Se sentó en su cama muy lentamente, no sabía porque había despertado, ya que al ver la ventana pudo distinguir que aún era de noche. Volteo el rostro al darse cuenta de que a su lado estaba durmiendo plácidamente su padre. Claro, recordó de momento que habían vuelto a Inglaterra y que buscaban a la rubia, sin mayor éxito, que les habían ofrecido, el quedarse en sus respectivas casas y el azabache negó por no incomodar, así que ahora estaban en un hotel en medio de la cuidad. Solo habían rentado una habitación, era por la noche nada más, dormir con su padre no le incomodaba, paso mucho durmiendo con su madre para que aquello le incomodara. Se coloco de pie, ahora entendía que la razón de su despertar fue que quería ir al baño. Bostezo con profunda pesadez bajando de la cama. Miro el reloj frotándose los ojos, no era tan tarde, apenas iban ser ya las doce de hecho, faltaban menos de tres minutos para media noche. Media noche… Sus ojos se abrieron un poco más cuando miro por la venta
Iba con los brazos cruzados y sus ojos levemente entrecerrados, tenía razón al pensar que Inglaterra, al igual que Londres, era una ciudad que nunca duerme. Las luces y la gente se veían por doquier a pesar del frio. La carretera tenía muchos vehículos viajando de una ciudad a otra, no era para menos, esa era una fecha de lo más concurrida. Veía al pequeño pegado a la ventana, no perdía ningún detalle, sus ojitos lo delataban. Salida a salida, el camino a Fuse era largo, aun no salían de la cuidad, debía recordar pronto la salida, todo detalle se le hacía extraño y conocido a la vez hasta que uno de ellos llamo en pleno su atención, un letrero de la carretera. Salida a la Villa… “estamos casi en las afueras de la cuidad, en la villa, camino a donde debemos estar” La villa… —comento al aire el pequeño pelirrojo llamando totalmente la atención del azabache— ¿es esa villa Armand? –Pregunto con seriedad al ver como los ojitos del pequeño se abrieron casi automáticamente al poder leer
Abrió los ojos con profunda pesades. Reconoció enseguida que alguien le había tomado la mano, luego un beso en la frente, no distinguía del todo. Cerro los ojos un momento para abrirlos después completamente.Los ojos negros le hicieron sonrojar por la cercanía, aún tenía ese maldito efecto, ese complejo de adolescente de 15 años enamorada hasta las patas por aquel hombre.Proceso en dos segundos. Ella se había ido, estaba sola en aquel apartamento, se desmayó y ahora se encontraba en un… ¿Hospital?Si, precisamente, pudo distinguirlo por el aroma y por el bullicio de la gente que estaba en la urgencia de algún hospital. Usualmente la pregunta sería una ¿Cómo diablos había llegado allí?, pero por la situación y los calmantes que seguramente le habían dado, su mente no procesaba aun cual de todas las preguntas de su cabeza debía hacer, es más, ni siquiera una pregunta fue lo primero que salió de su boca.Frank –susurro con levedad al mirar como aquellos ojos negros pasaban de la tranqu
Deja las amenazas y termina de explicar Alice –pidió algo nerviosa la rubia sintiendo algo de pena por su amigo de mejillas pintadas al escuchar todo lo que la castaña quería hacerle con una aguja, hilo y una cuchara— Después de las muestras de sangre, vimos algo extraño en los exámenes de sangre y entendimos porque te paso eso –cambio totalmente su rostro serio de profesional médico a una sonrisa sumamente cálida mirando a la rubia y a los otros dos muchachos— debo decir que el tercer deseo de Armand se cumplió ¡¿Qué? –Exclamaron los tres mirándose entre sí y luego volviendo a mirar a Alice en busca de explicaciones— Emily, estas embarazada –afirmo finalmente sin cambiar ninguna de sus facciones de felicidad— En menos de un segundo, y como lo predijo, el pequeño ya estaba sobre ella abrazándola completamente, mientras que tanto ella como el azabache estaban completamente pálidos, en blanco. Demasiadas emociones para un día ¿v—voy a ser mamá? –Pregunto sin poder creerlo, es deci
Tío Frank se comportó extraño antes–la voz de la niña del grupo se escuchó, haciendo que ambos chicos pararan su paso para mirarle ya que iban delante de ella— Ahora que lo mencionas, no se ha comportado igual desde que supo lo tuyo Armand–el pequeño ojo castaños fue ahora quien hablo de manera tal que ambos hermanitos se quedaron mirando al pelirrojo esperando una explicación— Eso es porque no sabe cómo ser papá y yo aun no acostumbro la idea de que es mi padre, tomara tiempo para que actuemos más naturalmente, mientras, se que estará algo aprensivo, pero fuera de lo que crean, lo disfruto bastante, no me molesta en lo absoluto–si, lo disfrutaba bastante, es decir, nunca supo lo que era el sentimiento de protección paterna, ahora podía distinguir que era sumamente diferente a los cuidados de su madre, el siempre fue el hombrecito de la casa para la rubia y ahora por fin podía decir que tenía un padre quien le cuidara— Que suerte, mi padre es muy aprensivo con Ainara, conmigo ya no
Estaban tirados en el suelo de otra forma los arbustos no podrían cubrirlos del todo. Tenía una mano sobre la cabeza de su amigo de ojos chocolate para que se mantuviera abajo y también mantenía su mano sobre la boca de la pequeña de su amiga quien sino estaría llorando a todo pulmón de miedo. ¿Cómo habían llegado a eso? ¡gracias por el conejo! –Expreso feliz la pequeña castaña abrazando el conejo, después de más de 5 intentos, por fin había logrado ganar el conejo— Su orgullo Maxwell no le dejo dar pie atrás Suertudo –susurro con un enorme tic nervioso el hermano mayor de la pequeña— Habilidad querido amigo –sonrió con orgullo Armand llevándose una mano al pecho y cerrando los ojos con aires de superioridad— Gracias por ganarlo para nosotros –la voz saco a todos de su pequeña nube al darse cuenta de que una no muy buena mirada de otro chico, no muy diferente de la edad de ellos, tenía posada sobre ellos— Vete de aquí buscapleitos –dijo con una despectiva mirada el pelirrojo co
No corrían, pero el paso si era rápido. Al llegar al puente pudieron observar a mucha gente esperando que ya fuera la hora de que las campanas sonaran. Sin saber cómo, la rubia fue la que guio el camino entre la gente hasta que diviso al borde del puente a su pequeña sentado con los ojos cerrados y a su lado, también sentada, la pequeña de cabellos plateados a la que distinguió muy bien, era la misma niña a la que Armand había salvado en Londres antes de la navidad. Casualidades de la vida ¡Armand!–exclamaron felices todos los del grupo nombrando al pequeño quien abrió los ojos para ver llegar a quienes esperaba— Enseguida fue la rubia quien se agacho a ver al pequeño pelirrojo, este solo sonrió de manera nerviosa al ver el rostro preocupado de su madre, sabía que no estaba del todo bien. Tenía varios golpes, unos cuantos moretones y unas pocas heridas. ¡¿Cuándo aprenderás a no preocuparme Armand? ¡¿Cuándo?–exclamo la rubia con rostro de reproche total al pequeño quien pego un son
“Emily, ¿quieres casarte conmigo?” Vaya, no podía creer cuanto ya había pasado desde esa pregunta, ya era un mes, se le notaba poco a poco su pancita, se le pasaban poco a poco los efectos de mareos y siendo sustituidos por antojos y sensibilidades de las que ni ella había creído tener nunca. Todo volvía a su relativa normalidad. El trabajo y la escuela eran la metódica diaria, uno que otro juicio, una que otra llamada de Susan intentando quien sabe que cosas, eso no importaba, ahora estaba del todo feliz y segura de lo que hacía. “claro que acepto Frank” Miro su mano, esa donde ahora reposaba aquel anillo de oro blanco y jade rodeado de circones, sin duda jamás se espero portar un anillo así en su vida. Recordó como lloro de felicidad abrazando a Frank cuando este se lo dio, en realidad ese hombre era todo lo que una mujer podía querer, todo eso y más. Aunque debía admitir que le tomo por sorpresa aquella petición, se la esperaba muchísimo más adelante, si es que de verdad llega