No sé si me dormí o simplemente permanecí inmersa en la miseria de mi realidad demasiado tiempo. Reaccioné al frío tacto de una mano en mi cabeza, di un salto retrocediendo en el suelo.-¿Elizabeth? No tengas miedo, soy yo- aunque seguía siendo su voz algo había cambiado y podía notarlo. -Xavier...- tiré lentamente de la tela que cubría mi cabeza y se reveló ante mi como una brillante visión su bello rostro. -Oh, mi amor, qué hicimos- me temblaba la voz, las manos y el alma.-Tranquila, tranquila mi niña- Se abalanzó a abrazarme con fuerza, acurrucando mi cabeza en su pecho. -Ahora estamos juntos y todo es perfecto, jamás moriré- había una alegría en su voz que me producía escalofríos.Permanecimos abrazados en un rincón de una habitación oscura, fría y húmeda. Las paredes de piedra raspaban la espalda de Xavier mientras a él parecía no perturbarle el hecho de estar ahí abajo.Podía ver la sombra de pisadas por una rendija sobre nuestras cabezas, muy arriba en el techo, por lo que sa
Cuando una persona desaparece se organizan búsquedas, se cubre el territorio y se difunde su rostro, la sociedad cumple con tareas de apoyo pero lo que finalmente mueve todo es el dinero. Cuando no hay recursos las búsquedas son más cortas, los rostros se olvidan y la sociedad pasa al siguiente desgraciado.No podía dejar que eso sucediera cuando Saya desapareció, ya pesar del apoyo de amigos y familiares, no utilizó los recursos reales para extender las búsquedas e investigaciones.Así recurrí a infinitas maneras de recolectar recursos de forma rápida y efectiva. Por esos años la moda de las clínicas invitro de la mano con la alta taza de infertilidad brindaron dividendos sustanciosos a quien estaba dispuesto a ser estudiado y conservado en frascos de cristal. No dudé un instante y le pedí a Xavier que lo hiciera conmigo. Así nuestros genes, junto con los de miles de personas, estarían para siempre resguardados en pro de la humanidad y yo podría seguir buscando a Saya.No pasó mucho
Cuando Xavier volvió tenía una sonrisa radiante iluminando su hermoso rostro, me tomó por los hombros y me besó la frente.-He hecho justicia por nosotros, mi amor- Agitó las manos haciendo una reverencia exagerada. -Ya no hay nada de lo que debamos preocuparnos, incluso he consiguió una ocupación- Sonaba tan convencido y feliz que no podía evitar sonreír a pesar de la confusión.-No estoy entendiendo nada, creo que necesitas explicarme qué ocurre- Le tomé las manos con suavidad buscando su atención, ya que parecía absolutamente envuelto en sus propios elogios.-ah, claro, claro- Nos sentamos frente a frente en un pequeño sillón de tela. -No hemos hecho nada malo, todo ya sido un plan de Saya para castigarte- Puso sus delicados dedos en su entrecejo con irritación -He puesto las cosas en orden, todo estará bien para nosotros, tendremos donde vivir en compensación por lo sucedido.- Apretó mis manos con fuerza.Su vaga respuesta y su sonrisa segura no me dejaban tranquila, menos el solo
Anastasia, Felisa y Romina componían el grupo de amigas que había conocido, los novios de Felisa y Romina y el hermano de Anastasia también nos acompañaban, Roman, Marcial y André. Siendo ambos hermanos los únicos solteros del grupo.Cada tarde nos reuniríamos en mi casa, había destinado un salón precisamente a esto, los chicos eran letrados abogados y doctores, las chicas estudiosas filosóficas e investigadoras del comportamiento de las especies. André era médico, de él aprendí más sobre nuestro nuevo mundo, licántropos, brujos y elfos eran solo algunas de las especies con las que compartiamos territorio. También aprendí que el lugar en donde estábamos no existían en realidad para el mundo humano, los brujos habían construido un sólido sigilo en todo nuestro entorno, siendo así un gran territorio escondido del mundo. Pero la mayoría, como Saya, vivían en cercanía de los humanos, inclusive entre ellos.Todo lo que escuchaba era como volver a los cuentos de antaño y llenaban mi alma d
Las tardes pasaban tan rápido con buena compañía, había empezado a acostumbrarme a esta extraña vida tranquila. Me sentía como en una película, socializando esperando a mi amado que llega del trabajo, todo color de rosas, rosas carmines para ser exactos. Xavier siempre fue muy cercano y atento por lo que un cambio por más mínimo que fuera era bastante notorio, él siempre estuvo en desacuerdo con mis actividades grupales, nunca quiso integrarse ni compartir con nosotros y los chicos tampoco tenían gran simpatía por él. Dadas sus profesiones yo esperaba algo diferente, Xavier ahora trabajaba en los laboratorios de genética y los chicos también eran cercanos a esa área. Por esa razón me pareció poco llamativa su distancia, estaba enojado por mi terquedad. Pero los días avanzaban y cada vez nos veíamos menos, no llegaba a casa y si lo hacía eran momentos tensos y sin hablar mucho. Había algo en sus ojos que encendían mis alertas, algo estaba mal, pero no quería saberlo en realidad. No q
A pesar de toda mi rabia e indignación no podía soportar ver a Xavier en un estado tan demacrado. Él decía que estaba destrozado por nuestra separación y que se arrepentía profundamente de su desliz.Después de muchos intentos de reconciliación por su parte, acepté volver a intentarlo, pero no me sentía lista para volver a dormir con él, así que solo se cambió a una habitación mucho más cómoda que la anterior. Xavier se mostró sumiso y complaciente durante todo ese tiempo, además nunca descuidó sus compromisos laborales ni sociales, pero todos podían notar lo miserable que parecía, así que había toda una campaña de reivindicación a su favor.A los pocos meses se celebraba nuestro aniversario de iniciación, una especie de cumpleaños, en realidad era más una excelente excusa para celebrar. Xavier y yo habíamos sido iniciados con un año de diferencia, pero en días muy cercanos, así que la celebración era para ambos.Él pareció especialmente dedicado a la preparación de la fiesta, quería
Había un magnetismo evidente entre los dos, yo estaba muy confundida, pero la sensación de que recorría mi cuerpo era lo más agradable que había experimentado en los últimos años. -Dijiste que era un placer volver a verme- dije casi en un susurro -¿Nos habíamos conocido antes?- pregunté sabiendo la respuesta, era imposible haber olvidado una presencia tan cautivadora. -Te he estado observando hace un tiempo, cuando supe que llegaste a vivir a la ciudad- Dijo relajadamente, como si no fuera alarmante el hecho de haber estado espiándome. -¿Eres alguna clase de acosador?- sonreí estúpidamente. -La verdad es que soy tu verdadero amor- respondió mientras volvía a tomar mis manos y las besaba dulcemente.El grito estridente de Xavier fue como un relámpago en la oscuridad, revelando la escena comprometedora entre nosotros. Me quedé inmóvil, pensando en que se aclararía todo en una charla. Pero Xavier caminó hacia mí con furia y me tomó el brazo con fuerza para arrastrarme hacia adentro
No sé cuánto tiempo estuve sentado ahí, pero mi cabeza daba vueltas una y otra vez a lo que habíamos vivido con Xavier. Cómo nos conocimos, cómo nos enamoramos, cómo me buscó... Cómo no le asustó en ningún momento mi transformación. Él lo sabía.Las palabras de Saya rebotaban en mi cabeza haciendo eco y dolían como graves puñaladas, todo el tiempo tuvo razón y yo no le hice caso embelesada por un amor que ahora ni podía afirmar si fue real.Yo no podía salir de la casa, si salía Xavier podía volver, así que envié a buscar a Saya lo más pronto posible, y como imaginé, ella no tardó en llegar con sus mejores ropas y los labios de rojo.-Pensé que te tomaría más tiempo- Dijo a penas entrando por la puerta, pero al mirarme a los ojos su expresión cambió de inmediato -¡Ese desgraciado te golpeó!- y tocó mi mejilla con delicadeza.Ya no había huella de su golpe, pero ella podía verlo en mis ojos, ella siempre sabía todo antes de que pudiera hablar.-Entra por favor- La llevé por el pasillo