Cuando Sebastián vuelve a verla queda encantado, esos ojos verdes, ese cabello rubio como el sol…¿Cómo pudo hacerle tanto daño en el pasado?
-Aranza…bienvenida
-Es la primera vez que me llamas por mi nombre ¿a qué se debe, marqués?
Sebastián queda en shock…
-Solo quise ser atento…te he descuidado mucho
-Sí, desde que nos casamos para ser exactos
Todos los empleados sienten el ambiente tenso.
-Aranza…sigue toma asiento y cenemos, pensé que querrías refrescarte antes de…
-Tengo algo importante que decirte, así que no tiene importancia si me doy un baño o no
-De acuerdo – acercándose y como todo caballero ofrece la silla al lado de la suya
Sebastián toma asiento y ordena servir la cena, los platillos son servidos y cuando Aranza ve que todo es la comida que le gusta apenas levanta una ceja, algo le pasa a su esposo, pero bueno esos intentos por ser considerado llegaron tarde, muy tarde…
-Aranza – dejando la copa de vino – ¿Qué deseas decirme?
-Esto – entregando el sobre – espero firmes…y así podrás estar con el amor de tu vida
- ¿Qué? – y así abre el sobre quedando en shock al ver las palabras DEMANDA DE DIVORCIO – Aranza
-Lo sé todo…¿Qué creíste? ¿Qué me ibas a tener como una estúpida rogando por migajas de afecto?
-Yo…¿Cómo supiste? – tratando de mantener la compostura
-La zorra de tu amante me envió un video ¿ya se te olvidó? Hasta estuviste de acuerdo con ella para enviármelo
Sebastián queda en shock, al recordar ese video, que fue hecho precisamente el día anterior…
-¡No! – colocándose de pie – ¡no te daré el divorcio!
-No sé por qué te molestas, si tú con quien quieres estar es con Lucía, y hacerla marquesa de Alba, te estoy dando el camino libre sin molestias, y sin pedirte nada…
- ¡No te puedes divorciar porque estás embarazada!
Aranza queda en shock, mientras que todos los empleados están igualmente consternados pero con sonrisas en sus rostros…
-¿Cómo supiste?
-Te vi enferma hace unos días y aproveché tu visita a tu padre para ir con tu médico, sabes que soy abogado…
- ¿Planeas quitarme mi bebé? ¿piensas que esa zorra sea quien lo críe?
- ¡No! ¡no te puedes divorciar porque simplemente ese hijo tiene que nacer dentro de un matrimonio! ¡es mi heredero! ¡el heredero de los Martínez de Irujo!
- ¡Yo no quiero seguir casada contigo! ¡desperdicie años de mi vida tratando de complacerte, de que intentaras por lo menos quererme! ¡¿todo para qué?! ¡para que a los diez minutos de casados fueras a follar con la zorra de Lucía!
Sebastián queda en shock.
-¿Cómo supiste?
-Te vi…¡a ella siempre le diste lo que me negabas a mí! ¡yo te amaba desde niños!
-Aranza, podemos…
-No, no podemos – colocándose de pie – no podemos divorciarnos, bien…entonces dormiré en otra habitación, te quiero lejos de mí, lejos de mi bebé…y sobre todo más te vale que durante los siguientes nueve meses a esa puta no la traigas a esta casa
Y así sin darle la oportunidad de hablar, Aranza da media vuelta y se marcha del comedor…
Mientras en el comedor Sebastián está mirando una y otra vez la demanda de divorcio…
-¡Nunca te daré el divorcio Aranza! ¡nunca, eres mí esposa hasta el día que yo muera!
Y mientras Sebastián se lamentaba, escucha una voz muy familiar.
-“Te dije que Aranza no te amaría con la misma devoción de tu vida pasada”
Sebastián se gira y ve a la silueta, de pie…impasible…
-¡Tú! ¡¿Qué le hiciste a mi esposa?!
-“Solo hice lo que tenía que hacer…¿quieres enamorarla? Pues sus sentimientos por ti no deben estar, aunque claro le dejé en sus recuerdos que te amaba desde niños, siéntete conforme”
-¡¿Conforme?! ¡mi esposa me odia, puedo no ver a mi hija! ¡y tendré que enfrentar a Xavier, a mi suegro y mis padres!
-“Nadie te dijo que este nuevo camino sería fácil, te prometí que volverías a ver a Aranza, pero ella debe amarte…de nuevo”
Y así la silueta se desvanece, dejando a Sebastián con mucho en qué pensar.
-M****a…
-Señor marqués…¿Qué desea que hagamos con la petición de la Marquesa?
-Hagan lo que Aranza ha pedido…pero iré a verla, trataré de convencerla de que no haga eso, no quiero recibir los sermones de mi madre
-Doña Valeria se puede molestar
-Lo sé Sofía…así que por favor, aún no saquen las cosas de Aranza
-Sí señor marqués
Sebastián se dirige hacia la habitación, al llegar ve a Aranza con una maleta sobre la cama y ella está empacando todas sus cosas – Aranza
-¿Qué quieres Sebastián? No me retractaré…me iré a otra habitación ya que el mejor abogado de España no quiere darme el divorcio
-Aunque quisiera no podemos, estás embarazada…por ley ese niño debe nacer dentro de un matrimonio perfectamente legal
-Bueno sí tu lo dices, pero no te preocupes, mañana llamaré a Miguel…
- ¿Quién es ese? – tratando de controlar sus celos
-Mi amigo y mi abogado…así que le preguntaré
- ¿Por qué nunca supe de él?
-Porque apenas ha regresado de Francia, él es amigo mío del colegio
- ¡¿Designaste a un extraño como tu abogado?!
-No es ningún extraño – mirando fijamente a Sebastián – es mi amigo, y claro que le confiaría algo como mi divorcio
- ¡Ya te dije…!
- ¡Y yo te dije que no quiero seguir casada contigo! ¡no quiero seguir con alguien que todos los días me recuerda que nuestro matrimonio fue un error! ¡no quiero estar con alguien que me violó estando borracho y luego me culpó!
-Aranza…yo…
- ¡Me dijiste que fue mi culpa por paréceme a Lucía! ¡qué me ibas a dar una lección de respeto! ¡así que te lo advierto, si me sigues molestando mi hermano y mi padre sabrán la verdad! ¡qué no se te olvide que soy la hija de un duque y tú eres un simple marqués!
Sebastián queda en shock, pues sabe que Aranza nunca hubiera usado su título o el de su padre para hacerlo menos, la silueta tenía razón, antes debe estar agradecido de que Aranza recuerde el cariño que le albergaba de niña.
-¡Basta Aranza! ¡¿Por qué no entiendes que quiero cambiar?!
- ¿Tú, cambiar? – empezando a reír – ¡el marqués de Alba, acaba de decir que cambiaría! ¡no lo puedo creer! ¡el mundo está al revés!
-Aranza no digas eso – tratando de controlar sus emociones – yo quiero…
-No me interesa lo que quieras – retirando de su mano sus argollas nupciales – yo te amaba Sebastián…te amaba desde que tenía ocho años…
-Aranza…
-Pero tú tomaste todo mi cariño y lo volviste m****a – arrojando los anillos a Sebastián – si querías casarte por el título de Duque del Infantado, déjame decirte, que quien lo llevará será Xavier…yo soy duquesa…pero no tendré nada que ver contigo
- ¡Basta yo no quiero el título, te quiero a ti a nuestro hijo!
-Eso no decías cuando follabas con Lucía en esta casa…ella nunca será duquesa, solo es una perra bastarda…mi padre nunca le dará oficialmente el apellido Arteaga
-¡Lucía no me importa!
-Mira quién te cree, ahora ¿te puedes ir? Quiero terminar de empacar mis cosas
Y así totalmente frustrado, Sebastián se marcha…y al poco empiezan a entrar siervos suyos quienes sacan las maletas y cosas personales de Aranza, las cuales son llevadas hacia una bella habitación en el fondo del pasillo.
Sebastián se ha dirigido hacia su despacho en donde empieza a maldecir…preguntándose una y otra vez ¿Cómo puede enamorar a Aranza? Cuando a su celular llega un mensaje de Lucía en el que le dice que o se ven, o le enviará a Aranza el video en el cual planean encerrarla en el ático de la mansión de Sebastián, así que el hombre simplemente le escribe que se vean en el lugar de siempre.
Tal parece que a Lucía Santana le hace falta conocer verdaderamente al Marqués de Alba…
Así pasa la noche, Sebastián se siente solo y desesperado al no sentir el calor de Aranza, mientras en su habitación la aún marquesa de Alba está encantada de la vida escogiendo ropa para su bebé en una página web, va a aprovechar que sigue siendo la esposa de Sebastián y le sobregirará las tarjetas de crédito…y todo lo que compra, es casualmente para una niña…
-Te estoy comprando de todo como si fueras una niña – acariciando su vientre – sería lindo que lo fueras, así no heredarás nada de Sebastián
Pero en el fondo ella también extraña a Sebastián, aunque está decidida a divorciarse, porque sabe que el hombre nunca la ha querido, él solo tiene ojos para Lucía, así que ¿Por qué luchar por alguien que ni siquiera te ha dado la primera oportunidad?, lo único bueno que tiene de Sebastián es su bebé, además su padre y hermano están con ella; y su amigo Miguel la ayudará a llevar a cabo los trámites del divorcio, así que…cuando quede libre podrá buscar a alguien que la ame a ella y su hija…
-De verdad deseo que seas niña, no quiero que heredes el título de Marquesa de Alba
Y rompe en llanto, porque le duele ver que el matrimonio por el que intentó luchar está a nueve meses de terminar…
En la habitación matrimonial, Sebastián la escucha llorar, y se da una bofetada con todas sus fuerzas, él se prometió ese día no hacerla llorar, pero todo le ha salido terriblemente mal, Aranza no quiere saber de él, y lo peor puede perder a su hija de nuevo si es que ella decide no quedarse luego de que la bebé nazca…porque él no es tonto, cuando nazca la bebé…Aranza iniciará con los trámites del divorcio y lo peor…¿Por qué tiene el presentimiento de que ese Miguel podría ser más que un amigo de Aranza?
-No…no dejaré que me la quites…quién quiera que seas – frunciendo el ceño
Al despuntar el alba, Sebastián se marcha dejando a Sofia al pendiente por si Aranza requería de algo, cosa que la mujer hará encantada; mientras él se marcha hacia el hotel de mala muerte donde seguramente Lucía está esperando por él.
Así que al llegar se dirige a la habitación en donde la mujer al verlo intenta arrojarse a sus brazos, pero en lugar de recibir un abrazo, recibe una bofetada que la hace caer en la cama.
-¡Sebastián! ¡¿Qué te pasa?! – llorando mientras tiene una mano en su mejilla
- ¿Qué crees, que podrías arruinar mi matrimonio?
- ¡Ese matrimonio de m****a ni debió concretarse en un principio! ¡tú debiste casarte conmigo, no con esa hija de puta!
Y recibe otra bofetada.
-¡Basta!
-Vamos a dejar las cosas claras…¿crees que amo a Aranza? Todo lo que quiero de ella es su título de duquesa…por nada más me casé con ella, tú ni tienes el apellido Arteaga…eres una bastarda que fue acogida por el duque del infantado
- ¡Infeliz!
-Tú eres la infeliz…una pobre bastarda que no sabe hacer otra cosa que competir con Aranza…¿Qué no te has visto en un espejo? Nunca serás como ella
- ¡Si no me ayudas a hundir a la familia Arteaga todos sabrán del video!
-Oh…¿enserio?
Y varios gritos se escuchan salir de aquella habitación, al poco Sebastián sale, mientras limpia sus manos y deja a Lucía llorando a mares pero sobre todo con su celular destrozado, aunque por si acaso contratará un hacker para que destruya el computador personal de Lucía.
Mientras en la mansión Aranza se encuentra en el jardín hablando amenamente con su amigo Miguel.
-Bien ¿Qué te dijo?
-Que no podemos divorciarnos, porque estoy embarazada – formando un puchero
El hombre da una sonrisa mientras bebe un poco de té – tiene razón…
-¿Eh? ¿Por qué? Yo no quiero seguir casada con él
-Porque estás embarazada…legalmente tu bebé tiene que llevar el apellido paterno, para que no sea tildado de bastardo
El puchero de Aranza aumenta.
-Oye…no pongas esa cara tu bebé podría nacer haciendo pucheros – y Aranza da una sonrisa – mejor así que dime ¿Qué deseas que haga?
-Que lleves todo lo relacionado con mi divorcio, que interpongas una correcta demanda
-Bien ¿algo más?
-Por el momento solo hazme compañía
Y así los dos amigos disfrutan de la compañía mutua, cuando la ama de llaves anuncia la llegada de Sebastián, quien al ver al hombre cercano a su esposa enfurece e hierve en celos.
-Aranza…-Marqués…quiero presentarte a mi mejor amigo Miguel Fernández de Córdoba…Conde de los Acevedos-Un placer marqués de Alba – colocándose de pie y extiende su mano para saludar a SebastiánPero el hombre no se mueve y mira como si pudiera matar a Miguel.-Marqués ¿esos son los modales que su madre Doña Valeria le ha impartido? – Sebastián queda en shock-Perdón por mis modales – estrechando la mano de Miguel – estaba consternado, no sabía que la marquesa tuviera amigos-Me encontraba en Francia, terminando mi doctorado en leyes en la Universidad de La Sorbona-Entiendo, pero adelante disfrute de su estadía – mirando a Aranza – espero que mi marquesa me conceda unas palabras más adelante-Claro marqués…pero primero hablaré de asuntos legales con Miguel, como te expliqué ayer; él es mi abogadoEl mencionado apenas nota el ambiente tenso, pero lo disfruta porque así tendrá a Aranza para él…como debió haber sido desde un principio.-Marquesa, no quiero ser inoportuno…así que cuando
- ¿Te has golpeado en la cabeza, hijo?-No padre…-Entonces ¿estás enfermo? Aranza dime ¿está enfermo mi hijo? – diciendo muy preocupada-No Doña Valeria, eso mismo quisiera saber yo…marqués – dejando a los padres de Sebastián en shock – dinos ¿Qué te pasa?-Nada…solo que me he dado cuenta de la clase de terrible esposo que he sido-Querida ¿te pasa algo?- ¿Por qué pregunta Doña Valeria?-Nunca llamaste a mi hijo…-Me di cuenta de que no debo perder el tiempo con alguien que no me estima en lo más mínimoLos padres de Sebastián fulminan a este con la mirada, y el hombre se pone nervioso.-Aranza…- ¿Qué pasa marqués? Acaso ¿no estoy diciendo la verdad? Seguramente estás así de afectuoso porque te dije que Xavier heredará el título de Duque del Infantado y no tú, porque por eso te casaste conmigo…por el título de mi padre- ¡Sebastián Martínez de Irujo, al despacho!-Sí padreAsí padre e hijo se dirigen hacia el despacho, mientras que Aranza y Valeria quedan en la sala.-Querida no di
Y así, dando media vuelta Sebastián se aleja de la habitación, y se dirige a preparar todo para recibir a su suegro y cuñado, mientras que Aranza intenta calmarse, no quiere ver a su padre y hermano molestos o peor, no quiere ver a Xavier masacrando a Sebastián a golpes en su casa, porque sabe del deseo de su hermano mayor por matar a su esposo, ellos nunca se han agradado, desde niños ha sido así y aunque sabe que Xavier se controla por ella, desde que padre e hijo se enteraron de los malos tratos y de la infidelidad de Sebastián, han querido tener la oportunidad de matar al marqués de Alba, por herir a alguien tan bueno y puro como lo es Aranza.A la noche, el Duque del Infantado y Xavier han llegado a la mansión de Sebastián y son recibidos tanto por el marqués como por Aranza y ambos hombres notan que Aranza estuvo llorando, Xavier en el acto se acerca y abraza a Aranza.-¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!-Cuñado…- ¿Cuñado? ¿ahora sí me tratas con respeto? ¡¿Qué le hiciste a mi her
-Fue un error, lo siento madre- ¡¿Un error?! ¡eso es no es un error! ¡Doña Aranza de Arteaga y yo arreglamos tu matrimonio! ¡¿Cómo pudiste faltar a mi palabra de ese modo!-Lamento causar disgustos en mi madre, pero he terminado con esa relación- ¡Más te vale! ¡si vuelvo a enterarme de que vuelves a ver a esa mujer me vas a conocer, Sebastián!-Como digas madre, ahora iré con mi esposaY así, para evitar más regaños de parte de su madre; Sebastián se dirige hacia la habitación en donde encuentra a Aranza dulcemente dormida, así que simplemente se acerca y toma asiento en la cama.-“Vaya expectaculo que montaste con Xavier”-Mejor cierra la boca ¿Qué quieres?-“Bueno vine a charlar ¿Qué, eso es malo?”Sebastián apenas da un suspiro – ¿crees que estarán bien?-“Aranza es fuerte, si soportó seis meses encerrada a base de pan y agua”Sebastián en el acto frunce el ceño – ¿tenías que recordármelo?-“Tienes que tener presente eso, marqués…” – y así se desvanece-Mierda…¿Por qué tenía que
Xavier corre y toma a su hermana en brazos, todo un pandemonio se desata en la mansión de Sebastián – ¡busquen a un médico!Xavier corre con su hermana, y la lleva al interior de la mansión, Sebastián intenta seguirlos pero Diego lo frena de un puño al rostro – ¡te quiero lejos de mi hija! ¡hijo de perra! ¡maldita la hora en que te entregué a mi hija!-¡Por favor suegro, ella es mi esposa!- ¡Sólo porque mi esposa orquestó tu matrimonio! ¡arruinaste a mi niña! ¡bastardo!Y así Diego da media vuelta y vuelve a la mansión, Sebastián está por correr pero Carlos lo frena con una orden – ¡un solo paso más…y dejaré a tu familia en la ruina! – y Sebastián frena de golpe-Majestad por favor…mi esposa-Arreglaré todo para que ese matrimonio quede disuelto en el menor tiempo posible ¡Aranza dejará de ser marquesa de Alba y ese niño no cargará con el estigma de ser un bastardo! ¡de eso me encargaré yo!- ¡Por favor no!- ¡Debiste pensar en eso! ¡afronta las consecuencias de tus actos!- ¡Madre,
Sebastián corre detrás de su esposa, cuando llega y la encuentra llorando en su habitación abrazando una almohada.-Aranza, por favor no llores…mi bebé…-A ti no te importa el bebé – levantando su carita – ¡admítelo solo finges porque quieres el título de mi padre!Pero Sebastián toma a Aranza de los hombros y la besa, dejando a la joven en shock – no vuelvas a decir esto…no me importa el título de Duque del Infantado, me importas tú y mi hija-Pero…-Pero nada Marquesa de Alba, serás mi esposa…hasta que la muerte nos separe, no me ensuciaré las manos con ese gilipollas de MiguelAranza se sonroja de golpe.-No hagas eso…sería un escándalo para la familia Martínez de Irujo-Entonces, dile a ese hombre…que se aleje de buena manera de tiAranza apenas mira a su esposo…-Tengo miedo por mi bebé, me duele el vientreY en el acto se activa los instintos protectores de Sebastián – ahora mismo iré a buscar un médicoAl salir de la habitación ve a Diego y a Xavier…y los dos hombres apenas mir
*Mientras en el centro comercial, Aranza disfruta de escoger ropita, juguetes, peluches, libros y demás cositas adorables para su bebé, mientras que Sebastián apenas mira y se dice que su esposa lo dejará en la ruina, pero bueno…mientras ella sea feliz y su bebé sea feliz…el dinero se podrá recuperar. Así que se acerca a ella cuando está escogiendo la cuna del bebé – ¿Qué haces? -Marqués…tengo un conflicto - ¿Qué puede estar agraviando a mi esposa? – Aranza se sonroja de golpe -No sé qué adornos escoger – mirando a Sebastián con ojitos de borrego – me gustan las golondrinas pero mira hay corderitos… Sebastián apenas sonríe antes de acercarse y besar a su esposa dejándola en shock – y si ¿llevas ambos? – Aranza apenas lo observa -¿Eh, ambos? -Sí, ambos son adorables y no quiero seguir viendo como inflas las mejillas – Aranza apenas forma un adorable puchero -Está bien – dando una sonrisa – tenemos que conseguir las telas para su traje de recién nacida -Yo las compraré, ahora ve
Así que su alteza real el príncipe de Asturias se dirige al hospital para ver a Aranza, y al entrar ve a Sebastián dormitando a lado de la joven quien apenas duerme dulcemente.-Felipe ¿Qué haces acá?-Don Diego – dando una sonrisa – supe del ataque a Aranza-Ya veo, supe que estabas en Galicia-Estaba de viaje, disfrutando lo que me queda de soltero – mirando fijamente a Diego-Te diré algo y espero no te moleste-Don Diego, usted es como un segundo padre así que adelante ¿Qué pasa?-No te cases con Camila Sacristán- ¿Eh? ¿Por qué?-Ella es amiga de la bastarda de Lucía…Felipe queda en shock – Don Diego…-Ella no es digna de ser princesa de Asturias, busca a una mujer decente, porque siendo amiga de Lucía, de seguro no es decenteY el hombre frunce el ceño en el acto.-Don Diego, tomaré en cuenta sus palabras…es más Camila Sacristán no me interesa, mi madre es quien quiere casarme con ella…yo estoy enamorado de Isabel Santillana-La Baronesa de Abella-La misma – sonriendo-Entonce