Los pequeños ojitos de Joel se abrieron con lentitud, buscó con su mirada a Adele «pensé que se quedaría conmigo» pensó el pequeño mientras observaba alrededor, su mirada se posó en los mayores que parecían muy cariñosos el uno con el otro. Pese a su corta edad, Joel decidió cerrar sus ojitos una vez más y aparentar estar dormido, de esa manera no entorpecería el paso que había dado su padre.
La noche se había adentrado y Adele no podía conciliar el sueño, caminaba de un lado a otro en su habitación sin mostrar intención de detenerse, su corazón se encontraba inquieto por lo sucedido con Thoma y esa inalterable sonrisa relucía con intensidad. —¿De verdad sucedió?— se preguntaba lanzando un suspiró —voy a enloquecer&mda
—Te lo dije— expuso Adele con satisfacción mientras todos caminaban a dejar a sus niños al colegio.—Pensé que podría dormir un poco más, ¡¿Es mucho pedir?!— se quejó Thoma arrastrando infantilmente sus pies. —No importa, mañana dormiré todo el día si me es posible— sonrió intentando animarse.A lo lejos Adele se percató una vez más de la presencia de los hermanos Weber, su presencia no se le hacía extraña «quizá Broun los envió a seguirnos las pisadas» creyó. La mirada de Naomi estaba puesta en Adele y en la manera en la que se relacionaba aún con Thoma, ella comenzaba a suponer que no había logrado convencer a la menor de alejarse, quizá, ella necesitaba un poco
Las manos de Adele llegaron hasta su boca, demostrando sorpresa de no haber podido hablar más bajo. —Espérame un momento— pidió Thoma cortando la llamada, con una diminuta sonrisa se aproximó al lugar del que provenía la voz de Adele. Thoma sabía que aquella chica era bastante curiosa, pero no que fuera a arruinar su misión de espionaje de una manera tan cómica. —¿Qué se supone que haces?— susurró acercándose demasiado a ella intentando contener la risa, su sonrisa se había esfumado a propósito para conocer qué tan lejos Adele estaba dispuesta a llegar.—¿Yo?— repitió mientras se señalaba y dejaba pasar un gran trago de saliva por su garganta —solamente acabé de llegar y vine a buscarte— confesó —escuché que
A Adele le costaba creer aquello que su compañero le decía —¿Estás seguro de ello?— soltó una risita incrédula, su padre era un fiscal, simplemente un fiscal «¿No le habrá jugado alguna broma al pequeño Tomás?» se preguntó ella. Henry era conocido no solo por su dedicación a la hora de investigar, sino también por su gran sentido del humor.—Lo estoy— respondió el mayor sin detener su búsqueda, sin importar que esta aún no mostrara ninguna clase de frutos. —Estoy seguro de que había una en algún lugar de aquí— murmuró observando a Adele —¿No recuerdas nada de eso?— indagó acercándose a la más joven, ella en silencio llevó su cabeza de un lado a otro.
—A algún lugar del mundo— respondió con serenidad —algunas veces llegué a creer que podría ser un alma libre viajando a dónde quiera que se me ocurriera o mi hermana me arrastrara— suspiró —pero mírame ahora, no he tenido pareja y tengo un niño que reclama toda mi atención. ¿Cuándo me metí en algo así?— cuestionó elevando las palmas de sus manos. Thoma elevó sus hombros a manera de respuesta.—No sé aún de qué manera exacta, pero… se te agradece— sonrió envolviendo a Adele en un cálido abrazo.—Ya, invades mi espacio personal— se quejó Adele infantilmente, intentando alejarse del agarre del mayor. El rubio lejos de dar por terminado el asfixiante abra
—En mis tiempos se saludaba— susurró Adele confundida observando en la dirección que su mayor miraba —¿Y esto?— cuestionó apresurándose a examinar el interior de su bolso. Había una pequeña nota en el exterior de la carpeta: «Un pequeño regalo para la hermosa Adele» —yo no metí nada de esto ¿A qué hora llegó aquí?— se preguntó ella misma con un gesto de confusión y un poco de preocupación. No había deseado que Thoma se enterara de su plan, sin embargo, ella podría asegurar que esto era obra de Federic, él era el único que la llamaba «hermosa Adele».—¿Mami tiene un regalo?— preguntó Joel en su inoce
—¡¿Qué hiciste qué?!— exclamó horrorizada —¿Sabes qué lo que podría pasar si a ese cabeza de chorlito se le apetece decirle eso al ogro de Broun?— golpeó el hombro de su hermana. —Te dije que no quería quedar viuda de hermana y aquí estás lanzándote de cabeza al peligro por no controlar tu valiosa e imprudente lengua.—Lo siento mucho— mencionó la rubia acariciando el hombro para aliviar el dolor que el golpe de su hermana le causó —pero hay más— dijo muy rápido. La atención de Mónica estaba puesta sobre la menor, estaba esperando a que ella continuara narrando los hechos, sabía que su hermana era bastante imprudente en las ocasiones cuando lo convenía, sin embargo, esta vez había ido demasiado lejos.
—¿Es eso lo que dice ahí?— preguntó Adele observando a su hermana con los ojos más abiertos de lo habitual —esto parece sacado de una película de acción— murmuró la menor después de recibir una respuesta afirmativa de parte de su hermana.—Al parecer, hicieron una grabación de la escena— balbuceó Mónica, sus manos estaban temblorosas. ¿Thoma tendría idea de lo que había pasado? O más aún ¿Federic tenía conocimiento de esto? —el ogro fue quien envió esto, pero la letra es horripilante, no parece ser su letra. ¿Logras encontrar lo que sobresalta aquí?— señaló Mónica algunas de las palabras, en cambio, a Adele le costaba simplemente entender lo que decía, no hallaba ninguna semejanza a las
—Mejor ven aquí— lo tomó ella del brazo haciéndolo acercarse a ella —espero que te mantengas así de tranquilo y calmado como dices— amenazó. Adele no se confiaba de que estos personajes terminaran en el suelo, llenos de moretones, es mejor alejar a las personas de los problemas antes de que sean vedados del hospital.—¿Qué es lo que él está haciendo aquí?— preguntó Federic elevando una de sus cejas —pensé que estaríamos solos tú y yo, hermosa Adele— y sí, todo esto lo decía con la simple intención de molestar a Thoma.—Ya, no le añadas más leña al fuego— soltó una risita la menor, hasta ese momento no se había percatado del interés que a&