—Quería despedirme, pasaré por mis cosas mañana —se negó a extenderle los brazos a Salomé—. Que tengas lindo día princesa, no llores, estarás bien, la pasarás muy bien.Miró a Violet y fingió una sonrisa, Violet estaba confundida, por la aparente decepción que se le notaba, incluso olvido el reclamo que tenía que hacerle.Ignacio salió del restaurante, Violet lo siguió.—¿Ignacio, está bien? ¿Está todo bien con su padre?—Así es, Violet, agradezco su preocupación, buenas noches.—Ignacio, algo le sucede, se ve molesto.Él se quedó mirándola fijamente.—Estoy bien, iré por mis cosas mañana, en cuanto a la cena, creo que tenía razón, estaré ocupado, y supongo que usted debe trabajar en la campaña y otras cosas.Violet, lo miró confusa.—¿De verdad actuará así? Habla de madurez, Ignacio, pero no creo que lo sea.—El problema Violet, es que estoy dispuesto a conquistarla, a complacerla, lo que implique aspirar a ser más que el padre de Salomé, pero no estoy dispuesto a competir por su ate
Violet frunció el ceño e Ignacio sonrió con picardía.—No sé qué es lo que más me gusta de estas conversaciones, si tenerlas con usted Violet, o ver sus gestos, sus expresiones.—Honestamente, es muy gracioso esto, no me imaginé que fuera así… es decir, tan celoso, tan…—No, podría decir que no lo soy, es un privilegio solo para mis mujeres.—Ah, ¿sus mujeres?—Así es, dijo que no eran unas mujercitas y ahora lo creo Violet, creo que debería irme, si me quedo no le garantizo poder controlar mis impulsos, mis deseos de sus sexuales labios.Ella retrocedió, Ignacio sonrió, sonrisa que se esfumó al escuchar a Salomé llamarlo papá desde los brazos de Zaid.Violet sonrió al verle la expresión.—Creo que debe controlar mejor sus expresiones cuando está celoso Ignacio.—¿Eso cree, Violet? Con una amplia sonrisa ella respondió que sí.Ignacio se acercó, saludó a Zaid, se despidió de Salomé, lleno de celos al ver que no lloraba ni hacía berrinches por su partida. Ignacio se había marchado y V
Ella negó con la cabeza, al ver su sonrisa fingida.—No, pero estaba concentrada en la campaña, no recordaba que venía.—Ok, veo que tendré que esforzarme más, si es fácil remplazarme por el trabajo, significa que debo volverme más interesante, ¿cómo está Salomé?Lo invitó a pasar, le mostró donde estaba y se apresuró a esconder sus diseños.—¿Qué esconde, Violet?—Nada —puso sus manos con el libreto detrás.—¿Así que no esconde nada? —inquirió y se dirigió a Salomé, dejando una tierna caricia en su rostro—. Es muy hermosa nuestra creación Violet, es perfecta, estoy completamente enamorado de nuestra hija, como puede ser tan hermosa, mírela, es un ángel hecho mujercita.Violet se acercó aún con la libreta detrás.—Lo sé, es muy hermosa, la amo desde mis entrañas al infinito.—Me alegro de escucharlo, espero que con esa misma magnitud llegue a importarle yo, Violet, ¿me dirá que es lo que la tiene con las manos detrás —se acercó haciéndola retroceder?—. No tiene para donde más huir, Vi
Ella sonrió.—Tal vez podamos, pondré unas almohadas, usted dormirá de un lado, yo del otro.Él asintió, se quitó los zapatos y se incorporó del lado derecho de la cama.Violet se metió al baño, retiró su maquillaje, usó una pijama de pantalón largo, camisa, se metió al lado libre.—Bonita madrugada Ignacio.—Dulces sueños, Violet.Ignacio había cerrado los ojos, intentaba dormir, pero no conseguía hacerlo, pensativo, se giraba de un lado a otro.Violet tampoco había podido dormir, pero permanecía en su lugar. Ignacio se giró de lado y se quedó mirando la espalda de Violet.Se acercó un poco y pudo sentir el aroma de su cabello. Violet escuchaba su respiración, cerró sus ojos con fuerza y el sonido de la lluvia logró dormirla.Ignacio seguía despierto, se levantó siendo un poco más de las 1 de la madrugada, miró a Salomé, quiso marcharse, se acercó y miró a Violet con la poca luz que la lámpara al lado de la cuna de Salomé daba a la habitación.«Carajos, tengo ganas de todo, menos de
—¿Qué ha dicho? —preguntó él doblando la sábana.—Nada, que Violet y Salomé, parecen aún estar dormidas, yo debo salir, le avisa por favor.Ignacio asintió y entró a la habitación, donde las encontró aún dormidas, la lluvia aún no se había ido, pero no era fuerte, se acercó y observó a Salomé, tocó su nariz, se alejó para recoger su móvil y se quedó observando a Violet, dormida.«Es realmente atractiva, mucho» pensó para sus adentros.Recogió su camisa y pretendía irse, al salir y abrir la puerta para marcharse, decidió agradecerle con un desayuno, se dio cuenta de que Mariska ya se había ido.Buscó recetas de platos venezolanos típicos, encontró varios, pero se acomodó a los ingredientes disponibles y se decidió por uno.Ignacio avisó a Liana, llegaría unos minutos tarde, se puso el delantal y empezó a cocinar, sin hacer mucho ruido.Cuarenta minutos después, Ignacio había terminado con el desayuno, estaba dejando todo en orden.Salomé se había despertado y Violet salió somnolienta c
Violet, asombrada, no había reaccionado hasta que se dejó llevar, su piel se erizó cuando Ignacio desplazó su mano y apretó su glúteo derecho.Violet se había dejado llevar por el posesivo beso de Ignacio, respondiéndole del mismo modo.Se apartó y le rozó con su pulgar los labios.—Hasta más tarde, Violet.Ella lo sujetó de la camisa y lo besó de nuevo.—¡Violet! —dijo Franyely y estos se separaron.Violet se apartó y saludó, del mismo modo que Fermina hizo tras haber llegado a uno de los centros de bajos recursos donde pretendía prestar sus servicios.Fue recibida por un grupo de pasantes, se presentó y empezó a explicar, para quienes desearan unirse a la causa.—¿Puedo hacer una pregunta? —dijo uno de los pasantes que no había dejado de mirarla y que la tenía nerviosa.—¿Si decido unirme con la intención de conocerla mejor, lograría mi objetivo? —preguntó el atrevido joven, sonrojándola, al ver cómo todos se reían.—Este es un asunto importante, si no le interesa haga el favor de s
—Oye, oye, espera, tengo pruebas —se le puso delante con su móvil y en él una foto en familia—. También mi identificación, mira, sus apellidos y además tengo 24 por si las dudas, ¿puedo obtener tu número ahora hermosa? Sé que estás soltera.—Olvídate, no salgo con menores, búscate una de tu edad y a tu nivel.Fermina se subió a su auto y él se puso delante del mismo.—Quítate, no seas inmaduro, muchacho —insistió, pero él se negó.Fermina bajó del auto y se acercó.—¿Acaso estás sordo? Dije que te quites.—Lo haré, pero si me das tu número, oye podemos pasarla bien, con o sin compromiso, ¿Me das tu número? Claro, esto su quieres marcharte, no puedes retroceder, es tu única salida.—Quítate o llamo a tu padre, a la policía —amenazó ella.—¿Qué les vas a decir? ¿Qué dejaste tan impresionado a un hombre que lo tienes actuando estúpidamente para conseguir una cita?—¿Un hombre? Tú estás lejos de ser un hombre —dijo ella dibujando una sonrisa en su rostro.Él se acercó.—Dame tu número par
—Es muy importante esta reunión, mujercita, por favor ya no hagas más berrinches, me tienes sudando la gota gorda, ¿cómo es que no quieres estar si no es en brazos de papá? ¿Vas a ayudar a papá, ¿verdad?Ignacio se asomó y preguntó a Liana si el cliente había llegado, está estaba al teléfono por lo que Ignacio al notarlo, decidió esperar su respuesta. aunque fue evidente, no lo vio.—No pudo venir, pero envió a su hija, había olvidado mencionarlo, señor O’kelly.—¡Una mujer! —miró a Salomé quien le sonrió—. Bien, es una mujer, no es mamá, pero tampoco es una enemiga, por favor mujercita, no vayas a hacerme un berrinche.Ignacio, quien pareció haber entendido el modo de actuar de la pequeña, estaba preocupado, era una reunión importante, a Salomé no parecía agradarle que ninguna mujer estuviera cerca.Ignacio quería demostrar que era capaz, por lo que no llamó a Violet y cuando ella lo hacía, aseguraba todo estaba bien, lo cierto era que estaba volviéndose loco, su oficina estaba hecha