—Ni quisiera serlo, Violet.—Muy cascarrabias —murmuró ella.«Dormir con otro hombre, con un extraño, eso sobre mi cadáver» pensó en tanto la veía hacerle cariños a Salomé.Violet se puso de puntillas, Ignacio se puso nervioso de nuevo, sus rostros habían quedado relativamente cerca, ella le sonrió, Ignacio se retiró de inmediato, confundido por lo nervioso que la cercanía de Violet lo había puesto.Aun con Salomé en brazos, la vio rascar sus ojos y supo que tenía sueño, Violet informó, ya le había dado de comer, este se sentó y empezó a mecerla, logrando que se quedara dormida.Ignacio la dejó en la camilla, Violet lo miraba algo somnolienta.—Pospondremos la sesión de hoy, tómese los días que necesite, la salud de Salomé está primero, no es bueno llevarla a la empresa, buscaré el modo de cubrir el retraso de la campaña, en tanto se adecua el lugar para que ella pueda estar sin exponerse.El doctor miró a Violet y le sonrió, lo cual generó una molestia inexplicable a Ignacio, al ver
—Gracias, es muy importante para mí, que piense en ella.Se quedaron en silencio, Violet se acercó, dejó un beso en la cien de Salomé, la cubrió bien y regresó a sentarse. Ignacio intentó ignorar la manera en que Violet sonreía, mientras parecía chatear en su teléfono, pero no tuvo éxitos.—¿Por qué le gustan los hombres maduros, Violet?Ella lo miró y negó con la cabeza al tiempo que sonreía, la pregunta no la esperaba.—Tengo razones, así como usted las tiene para no gustarle las mujeres jóvenes, ¿qué irónico, no cree, Ignacio?—¿Qué le parece irónico, Violet?—Que siendo polos opuestos tengamos una hija, sabe, es frustrante no saber cómo fue que ocurrió todo, mi amiga Franyely, dice no haber visto que fui drogada, ella me aseguró que… Olvídelo, no tiene importancia.—Yo no, Violet no abusé de usted, lo aseguro, creo que es un punto a mi favor, el que no me gustaran las jóvenes, al igual que usted no sé qué ocurrió, vi a un joven poner algo en su bebida y a la chica llevárselo.—¿U
Confundida Liana salió de la oficina.Ignacio recogió la fotografía de Violet y se dirigió al estudio fotográfico, en donde se encontró a Michael, escogiendo el resto de fotos.—Señor O’Kelly, que alivio verlo, ¿dice usted que la señorita Williams no estará durante unos días?—Así es Michael, Salomé está enferma y necesita de sus cuidados, vamos a trabajar con lo que ya se tiene adelantado, crearé nuevos diseños para una mejor campaña, supongo que no siempre se puede tener todo y esta es una de esas veces.—Muy bien señor, prepararé todo y me pasaré por su oficina al finalizar.Ignacio se dispuso a finalizar sus labores pendientes, se encontraba en el departamento de confección, cuando fue interrumpido por Liana, avisando que Fermina lo buscaba.Agradeció y caminó al lado de la mujer.—Comuníquese con Violet y pregunte cómo está Salomé, por favor, Liana.—Muy bien, señor, ¿algo más?—Es todo.Ignacio caminó hasta su oficina, donde sabía Fermina lo esperaba, el escándalo por su hija aú
Fermina pretendía responder, pero Ignacio se puso en frente de ella.—Vete, por favor, no veo lo necesario de tus prejuicios, Fermina.—Hipocresía, no lo ves ahora, pero antes de ellas, pensabas igual Ignacio.—Ven, amor, creo que fue mala idea venir.—Mi hija no va a ningún lado, y tú Fermina, me tienes cabreado con tu actitud, caray mujer, no actúes como una adolescente inmadura, no te molesta su vestuario, es más que eso, y deberías de darte cuenta de que incluso a sus 23 años es mucho más madura que tú, y lo siento, pero mira como actúas.—Me estás avergonzando Ignacio.—No, no lo hago, lo haces tú, tus actitudes no solo son decepcionantes, Fermina te pones en ridículo, piensas y actúas contrario a lo que dices ser.—Muy bien, me queda claro, Ignacio ya me darás la razón, ese par te van a llevar a la ruina, yo solo estaré para verte caer, ya empezaste a darle pie a la competencia estando delante de ti, ahora lo entiendo todo, dices que es por la moco… Que es por esa niña, pero bie
—Bien, Violet, acepto —dijo sin pensarlo y al recapacitar se justificó—. No es que me interese su vida, es por el bienestar de Salomé, y porqué me parece una buena idea, lo que sugiere, Violet.—No estaba con el doctor, aún no me propone salir, solo estaba en el spa.—Hola, hola, hol… —simón irrumpió en la oficina y se quedó asombrado al ver a Violet—. Caray hombre, lo siento, no sabía que estabas ocupado, puedo volver más tarde.Con su entera atención en Violet, Simón esperaba la respuesta de Ignacio.—No, no te preocupes, Simón, ella es Violet y esta hermosa mujercita es mi hija, Salomé.—Mucho gusto, señorita, soy Simón —le dejó un beso en la mano que hizo que Ignacio rodeara su escritorio hasta ellos—. Es mucho más hermosa que en las fotos señorita.—Sí, simón, apártate, es decir, deja a Violet en paz, mira, ella es mi hija.—No, pero, si no me está molestando Ignacio, mucho gusto señor, es usted muy amable.Violet sonrió amable e Ignacio frunció el ceño al ser de nuevo Ignorado.
Ignacio se quedó mirándola, Violet no pudo evitar mirarlo del mismo modo hasta que Salomé interrumpió rebelde buscando pararse en las piernas de Violet.—Apa, papá —extendió los brazos.—No, no amor, papá, no puede cargarte ahora, debe conducir, Ignacio no sé si fue un cumplido, ni si debo agradecer, pero gracias, viniendo de su parte, lo mejor es agradecer y asumir que lo es, confieso que empiezo a creer que no era tan cierto eso de que no le gustaban los niños y las mujeres jóvenes.Ignacio sonrió, sí que era cierto que no le gustaban, pero ellas lo habían cambiado con la rapidez de los segundos.—Es complicado —dijo antes de cerrar la puerta del auto.Subió adelante y empezó a conducir, Violet permaneció con su atención en Salomé, jugaba con ella acostada en sus piernas, Salomé reía a carcajadas, provocando que Ignacio sonriera satisfecho con la escena.Conducía mirándolas de vez en cuando.—Cuénteme sus ideas o planes con la campaña, Violet.—Permítame sorprenderlo, si no le gusta
Violet bajó del auto y quiso ayudar con Salomé, pero él se negó, le indicó el camino y Violet pudo notar lo nervioso que estaba.—¿Se encuentra usted bien, Ignacio?—Sí, es solo que espero que el este lúcido, es como un niño, pero es un hombre agradable, sé que si está de buen ánimo le gustará conocer a Salomé.Ella sonrió, habían llegado con la enfermera encargada, quien le dijo que se encontraba bien, lo que generó satisfacción a Ignacio.El hombre se encontraba viendo desde su cómodo sillón un programa, sintió la puerta abrirse y no se molestó en mirar.—Señor Josh, tiene visita —informó la enfermera siendo ignorada.—Papá, papá —balbuceó Salomé, logrando llamar la atención del hombre.—Hijo, mi hijo, has venido, ¿y este par de señoritas? —se puso de pies con la dificultad que el paso de la edad había provocado a su cuerpo, erguido, caminó hacia ellos—. Salomé... se parece a mí Salomé.—Hola padre, así es, se parece a mamá, ella es Salomé, es mi hija.Salomé se quedó mirándolo, hiz
Ignacio recibió una llamada de Liana y se retiró para responder, Violet miraba a Salomé feliz disfrutar de las ocurrencias del hombre, quien parecía haber recuperado del todo la lucidez.Ignacio dejó su llamada y se acercó y le pidió a Violet hablar.—Quería agradecerle el querer hacer esto, significa mucho para mí, ver bien a mi padre, verlo feliz.Ella no dejaba de mirar en la dirección del hombre con su hija en brazos, las risitas de Salomé se escuchaban en los pasillos.—También lo hago por ella, y su padre me agradó, parece que es un gran hombre.—Lo es, ¿qué va a pasar con el doctor?Violet lo miró y frunció el ceño.—¿Está seguro que no le gusta el doctor, Ignacio?—No, pero es evidente que a usted si Violet, y como será mi mujer…Ella logró que se detuviera cuando empezó a reírse.—No, no diga eso ni en bromas, estaremos fingiendo ser una familia algunas semanas, pero no seré su mujer, Ignacio lo escucha Fermina y me puede jalar por los cabellos.—Lo que sea, Violet, Fermina,