CAPÍTULO 49.

Después de unos pocos días de descanso y de recuperar fuerzas, Marina finalmente se sintió lo suficientemente fuerte como para tomar una decisión. A pesar de la confusión y la gratitud que aún llenaban su mente, sabía que tenía que verlo. Mauricio había sido su salvador, el hombre que la había sacado de aquel infierno, y debía darle las gracias en persona.

Con el corazón agitado, Marina se alistó en silencio. No quería depender más de la protección de los demás; sentía que debía ir sola, aunque le temblara el pulso al pensar en enfrentarse a él nuevamente. Pero algo en su interior la empujaba a ir, a agradecerle por el sacrificio, por la valentía que él había mostrado en un momento tan crucial.

Al llegar a la casa de Mauricio, su ansiedad creció. Se acercó con cautela, mirando las imponentes puertas de hierro forjado, y se detuvo justo en frente, dándole tiempo a su mente de calmarse antes de tocar el timbre. Al hacerlo, su corazón comenzó a latir más rápido, pero ella se mantuvo firm
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP