CAPÍTULO 58. MAREMOTO

Cuando aquella mujer entró por la puerta de su despacho, a Giordanno Massari le vino a la boca ese regusto agrio que provocaba el asco por una comida, solo que en este caso se trataba de ella.

Lo había contactado cuando él había salido del hospital, después de medio año de jurar que iba a vengarse de Mía, y sobre todo de ese hombre que lo había puesto en aquel estado tan deplorable. El problema era que no sabía quién era… o no lo había sabido, porque aquella mujer había puesto frente a él una foto de su «antes» y su «después», y le había dicho el nombre con todas sus letras: Leo Di Sávallo.

Giordano había vomitado el hígado ese día, solo de imaginarse a aquellos dos acostándose, hasta que Anthea Voulgaris le había explicado con pelos y señales cuál era

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo