Pronto gran final, no se lo pierdan.
—Pensé que te habías olvidado de mí —dijo Leila—. Ese lugar da miedo.—Jamás me olvidaría de una amiga, eres mi amiga.—Claro que lo soy, dime, ¿se casaron?—Sí, y son felices, pero pronto voy a quitarles su felicidad a palazos.—Esa, m*****a, fingió ser fea para acercarse a mi novio.—¿Por qué lo haría?—No lo sé… Creo que hay algo con eso, pero Troy debe ser mío.—Y lo será, te lo aseguro.Ella estaba ansiosa, necesitaba ver a Troy, estar cerca de él.—Tengo que ser feliz.—Calma, vamos a hacer las cosas bien, te necesito lúcida.—Sí, sí… lúcida.Trataba de buscar su centro en medio de su descontrol.**Mareska era feliz, amada de todas las formas, Troy era su príncipe y su inspiración. Le daba un toque a un postre de corazón, eran vísperas de San Valentín y el amor era el tema que dominaba en todos lados.—Tenemos estás galletas de coco y nueces, deliciosas… Llenas de amor.Una clienta probaba y decía emocionada.—Están deliciosas.—Y tenemos postres para San Valentín, como una crem
Cardenal estaba frente a su amigo que lo miraba extrañado.—Hola, Troy.—¿Me llamo así?—Sí, te llamas Troy y somos amigos desde hace muchos años.—Ok, pero no te recuerdo.—Tienes una hija, una preciosa niña llamada Helena.—¿Una hija?—Sí, y es hermosa.—No la recuerdo…—Tienes una esposa.—Yo… No soy casado.—¿Cómo sabes eso?—El doctor dijo que tenía novia…—Escucha, eres casado, te casaste con una hermosa mujer que… ahora por alguna cosa de la vida no está.Negó con la cabeza y le dijo al sujeto.—No, no entiendo nada y me duele la cabeza al pensar.—Bien, relájate.Salió preocupado y preguntó si sabían algo de Mareska Roberts y nadie le dio razón de nada, supo entonces que la joven estaba en manos de Zeus. Llamó a Philip.—Hola, escucha, tengo un tremendo problema… Mareska desapareció y Troy está hospitalizado y sin memoria, Leila ronda a Helena… ¿Puedes ayudarme?Silencio, solo tenía una oportunidad.—Mareska debe estar en poder de Zeus.—Eso me temo.—Entiendo, iré para allá.A
Cardenal preparaba todo para el velorio de su amigo, la pequeña Helena estaba triste y él se acercó a ella.—Preciosa, no sufras, papá está bien.—Pero él murió.—No, no murió… —miró a todos lados—. Está bien, pero debe de decir que está muerto para que el hombre malo lo crea.—¿Y dónde está mi papito?—Pronto lo verás, pero quiero que tengas esa carita triste para que todos crean que es cierto.—Pero, tío, es malo mentir.—Lo sé, cariño, pero nadie sabrá que mientes.—Bien, lo intentaré.—Genial.Se apartó de ella y vio a Philip que se acercó a él.—¿Hablaste con la loca esa?—Hablé —miró a la niña que intentaba poner rostro triste—. Tenemos que hablar.Fueron a un sitio aparte y él le dijo.—Le dije que Troy había muerto.—¿Y cómo lo tomó?—Como una loca toma una noticia de esas.Leila no esperó una visita de un desconocido, estaba vigilada y alterada.—¿Tú quién eres?—Leila, soy policía.—¿Y qué quieres conmigo?—Raptaste a un hombre, Leila, recién operado, con amnesia y su estado
—Mareska, ya volví. Traje comida y champaña.La voz de Zeus resonaba en todo el lugar, como sus pasos y cuando llegó a la habitación sacó unas llaves y abrió, dio una mirada rápida y no la vio.—¿Estamos jugando a las escondidas?Buscó a los lados y vio el balcón.—¡Maldita sea!Corrió al balcón y miró por los alrededores, la noche había caído y no veía nada con claridad, salió molesto y comenzó a golpear a sus custodios.—¡Imbéciles! ¡Ella se fue!Nadie entendía nada y ordenó que la buscaran por toda la casa.—No debe de ir muy lejos, debe de estar escondida en algún lugar.Todos buscaban en los rincones y no la hallaron, preocupados por las acciones de su jefe con temor le dijeron.—Ella no está en la casa.—¿Cómo dices?—La hemos buscado por todo el lugar y no está en la casa.Zeus corrió al jardín, la lluvia era intensa y mojaba su ropa y gritó con una furia desmedida.—¡Mareska, te encontraré!Ordenó buscarla por los alrededores.—Ella no debió irse muy lejos.Los hombres de Zeus
Jasone estaba pálido y a su mente acudían las palabras de su hija: ese hombre me da miedo, no quiero a ese hombre en mi vida.—Ella me lo decía siempre.—Ahora lo sabe —dijo Troy—. Tengo que apartarla de él a como dé lugar.Troy iba a la puerta y Philip lo detuvo.—Recuerda que él puede estar armado.Afuera, Mareska vivía su propia guerra personal con Zeus.—Debo de hablar con mi padre.—No soy estúpido, Mare.—No me digas así.—¿Quieres huir de mí? —sacó un arma—. Acabé con tu marido, puedo acabar contigo.Ella se puso frente a él y lo encaró.—Pues hazlo, anda Zeus, hazlo.—No me tientes.Escucharon la puerta abrirse y ella miró y vio a su padre volver.—Mareska, te estoy esperando.—Ahí voy, papá.Retrocedió y Zeus la apuntó con el arma.—Ni un paso más, Mareska.Jasone al ver el arma le gritó.—Zeus, ¡qué te pasa!—Nadie se mueve de aquí. Yo tengo el poder ahora y Mareska viene conmigo.La jaló a su lado y Jasone visiblemente alterado le dijo.—Zeus, suelta a mi hija.—Ella es mía.
Estas novelas las encontrarás en esta app.La insoportable novia que alquiléEva Monar es una chica con sueños y deseos de alto nivel, trabaja como mesera en un club de alto nivel, por azares del destino conoce al apuesto millonario, Apolo Sanders, el cual le hace una extraña propuesta: que finja ser su novia.Todo parecía muy conveniente hasta que ambos cruzaron la línea, ahora Eva tiene un grave problema: está enamorada y Apolo tiene un secreto que nadie imagina y que es el detonante para esta divertida y romántica novela. No te la pierdas.#amor#modelaje#ocurrencias#noviaporcontrato.la Fortuna de estar a tu ladoUna novela de venganza. Fortuna Ferris era como el sol, alegre y muy solidaria, pero la conspiración de su mejor amigo y novio para quedarse con todo el día de su falsa boda, la vuelven Sirena Valentine, una mujer dispuesta a jugar con la mente de sus enemigos y darles la lección de su vida, mientras lucha por contenerse con el hombre que la ama con locura. Matt Owen, el mé
Había aprendido a sobrevivir, sí, sobrevivir a una viudez y una soledad que la sentía aguda, y lo había hecho solo con rutina.La rutina era la forma segura de poder hacer las cosas sin excesos o grandes alteraciones. Era un viudo de dos años y debía de actuar como si todo hubiera pasado en su vida; sin embargo, las huellas estaban en su alma.En ese momento, Troy Káiser preparaba el desayuno para su hija; junto a él, su empleada cruzada de brazos lo veía impasible.—Me está quitando mi trabajo.—Hoy es el cumpleaños de Helena y quiero sorprenderla.—Sé que desea hacer las cosas correctas…—Y lo estoy haciendo, vi a mi esposa hacer esto, cientos de veces.Colocaba los panes en la mezcla.—Es una tostada francesa, es deliciosa.Troy escuchaba el sisear de la sartén y pasó a realizar el jugo y cuando tuvo todo, lo colocó en un servicio muy elegante y sacó el postre de la refrigeradora. Era un hermoso chocolate con forma de oso de pie y sonrió. Se olvidaba de la flor que acompañaría a su
Mare vivía en un pequeño departamento junto con una compañera, está miraba en su laptop unas notificaciones.—Maldita sea, puro bagre trae el río.—¿Qué tienes?—Quiero una cita, algo especial, con el sujeto indicado y no hay nada.—No hay buenos hombres en el mundo.—Dímelo a mí, suelo atraer a los peores especímenes —entonces la miró detenidamente—, en cambio, tú deberías hacer algo por tu vida sentimental.Mare sonrió y le respondió.—Estoy bien así.July no se daría por vencida y le indicó.—En serio, Mare, tienes un empleo de mierda y cero vida social.—Me gusta mi empleo, hoy entregué un pastel.—Dios, te ascendieron a repartidora —lo pensó un poco y le dijo—. Eso no es un ascenso, es decadencia.—Me siento feliz así.—Nadie puede ser feliz de ese modo.Ella no quería ser feliz, solo deseaba mantenerse segura y nadie la movería de su zona con facilidad. Entró en su habitación y cerró con llave, procedió a mirarse en el espejo de su cuarto y a quitarse la prótesis con mucha destr