Ignacio pretendía salir, pero una llamada a su teléfono lo detuvo, era Simón, Fermina había llamado, diciendo que Violet era una mala mujer, que solo buscaba la fortuna de Ignacio, este quería asegurarse de que Ignacio hiciera bien las cosas.Ignacio lo había escuchado como habitual, teniendo en cuenta sus consejos, aunque a la final nada influía en sus decisiones, dejó la llamada, recibiendo una más de Richard, fue informado el proceso para reconocer legalmente a Salomé, ya estaba tramitado, solo debían presentarse a gestionar.Ignacio caminaba a la salida, en tanto hablaba por teléfono, al llegar dejó la llamada, al ver a Violet descender del auto con Salomé en brazos.Esbozó una sonrisa, y caminó hacia ellas, la pequeña, al verlo, empezó a llamarlo, extendió sus brazos.—Buenos días, Ignacio, lamento haber llegado tarde, se me presentó un inconveniente.—Buenos días, no es problema, Violet, ¿está todo bien con Salomé? ¿El inconveniente fue con ella?Ignacio la sostenía contra su pe
Liana se retiró, Ignacio tomó un poco de agua y se dirigió al área de descanso, donde esperaba Violet ansiosa, quería terminar la sesión, esperaba poder salir a tiempo para recoger a Mariska en el aeropuerto.Salomé se había calmado, estaba jugando, en cuanto lo vio extendió sus brazos.Violet le ayudó a caminar hasta la puerta en donde el hombre esperaba de cuclillas, con una amplia sonrisa, sintiendo había tomado la decisión correcta.Ignacio la sujetó, la levantó y empezó a hacerle mimos, era un hombre diferente cuando estaba con ella.—Hola, Ignacio… Ignacio quisiera saber antes de irme a la sesión de fotos y dejar a mi hija, si el asunto con su esposa, está solucionado.—Ahora soy un hombre soltero, mi tiempo pertenece a la mujercita aquí presente y mi empresa, puede irse usted con seguridad y tranquilidad de que ella estará bien.—¿Está usted seguro? No me gusta el modo en que su esposa trata a mi hija y créame, soy muy decente, pero …—No, no debe preocuparse, ella no volverá a
Liana tocó su cabello, agradeció e indicó donde podía sentarse, en tanto organizaba la agenda, miraba a Violet y le sonreía.«Ojalá que también usted conquiste al igual que la jefecita, al jefe, esa señora era tan …» Los pensamientos de Liana fueron interrumpidos por la salida de Ignacio y compañías de la sala de juntas.Salomé, ya con sueño, le sonrió a Violet.—Hola… mi nena preciosa, ven deja que mami te consienta un poco —extendió los brazos.Salomé sonrió ampliamente y se negó, recostándose contra el pecho de Ignacio.Levantaba su rostro y ante cada intento de Violet se reía, sin aceptar su invitación.—¿Está usted lista para ir a almorzar y ponernos al día con los asuntos de la señorita? —inquirió Ignacio sosteniendo la corbata para que Salomé pudiera jugar con ella.—Si, por supuesto, me gustaría hacerlo cuanto antes, tengo que recoger a mi amiga y manager en el aeropuerto.Ignacio asintió, se acercó a Liana, le dio órdenes con respecto a sus siguientes responsabilidades.—Que
Salomé se quedó mirándola con tanta ternura que incluso Violet se quedó sorprendida, no comprendía, el apego que al hombre le estaba ablandando el corazón de una manera exagerada.Violet había pedido al guardaespaldas y chofer sentarse en la mesa del lado y ordenar.—Ven princesa, te daré yo la comida —extendió Violet los brazos al recibir las órdenes.Salomé no sé negó, pareció estar disfrutando el puré que le daba su madre, en tanto Ignacio, quien disfrutaba de su almuerzo, le hacía mimos, causando la risa de las mujeres.Era malo con el asunto de expresar cariño; sin embargo, lo estaba intentando.Habían pasado un poco más de media hora, Ignacio y Violet había finalmente dejado en orden todo con respecto a Salomé.Ambos irían a cumplir sus labores y antes de finalizar el día, irían a tramitar el asunto del apellido.Ignacio pretendía retirarse para cancelar la cuenta, Salomé extendió los brazos, Violet lo permitió, puesto que debían irse.Al salir Lana se despidió, Violet se ofreci
Le llevó muy poco dar con el lugar, al que llegó atrayendo la mirada confusa de Ignacio al no verla con Salomé.—Hola Ignacio, tengo lo que indicó, ¿podemos darnos prisa?—¿Dónde está mi hija? —preguntó alarmado e ignorando el resto.—Con una amiga.Violet intentó caminar y la sujetó por el brazo.—¿Es de confianza esa persona?Violet lo miró confusa.—Salomé está bien cuidada, ¿vamos a realizar el trámite?—Ok, para la próxima la trae, no veo la necesidad de dejarla si venía a verse conmigo.Violet empezó a reírse.—¿Seguro que no le gustaban los niños, Ignacio? Además, es un trámite rápido, no vi la necesidad, ya la ha visto hoy.El hombre la soltó.—Yo… ah, bueno, solo quiero asegurarme de su bienestar.—Ella estará bien, y podré ir a cerciorarme de eso, si nos damos prisa con el asunto.Ignacio le indicó seguir y en tanto caminaba al lado de la mujer, sintió la necesidad de pedirle un favor.—¿Puedo ir con usted después del trámite? Me gustaría pasar tiempo con ella.Ella lo miró
Ignacio suspiró y se puso la corona, Salomé aplaudió, Violet y Mariska no pudieron ocultar sus risas al ver el rostro del indominable Ignacio cediendo al capricho de la mujercita de la cual había dictaminado, no conseguiría cambiar en absoluto su vida.—¿Ahora qué? —se encogió de hombros…—Ofrézcale un espectáculo, Ignacio —sugirió Violet bebiendo zumo de naranja y disfrutando del rostro del hombre.Sin una idea, pero ya muy metido en su papel, Ignacio empezó hablarle gracioso, actuar gracioso, logrando mantener a madre e hija riendo y concentradas.—Violet no me estás prestando atención —protestó Mariska al verla disfrutar el show.—Lo siento, es que es muy divertido —volvió su atención a medias a su manager.Ignacio había finalizado el show cuando Salomé se levantó, se acercó, busco el modo para abrazarlo, él la cargó, ella quiso bajarse, él permitió que lo hiciera, sin apartar su mirada, vio como la pequeña se acostó a unos centímetros de él, él hizo lo mismo, se quedaron mirando,
Sin éxitos en recordar, Ignacio decidió sentarse, se puso la camisa y en tanto esperaba, revisó su móvil y en el, el trabajo que había recibido de parte de Liana, por primera vez no le molestaba posponer cosas, sus responsabilidades a las cuales nunca les daba espera.Estaba un poco retrasado con el lanzamiento de la campaña, aun así, no estaba estresado, queriendo acabar con todo a su paso.—Hola Ignacio, Salomé ya está lista, se dormirá rápido, tuvo una tarde agradable, eso ayudará —Violet se acercó con la pequeña en brazos.Ignacio se puso de pies y la recibió, la acomodó en sus fuertes brazos y empezó a caminar de un lado a otro, meciéndola.Completamente enamorado de su creación, le acomodó el cabello y sonrió al ver el esfuerzo que hacía por no cerrar sus ojitos.Una sonrisita que lo tenía tan emocionado que no se reconocía.Violet se había sentado, lo observaba, suspiró y llamó su atención.—¿Está usted bien, Violet?—Sí, solo estaba pensando en las vueltas del destino, Ignacio
Molesta se quitó la lencería y se vistió, con la cara en alto, para seguir en una guerra que solo existía en su mente, decidió ser un poco más astuta, de pronto el consejo de su amiga tuvo sentido.«Quieres un hijo, bien Ignacio, yo te voy a dar un hijo, pero a mí no vas a humillarme, a cambiarme por esas aparecidas, no, no seré yo quien se someta a la burla de verte con ellas, no… nadie va a decir que me dejaron por lo que tanto te negabas a tener en tu vida» pensó y furiosa se quitaba el labial.Ignacio había regresado la llamada, aún no decían nada, obtuvo la dirección y aceleró.—Violet hola, Mariska, ¿cómo están? ¿Cómo está mi hija, que les han dicho?Justo en ese momento salió el médico.—Doctor, mi hija, ¿cómo está mi hija?—Bien, señorita, está bien, hemos logrado estabilizarla.—¿Doctor que ocurrió? Es asmática, pero no pareció ser eso, ¿que es lo que tiene mi hija? —inquirió Violet, preocupada.—Sí, doctor, nuestra hija, queremos verla.—La pequeña está bien, parece que sufr