Y así, dando media vuelta Sebastián se aleja de la habitación, y se dirige a preparar todo para recibir a su suegro y cuñado, mientras que Aranza intenta calmarse, no quiere ver a su padre y hermano molestos o peor, no quiere ver a Xavier masacrando a Sebastián a golpes en su casa, porque sabe del deseo de su hermano mayor por matar a su esposo, ellos nunca se han agradado, desde niños ha sido así y aunque sabe que Xavier se controla por ella, desde que padre e hijo se enteraron de los malos tratos y de la infidelidad de Sebastián, han querido tener la oportunidad de matar al marqués de Alba, por herir a alguien tan bueno y puro como lo es Aranza.
A la noche, el Duque del Infantado y Xavier han llegado a la mansión de Sebastián y son recibidos tanto por el marqués como por Aranza y ambos hombres notan que Aranza estuvo llorando, Xavier en el acto se acerca y abraza a Aranza.
-¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!
-Cuñado…
- ¿Cuñado? ¿ahora sí me tratas con respeto? ¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!
-Xavier, tranquilo es el embarazo…el marqués me dio un regalo por el embarazo
- ¡¿Cómo supiste de eso?!
-Vi a Aranza enferma, así que fui con su médico mientras ella estuvo en su casa, suegro
El hombre se acerca y en el acto golpea a Sebastián – ¡padre!
-Te atreviste a faltarle al respeto a mi hija, a culparla de todo como si ella fuera la peor de las mujeres
-Suegro – con su mano en su mejilla – lamento mi comportamiento
- ¿Lamentas tu comportamiento? ¿en verdad? ¿lamentas haberte revolcado con la perra de Lucía?
Sebastián queda en shock – ¿crees que mi princesa no me diría nada?
-Padre, lo siento…no quería involucrarte en mis problemas
-Soy tu padre, tú y Xavier son todo lo que me quedan de tu madre ¡es claro que siempre procuraré su bienestar!
-Suegro…
- ¡Cállate! ¡tú destruiste a mi niña! ¡a mi Aranza!
-Padre, basta…
- ¡Nada de basta! ¡que este bastardo sepa todo mi sentir! ¡maldita la hora en que mi esposa y tu madre arreglaron el matrimonio de mi hija! – llevando sus manos al pecho
- ¡Papá! – diciendo ambos hermanos
Xavier corre y toma a su padre, Aranza se acerca y le toma las manos.
-¡Llamen ahora mismo al médico!
Y todos corren, mientras que Xavier, junto con un par de criados toman al hombre y lo llevan hacia la habitación.
-¡Mi papá no puede morir! – siendo abrazada por Sebastián – ¡todo esto es tu culpa! – empujando al hombre
-Aranza…
-Mi padre tiene razón…¡maldita la hora en que mi madre arregló mi matrimonio contigo! – mientras corre al interior de la mansión
- ¡Carajo!
-“Wow, eso no me esperaba…quien lo diría…el Duque te mandó a la m****a”
-No puede ser, ¿Qué no puedes ser menos inoportuna?
-“Oye; solo soy honesta…marqués, así que ahora ve con tu suegro”
-Genial, lo que me falta es que muera…
Y así entra en la mansión, al poco llega el médico, quien revisa al Duque, e informa que el hombre maduro solo tuvo una molestia cardiaca, nada que comprometa su vida…de momento, así que el hombre está en cama, rodeado por sus dos hijos y a lo lejos está Sebastián; mirando a una distancia prudente.
-Papá, ¿Cómo te sientes?
-Mejor mi niña – acariciando aquella cabecita – a este viejo le queda tiempo
Y da una sonrisa al ver la sonrisa de sus hijos.
-Papá, puede ser que me hayas delegado el título de Duque…pero aun no puedes dejarnos, tienes que arreglar mi matrimonio
-Xavier…deja de decir tonterías…
Y el mencionado da una enorme sonrisa.
-Papá, tienes que conocer a tu nieta…
- ¿Es niña? – mirando con ojos brillantes a su hija
-Bueno, eso creo…y el marqués también lo cree
-Espero que no herede nada de ese idiota – fulminando al mencionado con su mirada
-Con que herede la belleza de su madre, me doy por bien servido…que herede los bellos ojos azules de mi Aranza
-Papá – sonrojándose, dado que los ojos de su madre eran azules
- ¿Cómo la llamarán?
-Alma – diciendo el matrimonio a coro
- ¿Y de ser niño?
-Quiero que se llame como mi hermano – dando una sonrisa a su hermano
-Excelente, que se llame como su tío – inflando el pecho de orgullo
Sebastián apenas voltea sus ojos.
-Papá descansa, mañana es mi cumpleaños…
-Claro que no me perderé el cumpleaños de mi princesa – besando la frente de Aranza y en el acto mira a Sebastián – espero, querido yerno…no ver a la zorra de tu amante, porque no he olvidado, esa perra cumple años el mismo día que mi princesa
-He dispuesto seguridad para no dejarla entrar, ni siquiera colándose podrá acercarse a la mansión
-Más te vale – diciendo los dos hombres Arteaga
-No se preocupen, nada mortificará a mi esposa e hija
-Bien papá tienes que descansar
-Tú también mi niña – tocando el vientre de la joven – mi nieta tiene que nacer sana
-Descanse suegro – mirando a Xavier, quien le frunce el ceño – Pedro, cuando mi cuñado decida ir a su habitación escóltalo
-Como ordene marqués – haciendo una reverencia
Sebastián se marcha, y se dirige hacia la habitación de Aranza; toca un par de veces y la joven abre la puerta, encontrándose con la mirada desencajada de Sebastián – ¿sucede algo, marqués?
-Aranza, por favor mañana…
-Te dije que mañana anunciaré nuestro divorcio y diré muchas cosas que te hundirán a ti y a la m*****a de Lucía
-Por favor…no arruines nuestro matrimonio
-Tú lo arruinaste, lo arruinaste desde que faltaste a nuestros votos
-Yo…lo siento…
-No, no lo sientes, no solo te vi…te escuché
Sebastián queda en shock.
-Le dijiste a Lucía que la amabas, le dijiste que nuestro matrimonio era un error, le dijiste que solo durarías casado conmigo lo que viviera mi padre, para así heredar el título de Duque del Infantado, le dijiste que nunca me tocarías porque te daba asco…¡le dijiste que yo era una perra interesada!
Y así Aranza rompe en llanto y le cierra la puerta en la cara a Sebastián.
-M****a…
- ¿Qué no puedes dejarla en paz? – haciendo girar al hombre
- ¿Por qué no mejor te callas Xavier? Aranza ya no está, así que no tengo porque respetarte
-Jajajajaja, que buen teatro mostraste con mi hermanita – cruzándose de brazos – pero conmigo y mi padre no puedes fingir, sigues siendo el mismo hijo de perra que hizo llorar a mi hermana el día de su boda
- ¿Qué?
-Acaso ¿no sabías? Cuando Aranza te vio follar con esa perra, fue corriendo a los brazos de mi padre suplicando que por favor no la dejara contigo
Sebastián queda en shock – no…no es cierto, ella…lloraba, pero era…
-Era porque te había escuchado…¡la hiciste sufrir! ¡y ella estaba ilusionada con su matrimonio! ¡y no conforme con humillarla de ese modo, la violaste!
Sebastián se queda pasmado – ¿Cómo lo sabes? ¡¿Cómo lo sabes?!
-Porque ella me contó…¡infeliz! ¡si Aranza está embarazada es por la porquería que le hiciste! ¡la confundiste con la zorra de Lucía! ¡y luego la culpaste!
Y así Xavier le lanza un golpe a su cuñado, y ambos hombres se arrojan a los golpes, Aranza abre la puerta de la habitación y ve a su esposo y hermano matándose a golpes.
-¡Xavier, Sebastián alto!
Aranza intenta acercarse para separar a los hombres, pero Xavier por error la empuja y ella se golpea contra una esquina de la mesa – ¡Ahhhh!
-¡Aranza! – diciendo ambos hombres
Aranza se lleva la mano a su entrepierna y tanto ella como su hermano y esposo se horrorizan al verla sangrando – ¡¡¡mi bebé!!!
-¡Llamen a una ambulancia!
-¡Sofía trae trapos y trata de parar el sangrado!
-Hermanita perdón, perdón…dejaré que le digas a papá, pero no pierdas al bebé, no lo pierdas
- ¡¿Por qué, porqué se estaban matando?! – mientras se abraza el vientre
-Fue mi culpa hermanita, fue mi culpa sabes que no soporto al idiota de tu marido, tranquila por favor tranquila
- ¡¿Dónde está la ambulancia?! – mientras abraza a Aranza
Y para horror de los dos hombres, Diego Alejandro Arteaga, Duque del Infantado ha salido de la habitación al escuchar los gritos y se horroriza al ver a su hija en el suelo; y sangrando.
-¡Aranza! ¡¿Qué pasó?! – mientras corre y se acerca a su hija – ¡¿Qué le hiciste a mi hija infeliz?!
-Fue mi culpa papá, fue mi culpa…
- ¡¿Qué hiciste Xavier?!
-La empujé por accidente, me estaba peleando con este idiota
Diego fulmina a su hijo con la mirada, pero su foco de atención cambia al escuchar a su hija gritar – ¡¡¡Ahhhh!!! ¡me duele, mi bebé!
-¡¿Dónde está la ambulancia?! – diciendo los tres hombres
Pero Sebastián no pierde el tiempo y así toma a su esposa en brazos y corre hacia el estacionamiento,
mientras es seguido por Xavier y el Duque.
Y los tres hombres se dirigen hacia el hospital, en donde al llegar ingresan a la marquesa a urgencias, y mientras los médicos batallan por salvar al bebé, afuera, Diego reprendía a su hijo y yerno por la herida de Aranza.
-¡¿Es que los dos quieren matarme?! – haciendo bajar forzosamente la cabeza de ambos hombres – ¡si Aranza pierde a su bebé los voy a matar!
-Padre – pero recibe una bofetada
- ¡Te dije que te comportaras! ¡y mira lo que provocas!
-Lo siento…
- ¡Deja de sentirlo! ¡más bien reza porque ella no pierda a mi nieta! – y en el acto se gira hacia Sebastián – ¡¿Qué no pudiste demostrar más hombría que mi hijo?! – abofeteando con fuerza a Sebastián
-Fue mi culpa suegro, pero estoy seguro de que Aranza y la bebé estarán bien
- ¡Más te vale!
Al poco sale el médico, y los tres hombres se acercan preocupados por la salud de Aranza y el bebé – ¿Cómo está mi esposa, mi bebé?
-Ambos están bien marqués – viendo como los tres hombres suspiran aliviados – permanecerá en reposo absoluto por el resto de la noche, mañana le daremos el alta
- ¿Podrá asistir a su fiesta de cumpleaños?
-Sí, mientras permanezca tranquila…el bebé está delicado
-Cuidaré de mi esposa e hijo con mi vida
Durante la noche, Sebastián permanece al lado de Aranza, vigilando que no tenga complicaciones, mientras que sus padres han llegado y ahora para el marqués es hora de soportar los sermones de estos.
-¡¿Cómo pudiste perder la compostura de ese modo Sebastián?! ¡Aranza puede perder al bebé!
-Sé que cometí un error madre, me dejé provocar por las acciones de mi cuñado, lamento mi comportamiento
-Más te vale ella no pierda mi nieto, ¡porque te quitaré el título!
-El título de marqués es irrelevante para mí, padre…pero confió en que Aranza no perderá al bebé
Los padres de Sebastián apenas se miran, sin entender el cambio de actitud de su hijo, antes, él hubiera hecho berrinche por aquella amenaza, y ahora dice que el título es irrelevante para él ¿Qué le pasa a su hijo?
-Sebastián dinos la verdad ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué me preguntas madre?
-Tú no eres así, siempre armas berrinche cuando tu padre te amenaza con quitarte el título
-Madre me he dado cuenta de que el título es irrelevante si no puedo tener a Aranza a mi lado
Los padres de Sebastián han quedado en shock.
-Hijo…¿de verdad, has tomado esa resolución? ¿Qué pasa con el título de Don Diego?
-Ser Duque del Infantado…ya no me interesa, además ese título lo tendrá Xavier y es lo mejor…mientras esté en la familia Arteaga; Lucía no podrá hacer nada
- ¿Lucía? ¿Qué tiene que ver esa mujer?
-Madre, Lucía Santana era mi amante y yo le prometí el ducado del Infantado
Valeria queda en shock y sin pensarlo mucho abofetea a su hijo – ¡¿Cómo pudiste serle infiel a tu esposa?! Pero aún ¡¿Por qué con esa bastarda?!
-Fue un error, lo siento madre
-Fue un error, lo siento madre- ¡¿Un error?! ¡eso es no es un error! ¡Doña Aranza de Arteaga y yo arreglamos tu matrimonio! ¡¿Cómo pudiste faltar a mi palabra de ese modo!-Lamento causar disgustos en mi madre, pero he terminado con esa relación- ¡Más te vale! ¡si vuelvo a enterarme de que vuelves a ver a esa mujer me vas a conocer, Sebastián!-Como digas madre, ahora iré con mi esposaY así, para evitar más regaños de parte de su madre; Sebastián se dirige hacia la habitación en donde encuentra a Aranza dulcemente dormida, así que simplemente se acerca y toma asiento en la cama.-“Vaya expectaculo que montaste con Xavier”-Mejor cierra la boca ¿Qué quieres?-“Bueno vine a charlar ¿Qué, eso es malo?”Sebastián apenas da un suspiro – ¿crees que estarán bien?-“Aranza es fuerte, si soportó seis meses encerrada a base de pan y agua”Sebastián en el acto frunce el ceño – ¿tenías que recordármelo?-“Tienes que tener presente eso, marqués…” – y así se desvanece-Mierda…¿Por qué tenía que
Xavier corre y toma a su hermana en brazos, todo un pandemonio se desata en la mansión de Sebastián – ¡busquen a un médico!Xavier corre con su hermana, y la lleva al interior de la mansión, Sebastián intenta seguirlos pero Diego lo frena de un puño al rostro – ¡te quiero lejos de mi hija! ¡hijo de perra! ¡maldita la hora en que te entregué a mi hija!-¡Por favor suegro, ella es mi esposa!- ¡Sólo porque mi esposa orquestó tu matrimonio! ¡arruinaste a mi niña! ¡bastardo!Y así Diego da media vuelta y vuelve a la mansión, Sebastián está por correr pero Carlos lo frena con una orden – ¡un solo paso más…y dejaré a tu familia en la ruina! – y Sebastián frena de golpe-Majestad por favor…mi esposa-Arreglaré todo para que ese matrimonio quede disuelto en el menor tiempo posible ¡Aranza dejará de ser marquesa de Alba y ese niño no cargará con el estigma de ser un bastardo! ¡de eso me encargaré yo!- ¡Por favor no!- ¡Debiste pensar en eso! ¡afronta las consecuencias de tus actos!- ¡Madre,
Sebastián corre detrás de su esposa, cuando llega y la encuentra llorando en su habitación abrazando una almohada.-Aranza, por favor no llores…mi bebé…-A ti no te importa el bebé – levantando su carita – ¡admítelo solo finges porque quieres el título de mi padre!Pero Sebastián toma a Aranza de los hombros y la besa, dejando a la joven en shock – no vuelvas a decir esto…no me importa el título de Duque del Infantado, me importas tú y mi hija-Pero…-Pero nada Marquesa de Alba, serás mi esposa…hasta que la muerte nos separe, no me ensuciaré las manos con ese gilipollas de MiguelAranza se sonroja de golpe.-No hagas eso…sería un escándalo para la familia Martínez de Irujo-Entonces, dile a ese hombre…que se aleje de buena manera de tiAranza apenas mira a su esposo…-Tengo miedo por mi bebé, me duele el vientreY en el acto se activa los instintos protectores de Sebastián – ahora mismo iré a buscar un médicoAl salir de la habitación ve a Diego y a Xavier…y los dos hombres apenas mir
*Mientras en el centro comercial, Aranza disfruta de escoger ropita, juguetes, peluches, libros y demás cositas adorables para su bebé, mientras que Sebastián apenas mira y se dice que su esposa lo dejará en la ruina, pero bueno…mientras ella sea feliz y su bebé sea feliz…el dinero se podrá recuperar. Así que se acerca a ella cuando está escogiendo la cuna del bebé – ¿Qué haces? -Marqués…tengo un conflicto - ¿Qué puede estar agraviando a mi esposa? – Aranza se sonroja de golpe -No sé qué adornos escoger – mirando a Sebastián con ojitos de borrego – me gustan las golondrinas pero mira hay corderitos… Sebastián apenas sonríe antes de acercarse y besar a su esposa dejándola en shock – y si ¿llevas ambos? – Aranza apenas lo observa -¿Eh, ambos? -Sí, ambos son adorables y no quiero seguir viendo como inflas las mejillas – Aranza apenas forma un adorable puchero -Está bien – dando una sonrisa – tenemos que conseguir las telas para su traje de recién nacida -Yo las compraré, ahora ve
Así que su alteza real el príncipe de Asturias se dirige al hospital para ver a Aranza, y al entrar ve a Sebastián dormitando a lado de la joven quien apenas duerme dulcemente.-Felipe ¿Qué haces acá?-Don Diego – dando una sonrisa – supe del ataque a Aranza-Ya veo, supe que estabas en Galicia-Estaba de viaje, disfrutando lo que me queda de soltero – mirando fijamente a Diego-Te diré algo y espero no te moleste-Don Diego, usted es como un segundo padre así que adelante ¿Qué pasa?-No te cases con Camila Sacristán- ¿Eh? ¿Por qué?-Ella es amiga de la bastarda de Lucía…Felipe queda en shock – Don Diego…-Ella no es digna de ser princesa de Asturias, busca a una mujer decente, porque siendo amiga de Lucía, de seguro no es decenteY el hombre frunce el ceño en el acto.-Don Diego, tomaré en cuenta sus palabras…es más Camila Sacristán no me interesa, mi madre es quien quiere casarme con ella…yo estoy enamorado de Isabel Santillana-La Baronesa de Abella-La misma – sonriendo-Entonce
Sebastián se queda frente a aquella puerta, pensando en muchas cosas, pero sobre todo pensando en que Miguel es una verdadera amenaza para su familia, en especial para su bebé, porque sabe que el hombre no tiene intenciones para nada buenas con la criatura.-“¿Qué harás?”-No tengo ni idea…como vez Aranza…-“Como te dijo tu suegro, lucha gilipollas, lucha por ellas…porque si no yo te enviaré al otro mundo” – desvaneciéndoseAsí que Sebastián se dirige de vuelta a la habitación de Aranza, pero simplemente se acerca, besa su frente y le da la espalda, dejando confundidos a la joven y su familia.-¿Eh? ¿Qué pasa marqués?-Vamos a dejar las cosas claras Aranza…si me dejas te quitaré a mi hijaLa joven queda en shock.-¡¿Cómo te atreves bastardo?!-Soy abogado y no por nada dicen que soy el mejor de España – girándose y viendo a la joven con sus ojitos ahogados en llantoY aunque le duele verla así, esa es su última carta, apelar al amor maternal de Aranza – así que ya sabes marquesa, si q
Valeria toma su teléfono y llama a la mansión de su hijo, Sofía atiende la llamada y le informa que el marqués está tomando una ducha, que ahora mismo le informará del parte de salud de Aranza, al irse el médico los abuelos se dirigen a ver a Aranza quien duerme usando una máscara de respiración nasal, y Diego se acerca para tomar la mano de su niña adorada.-Si te viera tu madre…-Don Diego…-Doña Valeria, lo diré solo una vez, usted y mi esposa arrojaron a mi hija al infierno, no debí honrar la palabra de AranzaValeria entiende y asienta con la cabeza – comprendo su sentir Don Diego, y si Aranza desea divorciarse no me opondréDiego asienta mientras mira a su hija dormir – espero que ese desvergonzado-Sebastián no buscará a Lucía, me encargaré de eso – frunciendo el ceño-Doña Valeria ¿en qué falló usted con su hijo?-Lo malcrié, es verdad…Al poco llega Sebastián y se dirige a la habitación de Aranza y la encuentra aún dormida, mientras que sus padres están con ella-Mamá, papá…
Aranza se siente segura entre los brazos de Sebastián, y ella corresponde aquel abrazo.-Sebastián…¿tú crees?-Ese hombre no es bueno, Aranza…no tiene buenas intenciones-Pero es mi amigo…desde niños…-Hasta los amigos más cercanos pueden ser tus peores enemigos, ten en cuenta mis palabras, esposa…Miguel Fernández de Córdova es un peligro para ti y nuestra hijaAranza se queda pensando en aquellas palabras, mientras esconde su carita entre el pecho de Sebastián.-¿Deseas algo?Aranza niega con su cabecita – está bien…-Sebastián-Dime esposa…-Me gusta el nombre de Cristina…- ¿Te parece Alma Cristina?La joven asienta – tus deseos son órdenes esposa – besando aquella cabecita-“Awww, que dulce marqués”-Cierra la boca – dando una sonrisa – mejor dime que se te ha ocurrido algo-“Nada marqués…es que debe ser algo a prueba de tontos…”-Lo sé…tengo que demostrar a Aranza que ese hombre no quiere nada bueno con ella, y de paso deshacerme de Lucía-“Marqués, ten presente…para Aranza Migue