46. No estás loco.

A Adele le costaba creer aquello que su compañero le decía —¿Estás seguro de ello?— soltó una risita incrédula, su padre era un fiscal, simplemente un fiscal «¿No le habrá jugado alguna broma al pequeño Tomás?» se preguntó ella. Henry era conocido no solo por su dedicación a la hora de investigar, sino también por su gran sentido del humor.

—Lo estoy— respondió el mayor sin detener su búsqueda, sin importar que esta aún no mostrara ninguna clase de frutos. —Estoy seguro de que había una en algún lugar de aquí— murmuró observando a Adele —¿No recuerdas nada de eso?— indagó acercándose a la más joven, ella en silencio llevó su cabeza de un lado a otro.

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