—A algún lugar del mundo— respondió con serenidad —algunas veces llegué a creer que podría ser un alma libre viajando a dónde quiera que se me ocurriera o mi hermana me arrastrara— suspiró —pero mírame ahora, no he tenido pareja y tengo un niño que reclama toda mi atención. ¿Cuándo me metí en algo así?— cuestionó elevando las palmas de sus manos. Thoma elevó sus hombros a manera de respuesta.
—No sé aún de qué manera exacta, pero… se te agradece— sonrió envolviendo a Adele en un cálido abrazo.
—Ya, invades mi espacio personal— se quejó Adele infantilmente, intentando alejarse del agarre del mayor. El rubio lejos de dar por terminado el asfixiante abra
—En mis tiempos se saludaba— susurró Adele confundida observando en la dirección que su mayor miraba —¿Y esto?— cuestionó apresurándose a examinar el interior de su bolso. Había una pequeña nota en el exterior de la carpeta: «Un pequeño regalo para la hermosa Adele» —yo no metí nada de esto ¿A qué hora llegó aquí?— se preguntó ella misma con un gesto de confusión y un poco de preocupación. No había deseado que Thoma se enterara de su plan, sin embargo, ella podría asegurar que esto era obra de Federic, él era el único que la llamaba «hermosa Adele».—¿Mami tiene un regalo?— preguntó Joel en su inoce
—¡¿Qué hiciste qué?!— exclamó horrorizada —¿Sabes qué lo que podría pasar si a ese cabeza de chorlito se le apetece decirle eso al ogro de Broun?— golpeó el hombro de su hermana. —Te dije que no quería quedar viuda de hermana y aquí estás lanzándote de cabeza al peligro por no controlar tu valiosa e imprudente lengua.—Lo siento mucho— mencionó la rubia acariciando el hombro para aliviar el dolor que el golpe de su hermana le causó —pero hay más— dijo muy rápido. La atención de Mónica estaba puesta sobre la menor, estaba esperando a que ella continuara narrando los hechos, sabía que su hermana era bastante imprudente en las ocasiones cuando lo convenía, sin embargo, esta vez había ido demasiado lejos.
—¿Es eso lo que dice ahí?— preguntó Adele observando a su hermana con los ojos más abiertos de lo habitual —esto parece sacado de una película de acción— murmuró la menor después de recibir una respuesta afirmativa de parte de su hermana.—Al parecer, hicieron una grabación de la escena— balbuceó Mónica, sus manos estaban temblorosas. ¿Thoma tendría idea de lo que había pasado? O más aún ¿Federic tenía conocimiento de esto? —el ogro fue quien envió esto, pero la letra es horripilante, no parece ser su letra. ¿Logras encontrar lo que sobresalta aquí?— señaló Mónica algunas de las palabras, en cambio, a Adele le costaba simplemente entender lo que decía, no hallaba ninguna semejanza a las
—Mejor ven aquí— lo tomó ella del brazo haciéndolo acercarse a ella —espero que te mantengas así de tranquilo y calmado como dices— amenazó. Adele no se confiaba de que estos personajes terminaran en el suelo, llenos de moretones, es mejor alejar a las personas de los problemas antes de que sean vedados del hospital.—¿Qué es lo que él está haciendo aquí?— preguntó Federic elevando una de sus cejas —pensé que estaríamos solos tú y yo, hermosa Adele— y sí, todo esto lo decía con la simple intención de molestar a Thoma.—Ya, no le añadas más leña al fuego— soltó una risita la menor, hasta ese momento no se había percatado del interés que a&
El silencio inundó una vez más la habitación, esa era información que Thoma estaba lejos de conocer. Sin embargo, y por más complicada que fuera su relación con Federic, la manera de enterarse del pasado oscuro de su familia lo hacía empatizar con él —¿Estás bien?— preguntó el rubio posando su mano sobre el hombro de Federic. Un pesado y exhausto suspiro de su parte, les dio a entender a los demás que necesitaba un poco de tiempo para digerir lo dicho. Sabía que debería tener alguna relación estrecha con aquel hombre de la fotografía, sin embargo, no había llegado a cruzársele por la cabeza de que era su padre y Broun… los había usado todo este tiempo como marionetas. Federic había pensado que algo del interés que Broun por lo menos llegó a mostrar por su hermana eran sinceros y la
—Siento que alguien olvidó que no solo es recibir soborno, sino también sobornar— susurró Mónica elevando una de sus cejas. Joel elevó sus hombros mientras sonreía con una aparente inocencia.—Tía, yo solo soy un niño de cinco años, tengo mucho que aprender de la vida— respondió haciendo un pucherito. La expresión confusa de la mayor fue lo más cómico de todo, por un momento ella se sintió extraña al intentar discutir con un niño. Sin embargo, Joel al parecer, no era tan normal como los demás pequeños de su edad.—Bueno, en ese caso, no deberías intentar sobornarme o mamá Adele se sentirá algo triste— susurró —pero, podrías decirme sin pedir nada a cambio y yo c
Joel se despidió de todos con una sonrisa mientras corría en busca de sus amigos, Samuel faltaría hoy también, y no habían logrado comunicarse con Angie para conocer la condición del menor.—Johann, yo…— respondió ella con algo de nervios —había quedado en salir con Thoma, lo siento— sonrió.—No, lo siento yo— jugó con sus manos al ser observado sin descanso por Thoma —no piensen que lo pido con algún interés romántico— rio de manera intranquila —es algo completamente diferente, es muy importante, si no es molestia. Yo… lo haré aquí para no ser ninguna molestia para ambos. Adele, quiero preguntarte— comenzó a buscar aquella foto entre sus
Minutos después, una preocupada Mónica se habría paso por el hospital en el que su hermana había terminado, llevaba de la mano a Joel, quien no sabía qué era lo que estaba sucediendo y estaba confundido por haber salido del colegio antes de que sus clases terminaran. Al encontrar la habitación en la que su hermana estaba, halló en el interior a Thoma, quien estaba recostado en la barandilla de la cama. El rostro de Adele podía apreciarse sereno, a pesar de estar conectada a aquellos aparatos que estaban monitoreando su estado.—¿Hablaste con el médico?— preguntó Mónica lanzando un suspiro —¿Qué es lo que sucedió?— su tono de voz denotaba lo ansiosa que se encontraba al contemplar a su hermana en una situación así. La mirada del mayor se posó en la de e