-Aranza…
-Marqués…quiero presentarte a mi mejor amigo Miguel Fernández de Córdoba…Conde de los Acevedos
-Un placer marqués de Alba – colocándose de pie y extiende su mano para saludar a Sebastián
Pero el hombre no se mueve y mira como si pudiera matar a Miguel.
-Marqués ¿esos son los modales que su madre Doña Valeria le ha impartido? – Sebastián queda en shock
-Perdón por mis modales – estrechando la mano de Miguel – estaba consternado, no sabía que la marquesa tuviera amigos
-Me encontraba en Francia, terminando mi doctorado en leyes en la Universidad de La Sorbona
-Entiendo, pero adelante disfrute de su estadía – mirando a Aranza – espero que mi marquesa me conceda unas palabras más adelante
-Claro marqués…pero primero hablaré de asuntos legales con Miguel, como te expliqué ayer; él es mi abogado
El mencionado apenas nota el ambiente tenso, pero lo disfruta porque así tendrá a Aranza para él…como debió haber sido desde un principio.
-Marquesa, no quiero ser inoportuno…así que cuando requiera de mis servicios puede llamarme
-Gracias Miguel – dando una sonrisa – Sofía escolta al Conde hacia la salida
-Cómo diga marquesa – haciendo una reverencia
Y así Miguel se marcha, Aranza y Sebastián quedan solos y el hombre desea explotar, pero no quiere perjudicar a su esposa, en especial por el bebé.
-Te dije Aranza
-Y yo te dije marqués…que NO seguiré casada contigo
- ¡¿Por qué no puedes entender?! ¡yo no quiero perderte!
-Porque sé que mientes, por tener el título de Duque del Infantado – sonriendo – así que a mí no me tienes que mentir, por cierto en dos días cumplo años, espero que al menos respetes ese día y no busques a la zorra de Lucía
Y así dando media vuelta; Aranza se retira.
-M****a…
-“¿Todo bien marqués?”
-No puede ser lo que me faltaba – girándose y ve la silueta sentada como si nada – ¿Qué quieres?
-“¿Qué te parece Miguel? Se me hace muy lindo ¿no lo crees?”
-Cierra la boca ¿Qué no ves? Ese idiota quiere quitarme a mi esposa
-“Entonces marqués de Alba, lucha…porque sino Miguel será el padre de tu hija” – y así se desvanece
-Nunca ¿me oyes? ¡nunca! ¡maldita sea!
Y así Sebastián se dirige hacia la habitación de Aranza y la encuentra leyendo un libro – Aranza
-¿Qué quieres? ¿no puedes dejarme en paz?
-Por favor, tratemos de salvar nuestro matrimonio…piensa en el bebé…
-Porque pienso en mi bebé es que quiero el divorcio, acaso ¿crees que voy a dejar que críes a mi hijo? ¿crees que voy a permitir que mi hijo crezca con tu ejemplo?
- ¡No soy un mal ejemplo! ¡¿de dónde sacas esas cosas?!
-Enserio – dando una sonrisa burlona – follaste con mi hermana el día de nuestra boda, la traes a esta casa y te revuelcas con ella en cada rincón de esta mansión – Sebastián queda en shock – así que no mientas marqués…
- ¡Por favor!
-Y yo te pido, por favor lárgate…verte me perturba – bajando la mirada hacia su libro – y no te preocupes, haré unos cuantos anuncios que te arruinarán
Sebastián apenas mira a su esposa, antes de dar media vuelta y marcharse…
Y Aranza queda en silencio, mientras empieza a llorar y tapa su boca para que no la escuchen lamentarse – lo siento bebé…pero tu padre no nos quiere, solo finge por el título de tu abuelo
Finalmente Aranza rompe en llanto…
Y afuera Sebastián la ha escuchado – voy a demostrarte que estoy diciendo la verdad te lo juro mi marquesa…
Mientras en un restaurante un par de “conocidos” se reúnen para concretar su plan para separar definitivamente a los marqueses.
-Y bien ¿Cómo te fue?
-Se nota que ese hombre me odia…pero es bueno, puedo usar eso a mi favor, verme como la victima de un hombre celoso
-Gracias, Miguel…yo mientras trataré de embarazarme de Sebastián, si doy a luz antes que la zorra de Aranza tendré todo, incluso el título de duquesa del Infantado
-Pero si Aranza tiene dos meses de embarazo…tendrías que provocarle un aborto sí o sí
-Bueno, convenceré a Sebastián de provocarle un aborto, es claro que finge solo porque teme perder el título de Duque, dado que Xavier no desea el título
-Bien…ayúdame que yo te ayudaré – sonriendo
-Tenemos un trato, pero ya sabes si no logramos separar a ese par, encerraré a la zorra esa en el ático de la mansión de Sebastián
-Qué drástica – sonriendo de modo siniestro
Misma sonrisa que es devuelta por Lucía.
Esa noche durante la cena, Sebastián planea acercarse de nuevo a Aranza…así que simplemente empieza a tomar coraje para poder hablar con ella, sin llegar a los gritos.
-Aranza
- ¿Qué pasa marqués?
-Te compré…esto – entregando una bolsita de regalo con diseños infantiles
Aranza toma el regalo y lo abre, sacando el pequeño contenido de esta y ella queda en shock al ver el lindo traje de recién nacida, color rosa, con diseño de mariposas bordadas, con todos sus accesorios y la joven madre queda pasmada.
-¿Eh? ¿Por qué rosa?
-Presiento que el bebé es niña – llevando su copa de vino a la boca – ¿te gusta?
-Es lindo, lo vi por la página web de artículos para bebé…
-Me agrada que te gustara…¿Qué te parece el nombre de Alma?
- ¿Eh? ¿Alma?
-Estaba pensando el nombre de la bebé?
-Apenas tengo dos meses, faltan aún tres meses para saber el sexo – mirando fijamente al hombre
-De ser niño “aunque sé que no” puedes escoger el nombre
-Quiero que lleve el nombre de mi hermano…
- ¿Xavier? – Aranza asienta – de acuerdo
- ¿No te molesta? No soportas a mi hermano
-Bueno, pero…tú quieres llamar así al bebé, Sofía me dijo que no debe contradecirse a una embarazada
La joven se sonroja de golpe, y Sebastián se siente complacido, “voy sumando puntos” piensa el hombre…
-Pero sabes que vamos…
-No digas esa palabra infame, no ahora; no arruines el momento Aranza
Aranza apenas suspira y vuelve a comer, mientras mira una y otra vez el lindo traje de bebé…y una sonrisa aparece en su rostro.
Y Sebastián se dice así mismo que está avanzando con su esposa.
-Quiero invitarte a cenar mañana
- ¿Eh? Pero si nunca…
-Quiero ser atento con mi esposa, hablé con mi padre y nos esperan en su mansión a las once
-Pero te molesta que vea a tus padres – formando un puchero
-Pero tenemos que darles la noticia de tu embarazo, si se enteran en tu cumpleaños no quiero ni imaginar a mi madre con su sermón
Y Aranza empieza a reír, haciendo que Sebastián sienta su pecho cálido…y una sensación inexplicable apareciera en su corazón.
-Está bien marqués, entonces buscaré algo que logre complacer a tu madre
-Con tu sola presencia ya complaces a mi madre – bebiendo vino
- ¿Qué?
-Ya sabes que mi madre te adora, por algo tu madre y la mía arreglaron nuestro matrimonio
Aranza apenas mira a Sebastián, y sigue comiendo en silencio…porque sabe que es verdad su matrimonio fue arreglado por sus madres, cuando Aranza estaba apenas en el vientre de su madre, aunque ella piensa que si su madre hubiese sabido que así sería su vida de casada, tal vez nunca hubiera arreglado el matrimonio de su hija.
-¿Deseas algo más?
- ¿Eh? ¿Por qué?
-Tengo que estar en el despacho
-No deseo nada más marqués – limpiando sus labios; para luego colocarse de pie – buena noche…
-Descansa, la bebé tiene que nacer sana
-No se sabe qué será – formando un puchero
-Sé que es niña y tendrá tu ojos
Aranza se sonroja de golpe.
-¿Qué cosas dices?
Y así la joven madre se marcha.
-Será niña, y tendrá tus bellos ojos verdes
-“O podría tener los tuyos”
-Lo dudo – mirando a la silueta andar por el comedor – ella tendrá los ojos de su madre
-“Esperemos marqués…quedan varios meses…todo puede pasar”
-No sé qué quisiste decir con eso, pero Aranza y mi hija estarán a salvo…guárdatelo en tu cabeza
-“Ok…pero sabes que Miguel y Lucía”
-Un tiro al pecho de cada uno y problema resuelto – sonriendo mientras bebe vino
-“Bien entonces empieza a practicar tiro…porque ese hombre Miguel es un experto en armas de fuego” – desapareciendo
-Por Aranza y mi hija aprenderé lo que sea ¡Pedro!
Y así el mayordomo en jefe entra en el comedor – ¿Qué desea señor marqués?
-Consígueme varias armas de fuego de todos los calibres
- ¿Practicará tiro señor?
-Sí…así que hazlo todo pero que Aranza no lo sepa, sabes que ella odia las armas
-Sí señor marqués – haciendo una reverencia
Luego de eso Sebastián se dirige hacia el despacho, en donde trabaja un poco en sus casos como abogado, mientras que en su habitación Aranza se encuentra hablando por teléfono con su suegra.
-Mi querida, que bueno que vendrán mañana, mi esposo me lo dijo
-Sí, Doña Valeria…pero ¿usted sabe por qué ese cambio en Sebastián?
-No lo sé querida – mientras se soba el mentón – fue sorpresivo cuando mi esposo me dijo que tú y nuestro hijo vendrán mañana para el almuerzo
-Es raro…pero bueno ¿desea que lleve algo en especial Doña Valeria?
-Mi dulce criatura…con cualquier cosa tú emanas grandeza, siempre lo supimos tu madre y yo; serías perfecta para mi hijo
-Agradezco sus palabras Doña Valeria – tapando su boca – tengo que irme, quiero escoger un traje digno de usted
-Está bien querida, descansa
Y la llamada se corta, Aranza corre hacia el baño en donde vacía su estómago, pero en el acto da una sonrisa.
-Mi bebé, no le hagas esto a mamá…tengo que comer o podremos enfermar
Al amanecer Aranza despierta y queda en shock al encontrar en su mesa de noche en un bello jarrón de porcelana un hermoso ramo de rosas blancas y rojas, y ella en el acto sabe quién le dejó aquel presente, así que simplemente se coloca de pie y se dirige al baño para ducharse y acomodarse para ir a la casa de su suegros, mientras que Sebastián, simplemente se cura sus heridas en las manos tras haber cortado la rosas.
-Carajo duele como el demonio…
-Marqués, debió usar los guantes
-Lo sé, pero joder quiero reconquistar a Aranza, que me cueste sangre
El joven apenas suspira mientras termina de curar las manos de Sebastián.
Al poco le anuncian que Aranza está en el vestíbulo de la mansión, y cuando él baja queda en shock al verla con ese bello vestido rojo, descubierto en los hombros, la tiara de la marquesa y la cinta real colocada sobre su hombro y diagonal bajando por su pecho.
-Aranza…te ves, hermosa
-Gracias Marques, ¿nos vamos?
-Claro – ofreciendo su brazo a la joven quien lo toma
- ¿Qué te pasó en las manos?
-Nada de importancia – pero Aranza levanta una ceja – está bien, me corté las manos tratando de dejar perfectas las rosas en tu habitación
-Pudiste usar guantes – viendo como abren la puerta de la limusina
-No quise – dando una sonrisa que hace sonrojar en el acto a Aranza
Y así el auto parte, durante todo el trayecto los marqueses conversan de cosas triviales, él de su trabajo como abogado, ella de su profesión como pediatra, así que al llegar a la mansión de la familia Martínez de Irujo, los espera el mayordomo en jefe, quien queda en shock al ver a Aranza del brazo de Sebastián.
-Marqués, marquesa…bienvenidos
-Gracias Felipe, ¿mis padres?
-El señor Daniel y la señora Valeria esperan por ustedes
-Bien – mirando a Aranza – vamos marquesa
-Vamos marqués
Y así bajo la mirada de sorpresa de Felipe, el matrimonio ingresa a la mansión de la familia de Sebastián, al llegar a la sala de visitas ven a Daniel leyendo un poco mientras fuma un puro, y a Valeria tejiendo algún mantel o carpeta.
-Madre, padre…
-Hasta que llegas – bajando un poco el libro
-Mil disculpas Don Daniel, pero el tráfico estaba imposible – dando una suave sonrisa que calma al hombre
-Mi querida Aranza, mi hermoso Sebastián…pasen tomen asiento ¿quieren beber algo?
-No madre, desayunamos apropiadamente – ayudando a Aranza a sentar, cosa que deja en shock a sus padres – ¿Qué les pasa?
- ¿Te has golpeado en la cabeza, hijo?-No padre…-Entonces ¿estás enfermo? Aranza dime ¿está enfermo mi hijo? – diciendo muy preocupada-No Doña Valeria, eso mismo quisiera saber yo…marqués – dejando a los padres de Sebastián en shock – dinos ¿Qué te pasa?-Nada…solo que me he dado cuenta de la clase de terrible esposo que he sido-Querida ¿te pasa algo?- ¿Por qué pregunta Doña Valeria?-Nunca llamaste a mi hijo…-Me di cuenta de que no debo perder el tiempo con alguien que no me estima en lo más mínimoLos padres de Sebastián fulminan a este con la mirada, y el hombre se pone nervioso.-Aranza…- ¿Qué pasa marqués? Acaso ¿no estoy diciendo la verdad? Seguramente estás así de afectuoso porque te dije que Xavier heredará el título de Duque del Infantado y no tú, porque por eso te casaste conmigo…por el título de mi padre- ¡Sebastián Martínez de Irujo, al despacho!-Sí padreAsí padre e hijo se dirigen hacia el despacho, mientras que Aranza y Valeria quedan en la sala.-Querida no di
Y así, dando media vuelta Sebastián se aleja de la habitación, y se dirige a preparar todo para recibir a su suegro y cuñado, mientras que Aranza intenta calmarse, no quiere ver a su padre y hermano molestos o peor, no quiere ver a Xavier masacrando a Sebastián a golpes en su casa, porque sabe del deseo de su hermano mayor por matar a su esposo, ellos nunca se han agradado, desde niños ha sido así y aunque sabe que Xavier se controla por ella, desde que padre e hijo se enteraron de los malos tratos y de la infidelidad de Sebastián, han querido tener la oportunidad de matar al marqués de Alba, por herir a alguien tan bueno y puro como lo es Aranza.A la noche, el Duque del Infantado y Xavier han llegado a la mansión de Sebastián y son recibidos tanto por el marqués como por Aranza y ambos hombres notan que Aranza estuvo llorando, Xavier en el acto se acerca y abraza a Aranza.-¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!-Cuñado…- ¿Cuñado? ¿ahora sí me tratas con respeto? ¡¿Qué le hiciste a mi her
-Fue un error, lo siento madre- ¡¿Un error?! ¡eso es no es un error! ¡Doña Aranza de Arteaga y yo arreglamos tu matrimonio! ¡¿Cómo pudiste faltar a mi palabra de ese modo!-Lamento causar disgustos en mi madre, pero he terminado con esa relación- ¡Más te vale! ¡si vuelvo a enterarme de que vuelves a ver a esa mujer me vas a conocer, Sebastián!-Como digas madre, ahora iré con mi esposaY así, para evitar más regaños de parte de su madre; Sebastián se dirige hacia la habitación en donde encuentra a Aranza dulcemente dormida, así que simplemente se acerca y toma asiento en la cama.-“Vaya expectaculo que montaste con Xavier”-Mejor cierra la boca ¿Qué quieres?-“Bueno vine a charlar ¿Qué, eso es malo?”Sebastián apenas da un suspiro – ¿crees que estarán bien?-“Aranza es fuerte, si soportó seis meses encerrada a base de pan y agua”Sebastián en el acto frunce el ceño – ¿tenías que recordármelo?-“Tienes que tener presente eso, marqués…” – y así se desvanece-Mierda…¿Por qué tenía que
Xavier corre y toma a su hermana en brazos, todo un pandemonio se desata en la mansión de Sebastián – ¡busquen a un médico!Xavier corre con su hermana, y la lleva al interior de la mansión, Sebastián intenta seguirlos pero Diego lo frena de un puño al rostro – ¡te quiero lejos de mi hija! ¡hijo de perra! ¡maldita la hora en que te entregué a mi hija!-¡Por favor suegro, ella es mi esposa!- ¡Sólo porque mi esposa orquestó tu matrimonio! ¡arruinaste a mi niña! ¡bastardo!Y así Diego da media vuelta y vuelve a la mansión, Sebastián está por correr pero Carlos lo frena con una orden – ¡un solo paso más…y dejaré a tu familia en la ruina! – y Sebastián frena de golpe-Majestad por favor…mi esposa-Arreglaré todo para que ese matrimonio quede disuelto en el menor tiempo posible ¡Aranza dejará de ser marquesa de Alba y ese niño no cargará con el estigma de ser un bastardo! ¡de eso me encargaré yo!- ¡Por favor no!- ¡Debiste pensar en eso! ¡afronta las consecuencias de tus actos!- ¡Madre,
Sebastián corre detrás de su esposa, cuando llega y la encuentra llorando en su habitación abrazando una almohada.-Aranza, por favor no llores…mi bebé…-A ti no te importa el bebé – levantando su carita – ¡admítelo solo finges porque quieres el título de mi padre!Pero Sebastián toma a Aranza de los hombros y la besa, dejando a la joven en shock – no vuelvas a decir esto…no me importa el título de Duque del Infantado, me importas tú y mi hija-Pero…-Pero nada Marquesa de Alba, serás mi esposa…hasta que la muerte nos separe, no me ensuciaré las manos con ese gilipollas de MiguelAranza se sonroja de golpe.-No hagas eso…sería un escándalo para la familia Martínez de Irujo-Entonces, dile a ese hombre…que se aleje de buena manera de tiAranza apenas mira a su esposo…-Tengo miedo por mi bebé, me duele el vientreY en el acto se activa los instintos protectores de Sebastián – ahora mismo iré a buscar un médicoAl salir de la habitación ve a Diego y a Xavier…y los dos hombres apenas mir
*Mientras en el centro comercial, Aranza disfruta de escoger ropita, juguetes, peluches, libros y demás cositas adorables para su bebé, mientras que Sebastián apenas mira y se dice que su esposa lo dejará en la ruina, pero bueno…mientras ella sea feliz y su bebé sea feliz…el dinero se podrá recuperar. Así que se acerca a ella cuando está escogiendo la cuna del bebé – ¿Qué haces? -Marqués…tengo un conflicto - ¿Qué puede estar agraviando a mi esposa? – Aranza se sonroja de golpe -No sé qué adornos escoger – mirando a Sebastián con ojitos de borrego – me gustan las golondrinas pero mira hay corderitos… Sebastián apenas sonríe antes de acercarse y besar a su esposa dejándola en shock – y si ¿llevas ambos? – Aranza apenas lo observa -¿Eh, ambos? -Sí, ambos son adorables y no quiero seguir viendo como inflas las mejillas – Aranza apenas forma un adorable puchero -Está bien – dando una sonrisa – tenemos que conseguir las telas para su traje de recién nacida -Yo las compraré, ahora ve
Así que su alteza real el príncipe de Asturias se dirige al hospital para ver a Aranza, y al entrar ve a Sebastián dormitando a lado de la joven quien apenas duerme dulcemente.-Felipe ¿Qué haces acá?-Don Diego – dando una sonrisa – supe del ataque a Aranza-Ya veo, supe que estabas en Galicia-Estaba de viaje, disfrutando lo que me queda de soltero – mirando fijamente a Diego-Te diré algo y espero no te moleste-Don Diego, usted es como un segundo padre así que adelante ¿Qué pasa?-No te cases con Camila Sacristán- ¿Eh? ¿Por qué?-Ella es amiga de la bastarda de Lucía…Felipe queda en shock – Don Diego…-Ella no es digna de ser princesa de Asturias, busca a una mujer decente, porque siendo amiga de Lucía, de seguro no es decenteY el hombre frunce el ceño en el acto.-Don Diego, tomaré en cuenta sus palabras…es más Camila Sacristán no me interesa, mi madre es quien quiere casarme con ella…yo estoy enamorado de Isabel Santillana-La Baronesa de Abella-La misma – sonriendo-Entonce
Sebastián se queda frente a aquella puerta, pensando en muchas cosas, pero sobre todo pensando en que Miguel es una verdadera amenaza para su familia, en especial para su bebé, porque sabe que el hombre no tiene intenciones para nada buenas con la criatura.-“¿Qué harás?”-No tengo ni idea…como vez Aranza…-“Como te dijo tu suegro, lucha gilipollas, lucha por ellas…porque si no yo te enviaré al otro mundo” – desvaneciéndoseAsí que Sebastián se dirige de vuelta a la habitación de Aranza, pero simplemente se acerca, besa su frente y le da la espalda, dejando confundidos a la joven y su familia.-¿Eh? ¿Qué pasa marqués?-Vamos a dejar las cosas claras Aranza…si me dejas te quitaré a mi hijaLa joven queda en shock.-¡¿Cómo te atreves bastardo?!-Soy abogado y no por nada dicen que soy el mejor de España – girándose y viendo a la joven con sus ojitos ahogados en llantoY aunque le duele verla así, esa es su última carta, apelar al amor maternal de Aranza – así que ya sabes marquesa, si q