Había pasado un año desde la última vez que vi a Xavier, recordar todo lo vivido a su lado era una constante tortura. En aquel tiempo creíamos, ciegos a lo perverso, que íbamos a estar por siempre unidos, todo eran recuerdos que de apoco carcomían mi interior. Sin saberlo ni pensarlo planeamos de a poco nuestra destrucción mientras somos mortales y en la inmortalidad sufriremos una eternidad.Somos culpables de todo y aun así disfrutamos inconscientemente culpando a alguien más. Perdemos, ganamos, caímos, nos levantamos... Y algunos, vivimos por siempre, culpándonos una y otra vez de los errores cometidos y de los besos no entregados, de las caricias que se quedaron guardadas y de los versos sin redactar. Deseamos volver a plantear aquellas conversaciones que nunca terminamos, pero aquella persona ya no existe, no está a tu alcance y no puedes volver atrás por muy grande que sea el dolor. Porque el reloj corre y no se detiene, no se devuelve.Jamás podrás entregar el beso que no di
Estábamos en los niveles más bajos de la mansión, cerca de las habitaciones del personal y los esclavos.Ella se mantuvo seria y cautelosa hasta llegar a una puerta con una gran tranca de madera. La movió y entré, la puerta se cerró fuertemente tras de mi.Él estaba esperando, sonreía hermoso, pasivo, como siempre. A torso desnudo se acercó a mí, me sentí envuelta en una hipnosis que ahora es solo una excusa. Dejé resbalar mi vestido quedando completamente desnuda ante él, me imitó, desnudos, solos, tan solo escuchando la melódica música de su palpitar... Se acercó aún más, hasta lograr besar con fuerza mis pálidos labios. Nuestros cuerpos se juntaron. Pero aquel olor me tentó, sentí la tensión de mis músculos y con una mirada pregunté mil cosas. Ingenioso, tan solo moviendo la cabeza, sin decir palabra alguna me invitó a probar de su ser. Entonces me acerque a su cuello, inhale, propague aquel dulce aroma en todo mi ser, lamí con delicadeza y aquellos cuchillos volvieron a florece
No sé si me dormí o simplemente permanecí inmersa en la miseria de mi realidad demasiado tiempo. Reaccioné al frío tacto de una mano en mi cabeza, di un salto retrocediendo en el suelo.-¿Elizabeth? No tengas miedo, soy yo- aunque seguía siendo su voz algo había cambiado y podía notarlo. -Xavier...- tiré lentamente de la tela que cubría mi cabeza y se reveló ante mi como una brillante visión su bello rostro. -Oh, mi amor, qué hicimos- me temblaba la voz, las manos y el alma.-Tranquila, tranquila mi niña- Se abalanzó a abrazarme con fuerza, acurrucando mi cabeza en su pecho. -Ahora estamos juntos y todo es perfecto, jamás moriré- había una alegría en su voz que me producía escalofríos.Permanecimos abrazados en un rincón de una habitación oscura, fría y húmeda. Las paredes de piedra raspaban la espalda de Xavier mientras a él parecía no perturbarle el hecho de estar ahí abajo.Podía ver la sombra de pisadas por una rendija sobre nuestras cabezas, muy arriba en el techo, por lo que sa
Cuando una persona desaparece se organizan búsquedas, se cubre el territorio y se difunde su rostro, la sociedad cumple con tareas de apoyo pero lo que finalmente mueve todo es el dinero. Cuando no hay recursos las búsquedas son más cortas, los rostros se olvidan y la sociedad pasa al siguiente desgraciado.No podía dejar que eso sucediera cuando Saya desapareció, ya pesar del apoyo de amigos y familiares, no utilizó los recursos reales para extender las búsquedas e investigaciones.Así recurrí a infinitas maneras de recolectar recursos de forma rápida y efectiva. Por esos años la moda de las clínicas invitro de la mano con la alta taza de infertilidad brindaron dividendos sustanciosos a quien estaba dispuesto a ser estudiado y conservado en frascos de cristal. No dudé un instante y le pedí a Xavier que lo hiciera conmigo. Así nuestros genes, junto con los de miles de personas, estarían para siempre resguardados en pro de la humanidad y yo podría seguir buscando a Saya.No pasó mucho
Cuando Xavier volvió tenía una sonrisa radiante iluminando su hermoso rostro, me tomó por los hombros y me besó la frente.-He hecho justicia por nosotros, mi amor- Agitó las manos haciendo una reverencia exagerada. -Ya no hay nada de lo que debamos preocuparnos, incluso he consiguió una ocupación- Sonaba tan convencido y feliz que no podía evitar sonreír a pesar de la confusión.-No estoy entendiendo nada, creo que necesitas explicarme qué ocurre- Le tomé las manos con suavidad buscando su atención, ya que parecía absolutamente envuelto en sus propios elogios.-ah, claro, claro- Nos sentamos frente a frente en un pequeño sillón de tela. -No hemos hecho nada malo, todo ya sido un plan de Saya para castigarte- Puso sus delicados dedos en su entrecejo con irritación -He puesto las cosas en orden, todo estará bien para nosotros, tendremos donde vivir en compensación por lo sucedido.- Apretó mis manos con fuerza.Su vaga respuesta y su sonrisa segura no me dejaban tranquila, menos el solo
Anastasia, Felisa y Romina componían el grupo de amigas que había conocido, los novios de Felisa y Romina y el hermano de Anastasia también nos acompañaban, Roman, Marcial y André. Siendo ambos hermanos los únicos solteros del grupo.Cada tarde nos reuniríamos en mi casa, había destinado un salón precisamente a esto, los chicos eran letrados abogados y doctores, las chicas estudiosas filosóficas e investigadoras del comportamiento de las especies. André era médico, de él aprendí más sobre nuestro nuevo mundo, licántropos, brujos y elfos eran solo algunas de las especies con las que compartiamos territorio. También aprendí que el lugar en donde estábamos no existían en realidad para el mundo humano, los brujos habían construido un sólido sigilo en todo nuestro entorno, siendo así un gran territorio escondido del mundo. Pero la mayoría, como Saya, vivían en cercanía de los humanos, inclusive entre ellos.Todo lo que escuchaba era como volver a los cuentos de antaño y llenaban mi alma d
Las tardes pasaban tan rápido con buena compañía, había empezado a acostumbrarme a esta extraña vida tranquila. Me sentía como en una película, socializando esperando a mi amado que llega del trabajo, todo color de rosas, rosas carmines para ser exactos. Xavier siempre fue muy cercano y atento por lo que un cambio por más mínimo que fuera era bastante notorio, él siempre estuvo en desacuerdo con mis actividades grupales, nunca quiso integrarse ni compartir con nosotros y los chicos tampoco tenían gran simpatía por él. Dadas sus profesiones yo esperaba algo diferente, Xavier ahora trabajaba en los laboratorios de genética y los chicos también eran cercanos a esa área. Por esa razón me pareció poco llamativa su distancia, estaba enojado por mi terquedad. Pero los días avanzaban y cada vez nos veíamos menos, no llegaba a casa y si lo hacía eran momentos tensos y sin hablar mucho. Había algo en sus ojos que encendían mis alertas, algo estaba mal, pero no quería saberlo en realidad. No q
A pesar de toda mi rabia e indignación no podía soportar ver a Xavier en un estado tan demacrado. Él decía que estaba destrozado por nuestra separación y que se arrepentía profundamente de su desliz.Después de muchos intentos de reconciliación por su parte, acepté volver a intentarlo, pero no me sentía lista para volver a dormir con él, así que solo se cambió a una habitación mucho más cómoda que la anterior. Xavier se mostró sumiso y complaciente durante todo ese tiempo, además nunca descuidó sus compromisos laborales ni sociales, pero todos podían notar lo miserable que parecía, así que había toda una campaña de reivindicación a su favor.A los pocos meses se celebraba nuestro aniversario de iniciación, una especie de cumpleaños, en realidad era más una excelente excusa para celebrar. Xavier y yo habíamos sido iniciados con un año de diferencia, pero en días muy cercanos, así que la celebración era para ambos.Él pareció especialmente dedicado a la preparación de la fiesta, quería