Había aprendido a sobrevivir, sí, sobrevivir a una viudez y una soledad que la sentía aguda, y lo había hecho solo con rutina.
La rutina era la forma segura de poder hacer las cosas sin excesos o grandes alteraciones. Era un viudo de dos años y debía de actuar como si todo hubiera pasado en su vida; sin embargo, las huellas estaban en su alma.
En ese momento, Troy Káiser preparaba el desayuno para su hija; junto a él, su empleada cruzada de brazos lo veía impasible.
—Me está quitando mi trabajo.
—Hoy es el cumpleaños de Helena y quiero sorprenderla.
—Sé que desea hacer las cosas correctas…
—Y lo estoy haciendo, vi a mi esposa hacer esto, cientos de veces.
Colocaba los panes en la mezcla.
—Es una tostada francesa, es deliciosa.
Troy escuchaba el sisear de la sartén y pasó a realizar el jugo y cuando tuvo todo, lo colocó en un servicio muy elegante y sacó el postre de la refrigeradora. Era un hermoso chocolate con forma de oso de pie y sonrió. Se olvidaba de la flor que acompañaría a su servicio.
Colocó la rosa rosada y subió a la habitación de su pequeña hija de 5 años. La niña miraba la foto de su madre con atención, una bella mujer de diáfana sonrisa.
—Buenos días, preciosa.
La pequeña sonrió y vio el servicio.
—¡Feliz cumpleaños!
—¡Gracias, papá!
Miró con sus tiernos ojos el desayuno y preguntó.
—¿Lo hizo, mami?
Troy sintió una punzada en su corazón y le explicó.
—No, pero tu madre me enseñó cómo hacerlo y lo hice paso a paso como si fuera ella.
La niña mordió la tostada y asintió.
—Es como las que ella hacía.
—¿Ves? Aprendí la lección.
La niña le preguntó.
—¿Cuándo viene, mamá?
Troy entonces le explicó.
—Helena, tu madre partió al cielo.
—Mamá dijo que nos enviaría una mamá nueva.
Eso dejó perplejo a Troy que le dijo a su hija cambiando el tema.
—Bien, vas a celebrar el mejor cumpleaños del mundo.
La pequeña le recalcó en ese momento.
—Recuerda que quiero un pastel de gatos.
De hecho, toda su habitación tenía motivos de gatitos.
—Sí, me lo has dicho muchas veces.
—Solo no te olvides.
Señaló con su dedo y él asintió solemne. Tenía todo sincronizado: el pastel estaba pedido y los dulces y postres también.
La pastelería era la mejor de la ciudad, Edén, y ya había coordinado todo para ese momento, nada podía fallar.
**
En Edén se vivía uno de esos días en donde los pedidos llegaban y salían otros tantos. Mare Reynolds estaba en la zona de decoración y se esmeraba en adornar unos cupcakes para un importante evento.
La supervisora pasaba viendo todo y corrigiendo si algo salía mal, y miró el trabajo de Mare.
—Es un buen trabajo.
—Es para un cumpleaños. Una nena que ama los gatos.
La orden debía salir impecable y llegar a las once y media a una escuela privada y ella cerraba con el último y lo colocaban junto a un hermoso pastel de dos pisos con motivos de gatos.
—Listó el pastel.
Ella sonrió y otra chica puso los bocaditos de sal.
—Listo, el pedido de la niña gatuna.
—Todo se ve delicioso.
—Y lo está —le daba a probar un bocadito—. Esa niña es muy exigente, cuando sea adulta será todo un terror.
Mare sonrió, su cabello estaba cogido con una redecilla y usaba lentes. En su mejilla lucía una cicatriz algo grande, se veía grotesca y eso sería lo único llamativo de su figura. Entonces vino el problema.
Uno de sus colegas varones llegó en ese momento, anunció.
—Oigan, no hay quien vaya a entregar el pedido. Uno de los vehículos se quedó varado muy lejos y el otro sigue entregando productos.
Mare exclamó.
—¡No podemos hacer eso!
—No sé qué hacer.
—Podemos enviar a alguien a realizar la entrega.
Mare se encontró diciendo.
—Yo puedo irlo a entregar, pero no tengo licencia.
Todos se contentaron con la idea y la supervisora le dio un mandil de entrega.
—Anda y vuelve pronto, maneja con cuidado, no te metas en líos.
Ella sonrió y metió el pastel y todo lo que tenía que llevar a su auto. Manejó con mucho cuidado para la zona de la escuela privada.
El sitio era muy especial, tenía ese aire elegante para niños élites. Había un sujeto bien vestido esperando en la entrada; consultaba su reloj continuamente ansioso.
Mare estacionó el auto y se acercó al sujeto.
—Buenos días.
—¿Son de Edén?
—Sí, señor, tuvimos problemas con la entrega, pero logré traer su pedido.
No evitó mirar esa cicatriz en el rostro de la joven; era muy rara. Entonces comentó.
—Genial, salvaste mi vida.
Eso sí, eran palabras; ingresaron al salón de lectura en donde se tenía decorado todo y la profesora les indicó.
—Pronto los chicos vendrán al salón de lectura y podrán disfrutar de un delicioso momento.
La joven acomodaba todo con esmero y el sujeto estaba ansioso.
—Todo tiene que verse muy bien, en verdad.
—Gracias, espero que lo disfruten.
Entonces Troy la detuvo, buscó sus ojos y ella parecía haberlos ocultado en esa sombra que proyectaba la gorra.
—Disculpa, ¿acaso no sabes que hay que repartir el servicio?
Eso no lo sabía y ella le comentó.
—Solo me dijeron que era de entregar, lo siento.
—Es una barbaridad, yo puse que la persona que se hiciera cargo de entregar, también sirviera.
Mare estaba en un predicamento y se comenzaron a escuchar las voces de los chicos.
—Bueno…
Se sacó un poco de cabello y cubrió su mejilla. Troy no imaginó que alguien así vendría a atenderlo, se sintió incómodo con ese hecho. Los niños entraron y al ver todo se quedaron maravillados.
—¡Es hermoso!
Exclamó Helena corriendo a la mesa.
—¡Es perfecto!
Troy estaba orgulloso y aliviado, soltó un suspiro y la joven lo vio muy emocionado.
—Tal como mi mamá dijo que sería.
Entonces vio a la joven junto a su padre.
—¿Tú serás mi nueva mamá?
Eso sorprendió a todos y la joven le dijo con cariño.
—No lo creo, preciosa, pero sé que cualquiera moriría por ser tu madre.
—Mami me dijo que alguien especial sería mi mamá.
Troy intervino y le dijo a su hija.
—Cariño, disfruta de tu día con tus compañeros.
La niña corrió a juntarse con todos sus amigos y la joven comenzó a repartir los bocaditos entre los niños. Fue un tierno momento que le hizo recordar algo de su pasado cuando todo era especial. Muchos momentos que ahora eran solo un penoso recuerdo.
La profesora anunció en ese momento.
—Ahora podemos cantar el cumpleaños a la pequeña Helena.
Troy le hizo una seña de que esperara y salió. Después de un momento, entró con una gran caja.
—Este obsequio es para la niña más especial del mundo.
Helena sonrió emocionada y le preguntó.
—¿Puedo abrirlo ahora?
—No, primero el cumpleaños feliz.
Mare encendió las velas y comenzaron a cantarle el cumpleaños todos juntos. Troy tomó varias fotos de todo ese momento y cuando la pequeña fue a abrir el gran obsequio, vio que era un gatito color naranja.
—Es lindo, es perfecto.
Todos comenzaron a tocarlo emocionado.
—Sé lo que te gusta.
Mare estaba conmovida y servía el pastel y llamó a la cumpleañera.
—Debes darle pastel a la persona más importante de tu vida.
La niña le dio a su papá y él sonrió. Todos recibieron su pedazo y estaban contentos con las sorpresas y obsequios. Mare se acercó a él y le anunció.
—Bueno, ya cumplí con mi deber, espero sean felices.
—Yo también, gracias —le dio un billete.
La joven lo miró sorprendida.
—Disculpe, no entiendo.
—Es por tu servicio, fue excelente.
—Gracias por decirlo, eso me motiva mucho, aunque no es necesario.
Era la primera vez que alguien que trabajaba para él rechazaba cien dólares.
—¿Estás segura?
—Muy segura, sé feliz.
Salió inmediatamente, como alma que llevaba el diablo. Eso le llamó la atención. Esa chica era rara, tal vez hasta con antecedentes, le dio escalofríos en esos momentos y solo esperaba que los tuviera.
Mare vivía en un pequeño departamento junto con una compañera, está miraba en su laptop unas notificaciones.—Maldita sea, puro bagre trae el río.—¿Qué tienes?—Quiero una cita, algo especial, con el sujeto indicado y no hay nada.—No hay buenos hombres en el mundo.—Dímelo a mí, suelo atraer a los peores especímenes —entonces la miró detenidamente—, en cambio, tú deberías hacer algo por tu vida sentimental.Mare sonrió y le respondió.—Estoy bien así.July no se daría por vencida y le indicó.—En serio, Mare, tienes un empleo de mierda y cero vida social.—Me gusta mi empleo, hoy entregué un pastel.—Dios, te ascendieron a repartidora —lo pensó un poco y le dijo—. Eso no es un ascenso, es decadencia.—Me siento feliz así.—Nadie puede ser feliz de ese modo.Ella no quería ser feliz, solo deseaba mantenerse segura y nadie la movería de su zona con facilidad. Entró en su habitación y cerró con llave, procedió a mirarse en el espejo de su cuarto y a quitarse la prótesis con mucha destr
Era sábado y Troy tenía una tradición: tomar cerveza con su mejor amigo mientras evaluaban comida de otros países.Cardenal, era su mejor amigo de toda la vida, incluso fue su rival cuando apareció Daniela en sus vidas. Era la chica más linda que habían visto y, a pesar de que se la ganó, no dejaron de llevarse bien.Ese día le tocaba una evaluación a las tapas españolas y Cardenal puso la cámara para filmar el momento, pues tenía una página con muchas vistas, por cierto, en donde comentaba comida de diferentes restaurantes y países. Frente a ellos tenían un servicio muy apetitoso con toda una variedad de tapas.—Bien, estas son las famosas tapas españolas del restaurante Ícaro Montessori, dicen que son copias de las tapas que sirven en fondas españolas.Troy muy animado, dijo con lo mejor del acento español que podía.—Y olé.Cardenal sonrió ante la ocurrencia de su amigo y Troy comentó.—Dicen que le dan 5 estrellas —comentaba Troy—. Veremos si las merecen.Cardenal entonces les in
Nadie sabe las dimensiones de las cosas hasta que suceden. 366 millones de personas buscan por medio de apps de citas encontrar una pareja de ensueño o al amor de su vida.Donde 35 millones de mujeres ansían encontrar a la pareja indicada. ¿Cuántas tendrán suerte? Solo Dios sabe, pero la idea del amor ideal es más fuerte.El amor se había vuelto una oferta y una demanda, en donde los corazones y las oportunidades eran para todos, en donde el mejor postor era el que se llevaba la oportunidad de conocer al amor de su vida.El perfil de Troy comenzó a circular en toda la ciudad y muchas se apuntaban a tener una cita con el viudo rico y solo.July, la compañera de Mare, recibió las nuevas notificaciones y vio el perfil del viudo rico.—Tengo que tener una cita con este papazote.¡Un viudo rico y millonario! Era toda una ganga para las mujeres de la ciudad.Esa mañana, Troy iba a realizar su rutina normal, se levantó a correr como lo hacía siempre, pues su padre le inculcó que todo líder d
Mare escuchaba a sus compañeras hablar de los ricos y de todo lo que conllevaba ser uno de ellos en su imaginario, claro está.—Los ricos comen delicioso.—Aunque poco, he visto las fotos de sus platos y son cositas pequeñitas.Otra añadió.—Por eso no se ven ricos, gordos, muy pocos.Mare decoraba unos cakes y escuchaba el alboroto.—Yo podría encajar en una mansión —dijo una contoneándose.—Entonces todas. Ahora, ser esposa de un tipo rico es otra cosa.Una con aire soñador enumeraba.—Joyas, vestidos, zapatos.Otra la secundó.—Perfumes, amo los perfumes de marca.Ella sonreía de escucharlas hablar y una reparó en la chica marcada. Le decían así a sus espaldas.—¿Te burlas de nosotras?—No, suena todo tan bonito, pero no siempre lo es.—¿Qué sabes tú?Tal vez sea un momento de contar su realidad y comenzó a decirles.—Bueno, escuché una historia de una chica rica que lo tenía todo.Ellas prestaron atención y continuó.—Joyas, dinero, perfumes, vestidos, yate, comía solo de lo mejor,
Briana se miraba en el ancho espejo del baño y pintaba sus labios de rojo y decía a su amiga.—Voy a salir con ese millonario.—Tiene muchas solicitudes.—Y eso qué, soy mejor que ellas —se acomodaba sus tetas falsas—. Invertí mucho en mi imagen, debo hacer valer eso.La gordita de lentes le comentó entonces.—Tiene una hija.—Y en el mundo hay muchos internados, por eso no me preocupo, siempre y cuando salga conmigo.Briana Sprint era una socialité que saltó a la fama por colocar su vida en reality. Era una mujer que no daba puntada sin hilo y lo mejor que le pasaría en esos momentos es poder casarse con un millonario apuesto.Iba a dar su primer paso, pues conocía el ambiente en el que Troy Káiser se movía y ella iba a tomar la iniciativa.**Troy miraba las fotos de cientos de chicas que esperaban ser la indicada y no se decidía. Cardenal le decía en esos momentos.—Lizzy está bien y Ofelia tiene varias llamas.—¿Eso qué significa?—Que es ardiente en la cama.—No voy a escoger muje
Su padre salió a recibirlo junto con otros empresarios. Crazy le dijo entonces.—Dicen que es el nuevo rico del momento.—Debe ser un viejo petulante.Pero cuando vio salir a un hombre joven de unos 34 años, vestido elegante y estrechar la mano de su padre, se interesó.—No parece viejo.—No, para nada.Decidió salir a saludar al recién llegado. Su padre estaba encantado con el mancebo.—Te gustará la ciudad Capital, es un hervidero de oportunidades.—Eso me motiva mucho.Mareska salió a su encuentro y él se detuvo a mirarla detenidamente. Era una joven con una belleza radiante, piel canela en su justo punto y un cabello lacio con una melena preciosa con destellos grises. Ojos de color avellano y una mirada muy curiosa.—No me digan nada, esta es la preciosa Mareska.Jasone dijo complacido, como si elogiar la belleza de la joven fuera su mayor tributo.—Sí, es mi Mareska, mi hija.El sujeto, de forma galante, besó su mano; ella sonrió cautivada. Fue en ese instante en que Philip la tra
Su mente daba vueltas en imágenes de su primera conversación con Zeus Dimitrios.—Así que es de Grecia.—Sí, soy de Grecia, la República Helénica.—Suena tan lindo —comentó Crazy.—Y lo es, se los aseguro, si desean están invitadas para ir a un viaje por las mejores islas griegas.Ellas se miraron y él añadió.—Podríamos perdernos en medio de los paisajes rocosos, bailar con poca ropa en las playas de mi tierra.Ellas se miraron divertidas por sus palabras. Mareska comentó.—Dicen que ahí nació la cultura.—Nació la cultura, la belleza, el arte y yo —dijo arrogante.Entonces Mareska le preguntó.—¿Cómo se considera usted?—Como la suma de todo eso, claro.Ellas se miraron y rieron. Su padre hizo entrar un servicio con varias bebidas de ese país.—Metaxá, es un cogñag muy peligroso para las niñas como ustedes.Mareska entonces dijo animada.—Quiero probarlo.—Es fuerte, el más fuerte, pero sí gustas.Ella tomó un vaso y se lo llevó a sus preciosos labios y bebió, le quemó la boca y la g
La sacó por la puerta trasera y llegó al estacionamiento. Troy le comentó.—Mi auto está cerca.—Descuide, ya ha hecho suficiente.Se levantó con dificultad, y le rogó.—No le diga a nadie lo que sucedió.—Es que no sé qué decir.—Mejor.Un auto negro entró y un hombre corpulento se asomó y le ordenó.—¡Sube!Ella lo hizo de manera inmediata y se colocó una capucha sobre la maraña de papel. No entendió nada. Fue por su hija y en un descuido salió con ella del hospital.—Ella tiene un gran secreto —comentó Helena.—Así parece.Había perdido su entrada a la guardería, así que llevó a la pequeña a su empresa. No dejaba de pensar en ese rostro tan bello y la desesperación de la joven por cubrirlo. Recibió una llamada de parte del hospital.—Señor Káiser, la paciente que trajo, desapareció, ¿sabe algo de ella?—No, solo la dejé y me fui con mi hija.—¿No sabe dónde vive?—No, nada, solo la dejé y luego me fui, solo eso.—Entendemos.Estaba preocupado por esa chica y no sabía si ese sujeto q