¡Estamos en la recta final de ésta historia! Menos de 6 capítulos para terminar esta historia. Gracias por leer. ¡Estoy preparando dos historias en camino con la misma intensidad de drama y mucho mejor, mucho más drama! ¿Nos encanta el drama no es así? ¡No se pierdan estas historias! Gracias por leer hasta aquí y darle una oportunidad a esta historia. ¡Nos vemos pronto en el proximo maratón de capítulos!
—¿¡Qué mierda Roxanne?! ¿¡Qué significa esto?!Y su mundo colapsa por completo. No oye las voces, ni los sonidos a su lado, no oye absolutamente nada porque su mundo se derrumba, dejando atrás de ella el pesar, el derrumbe por completo de aquel lugar. De todo. No se oye ningún sonido excepto el de sus tímpanos, que se apresuran y dejan en claro que no hay salida. Ya no la hay. Roxanne sabe que Richard la está gritando pero ni siquiera corresponde a eso. Su mundo se viene para abajo.—¡Mírame! —escupe Richard, furioso. En sus ojos se observa, con claridad, la llama de un fuego, que destila odio, furor. Es peor de lo que imagina. No hay nada en su mundo que le haga regresar a la realidad. Pero tiene qué hacerlo y se aleja de la barandilla, pero Richard vuelve a empujarla contra él. Y sin tener un intento para regresar una vez más a la vida, Roxanne recapacita cuando el agarre de Richard se vuelve más fuerte.—Suéltame, me lastimas —Roxanne simplemente quiere tirar todo a la borde, si
El centelleo de luz a través de sus ojos es lo suficientemente fuerte para ahuyentar el vacío de la soledad, y el pitido en su oído, que se unen con los demás sonidos alrededor del lugar donde se encuentra. El cuerpo está adolorido, como si hubiese sido demolido a golpes. E incluso siente dolor al respirar. Sus oídos siguen turbados pero es capaz de sentarse, con cuidado, sobre la cama que la arropa y no la deja salir y que no hay ninguna persona en el cuarto: es una habitación de un hospital. Mira hacia todas partes para entender que de hecho, es una paciente de un hospital. ¿Qué sucedió? se pregunta, llevándose la mano hacia la cabeza. Observa las manos, las dos con intravenosas. Algo que le parece extraño, sin saber qué decir o qué hacer porque tiene que adaptarse a la luz encandilada del cuarto.Roxanne se lleva la mano hacia su vientre.—¿Qué nos pasó, bebé? —susurra a la nada. De repente, siente miedo. Todos los recuerdos de aquella noche la azotan como un torrente de electr
La mirada de Richard cambia a una tranquila, pero lo conoce lo suficiente para saber que ese hombre no está ahí sólo por gusto. Este hombre es la viva definición del orgullo herido, porque aparecerse frente a ella y de éste manera es peor de lo que hizo aquella noche, y la rabia se apodera del rostro de Roxanne. Las palabras y los reclamos enfrente de Paul y delante de todo el mundo es algo que se quedará en su mente por mucho tiempo. Sus manos incluso sienten algo similar al nerviosismo pero Roxanne alza su rostro. No está a gusto en seguir viendo su rostro, y por supuesto, Richard tampoco. —¿Viniste śolo para quedarte viendome? —inquiere Roxanne con rabia. ¿Quien se cree que es para aparecer delante de ella y de ésta manera? —Sólo pasaba por aquí —Richard responde. Su mandíbula está tan tensa que desde esa distancia incluso puede verlo—. ¿Muy contenta con tu embarazo? —¿Qué quieres, Richard? Todo lo que necesitabas decir ya lo dijiste, ¿No? Ya no hay más que tienes que pregunta
Ni siquiera se siente ya con fuerzas y Roxanne coloca una mano en su vientre para calmar éstas angustia al tenerlo frente a ella. Cuatro meses han pasado desde la última vez que se vieron...—Paul…—¿Por qué, Roxanne?Paul la interrumpe con gravedad.—¿Por qué se te ocurrió ocultarme que estabas embarazada de mí? —Paul simplemente no puede creer lo que está viendo. Las palabras sobran porque su mirada dice lo mucho que dolido está—. ¿Cómo pudiste?—Paul, luchaba conmigo misma para no amarte, para alejarme de ti. ¿Crees que fue fácil para mí enterarme de esto después de saber quién eras tú? —unas pequeñas lágrimas se acumulan en los ojos de Roxanne y no tenía ni la mínima idea de qué hacer porque tener a Paul en estos momentos frente a sus ojos es igual que aniquilarse ella misma—. Nuestro trato fue por un pequeño tiempo y decidí trabajar contigo porque necesitaba el dinero y creí que podía lidiar con esto. Unos meses y ya no te volvería a ver más nunca.—Soy el padre de ese niño. No
No necesita sentarse en ese lugar, moviendo la pierna de un lado a otro, como si estuviera a punto de romper el piso con sus tacones a la espera dramática de aquel resultado. ¿En qué estaba pensando siquiera? ¿La atracción debería considerarse prohibida? Con creces, porque desde joven no había sido incoherente con sus decisiones. Pero esto…esto se ha salido de sus manos. —¡Roxanne! —oye a su lado. Un alivio recorre su espina dorsal cuando ya se levanta y abre los brazos para recibirla. Su hermana de crianza y gran amiga suya, de esas donde compartes la copa, y los secretos del alma. De su misma estatura pero de pelo rojo como el bermellón, la toma entre sus brazos con suavidad—. Vine lo más rápido que pude. —Gracias Mia, es que esto está matándome. Aunque no es bueno que estés aquí. ¿Te tomaste tus medicamentos? —¡No hablemos de mí, Roxanne! ¿De qué hablas? ¡Me asustaste por ese teléfono! —Tienes que calmarte, porque sino perderemos ambas la cordura y yo ya estoy que se me sale el
—¡Roxanne Smith! ¿En qué te has metido? Conforme avanzan por el pasillo de la compañía de los Fournier incluso el estruendo sobre el alrededor recae sobre su cabeza. Tanto que tiene que pensar para poder recuperar esas fuerzas que les arrebató la sola idea de estar frente a ese hombre. Frente de Paul Fournier. El recuerdo de esa noche está tan vivido como si hubiese sido ayer.—Te invito unas copas —había sido lo primero que dijo cuando se acercó a la barra.Roxanne estaba pensativa por su propia familia, bastante problemas ya había tenido con su hermano en la cárcel, con Mia lidiando por el tratamiento para su enfermedad y sin cómo pagar sus medicinas y del hijo de su hermano, de dos años a quien el juez le había dado la custodia para quedarse con él. Pero ahora la madre de Brooke, el niño, había hecho todo lo posible por quitarle la custodia en esos días, y lo había logrado. Su jefe la tenía todo el santo día de pie, de aquí para allá, y sin un gramo de piedad, la hacía correr de
Roxanne tartamudea de sobresalto al oír sus palabras. Es que esto no puede estar pasando. Con dos meses de embarazo no cree que pueda aguantar otra sorpresa u otra siguiente emoción porque explotará ahí mismo. Antes de siquiera responder, observa que Paul da unos pasos hacia atrás. Y al mismo instante siente la mano en su hombro, y la copa de frente a su rostro. —Tal cual lo pediste, mon amour. Aquí tienes. Richard conserva esas gigantes sonrisas plasmadas en su rostro cuando le estira su copa de vino. Roxanne la toma de una buena vez y traga hasta el fondo porque la clara sensación de necesitar otro sentido provoca una sequedad en la garganta. La presencia de Paul Fournier está repleta de descaro y de atrevimiento. —De seguro la junta estará más cercana a lo que creíamos, papá. Todos están de acuerdo en que sigues estando aquí hasta que las acciones suban —Richard saca la conversación con una misma sonrisa que recae en ella de la misma forma, amigable—. Espero que el señor Quent
El mismo sentimiento que cobraba vida desde el mismo instante en que colocó sus ojos en él vuelve a poner su mente de cabeza. Y aún más cuando desde lo más profundo de su ser este beso apasionado crea un deseo más brutal, mucho más vehemente. Las manos la siente sobre su cintura, que luego alza desde el suelo para colocarla en la mesa mientras el beso se profundiza y la necesidad de recordar esa noche se apodera de ambos. La manera en la que Paul hace suyo sus labios fue algo con lo que soñó por noches, que la tuvo sin dormir, anhelando, soñando con volver a sentirlo. —Esto está mal —tartamudea Roxanne. Aún así el beso no se detiene y parece profundizarse aún más. Incluso ya lo siente sobre su cuello. —Necesito de ti, debes saberlo. —Pero —Roxanne cierra sus ojos cuando vuelven a buscarse y acoplan sus labios. El deseo se vuelve algo ya verídico, y si siguen de esa forma harán un desastre en esa oficina. El cuerpo de Paul se afinca sobre Roxanne pero un timbre de dentro de s