Liana tocó su cabello, agradeció e indicó donde podía sentarse, en tanto organizaba la agenda, miraba a Violet y le sonreía.«Ojalá que también usted conquiste al igual que la jefecita, al jefe, esa señora era tan …» Los pensamientos de Liana fueron interrumpidos por la salida de Ignacio y compañías de la sala de juntas.Salomé, ya con sueño, le sonrió a Violet.—Hola… mi nena preciosa, ven deja que mami te consienta un poco —extendió los brazos.Salomé sonrió ampliamente y se negó, recostándose contra el pecho de Ignacio.Levantaba su rostro y ante cada intento de Violet se reía, sin aceptar su invitación.—¿Está usted lista para ir a almorzar y ponernos al día con los asuntos de la señorita? —inquirió Ignacio sosteniendo la corbata para que Salomé pudiera jugar con ella.—Si, por supuesto, me gustaría hacerlo cuanto antes, tengo que recoger a mi amiga y manager en el aeropuerto.Ignacio asintió, se acercó a Liana, le dio órdenes con respecto a sus siguientes responsabilidades.—Que
Salomé se quedó mirándola con tanta ternura que incluso Violet se quedó sorprendida, no comprendía, el apego que al hombre le estaba ablandando el corazón de una manera exagerada.Violet había pedido al guardaespaldas y chofer sentarse en la mesa del lado y ordenar.—Ven princesa, te daré yo la comida —extendió Violet los brazos al recibir las órdenes.Salomé no sé negó, pareció estar disfrutando el puré que le daba su madre, en tanto Ignacio, quien disfrutaba de su almuerzo, le hacía mimos, causando la risa de las mujeres.Era malo con el asunto de expresar cariño; sin embargo, lo estaba intentando.Habían pasado un poco más de media hora, Ignacio y Violet había finalmente dejado en orden todo con respecto a Salomé.Ambos irían a cumplir sus labores y antes de finalizar el día, irían a tramitar el asunto del apellido.Ignacio pretendía retirarse para cancelar la cuenta, Salomé extendió los brazos, Violet lo permitió, puesto que debían irse.Al salir Lana se despidió, Violet se ofreci
Le llevó muy poco dar con el lugar, al que llegó atrayendo la mirada confusa de Ignacio al no verla con Salomé.—Hola Ignacio, tengo lo que indicó, ¿podemos darnos prisa?—¿Dónde está mi hija? —preguntó alarmado e ignorando el resto.—Con una amiga.Violet intentó caminar y la sujetó por el brazo.—¿Es de confianza esa persona?Violet lo miró confusa.—Salomé está bien cuidada, ¿vamos a realizar el trámite?—Ok, para la próxima la trae, no veo la necesidad de dejarla si venía a verse conmigo.Violet empezó a reírse.—¿Seguro que no le gustaban los niños, Ignacio? Además, es un trámite rápido, no vi la necesidad, ya la ha visto hoy.El hombre la soltó.—Yo… ah, bueno, solo quiero asegurarme de su bienestar.—Ella estará bien, y podré ir a cerciorarme de eso, si nos damos prisa con el asunto.Ignacio le indicó seguir y en tanto caminaba al lado de la mujer, sintió la necesidad de pedirle un favor.—¿Puedo ir con usted después del trámite? Me gustaría pasar tiempo con ella.Ella lo miró
Ignacio suspiró y se puso la corona, Salomé aplaudió, Violet y Mariska no pudieron ocultar sus risas al ver el rostro del indominable Ignacio cediendo al capricho de la mujercita de la cual había dictaminado, no conseguiría cambiar en absoluto su vida.—¿Ahora qué? —se encogió de hombros…—Ofrézcale un espectáculo, Ignacio —sugirió Violet bebiendo zumo de naranja y disfrutando del rostro del hombre.Sin una idea, pero ya muy metido en su papel, Ignacio empezó hablarle gracioso, actuar gracioso, logrando mantener a madre e hija riendo y concentradas.—Violet no me estás prestando atención —protestó Mariska al verla disfrutar el show.—Lo siento, es que es muy divertido —volvió su atención a medias a su manager.Ignacio había finalizado el show cuando Salomé se levantó, se acercó, busco el modo para abrazarlo, él la cargó, ella quiso bajarse, él permitió que lo hiciera, sin apartar su mirada, vio como la pequeña se acostó a unos centímetros de él, él hizo lo mismo, se quedaron mirando,
Sin éxitos en recordar, Ignacio decidió sentarse, se puso la camisa y en tanto esperaba, revisó su móvil y en el, el trabajo que había recibido de parte de Liana, por primera vez no le molestaba posponer cosas, sus responsabilidades a las cuales nunca les daba espera.Estaba un poco retrasado con el lanzamiento de la campaña, aun así, no estaba estresado, queriendo acabar con todo a su paso.—Hola Ignacio, Salomé ya está lista, se dormirá rápido, tuvo una tarde agradable, eso ayudará —Violet se acercó con la pequeña en brazos.Ignacio se puso de pies y la recibió, la acomodó en sus fuertes brazos y empezó a caminar de un lado a otro, meciéndola.Completamente enamorado de su creación, le acomodó el cabello y sonrió al ver el esfuerzo que hacía por no cerrar sus ojitos.Una sonrisita que lo tenía tan emocionado que no se reconocía.Violet se había sentado, lo observaba, suspiró y llamó su atención.—¿Está usted bien, Violet?—Sí, solo estaba pensando en las vueltas del destino, Ignacio
Molesta se quitó la lencería y se vistió, con la cara en alto, para seguir en una guerra que solo existía en su mente, decidió ser un poco más astuta, de pronto el consejo de su amiga tuvo sentido.«Quieres un hijo, bien Ignacio, yo te voy a dar un hijo, pero a mí no vas a humillarme, a cambiarme por esas aparecidas, no, no seré yo quien se someta a la burla de verte con ellas, no… nadie va a decir que me dejaron por lo que tanto te negabas a tener en tu vida» pensó y furiosa se quitaba el labial.Ignacio había regresado la llamada, aún no decían nada, obtuvo la dirección y aceleró.—Violet hola, Mariska, ¿cómo están? ¿Cómo está mi hija, que les han dicho?Justo en ese momento salió el médico.—Doctor, mi hija, ¿cómo está mi hija?—Bien, señorita, está bien, hemos logrado estabilizarla.—¿Doctor que ocurrió? Es asmática, pero no pareció ser eso, ¿que es lo que tiene mi hija? —inquirió Violet, preocupada.—Sí, doctor, nuestra hija, queremos verla.—La pequeña está bien, parece que sufr
—Lo sé, Ignacio, es la costumbre, sé que es nuestra hija.—Está bien, Violet, acostúmbrese rápido.Le sobó la espalda a Salomé en brazos de Violet.—Ignacio puede irse, Salomé estará bien y le avisaré lo que informen los médicos.La miró con el ceño fruncido.—¿Irme? ¿Se está escuchando Violet? Como puede ser tan inconsciente de pedirme que me vaya cuando mi hija está enferma.—No, no lo malinterprete, lo digo por su esposa, debe entender que esto también le afecta a ella, Ignacio no es fácil el cambio que dio su vida.—Lo sé, Violet, más que nadie lo sé, pero nadie lo planeo, mi relación con Fermina en adelante será solo de amigos. Mi hija está y estará primero que todo, espero que se recupere pronto, a mi padre le gustará conocerla, Violet quiero que quedé claro que mis problemas con Fermina son solo nuestros, no tiene por qué afectar nuestra relac… la relación con mi hija.—Solo decía, Ignacio, quiero que mi hija esté bien, y aunque me alegro de que tenga su figura paterna, no quisi
—Ni quisiera serlo, Violet.—Muy cascarrabias —murmuró ella.«Dormir con otro hombre, con un extraño, eso sobre mi cadáver» pensó en tanto la veía hacerle cariños a Salomé.Violet se puso de puntillas, Ignacio se puso nervioso de nuevo, sus rostros habían quedado relativamente cerca, ella le sonrió, Ignacio se retiró de inmediato, confundido por lo nervioso que la cercanía de Violet lo había puesto.Aun con Salomé en brazos, la vio rascar sus ojos y supo que tenía sueño, Violet informó, ya le había dado de comer, este se sentó y empezó a mecerla, logrando que se quedara dormida.Ignacio la dejó en la camilla, Violet lo miraba algo somnolienta.—Pospondremos la sesión de hoy, tómese los días que necesite, la salud de Salomé está primero, no es bueno llevarla a la empresa, buscaré el modo de cubrir el retraso de la campaña, en tanto se adecua el lugar para que ella pueda estar sin exponerse.El doctor miró a Violet y le sonrió, lo cual generó una molestia inexplicable a Ignacio, al ver