareas y noches, pasó también la tormenta que bauticé con su nombre, el abandono eterno y el frío hecho eco que calaba los huesos.Pasó el viento sobre una espalda y acalló el grito ahogado de mi carne. Pasó la vida hecha brisa y, salobre, carcomió el recuerdo de este cuerpo hecho agua por las lágrimas, por el peso de la verdad zumbando en mis oídos; Que él era un monstruo y yo siempre lo supe.La eternidad puede ser un suspiro ante los ojos de quien atesora el tiempo, pero mientras lo buscaba, mientras seguía el putrefacto aroma de su carne, la eternidad se imponía como un estancado reloj de arena, y cada paso parecía una vida, cada camino que recorría parecía una y otra vez repetir el eco de un pequeño grano de arena cayendo lentamente.Pero cada cosa tiene su inicio, cada cosa tiene su final, y nuestro final llegó una noche de neblina cuando por fin encontré su escondite.En medio de la gente, camuflado cuál camaleón, viviendo la vida nocturna de una ciudad alborot
Dulces campanadas me despertaron de una horrible pesadilla... Mareada y desorientada fui despertando poco a poco, pude escuchar una dulce melodía en violín, el olor a rosas ya marchitas invadía mi nariz y las suaves sábanas de seda que rozaban mi piel parecían hundirme más y más. Nunca me había costado tanto despertar, al abrir los ojos un dolor punzante subió a mi cabeza, podía escuchar miles de sonidos, palabras, gritos y sensaciones que apretaban mi pecho. Todo era demasiado brillante y solo pude llevarme las manos a la cabeza y respirar pausadamente. No tardó mucho en cesar el malestar, podría compararlo a cuando te levantas muy rápido y te ganas un mareo, pero cien veces más intenso y ruidoso. Estaba recostada en una gran cama de sábanas rojas, era una habitación muy amplia, las cortinas oscuras casi no permitían que entrara la luz del exterior, todo parecía bañarse de un tinte rojo muy agradable. La decoración era llamativa, habían pequeñas esculturas de animales, encajes, per
[3 días antes]El tintineo constante de la alarma me despertó de una pesadilla recurrente, habían pasado semanas sin poder deshacerme de ella. Por las cortinas se filtraban los rayos de sol que prometían un lindo día. Me incorporé perezosa, jamás me han gustado las mañanas, podía oír el mundo despertar al rededor, mis hermanos peleando, mi madre gritando por el desayuno, los gatos pidiendo alimento, la ducha, silencio... Me tapé los oídos con desespero bajo el agua, no puedo recordar hace cuánto tiempo empezó, pero no podía soportar el ruido, sentía que me ahogaba, me desesperaba, me sentía perdida y desorientada. Mi madre decía que era demasiado sensible, pero mi madrina insistía en que pudiéramos orientación a un terapeuta, después de todo había pasado poco tiempo desde aquel trágico suceso.Se abrió la puerta del baño y antes de que pudiera reaccionar Xavier me tenía envuelta en una suave toalla y besaba mi frente. -Mi niña, estás toda fría...- Dijo mientras frotaba la toalla en m